lunes, abril 28, 2014

Cristina Sánchez Andrade - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Creo que por un desacuerdo con la realidad. Si estuviera del todo satisfecha, si me sintiera siempre reconciliada con el mundo, no tendría la necesidad de crear realidades imaginarias o ficticias. Se podría decir que escribo para “vengarme” del mundo, de lo que no me gusta, para aliviar la tensión de secretos sepultados, obsesiones y recuerdos ocultos.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

En realidad no tengo muchas manías ni supersticiones. Creo que lo único que funciona a la hora de escribir es la rutina, la aburrida rutina, marcarse un espacio de tiempo para dedicarse a ello e intentar cumplir con los horarios. No escribo por inspiración porque no puedo esperar a que aparezca, más bien, como decía Cela: “que la inspiración me pille trabajando”.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Van variando a lo largo del tiempo, lógicamente, pero yo diría que el tema de la individualidad, es decir, de no caer en el borreguismo generalizado, en no quedar anulada por la masa (que, por otro lado, tanta seguridad proporciona), es algo que siempre me ha preocupado o que está de trasfondo en mis novelas. Esto tiene mucho que ver con la libertad y con el miedo que genera la libertad. En una de mis novelas hay un personaje colectivo que es una congregación de monjas que actúa como una única conciencia. Es un poco la extrapolación de nuestra sociedad y de lo que ocurre hoy en día con mucha gente, con esa incapacidad de pensar y de actuar por nosotros mismos. Pero muchas veces el problema es saber lo que se quiere, lo que se piensa y lo que se siente… No todo el mundo sabe ni esto.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Algo que siempre aconsejo a mis alumnos de talleres de narrativa es saber cuál es el tema de sus relatos o novelas. No hace falta saberlo desde el principio, porque uno empieza a escribir muchas veces desde la intuición, pero cuando la narración ya está avanzada, es conveniente plantearse mínimamente sobre qué estamos escribiendo y tenerlo presente para que la escritura no se desborde y acabemos haciendo algo inconexo y poco compacto que jamás llegará al lector.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Me dejo llevar por la historia, o más que por la historia, por el personaje. El personaje es como un sueño; tú no lo escoges sino que se te “impone”. Y este personaje es el motor de la historia. Siempre he dicho que cuando el personaje funciona, ya tienes más de la mitad hecho. Hay que sentir que ese personaje es independiente de ti, que tiene sus gustos, su manera de ser y que toma decisiones. Ahora, eso sí: como comentaba antes, uno tiene que saber cuál es su tema para que la escritura no se descontrole. Al final, el escritor (y no el personaje) es Dios.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Pues como todo, depende de la época. Ahora me gustan mucho las autoras americanas del gótico sureño, Carson McCullers, Katherine Anne Porter, Eudora Welty y sobre todo Flannery O’Connor.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Mi última novela se llama Las Inviernas. Este es un resumen de la contra del libro:

Galicia, años cincuenta. Dos hermanas regresan a Tierra de Chá después de una larga ausencia, muy unidas por un hecho oscuro cometido en el pasado, y también por su pasión por el cine y la vida de los artistas de Hollywood. Vuelven a la que fue la casa de su abuelo, de la que tuvieron que huir cuando eran niñas, y donde hombres y animales conviven bajo el mismo techo. En Tierra de Chá, nada y todo ha cambiado, las gentes, la pequeña casa lejana bajo la lluvia, el olor acre del tojo, las flores, las cosechas, las costumbres... Pero las fronteras entre la verdad y la mentira, los recuerdos y la realidad son difusas. Por algún motivo, el regreso de las hermanas trastoca la plácida existencia de los habitantes de la aldea. ¿Por qué nadie quiere hablar de don Reinaldo, el abuelo? ¿Qué ocurrió durante la guerra que ahora les ocultan? ¿Por qué las llaman así, «las Inviernas»?
Las subidas al monte con la vaca; la costura; las discusiones; la novela de la radio que las hace llorar: a pesar de todo, la rutina acaba imponiéndose poco a poco. Pero cuando, a la caída de una tarde de verano, una de las Inviernas escucha en la radio la noticia de que la famosa actriz americana Ava Gardner, «el animal más bello del mundo», tiene previsto viajar a España, Tossa de Mar, para rodar una película en la que buscan dobles, las hermanas no tienen ninguna duda de que al fin ha llegado la oportunidad de convertirse en las actrices que han estado esperando toda su vida...
En paralelo, una serie de acontecimientos están teniendo lugar en la aldea: una vieja centenaria revela que don Reinaldo le pagó dinero para quedarse con su cerebro cuando muriera, con el fin de investigarlo. A partir de que este macabro hecho se hace público, todos los habitantes empiezan a inquietarse. Poco a poco, mientras pasado y presente se funden y entrecruzan, vamos descubriendo quién fue don Reinaldo, qué hizo y por qué tuvieron que huir sus nietas. También descubrimos qué hecho misterioso hizo regresar a las Inviernas a tan recóndito lugar.
¿Conseguirán las hermanas hacer realidad su sueño de convertirse en actrices o quedarán atrapadas en la ciénaga del remordimiento?

Cristina Sánchez-Andrade nos regala una deliciosa historia con tintes de los grandes clásicos de nuestra literatura, mezclando hábilmente la ficción con los hechos históricos –la revolucionaria llegada de Ava Gardner a España en los años cincuenta para rodar Pandora y el holandés errante–, dosificando de forma magistral la intriga, y aportando un sutil e ingenioso sentido del humor, haciendo de las Inviernas dos personajes perversos y a la vez entrañables que se quedarán con el lector mucho tiempo después de su lectura. Esta novela es, además, un homenaje a Galicia y a la tradición oral, a todas las historias que se cuentan en las casas, al amor de la lumbre en las noches. En las noches frías de invierno.


Cristina Sánchez-Andrade (Santiago de Compostela, 1968) es escritora, crítica literaria, traductora y coordinadora de varios talleres de narrativa. Licenciada en Ciencias de la Información y en Derecho, es autora de las novelas Las lagartijas huelen a hierba (1999), Bueyes y rosas dormían (2001), Ya no pisa la tierra tu rey (Anagrama, Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2004), Alas (2005), Coco (2007), Los escarpines de Kristina de Noruega (finalista del Premio Espartaco de Novela Histórica 2011), El libro de Julieta (2011) y Las Inviernas (2014). Su obra ha sido traducida al inglés, portugués, italiano, polaco y ruso.

jueves, abril 24, 2014

Juan Gracia Armendáriz - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

La escritura es una vocación más que un oficio, y con ella se establece un principio contractual que, si te descuidas, abarca todas las facetas de la vida. A veces, disfruto haciéndolo; otras me pregunto si la felicidad –única aspiración que vale la pena-, no se encuentra en otro lugar. Mi relación con la escritura trata de ser una vía de conocimiento, pero también de placer. Inevitablemente, hay un componente de pelea, al fin y al cabo me propongo no repetir fórmulas que ya conozco y llegar hasta el límite de mis capacidades. 

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

No tengo muchas rarezas. Escribo siempre en ordenador y a causa de ello mi caligrafía podría pertenecer a un médico borracho. Puedo escribir a solas, en mi cuarto de trabajo, emparedado de libros, o hacerlo con el sonido del televisor y un coro de niños hiperactivos alrededor de la mesa. Todo depende del esfuerzo de concentración que exija el texto. En ocasiones, necesito música; en otras un silencio de cripta. En todos los casos, el tiempo pasa a una gran velocidad.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Sé mejor qué temas no me atraen como escritor, aunque puedan hacerlo como lector. La temática de mis libros es algo que se me escapa porque muchas veces proceden de esos baúles donde escondemos nuestros demonios más fieles. Mi presbicia no me permite ver con claridad los temas, deben ser otros, con la vista perfecta, quienes sepan verlos. De todas formas, si analizamos la literatura occidental, los temas fundamentales pueden contarse con los dedos de una mano.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Hago propósitos para tener en cuenta algún principio, pero me siento a escribir y los olvido todos. Los consejos, como las teorías, en general sólo sirven para la obra del escritor que las enuncia.  

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Suelo echarme al monte sin mapa, pero con brújula, y con ello asumo muchos riesgos, porque el mapa de la narración y sus límites los descubro tras muchas relecturas y correcciones. Si preparo un plan, ya tengo escrita la novela en la cabeza, y en consecuencia no siento la necesidad de escribirla. El momento más arriesgado y excitante es aquél en el que la escritura te arrastra sin saber hacia dónde te lleva. Simplemente, escribes. La clave está en encontrar después el camino de vuelta y que el mapa se complete.  

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Todos los volúmenes que me rodean, incluidos ensayistas, filósofos e historiadores. Como lector soy omnívoro, aunque tras los naufragios regreso a los grandes. Por citar alguno: Juan Carlos Onetti, Philip Roth, Julio Ramón Ribeyro, Juan Marsé…

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Escribo todas las semanas una columna de opinión, y esa disciplina me place. Es un respiro que me permito entre capítulo y capítulo de una novela con la que ya llevo tiempo trabajando. A veces, ciertos proyectos acaban convirtiéndose en una cuestión personal, en un intercambio de caricias y golpes. La escritura también está emparentada con echarte un pulso con ella. Mi último libro publicado fue un diario, Piel roja, que es el hermano mellizo del libro que lo precedió, Diario del hombre pálido, ambos publicados por Demipage, en 2010 y 2012, respectivamente.  


Juan Gracia Armendáriz (Pamplona, 1965) es doctor en Ciencias de la Información. Es autor del poemario Como si al otro lado latiera y de los libros de microrelatos Noticias de la frontera (1994, Premio Jaén de Relatos) y Cuentos del jíbaro (2008), ambos recogidos en diversas antologías del género. El libro de relatos Queridos desconocidos (1998), le valió el Premio a la Creación literaria de la Institución Príncipe de Viana y fue finalista en el Premio Hoteles NH, entre otros premios. Es autor de la novela Cazadores (2001), publicada en la colección Francisco Ynduráin. Es coautor del libro de semblanzas literarias Gente de libro (2005). En 2008 recibió el Premio Tiflos de Novela por La línea Plimsoll, publicada por Castalia y traducida al inglés. Diario del hombre pálido y Piel roja son sus últimas entregas. Fue cronista de sucesos en el diario El Mundo y durante más de quince años ejerció la docencia en la Universidad Complutense. Colabora en distintos medios y es columnista de Diario de Navarra.  

lunes, abril 21, 2014

Mercedes Pinto - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Esta es una pregunta complicada, es como si alguien a quien amas te preguntara el porqué, podrías dar mil razones, pero ninguna de ellas lo explicaría. Tal vez es una necesidad más de comunicación, también es una manera de ordenar mi espíritu, de buscar cómplices que duden de todo tanto como yo y, por supuesto, es una forma de dar salida a mi creatividad. Estas son algunas razones, pero la lista sería infinita.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Básicamente, tengo dos: escribo en libretas y siempre uso la misma marca, tanto de libreta como de bolígrafo. Hasta tal punto me angustia quedarme sin material que suelo comprarlo casi al por mayor.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Las más humanas. Parece una obviedad, si lo piensas todas las novelas son “humanas”, pero en mi caso me subyuga especialmente el ciclo vital de cualquier ser humano, sobre todo cómo influyen la educación y la cultura que le inculcaron de niño en su relación adulta con el entorno. Me he atrevido con varios géneros, para mí es la parte del oficio más… cómo diría, lúdica, por así decirlo, la que me permite escudriñar en otros lugares y épocas; pero lo que de verdad me interesa es exponer las dudas existenciales del hombre mientras imagino un mundo paralelo. Como ves, nada nuevo bajo el cielo; tal vez sea cierto eso que dicen de que mis novelas son universales.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Creo que para cualquier obra que decidas hacer en esta vida, ya sea una novela o decorar un jardín, los principios son comunes: sé honesto contigo mismo, sé tú mismo y da lo mejor de ti mismo.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Las dos cosas, es más, creo que así debe ser en cualquier creación. Aunque es cierto que hay artistas que trabajan por mero impulso y consiguen expresar y comunicar lo que esperaban, creo que toda obra en parte ha de estar planificada y en parte ha de tener margen para encajar esos brotes creativos que surgen durante el proceso. En mi caso las historias ya tienen una estructura sólida, personajes perfilados y desarrollo, nudo y desenlace antes de escribir la primera palabra, luego los “actores” hacen y deshacen dependiendo del carácter de cada cual, unos son más dóciles y obedientes que otros. Desde luego, conozco el argumento y sé cómo terminará.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Ni lo dudo. Español: Miguel Delibes, extranjero: Thomas Mann. Mis libros de cabecera son Las ratas y La montaña mágica, y el Curso práctico de corrección de estilo de Susana Rodríguez-Vida para consulta mientras trabajo.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Lo último que he publicado, con Click, el nuevo sello digital de Planeta de Libros, ha sido El fotógrafo de paisajes, una novela que ha supuesto todo un reto para mí: no fue fácil meterse en la piel de un personaje con el don de la telepatía y, sobre todo, hacerlo creíble dentro de una historia totalmente realista y contemporánea. La verdad es que estoy bastante satisfecha con el resultado, creo que se notan los diez años que han pasado desde que publicara mi primera historia. Lo sorprendente ha sido que la editorial la ha catalogado como novela negra o de intriga, nunca pensé que estaba escribiendo este género. 


Mercedes Pinto Maldonado nació en Granada el 8 de septiembre de 1961, pero vive en Málaga desde hace veintidós años. Estudió en la universidad de Granada y Málaga, está casada y tiene tres hijos. Escribe desde los quince años, pero publicó su primer libro en 2005, El talento de Nano, una novela juvenil. En 2009 publicó la novela histórica La última vuelta del scaife. Más tarde, Maldita y Pretérito imperfecto, ambas novelas contemporáneas trágico románticas. Todas están editadas por Ediciones B. Su última novela, El fotógrafo de paisajes ha sido publicada por el sello digital de Planeta de Libros. Actualmente trabaja en otra novela histórica.

viernes, abril 18, 2014

Dos videos

Quisiera compartir dos videos que me han llamado la atención últimamente.

En primer lugar, no sabía que el actor Anthony Hopkins compuso un vals...

 Y, por otra parte, me encanta este duelo de violines.

lunes, abril 14, 2014

Antonio Rivero Taravillo - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Por una de esas casualidades que tal vez no lo sean porque señalan un camino, es decir un destino. La emulación me llevó a los diecisiete años a parodiar un poemita de Juan Ramón Jiménez. Luego me di cuenta, iluso de mí, de que no se me daba mal escribir versos, y empecé a tender renglones cortos muy deficientes y con el despliegue de temas propios de la juventud. Solo con esfuerzo se fueron depurando y llegaron a tener ritmo –que, no voy a descubrir el Mediterráneo, es algo fundamental en la poesía–. A ello me ayudó también la traducción, que fue un perfecto gimnasio para mejorar la forma física, cierto dominio formal. Aquel azar lo veo hoy designio. Ya no veo mi vida separable de la escritura.
Posteriormente, complementé la poesía con el ensayo y la crítica, y solo recientemente me he pasado a la narrativa, que en mi caso nunca es enteramente ficción, pues parte de personajes reales.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Para la poesía, cualquier lugar es bueno. De hecho, casi siempre me traigo de los viajes uno o más poemas, a veces escritos directamente en el tren o en el avión. Ese lugar que se desplaza y va a otro lugar propicia la analogía, la metáfora. Aparte de que los escenarios nuevos siempre me estimulan, de modo que tengo poemas compuestos en diferentes lugares del continente americano, de Martha’s Vineyard a Tierra del Fuego, pasando por Teotihuacan. La poesía sirve como un puñal con el que el viajero cree matar al turista que hay en él, mediante un rito de apropiación de sitios y atmósferas. También los hay que surgieron en ciudades europeas, a veces en situaciones dramáticas para mí (estaba en París cuando murió mi padre y no pude despedirme de él). Mi amada Irlanda es por otra parte el escenario de varias decenas de poemas que forman parte de un libro inédito pero que desbordan este y tiñen de verde casi todos los otros. Sin embargo, apenas tengo algún poema escrito sobre Sevilla, la ciudad en que siempre he vivido.
La crítica, las columnas del periódico y ciertos ensayos no requieren por lo general un espacio propio para su redacción, pero cuando me embarco en un proyecto mayor (la biografía de Cernuda, la traducción o las novelas) me viene muy bien encerrarme en el estudio, con la documentación a mano y las distracciones al otro lado de la puerta. Además, allí, en la planta de arriba, la señal wifi es muy débil, con lo que evito la tentación de dispersarme. Casi todo lo escribo ya directamente en el ordenador, aunque la poesía sigue pidiendo el papel, porque este permite ir viendo los cambios y contemplar de un vistazo la evolución del poema en marcha.
Corrijo mucho, y más, por extraño que parezca, la prosa que la poesía.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

En la poesía, las de siempre: el amor (que es erótico pero también filial, bastante representado en mis versos, quizá por cierto complejo de no haber estado a la altura de las circunstancias) y, claro está, el paso del tiempo. Últimamente, dedico muchos poemas a objetos, a la naturaleza, tratando de que no esté demasiado presente el yo, que ha llegado a fatigarme. Fíjate qué horror: tener que convivir conmigo las veinticuatro horas del día. Pero aparte de los temas, están las épocas. Siempre fui aficionado a lo medieval, y de ahí el interés por esas literaturas, que alguna huella han dejado en lo que escribo.
En la novela, me interesa contar vidas que tienen relación con la literatura y solo subsidariamente con la historia. Si existe la ciencia ficción, mi género diría que es la “literatura ficción”, donde el argumento se fija en escritores, en su singularidad, en los ambientes por los que se movieron. Me interesa iluminar sus zonas de sombra. 

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Que no basta la idea inicial, que esta requiere ser trabajada, con disciplina y tiempo. En el camino surgen ideas imprevistas, parajes no contemplados. Pero hay que ser consciente de las limitaciones –en mi caso, muchas–, y tratar de superarlas. Y, por otra parte, cierto grado de audacia, que favorece y puede conseguir que  uno mismo se sorprenda del resultado.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

La historia manda. Un escritor de calidad no puede ser solo un buen redactor, un aplicado oficinista. La intuición no solo se manifiesta en el germen de la historia sino que continuamente proporciona iluminaciones. Además, por la poesía, sé de la importancia de lo epifánico. A veces, ciertos hallazgos se producen cuando se ha terminado una primera, o incluso segunda, redacción. Y al volver sobre ella lo nuevo insospechado se integra en lo ya escrito, enriqueciéndolo.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

En poesía y como crítico de la cultura, me interesó mucho Ezra Pound. Siguen siendo importantes para mí Cernuda, Cirlot, Luis Alberto de Cuenca, Seamus Heaney, Yeats, Borges. Como articulistas y novelistas, dos celtas nacidos en 1911: Álvaro Cunqueiro y Flann O’Brien.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Se acaba de publicar mi novela Los huesos olvidados en Espuela de Plata, el sello de narrativa de la editorial Renacimiento. En ella recreo un episodio poco conocido de la estancia de Octavio Paz y Elena Garro en España en 1937. Es un libro incómodo para la historia oficial, pero su tema no es en realidad la Guerra Civil, sino la búsqueda de la propia identidad y la indagación en la memoria, con sus lagunas y errores. Se desarrolla en México y España, a lo largo de los años treinta, con los ideales juveniles, y a finales de los noventa, cuando rondan la enfermedad y la muerte al Nobel y a su primera esposa y aparece la protagonista, hija de un antiguo amigo de Paz, con una estantigua de recuerdos y fantasmas. 


Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963). Aparte del cuaderno Bajo otra luz (1989), ha publicado los libros de poemas Farewell to Poesy (2002), El árbol de la vida (2004) y Lejos (2011), a los que se sumó en 2013 La lluvia.
Autor de libros de viajes y ensayos, entre estos destacan Luis Cernuda. Años españoles (1902-1938) (2008, Premio Comillas) y Luis Cernuda. Años de exilio (1938-1963) (2011). Ha traducido, entre muchos otros, a Keats (Premio Andaluz a la Traducción Literaria), Tennyson, Graves, Pound, Marlowe, Milton, Hopkins, Donne o Whitman, así como la Poesía completa de Shakespeare y la Poesía reunida de Yeats, además de antologías de la lírica norteamericana, irlandesa medieval y gaélica escocesa.  En prosa, destacan sus traducciones de Jamie O’Neill, Jonathan Swift, Herman Melville, Liam O’Flaherty, John Donne o Flann O Biren.
Es en la actualidad columnista del diario El Mundo en su edición de Sevilla, ciudad en la que reside desde la infancia. Acaba de publicar la novela Los huesos olvidados (Espuela de Plata).

*La foto es de Juan María Rodríguez

jueves, abril 10, 2014

Manuel Astur - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Si lo supiera, probablemente, no escribiría. Supongo que es mi modo de estar en el mundo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Por regla general necesito que el sitio donde escribo esté limpio y ordenado. También me gusta hacer algo totalmente ajeno al acto de escribir, algo mecánico como fregar los platos, hacer la cama, lavar la ropa o, si estoy en Asturias, recoger leña o segar, antes de ponerme en serio. Esto para escribir en el ordenador, porque también es cierto que siempre llevo conmigo mi libreta y tomo notas en cualquier momento sin pensármelo dos veces. Supersticiones no tengo, quizás que el sitio donde estoy huela bien.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

También varían, pero últimamente me pienso mucho en la bondad, el Demonio, la naturaleza, la soledad y la obsesión por el éxito que impera en la sociedad.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No sé quién decía que hay que escribir borracho y corregir sobrio. Obviamente, no recomiendo escribir borracho, pero sí ponerse a ello sin pensárselo dos veces. Si le preguntas a un ciempiés qué pie mueve antes para comenzar a andar, seguramente no podría hacerlo y se quedaría parado, incapaz de avanzar. Corregir ya es otro tema; ahí hay que dejarse el cerebro y no tener piedad con uno mismo.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Hago un mapa que estoy encantado de saltarme.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Cambian con el tiempo, pero Hamsun, Malaparte, Salinger y Capote suelen estar siempre ahí cerca.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Justamente acabo de publicar Quince días para acabar con el mundo (Principal de libros Ed.). Es una novela en la que trato de rememorar un tiempo fronterizo, mediados de los años noventa del pasado siglo, de volver a esos lugares ahora abandonados, para encontrar una explicación a nuestro presente; una respuesta a unas preguntas formuladas hace muchísimos años y que, ahora que descubrimos horrorizados que el futuro no era lo que prometía, vuelven a ser fundamentales. 


Manuel Astur (Grado, Asturias, 1980) es escritor, periodista, poeta y productor musical. Ha sido editor de la revista cultural Arto! Es uno de los fundadores de la Retaguardia Madrileña y del Nuevo Drama. Actualmente reside en Madrid y colabora con diversas revistas nacionales. Sus cuentos han aparecido en varias antologías y es autor del poemario Y encima es mi cumpleaños (Esto no es Berlín, Ed. 2013) y de la novela Quince días para acabar en el mundo (Principal de libros Ed. 2014), que acaba de ser publicada. 

lunes, abril 07, 2014

Ginés Cutillas - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

¿Hay otra opción?

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Si me pongo música tiene que ser clásica o jazz, si busco la palabra exacta, entonces el silencio más absoluto. Me encanta esbozar historias en las servilletas de los bares.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

En mis libros creo que se intuyen con facilidad. El paso del tiempo, la muerte, las relaciones humanas…

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No te sientes delante de la pantalla sin tener nada que decir. Hace años que apunto en una libreta ideas. Cuando tengo tiempo para escribir (y ganas), elijo la idea que más me apetece desarrollar y me pongo a ello.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Soy de la escuela de Poe y Quiroga. No empiezo a escribir sin saber a dónde voy.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Hay un libro que me fascina, El mago de John Fowles. Una magnífica novela imperfecta. Autores muchos: Poe, Hoffman, Stevenson, Cortázar, Borges, Carver, Conrad, Coetzee, Greene, Baudelaire, Capote, Mrozek, Miller, Calders, Zweig, Vian.... Seguramente mañana te diré otros.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Lo último publicado es una novela pseudohistórica, y digo “pseudo” porque planteo una realidad diferente en torno a los poetas románticos ingleses (Byron, Shelley, Keats…), intentado explicar la temprana muerte de todos. La novela se titula La sociedad del duelo y está publicada en Editorial Base. Ahora estoy cerrando el segundo libro de microrrelatos, que espero que salga a mucho tardar el año que viene, y también en un manual práctico sobre el género.


Ginés S. Cutillas (Valencia, 1973). Ingeniero informático por la Universidad Politécnica de Valencia y licenciado en Documentación por la Universidad de Granada. Autor de La biblioteca de la vida (Fundación Drac, 2007), Un koala en el armario (Cuadernos del Vigía, 2010) y La sociedad del duelo (Editorial Base, 2013). Su obra ha aparecido también en varías antologías de relatos y microrrelatos, como Ficción sur (Traspiés, 2008), A contrarreloj II (Hipálage, 2008), Por favor, sea breve 2 (Páginas de espuma, 2009), Sólo cuento II (UNAM, 2010), Velas al viento (Cuadernos del vigía, 2010), Mar de pirañas (Menoscuarto, 2012) o Antología del microrrelato español (1906-2011) (Cátedra, 2012). Miembro del equipo de redacción de Quimera. Revista de Literatura.

viernes, abril 04, 2014

Rita Gardellini - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

¿Escribir? Es la posibilidad de que yo cree el vicio que generaron los escritores en mí, la sola idea me deja a puro futuro, a puro placer. Señalar que siempre escribí puede no significar nada, tener una mente plagada de diálogos, de historias. Encontrar el descubrimiento de que tanta imaginación no es algo cotidiano, ¿puede ser importante? Ubicándome  fuera del ombligo que suele pulirse sin mérito: soy escritora en la medida que lo determinen los lectores, cuando ellos se apropien de mis letras y las hagan suyas; hasta que ese momento perfecto no se produce son sólo palabras en un papel como hay tantas.
He creado historias inverosímiles y me han preguntado si son vivencias, ¿te imaginás qué satisfacción siento? Imposible mejor elogio: logro actuar mis letras; como un actor interpreta un personaje, yo cincelo personajes  en diferentes historias. Así resulte en un asesino serial, o una chica atolondrada comparecen reales; es la idea de compartir mis juguetes con otros, esos juguetes a los que los niños pequeños al jugar le otorgan diálogos, los míos han crecido y madurado y están listos para ser prestados. Es embriagante escuchar comentarios de un personaje que uno inventó.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

No tengo hábitos, me siento y escribo; poesías a mano, y la narrativa en el ordenador porque necesito rapidez. Lo ideal es estar sola y que nadie me interrumpa, pero a veces se logra y otras no.
No dispongo de casa en la playa ni de tiempos herméticos de soledad, ni de ninguna de las bellas arquitecturas que uno contempla que poseen los escritores en las películas. Soy simplemente una persona con muchas actividades en su vida diaria como directora, además de madre de familia, esposa e hija; por lo cual todo se debe a un gran exceso de imaginación, he tenido siempre historias y diálogos en mi cabeza como quien tiene la habilidad para encestar. Creo que una de las cosas que demoré en descubrir es que no todas las personas tenían sus mentes repletas de historias como me ocurría a mí; llevarlas o no a un escrito es independiente.
Disfruto escribiendo porque es la sensación de pensar que alguien pueda sentir con mis letras, lo que yo siento al leer esos libros que me han enamorado y me enamoran; es la idea de compartir mis juguetes con otros, esos juguetes a los que los niños pequeños le otorgan diálogos al jugar, los míos han crecido y madurado y están listos para ser prestados. Es embriagante escuchar comentarios de un personaje que uno inventó.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Actúa directo mi sensibilidad, es el tamiz que reflexiona. ¿Me explico? Al escribir para adultos: no hay reglas, y eso es un descanso ante tanto mundo exigido. Es un recreo de patio libre, no hay responsable cuidándote.
Cuando escribo para niños o para un tema educativo, es diferente; es similar a cuando cocino la comida preferida de los otros, la realizo pensando en cómo van a disfrutarla y siguiendo la analogía de la escritura, en si va a ser saludable; me importa mucho que los niños lean historias con un cuidado vocabulario, y que no los perjudique ni los dañe; aborrezco que los consideren objetos de consumo.  Cuando escribo para niños pienso en lo que les agrada, en lo que quieren, en lo que sueñan,  y fundamentalmente: en lo que les hace bien –sin dudas, acá está la educadora y la mamá-. Quiero que lean y quieran seguir leyendo, y que la historia los enamore como me ocurría a mí de niña y quería protagonizarla.
Cuando escribo literatura para adultos disfruto yo, no estoy pensando en quién va a leerlo o si va a gustarle; eso viene después, y lo cierto es que me encanta cuando alguien lo lee y se lo apodera. La primera vez que me hablaron sobre los personajes fue  una sensación muy curiosa porque empezaron a resultar reales para otro, el lector les había dado vida.
En lo educativo es muy alentador cuando me dicen que pude volcar en palabras precisamente lo que querían expresar, o les provoco reflexionar sobre situaciones que no habían advertido.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No.  Es un todo que se involucra con lo que estoy escribiendo.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Ocurren ambas situaciones, la historia se abre al escribirla y asimismo, es como si ya estuviera contada. Cuando comencé los relatos que me publicaron Después de comer perdices o por qué las mujeres son boludas e insisten en enamorarse estaba escribiendo las novelas: Permiso a la muerte, El día inicia de noche y Mujer fuerte: Josefa, la gallega de Vilalba; sin embargo: Después de comer perdices… fue finalizada antes, y dos de las que te mencioné aún no están escritas, señalo "escritas" y no "terminadas" porque es cuestión de sentarme y escribirlas, ya sé las historias. Salvo una de ellas que está basada en la vida de mi abuela y es real; lo mío es fabular, me gusta inventar todo y así poder controlarlo.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Los que leí de nena continúan resultando los mejores, tal vez porque debía esperar que me los compraran. Son cantidad, desde Papaíto Piernas Largas a Huckleberry Finn o Mi planta de naranja lima y Jane Eyre, Corazón… Cuando iniciaba con un autor quería leer todos los que escribió, de M.L. Alcott leí hasta “Una chica a la antigua”. Lugones, Poe, Dickens, Verne, Salgari, Sawyer –el primer seudónimo que utilicé en el secundario, recién de adulto advertí que era el apellido del escritor- son los que primero vienen a mi memoria porque de ellos leí la mayoría que escribieron y se me fijó el nombre del escritor, en esa época no me fijaba mucho en los autores. Ni podría decir cuándo capté que eran varias las Brontë; lo cierto es que mi memoria es casi un desaparecido sin acción, recién te mencioné a Papaíto Piernas Largas pero ni pagando recuerdo quién la escribió. ¨Violeta”, ¿quién escribió esa novela? Era desopilante, estaría nombrándote y nombrándote títulos, todos arbitrarios, encadenados uno al otro sin idea del por qué.
De nena, una sola novela no me gustó, la leí estoicamente hasta el final porque si no, no me compraban El conde de Montecristo, no menciono cuál es porque puede resultar la preferida de alguien y quién soy para  denostar amores literarios. Recuerdo que la librera se la recomendó a mi mamá porque era perfecta para una nena de mi edad; a mí me empantanó la melosidad recalcitrante y predecible de la protagonista.
Te puedo señalar dos de mis novelas preferidas como adulto: 1984 de Orwell porque esa historia de amor me resulta absolutamente desgarradora hasta perturbar  y El tren llegó puntual de Böll, perfecta en todos los sentidos que puedo mencionar.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Finalicé un ensayo Ser poeta y ser poesía y un proyecto Educativo Encontrarnos; ahora estoy escribiendo dos novelas.
Ocurre que para mí el proyecto no es escribir –tomado como idea de proyectar- sino publicar y el tema es difícil porque las editoriales son empresas, y en este momento, las empresas son globales y cada vez más, apuestan sobre lo seguro. Les resulta incluso más redituable traducir un éxito extranjero –ya trae publicidad, difusión y hasta puede venir de la mano de un filme-que arriesgarse con un escritor que no conoce nadie. En mi país las editoriales importantes no reciben manuscritos “no solicitados”, y las otras en su mayoría autoeditan, es decir: el escritor paga su libro; y el asunto viene de años, el padre de Borges pagó la edición de su primer poemario. Ése es uno de los motivos por los cuales yo demoré tanto, no quise autopublicarme. Me llevó años que una editorial leyera mi obra, y resultó ser en España. Además, que aceptaran en archivo adjunto, porque los envíos por correo postal son excesivos. Me refiero a la querida Editorial de Tenerife “Baile del sol” y a Ángeles Alonso, mi editora.
Fíjate que a todo lo que siempre se sumó, ahora compiten con los libros digitales, que en su mayoría son pirateados. Si seguimos así, el libro en papel quedará como un objeto de lujo; ya es muy oneroso por el cambio al euro o al dólar, más el envío. Nos terminará ocurriendo como con “el todo por dos pesos”, felices compramos baratijas inservibles casi regaladas y nos quedamos sin industria; bajamos música y películas gratis, y ahora un CD o un DVD original es menos usual que un disco de vinilo.
Y la cultura subsidiada por el estado puede resultar o no; ¿quién decidiría qué publicar, qué apoyar, que publicitar? ¿Habría que ser amigo, conocido o del partido de quién? O aún más horroroso escribir dentro de los parámetros de “…” Prefiero un estado que genere un bienestar económico que permita que las editoriales afloren y puedan arriesgarse con escritores inéditos al punto que no les implica perder el empleo o fundirse y del mismo modo, lectores que puedan adquirir libros sin tener que privarse; un estado que provea una educación tan esmerada y de calidad que los alumnos resulten lectores exigentes y desde allí, determinen el éxito de un libro, no del paquete mediático; un estado que ofrezca un patrimonio de bibliotecas donde prime la diversidad para que el lector decida qué leer. 


Rita Gardellini es escritora, docente investigadora y directora de escuela primaria estatal. Autora de varias novelas, poemarios y relatos inéditos (No dejes que muera, Después de comer perdices o por qué las mujeres son boludas e insisten en enamorarse, entre otros), es descrita como una escritora que concierta sus obras en tejidos simultáneos, sexualidad intensa, y perturbadores laberintos psicológicos. Sus tramas se componen de fractales, descubriendo universos complejos o simples, descolgándose en la cotidianeidad o el lirismo onírico; blanco y negro de una mente femenina, muy fértil, lúdica  e introspectiva, en los cuales la buena escritura se envuelve con astucia para que el lector, simplemente, se someta. Sin embargo es en Educación, donde Rita Gardellini ha volcado su hacer más conocido, destacándose en la realización permanente de actividades no aranceladas para mejorar la calidad educativa de las escuelas en donde se desempeña; tales como: la organización del Festival intercolegial de Letras y de Teatro "Soles Verdes"; las Jornadas de capacitación docente "Escuelas que enseñan y aprenden" y el Congreso Internacional de Educación: "Haciendo Escuela desde Rosario". Autora de Alumnos lectores...alumnos escritores y su seño. Los soles verdes. Anteproyecto de Investigación educativa declarado de Interés Provincial y Legislativo que incluye una colección de relatos para niños que ya cuenta con dos ediciones. Ha realizado además un sinnúmero de colaboraciones en diferentes libros y revistas de educación y ponencias en congresos relacionados con esa especialidad, así como también ha recibido premios y menciones honoríficas en relación a su labor educativa.

miércoles, abril 02, 2014

Déborah Puig-Pey Stiefel - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Por que mi pensamiento escribe.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

A pesar del ejercicio de disciplina que supone escribir, creo en un trabajo paralelo, hecho previamente, semiconsciente, que está presente en la actividad literaria. Muchas veces el guión previo será sólo una excusa para ir encontrando ese otro camino que jamás descubriremos del todo, ni siquiera al finalizar la obra.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Si te refieres a  los temas que más me ocupan: la memoria, las  vidas cruzadas, el juego de las apariencias...

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No preguntarme porqué lo estoy haciendo.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Contesté un poco a eso en la primera pregunta. Lucho entre ambas cosas.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Ya son demasiados, no sabría priorizar. Borges me enseñó a tejer, Dickinson a desafíar, por ejemplo.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Les musiques de Brundibar, una novela ambientada en los años 30, entre Berlín y Sitges, que busca el parentesco entre los totalitarismos europeos del siglo XX a través de una trama algo disparatada, carnavalesca. 


Déborah Puig-Pey, es autora de relatos y novelista. En 2005 fue finalista del Max Aub con el relato “Mordechai”. En 2010 publicó la novela Donde hay nilad (Editorial Menoscuarto), donde dibuja las relaciones de una saga catalano-filipina: "Una topografía de la memoria, aunque sea una memoria prestada o escuchada, esas casas y paisajes que componen la errática historia familiar" (Isabel Núñez). Acaba de publicar el cuento infantil Nusus(TransBook)