domingo, diciembre 25, 2011

Navidad 2011

Este blog quiere desear unas Felices Fiestas a todos.


Les dejo con unos videos que espero les gusten.


En primer lugar, la canción “Santa Claus is coming to town”, interpretada por Bruce Springsteen, con el genial Clarence Clemons, tristemente fallecido este año.




Los increíbles Pilobolus:



Un falso programa que expone lo problemática que puede resultar una risa inapropiada e incontenible:




Y ante la propuesta en internet que propone la escritura del propio epitafio en esta fecha, he aquí el mío, muy breve:

Siempre
Ante
Nosotros
Feliz
Estuvo
Le vemos
Inmóvil:
Un truco

domingo, diciembre 18, 2011

Discordancias


Elena Casero es autora de las novelas Tribulaciones de un sicario, Demasiado tarde y Tango sin memoria. No se trata de una recién llegada, sino de una escritora con una trayectoria bien definida, una de esas autoras que va dejándose la piel en cada uno de sus libros, configurando una voz propia y un mundo personal que resulta cercano aunque nos sorprenda contemplarlo a través de su mirada, como si lo descubriéramos de nuevo. Y esa capacidad de enfocar las cosas de un modo diferente, su preocupación por las historias cotidianas, por las tragedias que nos rodean, y su humor afilado, son quizá los rasgos más destacables de su nuevo libro, una colección de relatos reunidos bajo el sugestivo título de Discordancias.  

Historias mínimas de una intensidad indiscutible. Pocas páginas para exponer un dilema, una tragedia. No necesita más para plantearnos dramas y miserias de una sociedad marcada por la incomunicación y la soledad. Personajes aprisionados en sí mismos y a los que les gustaría huir, de un modo impulsivo, sin destino planificado, huir sin más. La existencia como una falta de armonía bien con el entorno, bien con la pareja. Encontramos a un hombre que cuida a su esposa enferma y, a la vez, cree verla por la calle; una mujer que se suicida para hacer sufrir a su marido, aunque las cosas no saldrán como ella había planeado; o esos cónyuges que viajan a New York en sus bodas de plata y descubren lo diferentes que son el uno del otro. Una esposa puede abandonar a su pareja bien porque ronca o porque se deja crecer la uña del dedo meñique, pues son a veces los pequeños detalles los que ponen en evidencia que la relación se ha deteriorado. Pero ese deterioro puede producirse también con la propia realidad o con otras personas. Así, encontramos también a un vagabundo que pretende revivir su momento de gloria, a un hombre que desea hablar por teléfono con su madre muerta, a un ladrón empeñado en reproducir una fantasía basada en la lectura de un relato, a un hombre que recrimina en los personajes de una película la misma actitud que él está teniendo sin ser consciente de ello, o a una prostituta que celebra la Navidad con un desconocido. Existencias resquebrajadas, seres que se encuentran, de pronto, en un lugar en el que no quieren estar. Momentos de balance, de decisiones difíciles, de huidas... No es extraño que el suicidio tenga un papel bastante relevante a lo largo del libro, incluso es protagonista absoluto del cuento titulado Teoría del suicidio.  

Sin embargo, no estamos ante un libro trágico, ya que uno de los rasgos del estilo de Elena Casero es su fino humor, el toque irónico con el que remata algunos de los cuentos, el distanciamiento con el que huye de cualquier afectación. Un estilo limpio y dinámico que nos introduce en sus historias de golpe, a menudo con un principio sorprendente que despierta nuestra curiosidad desde la primera frase. Un libro de relatos de una calidad muy alta, como evidencian La dueña del secreto, El jinete, Isolda, Su mejor salto o Bodas de plata, por citar algunos de ellos. Incluso hay tres historias en las que he creído identificar una secuencia común: La mancha, Manos y Lentejuelas y carmín. Personajes y situaciones que conforman un particular catálogo de existencias desubicadas, de tragedias íntimas y cotidianas, de esas que se ocultan detrás de las puertas y de las que, en algunos casos, es imposible huir.

Discordancias es un libro que atrapa al lector con su curiosidad por asomarse al lado más asfixiante de la realidad, a existencias insatisfechas y rendidas, con una mirada aguda y un humor incisivo. Un conjunto de relatos compacto, que conforma un escenario reconocible y unos personajes bien definidos. Un libro de los que deben recomendarse. Espero que consiga abrirse camino y sean muchos los lectores que disfruten de su lectura.


DISCORDANCIAS, por Elena Casero

viernes, diciembre 09, 2011

Un dios salvaje


La última película de Roman Polanski, “Un dios salvaje”, está basada en una obra de teatro de Yasmina Reza. Sólo cuatro personajes y un escenario. Un conflicto que están dispuestos a resolver como personas civilizadas: el hijo de unos le ha dado un golpe con un palo al hijo de los otros. Lo que importa es el bien de los niños, la educación, que entiendan que la violencia no resuelve nada. El agresor debería disculparse voluntariamente, no porque le obliguen, de lo contrario no serviría de nada. Eso defiende la madre del muchacho agredido, Penelope Longstreet (Jodie Foster), mujer culta, con conciencia social y sensibilizada por el sufrimiento que se padece en otros países, precisamente está escribiendo un libro sobre África. Su postura choca frontalmente con el padre del agresor, Alan Cowan (Christoph Waltz), que está dispuesto a reprender a su hijo, pero no a que se criminalice su acción, a fin de cuentas son sólo niños. Nancy Cowan (Kate Winslet), por su parte, quiere resolver el asunto, mostrarse implicada en la resolución del conflicto y, de paso, conseguir que su marido también se implique, si acaso un poco más de lo que parece habitual. Y Michael Longstreet (John C. Reilly), tan sólo parece dejarse llevar, seguir el ritmo que marca su esposa.
La velada transcurre a un ritmo endiablado. Los diálogos son ágiles, muy amenos y muy divertidos. La situación evoluciona gradualmente y se va tensando, las posturas bien se radicalizan o bien dejan entrever que uno no cree tan firmemente en lo que se supone que está defendiendo. La educación de los hijos, las exigencias del trabajo, la dependencia del teléfono móvil, lo políticamente correcto, la conciencia social, las posturas morales ante las injusticias... todo queda cuestionado en esta historia. Un vómito en toda regla, tanto real como figurado, contra convenciones e imposiciones culturales.

El guión fue escrito entre Yasmina Reza y el propio Polanski, mientras éste se encontraba recluido en Suiza por la acusación de violación a una menor que tantos ríos de tinta hizo correr en su momento. Y tal vez se puedan interpretar algunas de las cosas que aquí ocurren como un particular grito de indignación ante hipocresías y dobles morales. En un momento dado, uno de los personajes dice que cada vez que ve a Jane Fonda en la tele hablando de solidaridad, le entran ganas de afiliarse al Ku Klux Klan. Ahí queda eso.
“Un dios salvaje” es un film agudo que divierte e invita a la reflexión. El guión es excelente y nos hace recordar películas memorables, como “¿Quién teme a Virginia Woolf?”, de Mike Nichols. Diálogos rápidos, ingenio e ironía que no dan tregua al espectador. Por su parte, Polanski mueve la cámara tan eficazmente que nos olvidamos de ella para asistir a esa exhibición de grandes interpretaciones, entre las que destaca por méritos propios la de Christoph Waltz. El plano final es un toque maestro, un cierre sutil y a la vez perfectamente explícito sobre lo inútil que resulta a veces discutir sobre algo que evolucionará con normalidad sin nuestra intervención, sin nuestro afán de normalizar absolutamente todo.

domingo, diciembre 04, 2011

Nicanor Parra


Roberto Bolaño dijo sobre Nicanor Parra: “le consideraría mi maestro si yo tuviera suficientes méritos como para ser su discípulo, que no es el caso”.
Cuando leí esto me interesé por Nicanor Parra, pero apenas encontré libros suyos, así que lo busqué en internet. Internet no falla, lo encuentras todo.
Nicanor Parra, poeta chileno nacido en 1914, matemático y físico, creador de la antipoesía.

La antipoesía, sonaba interesante.
La antipoesía consiste en rebajar la poesía al nivel de la calle, por decirlo de algún modo. Quitarle lo que tiene de elevado y de solemne. Jugar con ella. Incorporar ironía, protesta, humor, surrealismo... La antipoesía bebe de los graffiti, de la publicidad, de lo cotidiano, del día a día. La antipoesía es revolución e ingenio, reflexión y técnica, parodia y supervivencia.

“Ya no escribo”, ha dicho Parra recientemente, cuando le han entrevistado con motivo de la concesión del Premio Cervantes de este año, “Me dedico a anotar las frases que dicen los niños”.
Galaxia Gutenberg editó sus obras completas en dos volúmenes. Y su libro “Poemas y antipoemas” está en Cátedra. El año pasado Alfaguara editó una antología con el título “Todo es poesía menos la poesía”. Y ahora supongo que nos llegaran todas sus obras en nuevas ediciones.
El Premio Cervantes 2011 lo merece.

Tengo mucha curiosidad por conocer cuál será su discurso.



HASTA AQUÍ LOS DISCURSOS HAN SIDO BUENOS

 Pero largos
El mío será malo qué duda cabe
Pero corto

 Me propongo pasar a la reserva
Como el orador + lacónico de la tribu

 Para decirlo todo de una vez
Advertiré que mi discurso consta de una sola palabra:
Gracias señor Rector
Es un honor muy grande para mí
Inmerecido por donde se mire:
En esto sí que soy intransigente
................................ He dicho

 

ROMPECABEZAS

No doy a nadie el derecho.
Adoro un trozo de trapo.
Traslado tumbas de lugar.

Traslado tumbas de lugar.
No doy a nadie el derecho.
Yo soy un tipo ridículo
A los rayos del sol,
Azote de las fuentes de soda
Yo me muero de rabia.

Yo no tengo remedio,
Mis propios pelos me acusan
En un altar de ocasión
Las máquinas no perdonan.

Me río detrás de una silla,
mi cara se llena de moscas.

Yo soy quien se expresa mal
Expresa en vistas de qué.

Yo tartamudeo,
Con el pie toco una especie de feto.

¿Para qué son estos estómagos?
¿Quién hizo esta mescolanza?
Lo mejor es hacer el indio.
Yo digo una cosa por otra.

martes, noviembre 29, 2011

Mapa desplegable del laberinto


Mapa desplegable del laberinto es el título del nuevo libro del escritor valenciano Alberto Torres Blandina. Debo admitir que oí hablar de este autor a raiz de leer en la prensa que se le había otorgado en París el Premio Europa a la mejor novela extranjera publicada en 2010 por su libro Cosas que nunca ocurrirían en Tokio. Me pareció sorprendente e indignante a la vez. Torres Blandina reconocía que su último libro, este Mapa desplegable del laberinto, se había publicado antes en Francia que en nuestro país. No termino de entender por qué ocurren estas cosas.

Alberto Torres Blandina es un autor joven con una carrera meritoria. Cosas que nunca ocurrirían en Tokio ganó también el premio Las Dos Orillas 2007. Niños rociando gatos con gasolina fue finalista del Premio de Novela Café Gijón en 2008. Y Hotel Postmoderno, una novela experimental escrita con Carolina Otero, Maxi Villarroya y Sergio Velasco, fue finalista del premio Azorín 2008. También ha publicado una novela infantil y es cantante del grupo musical Niñamala. Sus dos últimos libros han sido editados por Siruela.

Mapa desplegable del laberinto es una historia de amor, narrada a tres voces, tres personajes cuya conexión se irá definiendo, de modo fragmentado, a lo largo de la novela. Jaime, dueño de una tienda de fotografía, que guarda copia de las fotos de sus clientes, especialmente aquellas en las que éstos aparecen desnudos, que sueña con esas otras vidas que apenas vislumbra en imágenes sueltas, y que se siente misteriosamente atraído por una mujer que ve en un andén del metro. Alberto, aparente triunfador y mujeriego, que lleva a revelar las fotos de sus amantes a la tienda de Jaime, y que de pronto parece vivir su historia de amor definitiva. Y Elisa, el tercer eje del triángulo, la mujer que es víctima de una violación y cuya vida se desmorona. La relación entre estos tres personajes se entrelaza gradualmente.

Con una estructura fragmentada, al estilo de autores como González Iñárritu, Torres Blandina va componiendo su puzzle, sabiendo desde el principio dónde se dirige y conduciendo la historia con precisión. Su estilo es ágil, sin retóricas ni artificios. Y el libro nos atrapa desde las primeras páginas y se deja leer de tirón, con interés, que no es poco.


Extracto:

Sus razones no las sé. Cuando le preguntaba, inventaba historias, sin ningún pudor. Historias a veces descabelladas que no pretendían engañarme, ya que se contradecían. Mentiras que improvisaba o que tal vez había escuchado a otras personas, donde el protagonista era demasiado joven o demasiado viejo o incluso una mujer. Una vez le pregunté:

—¿Has dejado mucho atrás?

Comenzó a acariciarme el hombro.

—Perdí todo lo que tenía hace mucho. Durante años viví en la calle, ayudando a aparcar coches para sobrevivir. Un invierno morí de frío.

jueves, noviembre 24, 2011

La enfermedad del lado izquierdo


Esteban Gutiérrez Gómez es un escritor interesado principalmente en el género del relato. Imparte talleres literarios sobre el cuento y es asesor literario de la revista Al otro lado. Por otra parte, ha publicado tres novelas, El laberinto de Noé, El colibrí blanco, y ésta La enfermedad del lado izquierdo.

El protagonista de esta historia se enfrenta al desmoronamiento de su vida. Su mujer le denuncia por maltrato psicológico, apenas tiene contacto con sus hijos, su trabajo, pese a ser ascendido, carece de todo aliciente, el vacío que rodea su existencia amenaza con tragarlo y se manifiesta como una extraña enfermedad: Se le empieza a paralizar el lado izquierdo, el lado del cuerpo donde se aloja el corazón, órgano relacionado con la humanidad y la bondad. Comprende que debe huir de todo aquello que le agarrota, debe buscar su propia libertad, reconciliarse consigo mismo. Y esto lo hace en una casa en la sierra de Guadarrama, al pie de los Siete Picos, identificando el campo, la naturaleza, con lo más puro del ser humano. A partir de este momento, su vida comienza a reorganizarse y descubre nuevos significados respecto a la amistad y el amor.

En una historia de este tipo uno corre muchos riesgos, pero el autor los sortea gracias a la voz narradora, la voz del protagonista que, con dosis de humor, huye del tono solemne en que podría incurrir. Aún así, cierta influencia new age guía el recorrido vital del protagonista, esa huida capaz de reconciliarnos con nosotros mismos y alejarnos del encorsetamiento que nos impone una sociedad en la que uno parece que no puede detenerse ni a tomar aire, pues corre el riesgo de quedar rezagado.

El libro está narrado con un estilo dinámico, muy ágil, y se estructura en capítulos cortos enumerados de forma creciente hasta la mitad, y luego decreciente. Se lee de un tirón, con interés, y es de esos libros que se quedan dentro y nos invitan a reflexionar sobre las propias ataduras, sobre lo inamovible de ciertos convencionalismos.

Extracto:

Ella dijo, días después de la boda, que iba a tener dos hijos: uno en diciembre del año siguiente y otro, casi seguido, catorce meses después. Me quedé helado. Nunca habíamos hablado de ello. También dijo que se acabó fumar en la habitación (yo por entonces era un vicioso del tabaco), poner los pies con los zapatos de calle sobre las alfombras, tomar cañas con los amigos después del trabajo y, lo más importante, practicar sexo entre semana. Me mostró un calendario pintarrajeado en el que quedaban señalados los coitos anuales a los que tenía derecho, once en total. Siguió dictando reglas que tenía perfectamente escritas en un cuaderno de hule azul, y yo pensaba en qué era lo que había pasado, en que aquella mujer no era la misma que se sofocaba cada tarde en la parte de atrás del seiscientos susurrando placeres asquerosos en mis oídos. Fue entonces cuando decidí dejar de hablar.

lunes, noviembre 21, 2011

Nuevas reseñas

Blanca Vázquez ha publicado una reseña de "Los pequeños placeres" en "La República Cultural".

Pueden leerla aquí.

María García-Lliberós firmaba la reseña que apareció el viernes, 18 de Noviembre, en el suplemento Posdata del diario Levante EMV.
Dicha reseña la ha publicado en su blog "Crónica de lecturas".

Pueden leerla aquí.

Y también apareció el libro en el número de Noviembre de la revista gratuita "Mercurio".

viernes, noviembre 18, 2011

Esquina inferior del cuadro


Miguel Ángel Zapata va consolidando, paso a paso, una obra centrada en el cuento. Sus dos primeros libros eran de microrrelatos y en ellos se percibía con claridad tanto las preferencias temáticas de este escritor como su preocupación por el estilo: “Baúl de prodigios” y “Revelaciones y magias”, ambos editados por Traspiés. Ahora, la editorial Menoscuarto presenta “Esquina inferior del cuadro”, libro de relatos dividido en tres partes que refleja, de modo contundente, el oficio y capacidad de su autor.

Zapata da al lenguaje un protagonismo evidente, una retórica poética cuyo eco nos sumerge en ese mundo que parece encontrarse entre lo cotidiano y las pesadillas. Es necesario dejarse llevar por la musicalidad de la prosa, empaparse con la atmósfera densa y asfixiante, para adentrarse en ese mundo un tanto desolado, frío y apartado del cotidiano devenir, como ajeno a su tiempo.

Recuerdos de infancia en una casa aislada, con un primo más bien perverso, una relación de pareja marcada por la lectura de unos libros, protagonizados por una heroína de tebeo que acabará aniquilándoles, un monstruo encerrado en un trastero, el esperpéntico paseo en tanque de un anciano trasnochado o la patética espera de un diluvio imaginario. Asesinos de apariencia inofensiva, secretos encerrados en anodinos personajes, soledades anónimas donde se ocultan miserias y mezquindades. Un mundo en el que las historias de terror se ocultan en los rincones mas insospechados de una sociedad que envuelve todo lo que la conforma en una aparente normalidad. No es extraño que la televisión, ojo artificial que se empeña en colarse en los resquicios de las miserias humanas, aparezca en varios de estos textos.

Un libro que exige un esfuerzo por parte del lector, le propone entrar en su juego y, a cambio, lo sumerge en un mundo de sombras, de historias escondidas, de terrores y desencuentros, en una realidad deforme e inasible que pretende evitar nuestra mirada.


Extractos:

Ahora, sí, ahora es precisa una pausa, un cambio, una reconversión, devolver mis rasgos ayer perfectísimos a la feliz tertulia con los espejos de antes del accidente, a la idealidad que reclaman aplausos y focos, rota mi cara atravesando como martillo de piel el cristal de la luna delantera, amasijo veloz de sangre, dermis, gasolina quemada y rampante cavallino quebrando mis huesos, haciendo de Apolo una grotesca broma. Ahora que demando arquitecturas de la carne, inédito tabique nasal, costuras, implantes, rellenos, piezas dentales a esta boca de precoz anciano brutalmente desposeído, reconstrucciones desde el horror que nadie quiere mirar ya.


...

Apostarme en la ventana, desplegar mi tarea cósmica de observador más allá, más acá de todo, cuando la noche vierte su argot de tinieblas: los sonidos demasiado humanos, los ruidos bestiales, los susurros de las cosas abiertas en pulpa a la oscuridad. Sencillo perfil de los rostros y las voces del universo que se dibujan y hablan. Yo, astrónomo con zapatillas de paño, permito a mis pupilas su danza lenta en torno al mundo.

miércoles, noviembre 16, 2011

lunes, noviembre 14, 2011

Festival Eñe 2011

Se celebró la tercera edición del Festival Eñe.

Fernando Marías y Javier Olivares charlaron sobre El silencio se mueve y sobre Joaquín Pertierra, personaje de ficción que se convierte en alguien real de un modo irremediable.


Esther Tusquets contestó con desenfado las preguntas que algunos lectores habían enviado a través de la web de la revista.


Manuel Rivas y César Morán ofrecieron un espectáculo de música y poesía.


Teresa Solana dió una conferencia express sobre la novela negra.


Se dieron a conocer los nombres del ganador y los finalistas del concurso cosecha eñe 2011. Javier Calvo fue el ganador, con el relato "Nínive". Los finalistas fueron: Cristina Gálvez, Guillermo Saccomano, Martín Corredoira, Rafael Ventura, Diego Zarini, Mario Marín González, Carme García Parra, Jesús Zomeño y Rafael de la Fuente.


Jorge Volpi habló de las novelas como si se estuviera refiriendo a un virus que contamina lo que se pone a su alcance.


Luis Magrinyá leyó un texto a medio camino entre la ficción y la reflexión, con Harry Potter como protagonista.


Màrius Serra, Éric Beaumatin y Pablo Martín hablaron del Oulipo, la teoría de la contrainte, Perec y Quenau, en una charla francamente amena cuyo entusiasmo se contagió a todos los que estábamos escuchando.


Y, por supuesto, hubo mucho más. Me perdí eventos interesantes, pero uno no puede llegar a todas partes. El año que viene, más.
Por cierto, Ana María Matute sufrió una caída al finalizar la charla en la que participaba y, aunque al parecer no fue grave, espero que se recupere rápidamente.

jueves, noviembre 10, 2011

Gominolas para los patos


Hugo Izarra es una de esas personas que no pueden parar quietas un momento. Se embarca sin dudarlo en mil batallas, a pecho descubierto. Coordina y edita una de las más interesantes revistas culturales que uno puede encontrar en este momento, Standdart, escribe relatos y poemas que pueden leerse en su blog, Ruinas incompletas, y, por supuesto, se implica en proyectos solidarios como el que lleva a cabo SBQ solidario, a través de Luis Felipe Comendador: La publicación de textos, donados por sus autores, para destinar lo recaudado a causas humanitarias de diversa índole.
El primer título de esta colección es Gominolas para los patos, con ilustraciones de Matt Sesow. Los poemas de Izarra transmiten hastío, son contundentes como un puñetazo en la mesa, y nada escapa a su ira contra el mundo. La influencia de la narrativa norteamericana es innegable, de la agresividad de Bukowski a los desoladores cuadros de Hopper. La poesía de Izarra escarba en la soledad, en el amor, en la crueldad de una sociedad que aliena al individuo y pretende asfixiarlo. No exento de humor, la lectura de este libro nos sumerge en la visión descreída, ácida y con un punto justo de cinismo, de un mundo imperfecto e implacable contra el que lo único que podemos hacer es gritar, hasta que se hinche la vena del cuello y se nos quiebre la voz.
Les dejo una muestra:

CONSUMIR ANTES DE (VER FECHA)

La felicidad es un bien perecedero,
como la fruta y la leche, como las hortalizas,
como los refrescos con gas, como los zumos.
Perseveramos en negarlo, a pesar de todo.

La felicidad es efímera. Es delicada.
Luce espléndida en el carro de la compra,
en las bolsas relucientes del mercado,
dentro de su envoltorio de plástico.

Pero lleva una fecha de caducidad
tatuada en el dorso, e ignorarla sólo
lleva a provocar fatales accidentes,
evitables y ridículos, como el amor.


CHELSEA HOTEL NO. 3
A Leonard Cohen, que no lo leerá

Janis frunció el ceño
cuando vio mi cicatriz.

¿Qué ocurre?, pregunté;
¿Es que ya no te gustan
los hombres con heridas?

No me gustan las historias
que se repiten, dijo ella.

Y apoyó su espalda
en la ventana y miró
hacia otra parte.


Ahora acaba de salir el segundo titulo de la colección, Música para atravesar los túneles, igualmente con poemas de Hugo Izarra, prólogo de Montxo Armendáriz y fotografías de Miguel Núñez, editado, por supuesto, por Luis Felipe Comendador y el sello SBQ Solidario.
De este nuevo libro dice Izarra:
“Música para atravesar los túneles” no es un libro alegre, todo lo contrario, pero tampoco es un pastiche sentimental. Habla de distintas escalas de soledad, enfermedad y muerte, de ausencias y desencuentros, abandonado ya el victimismo insufrible de las primeras cositas que perpetraba cuando era más joven y tenía más pelo y menos panza que ahora. Se puede leer, creo yo, sin necesidad de cortarse las muñecas al acabar.

Los libros pueden pedirse a felipe@lfediciones.com, al módico precio de diez euros (envío incluido) y la enorme satisfacción de estar contribuyendo a una buena causa.


domingo, noviembre 06, 2011

Reseña de Elena Casero y entrevista de Antonia Romero

Reseña de "los pequeños placeres" en el blog "Ad-Libitum", de la escritora Elena Casero.
Pueden leerla aquí.


Y Antonia Romero ha tenido la gentileza de inaugurar una nueva sección en su blog, "Mientras esperas...", entrevistándome.


viernes, noviembre 04, 2011

lunes, octubre 31, 2011

Reseña de Juan Herrezuelo

El escritor Juan Herrezuelo publica en su blog, "Los pasadizos del Loser", una reseña sobre mi libro "Los pequeños placeres".




jueves, octubre 27, 2011

"Los pequeños placeres" en Madrid






Imágenes de la presentación del libro "Los pequeños placeres" en Madrid, en la librería Tres Rosas Amarillas, donde estuvimos muy cómodos y con un agradable ambiente literario que agradezco enormemente a todos los que se pasaron por allí.

domingo, octubre 23, 2011

Presentación de "Los pequeños placeres" en Madrid


El miércoles, 26 de Octubre, a las 20:00 horas, presentaré el libro "Los pequeños placeres" en Madrid, en la librería Tres Rosas Amarillas, sita en la calle San Vicente Ferrer, 34.

Me acompañará Hilario J. Rodríguez.

Quedáis todos cordialmente invitados.

jueves, octubre 20, 2011

Presentación en Valencia



Mi agradecimiento a todos los familiares y amigos que me arroparon en la presentación del libro "Los pequeños placeres", y especialmente a Pepe Cervera, por sus amables palabras.

lunes, octubre 17, 2011

Presentación en Valencia


El miércoles, 19 de Octubre, a las 19:30 horas, presentaré el libro "Los pequeños placeres", en la Casa del Libro de Valencia, sita en Passeig Russafa, nº 11.

Contaré con la inestimable colaboración de Pepe Cervera.

Quedáis todos cordialmente invitados.

martes, octubre 11, 2011

HFS - Javier Marías


Javier Marías conversa con el escritor Juan Gabriel Vásquez. Se cumplen cuarenta años desde la publicación de su primera novela, “Los dominios del lobo”. Además, hace unos días cumplió sesenta años de edad; y afirma no haberlo aceptado aún.
Es la segunda vez que Marías acude al Hay Festival de Segovia y la expectación ahora, como entonces, es máxima. La cola en la entrada era interminable. El evento está abarrotado de gente y han tenido que añadir sillas.
Juan Gabriel Vásquez, excelente escritor colombiano que acaba de publicar un libro del que la crítica habla muy elogiosamente y con el que ha ganado el Premio de Novela Alfaguara 2011, y que además tiene un título magnífico, “El ruido de las cosas al caer”, inicia la charla preguntándole a Marías por los escenarios de sus novelas. Parece, le dice, que por fin se decide a situar a sus personajes en España.
Marías habla de la identidad y empieza una digresión recordando que hay cosas que permanecen con uno toda la vida. Una de ellas suele ser el nombre, aunque hay quien se lo cambia. De hecho, él se lo cambió, ya que se llamaba Xavier, con X, y esto siempre le traía problemas, tenía que puntualizarlo siempre y le resultó más práctico cambiarlo. Otra de las cosas que conforman la identidad es la memoria. Y la persona con el nombre y los recuerdos de Javier Marías, que recuerda perfectamente todo lo relacionado con la composición y publicación de su primer libro, siente perplejidad ante lo que se escribe de él, siente a veces que se trata de otra persona. Todavía no ha visto muchas de las cosas que sesudos críticos dicen ver en su obra.
Dice que escribió “Los dominios del lobo” con absoluta irresponsabilidad, para su propia diversión. Está ambientada en EE.UU. y es quizá la más cinematográfica de sus novelas. Él siempre ha dicho que empezó a escribir para leer más. Le gustaban los libros de aventuras. Y una de las primeras cosas que le reprocharon fue que por qué no hablaba de lo que conocía. Piensa que esto era porque entonces todavía prevalecía el realismo social que, en su opinión, ha hecho mucho daño a la literatura, pese a sus buenas intenciones, a sus velados mensajes políticos, a su deseo de luchar contra la dictadura, a su aspiración de concienciar a los lectores, pero que en realidad produjo, en opinión de Marías, obras poco elaboradas, simples y ramplonas. Durante mucho tiempo tuvo una reacción contra la generación anterior, contra el realismo social. Y no hablaba sobre lo que conocía, tal como se le reprochaba, porque no quería.

Juan Gabriel Vásquez le plantea que, por primera vez, el narrador de un libro suyo es una mujer. Y Marías cuenta que él fue el quinto niño de su familia, aunque uno murió y él siempre se ha recordado el cuarto, pero en realidad era el quinto y estaba previsto que debía ser una niña. De hecho, tenía elegido incluso el nombre, Constanza. Se trata de una anécdota divertida y juega con ella para justificar esa primera persona femenina de su último libro. No obstante, termina afirmando que no cree que en el fondo esa voz narrativa resulte muy diferente a la de sus otras novelas.


Para él escribir es un proceso lento. Al principio, incluso, muy lento. Escribe igual media página y luego no escribe nada en semanas o meses. En este caso, el de su último libro, “Los enamoramientos”, le costó mucho. Se debe tener en cuenta que su trilogía “Tu rostro mañana” le ha supuesto mucho esfuerzo. Ha estado mucho tiempo en un mismo mundo, con unos mismos personajes, así que lo primero que sintió al emprender este nuevo proyecto fue una sensación de extrañeza.
Aprovecha entonces Juan Gabriel Vásquez para plantearle si ese fue el motivo por el que se trajo personajes de otros libros. Javier Marías dice que no, que eso de traer personajes de otras novelas ya lo había hecho en otras ocasiones. Y este asunto desemboca en su “manía” de sacar al profesor Francisco Rico en varios de sus libros. Y parece que el origen de este asunto se encuentra en la novela “Corazón tan blanco”, donde lo sacó encarnado en el personaje del profesor Villalobos. En ese momento, el propio Francisco Rico le dijo que si lo volvía a sacar en alguno de sus libros, que lo hiciera con su propio nombre. Y esto es algo que se ha convertido ya en una especie de marca de fábrica.

Finalmente, habla la presencia del mal en su último libro, de la capacidad del ser humano para hacer daño. Dice que la idea inicial fue platear la historia de una mujer que se quedara, a sabiendas, con quien ha causado su desdicha. Esta idea, como suele ocurrir, quedó prácticamente fuera de la novela en el resultado final.
Le plantea entonces Gabriel Vásquez que mucho de lo que pasa en sus novelas, no ocurre realmente sino que pasa en la cabeza de sus narradores. Son especulaciones a las que puede dedicar, como ocurre en este último libro, hasta trece páginas. Y Marías responde que se trata de una cuestión técnica (tal vez aburrida para el público, puntualiza) que tiene que ver con su elección personal de narrar en primera persona. La primera persona, explica, tiene ventajas e inconvenientes, y uno de los principales inconvenientes es que el narrador tiene siempre que justificar lo que sabe. Por ese motivo, para intentar sortear esa dificultad, utiliza esas escenas imaginarias o especulativas.

La charla llega a su fin y todos, incluído Marías, nos asombramos de lo rápido que ha pasado el tiempo. Termina puntualizando su idea de que la novela no es una forma de conocimiento, sino de reconocimiento. “Hay cosas que uno reconoce y descubre a la vez cuando las ve reflejadas en una novela”.

domingo, octubre 09, 2011

Félix Romeo


Recuerdo que leí la reseña de un libro titulado “Gloriosos fracasos”, de Paul Collins, y el reseñista (que me perdone, pero no recuerdo ahora su nombre) decía que le había recomendado la lectura de ese libro Félix Romeo, un hombre que lo leía absolutamente todo.


Compré más de un libro recomendado por el propio Félix Romeo. “Fui hija de supervivientes del holocausto”, por ejemplo. Y leía con interés sus textos en el ABC cultural, textos en los que dejaba bien patente su voracidad lectora, su curiosidad sin límites, su entusiasmo contagioso cuando encontraba un buen libro.
Yo no le conocía personalmente. Tengo aquí ahora mismo sus tres libros: “Dibujos animados”, “Discotheque” y “Amarillo”, un libro intenso sobre el suicidio de su amigo Chusé Izuel. También tengo el libro del propio Chusé Izuel, “Todo sigue tranquilo”, editado póstumamente por Ediciones Libertarias, gracias al empeño de Bizén Ibarra y Félix Romeo, sus amigos.




Vi a Félix Romeo en varias ocasiones: En el Festival Hay de Segovia presentando a Mario Vargas Llosa o charlando con David Trueba o con Javier Cercas o con Jesús Ferrero y Edgardo Cozarinsky. La última vez que le vi fue en el Festival Eñe del año pasado, charlando con gran complicidad y admiración mutuos con el escritor Javier Tomeo. Cuando le preguntaron a Tomeo cuántos libros había escrito contestó: “Eso lo sabe mejor Félix que yo”.



La noticia de su muerte sorprende como un mazazo. Tenía 43 años y ha muerto de un infarto, una muerte repentina, inesperada.
Quienes seguimos de un modo u otro esta especie de droga que es la literatura sentimos que hemos perdido una voz importante.
Dicen que ha dejado un libro inédito.

jueves, octubre 06, 2011

HFS - El oficio de escribir


Tres escritoras, desconocidas para mí hasta entonces, charlaron distendidamente sobre el oficio de escribir y, por tanto, sobre ellas mismas y su relación con la literatura. Se trataba de Gail Jones, australiana, Tiffany Murray, británica, y Kishwar Desai, escritora india residente en Reino Unido, todas ellas galardonadas con importantes premios, que estuvieron moderadas por la periodista de The Telegraph Gaby Wood. Cada una de ellas expuso sus preferencias, su experiencia y sus opiniones sobre el oficio de escribir.
En primer lugar hablaron de sus influencias. Mientras Desai identificaba las novelas del oeste de su hermano como una de sus más tempranas influencias, Gail Jones afirmaba haber crecido en un lugar sin bibliotecas y reconocía al cine como su mayor y más temprana influencia. De hecho, le interesa mucho la diferencia entre la imagen y la palabra, incluso empezó como pintora antes que como escritora. Tiffany Murray reconocía, por su parte, a la música como una importante influencia para ella.
Kishwar Desai empezó siendo periodista. Llegó a la escritura por medio de ensayos y artículos. Su primer libro fue una biografía sobre dos estrellas de cine indios. Su primera novela la escribió porque estaba enfadada y tenía una necesidad de volcar de algún modo un sentimiento de indignación.
Gaby Wood les plantea si piensan en el destino de la novela cuando se ponen a escribir, si piensan en el lector.
Tiffany Murray dice que tiende a no pensar en el lector. Le resulta difícil cuantificar los efectos que quiere o puede producir con sus escritos. A menudo, los festivales y los grupos de lectura descubren matices que le sorprenden.
Kishwar Desai dice que pretende comprometerse con un personaje que tenga un propósito y encuentra difícil concebir sus novelas desde el punto de vista del lector. Afirma que los personajes cobran vida cuando empiezas a escribir. Se van desarrollando y adquiriendo sus propias voces, de modo que deben ser fieles a sí mismos y esto determina la trama en ocasiones. Cree que hay algo inconsciente en el proceso de escritura, algo intuitivo que destila incluso la documentación que haya podido reunir. Hay que pensar en el público en el sentido de que hay libros que van dirigidos a niños o a amantes de un determinado género, pero a partir de ahí la historia es la que manda.
Gail Jones cree que tener un programa es la muerte de la novela. Tiene una formación académica, pero procura olvidarse de ella cuando escribe. Ella cree que existe algo así como una economía del regalo, un beneficio añadido, momentos que nos conmueven y que descubrimos gracias a nuestros lectores. Hay efectos que van más allá de las intenciones iniciales y que han surgido de un modo inconsciente y misterioso. Ella piensa que hay algo metafísico, una especie de misterio espontáneo en la estructura de un libro que, en cierto modo, determina la evolución de la historia.


Tiffany Murray dice que suele empezar con una imagen, un lugar, y desde ahí avanza. Y es misterioso el mecanismo de este proceso. A veces hay que romper la rutina. Cuestiones que te están planteando un problema pueden resolverse al cambiar radicalmente de ambiente. En un concierto al que asistió en Chicago, por ejemplo, se le ocurrieron cosas determinantes para el libro en el que estaba trabajando.
Kishwar Desai confiesa riendo que ella se fija plazos artificiales y le funciona. Se dice: “tengo que terminar este libro antes de cumplir los cincuenta” y entonces empieza a ser resolutiva y deja de darle vueltas a ciertas cuestiones que la estaban bloqueando. Para ella escribir ficción fue una liberación en contraposición con el periodismo, donde te podían poner un pleito por tu forma de plantear un reportaje. La ficción le permitía saltarse las normas y, además, como ya existía el realismo mágico cuando empezó a escribir, sus personajes podían hasta volar.

Los libros de Tiffany Murray suelen tener un trasfondo histórico y estar narrados en tercera persona. Se da cuenta que todas sus novelas se centran en casas, casas en las que hay secretos. Para ella el lugar es muy importante.
A Gail Jones, por su parte, le interesan especialmente las experiencias interculturales. Su último libro se centra en cuatro personas que proceden de lugares muy diferentes. Se basa en ese modelo de confrontación de identidades culturales.
Kishwar Desai cuenta que su primera novela trataba sobre un crimen horrible. Un trabajador social empieza a investigar este suceso y se encuentra con otra cosa verdaderamente espantosa, algo que ha estado ocurriendo en la India durante años, el infanticidio, el asesinato de niñas, que ha estado produciéndose en la India, y también en China, durante años, hasta el punto de que se puede hablar de un auténtico genocidio. Treinta millones de niñas han sido asesinadas en India y es algo que se tiene que denunciar. Existe una preferencia por los varones, es algo cultural que no se resuelve cuando las familias emigran, ya que suelen llevar su cultura consigo. Dice que se da el caso de poblaciones en los que no se ha registrado nunca el nacimiento de una niña. Es terrible el problema y sintió la necesidad de escribir sobre ello. No como un reportaje, sino desde la ficción, ya que de este modo consigue que el lector se involucre más en lo que se está contando. La ficción tiene una fuerza emocional mayor que la no ficción.


También se planteó la cuestión de la deuda que se tiene con otros escritores. Se puede decir, incluso, que todos los libros son secuelas.
Gail Jones está de acuerdo con que somos lo que leemos y, al escribir, honramos en la medida de nuestras posibilidades a nuestras lecturas. Es parte de la esencia del escritor.
Tiffany Murray dice que incluso establece una lista de lecturas cuando se enfrenta a una novela. Libros que quiere leer y que la hacen no sentirse tan sola en su proceso creativo.

En el turno de preguntas del público se planteó la cuestión de si existe una literatura femenina. Rápidamente, Kishwar Desai, que es la más expresiva de las tres, afirma que sí, en el sentido de que ella reacciona ante un sentimiento de injusticia hacia la mujer. Por su parte, Gail Jones duda en su respuesta. No se trata de una militancia ni un compromiso, pero, obviamente, en su trabajo influye su experiencia, y se trata de su experiencia como mujer. Tiffany Murray cree que es el mercado el que hace divisiones, piensa que es una cuestión de marketing. En su opinión, sólo existe la ficción literaria, en sentido amplio, sin compartimentos.

La charla llega a su fin. Ha resultado muy interesante, pero no deja de parecerme curiosa la presencia de estas tres escritoras, desconocidas en nuestro país, en este festival. De hecho tan sólo la novela “La memoria de la luz”, de Gail Jones, está publicada en España.

domingo, octubre 02, 2011

HFS - Janne Teller


Janne Teller es una escritora danesa, autora del libro titulado “Nada”, con el que ha causado no poco revuelo. Ha provocado un fuerte debate que ella, al principio, no entendía. Se llegó a decir que el libro incitaba a los niños al suicidio.
Janne Teller es una mujer alta y delgada. Va vestida de negro. Su tono de voz es suave. Ella dice que es importante plantearse las grandes cuestiones como qué hacemos aquí o cuál es el sentido de la vida a una edad joven, porque luego ya es tarde para ello. Luego uno ya ha hecho sus elecciones fundamentales y ya no le interesa reflexionar sobre estas cosas.

Lee las primeras páginas del libro.
“Nada” cuenta la historia de un niño de catorce años que piensa que no vale la pena hacer nada, puesto que nada tiene sentido. Sus amigos y compañeros se proponen hacerle ver que está equivocado y están dispuestos a encontrar algo que sí tenga sentido. Al principio se plantea como un juego pero, poco a poco, el asunto se va complicando. Cada vez cuesta más renunciar a las cosas que le llevan al protagonista. Una niña le entrega sus papeles de adopción, porque son realmente importantes. Otro lleva una bandera. Otro un crucifijo, Otro una alfombra para rezar... Se van convirtiendo en una especie de fanáticos de la búsqueda del sentido de la vida.
Se ha dicho que se trata de un libro pesimista, con una gran carga de violencia. Un libro nihilista y sin esperanza.

Teller insiste en que el libro plantea una búsqueda y que la violencia tan sólo es un elemento que subyace en ella. Es un resultado de dicho planteamiento, pero en modo alguno era el objetivo del libro.

El título confunde a los lectores porque les induce a pensar que ella quiere decir que, en verdad, la vida no importa nada. Pero Teller niega esta conclusión categóricamente. Para ella el título representa precisamente lo contrario, se trata del temor, de la amenaza, del abismo que es preciso llenar. Por otra parte, no podemos sacar conclusiones, no podemos responder si hay Dios, tan sólo sabemos que es fantástico estar vivos. Sólo sabemos que estamos aquí y ahora y eso está bien.  


Para ella escribir es un medio para intentar aprender. Adora la escritura porque puedes crear un universo y ponerte en el lugar de los demás.

Piensa que si los protagonistas fueran adultos, la historia perdería fuerza. No obstante, el libro está siendo leído tanto por jóvenes como por mayores. Además, la narradora en realidad está contando la historia siendo una mujer de más o menos veintiún años.

Marian Hens, la entrevistadora, insiste en el pesimismo que transmite la historia y se pregunta si se ajusta este libro a nuestro mundo actual.

Janne Teller es contundente: Sí. Los jóvenes se identifican con lo que cuenta. Hoy en día se atrae nuestra atención en tantas direcciones, se nos proporciona tanta información de usar y tirar, que falta tiempo para la reflexión. Estamos en una sociedad cada vez más veloz y competitiva.

Ella cree que no hay una única juventud. Hay muchos grupos diferentes. Las redes sociales no significan necesariamente una alienación. Pueden ser utilizadas de muchas maneras. Unos las usan para hacer una revolución, otros aspiran a conseguir una fama gratuita. Se mueven en el mundo que nosotros hemos creado y buscan su sitio según los patrones que les enseñamos.

Por otra parte, hay en nuestra cultura un excesivo proteccionismo que es contraproducente. Ella cree que, en general, en Escandinavia son menos protectores con la infancia. Por eso no pensó que su historia pudiese resultar escandalosa o despertar el debate que ha provocado en muchos sitios.

El libro lo escribió hace diez u once años, pero ha sido en los últimos años cuando el número de lectores ha aumentado de forma significativa. Inicialmente, ella envió el manuscrito a su editorial y lo rechazaron. Un tiempo después, de forma inesperada, otra editorial se puso en contacto con ella para decirle que habían leído el manuscrito y que les había gustado y que estaban dispuestos a publicarlo. Ahí empezó su aventura.

lunes, septiembre 26, 2011

Hay Festival Segovia 2011



Me resistía a renunciar al Festival. Significaba una ruptura brusca. Pero el compromiso familiar era ineludible. Además, siempre es la familia la que paga la pequeña locura de quien suscribe y esto no es justo. No obstante, el plan secreto se fue fraguando en mi mente, ajustando horarios, transporte, posibilidades... Y finalmente dejé de darle vueltas al asunto y me fui a Segovia el viernes. Tan sólo pude acudir a tres actos, pero algo es algo.

1.- Janne Teller en conversación con Marian Hens
2.- Gail Jones, Tiffany Murray y Kishwar Desai en conversación con Gaby Wood
3.- Javier Marías en conversación con Juan Gabriel Vásquez

En breve les cuento...

martes, septiembre 13, 2011

De esto y lo otro

Acabaron las vacaciones. Acabaron, en realidad, hace un par de semanas, pero no me había acercado por aquí. No sé si es pereza la palabra. Tal vez esté más cerca de un bloqueo (espero que leve). Me siento delante del ordenador, pero las ideas no se materializan. En realidad, yo quería empezar esta etapa con una foto de los ejemplares que la editorial me tiene que enviar de “Los pequeños placeres”. Pero aún no los he recibido. Acaban de decirme que esta semana llegarán. Es posible que esta espera sea la que me tiene un poco atascado. No sé.

Por otra parte, dos noticias me deciden a redactar esta entrada. Dos noticias que quiero compartir.

Ha salido la lista de finalistas del Premio Setenil al mejor libro de relatos 2011:

"Los ojos de los peces", de Rubén Abella (Menoscuarto)
"Vidas prometidas", de Guillermo Busutil (Tropo)
"Pasadizos", de Juan Herrezuelo (Instituto de Estudios Almerienses)
"Tanta pasión para nada", de Julio Llamazares (Alfaguara)
"Los pobres desgraciados hijos de perra", de Carlos Marzal (Tusquets)
"El heladero de Brooklyn", de Fernando Molero Campos (Alhulia)
“Los muertos, los vivos”, de Beatriz Olivenza (Torremozas)
“Ficcionarium”, de Fernando Palazuelos (Baile del Sol)
“Distorsiones”, de David Roas (Páginas de Espuma)
“Cuentos rusos”, de Francesc Serés (Mondadori)

Y le deseo al buen amigo y excelente escritor Juan Herrezuelo, mucha suerte en esta recta final.

Por otra parte, otro premio, el Tigre Juan, en su XXXIII edición, ya tiene también sus finalistas:

“La nueva taxidermia”, de Mercedes Cebrián
“Pampanitos verdes”, de Óscar Esquivias
“Diarios”, de Iñaki Uriarte
“El ciclista de Chernóbil”, de Javier Sebastián

Y en este caso le deseo mucha suerte a Óscar Esquivias.
Al margen de las preferencias del corazón, inevitables, son dos interesantes listas de buenos libros a tener en cuenta.

Y otro premio que se falló ayer, martes y trece, el Ateneo Ciudad de Valladolid que ha recaído en la escritora María Zaragoza por su novela “Los alemanes se vuelan la cabeza por amor”. Me encanta el título.

En otro orden de cosas, acaba de salir el programa del Festival Hay de Segovia que tendrá lugar los días 23, 24 y 25 de Septiembre principalmente. Nombres interesantes como David Vann, Javier Marías, David Mitchell, Alicia Giménez Barlett, Juan Cruz, Juan Gabriel Vásquez, Jordi Soler, Elmer Mendoza, etc.
No he faltado a ninguna edición de este festival desde que se inauguró, bien lo saben quienes siguen este blog desde el principio. Pero este año un ineludible compromiso familiar me va a impedir cumplir con la cita. Lo siento en el alma. Me planteo la posibilidad de ir el viernes por la tarde y regresar por la noche... En fin, locuras que se me pasan por la cabeza.

viernes, julio 29, 2011

Los pequeños placeres

Próximamente...


Sí, ya está cerca.

¡La editorial Paréntesis publica mi libro de relatos “Los pequeños placeres”!


21 relatos.


En Septiembre saldrá a la venta.



Si os apetece, podéis leer uno de los cuentos pinchando aquí.



Texto de la contraportada:

La vida es demasiado breve, y uno siente que debe disfrutar de los pequeños placeres que ofrece. Sin embargo, no es tarea fácil, ya que resulta necesario ignorar las tragedias que suceden a nuestro alrededor, tragedias que podemos encontrar en nuestra pareja, en nuestro propio hijo, en un vecino, en un antiguo compañero de clase o incluso en un desconocido.

Los relatos de “Los pequeños placeres” nos hablan de soledad, del fin de la inocencia, de la incomunicación, del dolor, el remordimiento y la violencia; pero, por encima de todo, nos hablan de seres humanos, gente corriente atrapada en la trampa de la vida, gente que intenta mantener el control cuando las cosas empiezan a distorsionarse.


Y con este notición me despido hasta Septiembre.

Sí, me voy de vacaciones.

¡Feliz verano a todos!

martes, julio 26, 2011

Secuestrados



Una de mis pasiones cinéfilas inconfesables es el cine de terror. He de reconocer que me gusta que una trama me mantenga pegado al sillón y con el corazón en un puño. Y eso es exactamente lo que ofrece y lo que da “Secuestrados”, de Miguel Ángel Vivas. Un artefacto milimétricamente calculado que consigue meter al espectador en una atmósfera claustrofóbica y de una violencia creciente.

Una familia, padre, madre e hija, acaban de trasladarse a una nueva casa. Un lujoso chalet en una privilegiada zona residencial. De pronto, tres encapuchados irrumpen en el hogar y la tensión se dispara. En manos de unos desconocidos, el pánico y la impotencia van minando a los secuestrados, que lo único que pueden hacer es intentar sobrevivir en un espacio cuyas reglas desconocen. En una situación así no hay héroes, sólo víctimas en estado de shock y de indefensión.

Los actores están perfectos en sus papeles, transmitiendo una intensidad y un realismo francamente perturbadores. Fernando Cayo, el padre, intentando mantener la calma, Ana Wagener, una madre absolutamente desbordada por las circunstancias, y Manuela Vellés, la niña mimada que se encuentra de pronto en el centro de un mundo dantesco.

Por supuesto, una de las bazas de esta película es el modo en que está rodada. Doce planos secuencia, sin cortes, que nos llevan de un lado a otro de la casa, de uno a otro de los personajes, sin detenerse, sin darnos tregua, lo cual demuestra una planificación elogiable. Y consigue, con un estilo nervioso que se va acelerando conforme avanza la trama, que nos sumerjamos en ese ambiente cerrado y angustioso. Un film no apto para todos los estómagos, de una violencia extrema y una claustrofobia casi inaguantables. Un film arriesgado, hiperrealista y eficaz.

Trailer:

miércoles, julio 13, 2011

El escritor

El escritor se sienta frente a la pantalla del ordenador dispuesto a renovar el género del relato corto. Algo innovador. Algo que no haya hecho nadie. Algo rompedor. El futuro de la narrativa breve. La pantalla parpadea. El escritor piensa. Tal vez narrar la historia al revés. O alternar voces narrativas. La primera y la tercera persona. El presente y el pasado. Quizá romper la estructura. Fragmentos desordenados. Mezcla de lenguaje científico y lenguaje literario. Metaficción. Personajes reales y personajes inventados. Biografía y fantasía. Mezcla de géneros. Western y Ciencia Ficción con unas gotas de terror gótico. Narrador omnisciente y monólogo interior. El escritor se desespera. Se levanta de la silla y da vueltas por el cuarto. Todo lo que se le ocurre parece haber sido ya hecho con anterioridad. ¡Maldito Cortázar! Inventar un lenguaje nuevo. Utilizar las abreviaturas de los mensajes electrónicos. Historia de amor en un chat. Golpea la mesa con furia. Y de pronto tiene una idea. Estira los dedos y comienza a teclear el principio: Érase una vez…

domingo, julio 03, 2011

Asco


“Asco” es un libro sobre un crucero, o mejor dicho, sobre el modo en que el protagonista, el propio autor, observa todo lo que le rodea en un crucero. Un crucero que resulta ser el mismo que realizó el escritor norteamericano David Foster Wallace para escribir el reportaje titulado “Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer”. Un crucero que se convierte en un catálogo de actitudes, de excesos, de comportamientos desinhibidos, propios de una situación de desmadre propiciada por un estado en el que se supone que uno debe divertirse y que suele denominarse “estar de vacaciones”.

El narrador adopta una actitud bernhardiana, de intransigencia y desprecio hacia las groserías, la falta de educación, los concursos denigrantes, los buffets pantagruélicos, las excursiones agotadoras, las bromas fuera de lugar, las actitudes irrespetuosas hacia los que están realizando su trabajo, etc. etc. Suele ser taxativo en sus aseveraciones y, aunque su primera intención es sólo la de observar, lo cierto es que termina juzgando todo lo que ve, adoptando una actitud beligerante e intransigente ante lo que le parece intolerable, y no duda en admitirlo: Indico y, a posteriori, juzgo, pero no hice nada para evitarlo ni lo haré si me topo en lo sucesivo con escenas similares.

El libro va narrando el itinerario del crucero, presentando situaciones grotescas, galas esperpénticas, pero también describiendo lugares, el encanto de las ciudades que van recorriendo, todo escrupulosamente estructurado y programado. Un libro que fluye sin tropiezos, pese a los diferentes planos que va combinando. Podría ser un libro de viajes sin serlo, también un reportaje cuyas reglas no respeta. Mientras escribe, compara sus vivencias con las que narra Foster Wallace en su libro, acudiendo incluso a sus palabras en alguna que otra ocasión. También recurre a citas de libros o incluso de la wikipedia para completar una descripción. El lado real de lo narrado lo aleja de la novela, así como el posicionamiento subjetivo ante lo que se va encontrando lo acerca a una narración de corte testimonial. Y, como último dato, éste anecdótico, espero que disculpen la licencia, aún se produjo en mi caso un paralelismo asombroso con lo que ocurría a mi alrededor. Me explico. Yo leía el libro mientras realizaba un viaje en tren junto a un numeroso grupo de personas mayores, jubilados seguramente, que resulta que ¡regresaban de un crucero! Y mientras yo leía los pensamiento de ese narrador airado ante el afán de consumismo y la impostada desesperación por comer y fotografiar todo lo habido y por haber, el grupo a mi alrededor narraba sus experiencias y recordaban los lugares visitados a cámara rápida. Una coincidencia francamente desconcertante.

“Asco” es un libro que escapa a las generalizaciones, que no se deja clasificar con facilidad, un libro que respira sinceridad y que aboga por cosas tan desgraciadamente devaluadas como la buena educación, el respeto hacia los demás y las buenas maneras que deberían regir nuestra convivencia. Un libro que denuncia la debilidad del individuo ante la masa, cómo el comportamiento colectivo parece escapar al control de cada uno de sus componentes, cómo se pierde la compostura ante todo aquello que se nos ofrece incluido en un precio que pretendemos amortizar a toda costa y cueste lo que cueste. Un libro sobre nuestra actitud ante lo que nos rodea, nuestro papel en la comedia humana. Un libro, en definitiva, que se lee con interés, que fascina e indigna, que divierte e ilustra.