lunes, noviembre 27, 2017

Haidu Kowski - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Es lo que mejor hago...

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

No tengo, puedo escribir en cualquier lado...

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La injusticia, el dolor, el amor, las drogas, el sexo...

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Todo es mentira, todo es ficción.
Si no me gusta se escribe de nuevo, no hay corrección.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

La novela manda.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

La vida, instrucciones de uso de Perec.
2666 de Bolaño.
y muchos cuentos de Borges.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Instrucciones para robar supermercados, salió por Tusquets hace muy poco, tardé ocho años en terminar la novela, con tres rescrituras de cero. Es una novela adictiva, lo fue al momento de escribirla y los lectores me devuelven ahora esa misma sensación. 


Haidu Kowski. Met, El muerto, su primera novela, fue finalista del concurso del diario La Nación y publicada por el Grupo Editorial Sudamericana en diciembre de 2001. Días en Venecia (2008) fue publicada por la Editorial Paradoxia. Su novela Cartas de un psicópata enamorado fue publicada por la editorial Hypatia en México. Su libro sobre reflexiones del juego y la vida: Estrategias del poker para la vida fue publicada por Ediciones B en noviembre 2015. Instrucciones para robar supermercados su nueva novela fue publicada por Tusquets 2017.
En el 2006 creó el Jam de Escritura, novedoso evento de improvisación de escritura en vivo, con sedes en Buenos Aires, México DF, Barcelona y Caracas, que en la actualidad cuenta con más de 300 producciones realizadas en todo el mundo.
Curó y coordinó la sección “Letras“ de la Bienal de Arte Joven 2013 en el KONEX.
Fue editor de la revista de narrativa y poesía "Pisar el Césped" con distribución en Argentina y España. Enseñó guión cinematográfico en la universidad de cine TEBA y en el Centro de Investigación Cinematográfica (CIC). Enseñó literatura en el Colegio Nacional de Buenos Aires y en el Colegio Pellegrini -dependientes de la Universidad de Buenos Aires-. Dictó Marketing Cultural en la Universidad 3 de Febrero (UNTREF).
Asesoró editorial y estratégicamente a la revista Haciendo Cine y Fuera de Hora. Fue Director Ejecutivo Los Inrockuptibles -versión en castellanos de la prestigiosa revista francesa- y la Guía Inrocks. Creador de la revista turística BAG (Buenos Aires Guía). Desde el 2009 es editor de la revista bimestral POKERFACE para todo LATAM con 25.000 ejemplares de tirada.

Estudió Letras en la Universidad de Buenos Aires, Cine en el Centro de investigación Cinematográfica (CIC) y Marketing en la Escuela Argentina de Negocios.

martes, noviembre 21, 2017

Fernanda Trías - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Es una pregunta curiosa. Digo curiosa porque nunca se le pregunta a un carpintero por qué trabaja la madera o a un arquitecto por qué construye casas. Me pregunto si se debe al carácter en apariencia inútil de la escritura: ¿por qué haces esa cosa tan inútil como escribir?, parecería ser la pregunta. Que a su vez nos llevaría a discutir otras cuestiones. Si le preguntáramos, entonces, al arquitecto por qué construye casas, nos respondería “porque eso es lo que hacen los arquitectos”. Yo escribo porque eso es lo que hacemos los escritores. Ahora, si me preguntaran ¿por qué soy escritora?, tendría más dificultades para responder. Tendría que contarles cantidad de cosas sobre mi infancia, sobre mis intereses, mi personalidad. Y aun así habría elementos misteriosos e inexplicables.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Antes tenía muchísimos rituales, pero me he ido deshaciendo de ellos, para mi fortuna. Los rituales solo me quitaban tiempo, porque si no encontraba las condiciones ideales, no podía escribir por ese día. Ahora las condiciones que necesito son simples, aunque no por eso fáciles de lograr: necesito silencio absoluto y estar sola en la casa o la habitación. No puede haber nadie merodeando mi espacio de trabajo, me produce mucha ansiedad.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

En La azotea está el tema del pensamiento obsesivo, la paranoia, la claustrofobia y el tema del padre, que es uno de los grandes temas de la literatura. Creo que en todos mis libros aparece, en mayor o menor medida, la pérdida. En Cuaderno para un solo ojo la obsesión amorosa se unía al pavor de la pérdida. En La ciudad invencible y en No soñarás flores se suman preocupaciones sobre la conformación de la identidad y sobre cómo apropiarse de un espacio geográfico que no es el propio.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No autocensurarme.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

No me gusta tener todo planificado porque me aburre, me quita las ganas de escribir. Si ya sé lo que va a pasar, ¿para qué escribirlo? Claro que hay pistas, hay atisbos, no avanzo completamente a ciegas, pero escribir para mí es ir descubriendo las posibilidades de la idea o imagen inicial.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Poetas como Jorge Eduardo Eielson, José Watanabe o Blanca Varela (soy una enamorada de la poesía peruana). Los uruguayos Juan Carlos Onetti y Felisberto Hernández. Escritoras anglosajonas como Flannery O’Connor, Carson McCullers y Katherine Mansfield, entre otras. Y mis amigos imaginarios: Witold Gombrowicz y Thomas Bernhard.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Lo último que publiqué es un libro de cuentos que se llama No soñarás flores. Tienen en común que todos ocurren en las ciudades donde he vivido, o sea que es un libro atravesado por la itinerancia. Hay cuentos que transcurren en Buenos Aires, Berlín, Francia (Marnay-sur-Seine), Nueva York. Algunos son más redondos, en otros intenté experimentaciones formales, como el cuento “Inzúa”, que incluye fragmentos textuales de una entrevista que le hice al sepulturero capataz del Cementerio Central de Montevideo, o como “Anatomía para un cuento”, que va contando la historia a la vez que juega con las dificultades a las que se enfrenta la autora para escribirla y que es un ejercicio de autoficción.


Fernanda Trías (Montevideo, 1976), narradora, traductora y profesora de escritura creativa. Realizó la Maestría en Escritura Creativa de la Universidad de Nueva York. Publicó las novelas Cuaderno para un solo ojo, La azotea y La ciudad invencible, y el volumen de cuentos No soñarás flores. En 2004 obtuvo la beca Unesco-Aschberg para escritores y se estableció en Francia. Así empezó un período itinerante que aún no termina y que incluyó las ciudades de Berlín, Buenos Aires, Nueva York, Valparaíso y actualmente Bogotá. En 2006 obtuvo el premio a la Cultura Nacional de la Fundación Bank Boston. Obtuvo el premio-residencia SEGIB-Eñe-Casa de Velázquez 2017 para desarrollar el proyecto de novela Mugre rosa, que la llevará a instalarse en Madrid a partir de 2018. Actualmente es profesora en la Maestría en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia.

lunes, noviembre 20, 2017

La estación azul

Ayer domingo, en el programa de Radio Nacional, "La estación azul", Jesús Marchamalo habló de mi libro "Cierta distancia" y me hizo algunas preguntas.

Se me puede escuchar a partir del minuto 45:30, en el siguiente enlace:

La estación azul: Todos tenemos secretos.


martes, noviembre 14, 2017

José Romero - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Desde mi adolescencia me gusta contar historias. Un amigo periodista me dijo que escribo las historias que no puedo filmar. Imagino y veo historias que contar en todos lados.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Puedo escribir en casa o en un café. Por la mañana o por la tarde. A veces con música.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La memoria, las relaciones de pareja o familiares, el pasado y cómo nos alcanza en el presente.

4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Escribo cuentos y necesito aprovechar al máximo el primer impulso. Escribir y escribir lo más que el impulso me lleve.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Me dejo llevar por la historia y sobre la marcha encuentro el camino. Luego reviso y corrijo y casi siempre el final se me presenta.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

En mi caso van cambiando con el tiempo. Chandler, Hammett, Faulkner, Updike, Rulfo, Donoso, hoy en día Berger, Magris, Sebald. Y Carver y Mansfield en cuento. Releo la poesía de Kipling y de Sabines de tanto en tanto.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Larga jornada hacia la noche (Ed. atracadero 2016). Puesta al día de un libro anterior llamado A traves de un vidrio oscuro. Cuentos con títulos de películas. 


Jose Romero Salgado ( Tampico, Mex. 1949) autor de los libros de cuentos Fragmento interior (ed. breves 1989), A través de un vidrio oscuro ( ed. atracadero 2006), La vida en corto ( ed. atracadero 2013), Mar de letras y otros naufragios ( ed. atracadero 2014), Larga jornada hacia la noche ( ed. atracadero 2016). Y una plaquette de aforismos Amorismos (2001). Por su experiencia reciente en el sismo del 19 de septiembre en la ciudad de México, se plantea un libro testimonial. Imparte talleres de apreciación del cine y de guion cinematográfico. . 

jueves, noviembre 09, 2017

Mónica Crespo - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Simplemente, escribo. No me he preguntado nunca por qué escribir, más bien me he preguntado por qué no hacerlo. Qué pasa si no escribo eso que llega como un fulgor, esa imagen o esa voz que comienza ya a dictar un texto en mi interior. Entonces, pienso ¿qué pasa si no lo escribo? ¿Qué es lo que me voy a perder? Y voy corriendo a coger papel y boli, y comienzo a escribir en cualquier lugar. Pero, claro, esto es solo el comienzo, se trata de atrapar el “destello”. Después viene el “ladrillo”, y esta fase del proceso requiere mayor esfuerzo, sostener el deseo consciente de construir algo: ordenar lo escrito en un primer momento, descubrir el sentido último de la escritura, darle forma, averiguar sus posibilidades y hacer que se convierta en lo mejor que pueda llegar a ser desde mi marco de experiencia y recursos. Y esperar que algún día me trascienda y pueda ofrecer algún tipo de revelación a quien lo lea. Creo que en mi caso la pregunta que me ronda es: ¿qué tengo que dejar de hacer ahora si me pongo a escribir? De esta consideración depende casi todo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Creo que no tengo manías o supersticiones. Pero ahora que me lo preguntas, me doy cuenta de que necesito cierto caos para escribir, no estar sometida a un espacio de trabajo cerrado, especialmente en una primera fase de escritura: escribo notas en papelitos, libretas de bolsillo, folios sueltos en los que me siento libre para escribir y fluir sin pensar en un orden o estructura, sin estar sujeta a ningún soporte físico. Después, lo paso todo a Word, y ahí empieza la verdadera escritura, y también, por desgracia, la ridícula necesidad de hacer una labor detectivesca para ir rastreando el texto por los distintos lugares donde lo he escrito. Es una pérdida de tiempo, pero es así. En este proceso, completo partes de la historia, reescribo, doy forma a pasajes nuevos, hago esquemas, y comienza una parte de escritura en profundidad donde todo empieza a fraguar. En fin, es todo lo contrario a lo que recomiendo a los participantes en mis talleres de escritura creativa, pero una vez leí que a Italo Calvino le pasaba algo similar, y eso me consuela.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La maternidad, como un eje que atraviesa todos los niveles de las relaciones personales, la pareja, la familia, las relaciones entre madres e hijas/os, las contradicciones ante el deseo de ser madre o no serlo. Me interesa desactivar los tópicos y las imágenes idealizadas de la maternidad y explorar otras aproximaciones. La infancia, la mirada y la voz infantil, esa temporalidad extrañada y distinta a la de los adultos. Y la pérdida de esa inocencia. La violencia, tan presente en todas las relaciones de la vida que se vuelve imperceptible en sus distintas manifestaciones, y con frecuencia, aparece en su forma más sutil y perversa, en el amor.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Soy muy instintiva y me lanzo a por algo que trato de atrapar y descubrir. Aunque supongo que todo lo que he ido leyendo a lo largo de los años, las reflexiones sobre la escritura, los consejos de otros escritores, están ahí y filtran mis decisiones. El momento de escribir para mí es un salto al vacío, la emoción de ir hacia un descubrimiento, y no aparece ningún juicio crítico. Éste viene después, y puede ser un proceso que dure años de maduración.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Cuando empiezo a escribir no planifico. A partir del momento en que tengo un material que ya me interesa y detecto que hay algo fuerte que tira de mí, trato de ordenarme, hago esquemas, e intento hacer todo lo consciente que puedo este proceso para racionalizarlo y hacerme con las riendas de la historia. También es cierto que cuando escribo cuentos, a veces, nacen en una única escritura, como seres orgánicos, completos de principio a fin, y apenas hay que intervenir en ellos. Otras veces, es un proceso laborioso, drenante, en el que el cuento va apareciendo poco a poco, y voy trabajando en un proceso arduo de pensar qué quiero contar, cómo contarlo, cómo continuar, qué necesita la historia para funcionar.  Hasta dar con la forma del cuento. Incluso ha habido veces que algo que empecé años atrás y no pude terminar, lo he resuelto años más tarde, como una voz que lo retomaba y continuaba donde lo había dejado. Entonces, he tirado del hilo hasta terminarlo. Supongo que el subconsciente está siempre trabajando a nuestro favor, y yo detesto dejar las cosas a medias, y sostengo en el tiempo mis obsesiones como quien está resolviendo un enigma hasta dar con la forma de cerrar lo que quedó incompleto: es como tratar de descifrar el sentido de un sueño y no dejarlo escapar.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Me temo que no voy a ser original, he leído toda mi vida, pero hay lecturas que supusieron un hito: Cortázar hizo que conectara con un modo de concebir la literatura que me hablaba a las entrañas y me descubría una percepción de la realidad con la que conectaba íntimamente; como una puerta que se abre, la atraviesas, y ya nunca nada es igual. Una experiencia similar fue el descubrimiento de Kafka y de Borges. En realidad leí antes a Kafka, pero con Cortázar se me despertó un deseo activo de escribir y me atreví a hacerlo. Supongo que la adolescencia es un momento clave en la formación de cualquier escritor, y la impronta de las lecturas es muy fuerte durante estos años. También leí en esta época cuentos de Edgar Allan Poe, Cumbres borrascosas de Emily Bronte, Madame Bovary y Anna Karenina,  El extraño caso del Dr. Jekyll y Mister Hyde de R. L. Stevenson, novelas y cuentos de García Márquez, Augusto Monterroso o Italo Calvino, por citar algunos. Había una colección de Alianza por cien pesetas y leía todo lo que publicaban. Otras lecturas esenciales: Clarice Lispector, Raymond Carver, Lorrie Moore, Amy Hempel, Carson McCullers, Alice Munro, Angela Carter, Samanta Schweblin, Silvina Ocampo, Griselda Gambaro, Faulkner, Flannery O´Connor, más recientemente, Lucia Berlin, y ahora estoy descubriendo a Joyce Carol Oates. De mi entorno más cercano, me gustaría citar a Jon Bilbao y a Ramiro Pinilla, a quienes considero dos de las voces más importantes en narrativa del panorama literario actual.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Ahora mismo estoy muy contenta, acabo de publicar Las madres secretas con editorial Base, un libro que reúne una colección de cuentos sobre la maternidad, la pareja y las relaciones entre madres e hijos/as, en los que trato de ofrecer una visión desmitificadora, explorar los márgenes y transgredir los límites.

Mónica Crespo Doval (Bergara, 1974) imparte Talleres de escritura creativa desde el año 2000 en distintas instituciones y centros culturales en Bilbao.
Es licenciada en Sociología, profesora en la UNED, ha cursado estudios de Doctorado en la UPV/EHU y de literatura y escritura creativa en el Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Universidad de Buenos Aires en una Estancia de Investigación Predoctoral.
Se ha formado en numerosos talleres de escritura en Buenos Aires, Madrid, Barcelona,  en la Scuola Holden de Alessandro Baricco, con la beca europea My migrant story, y en congresos pedagógicos de escritura creativa en Turín, Finlandia y Praga organizados por la European Association of Creative Writing Programmes.

Las madres secretas es su primer libro de cuentos.

lunes, noviembre 06, 2017

Festival Eñe 2017

Nueva edición del Festival Eñe, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Este año el encargado de dirigirlo ha sido el escritor y periodista Antonio Lucas. Además, por primera vez la entrada era gratuita. Se celebró el viernes 27 y el sábado 28 de Octubre.
Llegué el viernes por la noche a Madrid, más tarde de lo que me hubiera gustado, así que ese día sólo pude asistir a uno de los actos.
No pude asistir a la inauguración con la charla entre Javier Marías, Arturo Pérez Reverte, Agustín Díaz Yanes y Jacinto Antón sobre "Literatura y cine".



Pérez Reverte y Javier Marías ya andaban firmando libros cuando entré a toda prisa buscando el lugar en el que tendría lugar la charla entre Marta Sanz, Ramón Andrés y Manuel Llorente titulada "Visiones del daño: una literatura".


Siempre es un placer encontrarme con Marta Sanz y con su marido Chema. La charla fue interesante y hacía referencia directa al último libro de Marta Sanz, "Clavícula", puesto que se trataba de responder a la cuestión de si la literatura es capaz de sanar. Atreverse a desvelar las propias debilidades nos demuestra que hay mucha gente que comparte nuestros miedos y nuestro dolor ante las pérdidas. Se habló de la literatura del duelo y de la escritura como fuente de autoconocimiento.


El sábado llegué a las 12:00 h. y fui directamente al Teatro Fernando de Rojas, donde estaba programada la charla entre Sergio del Molino y Rodrigo Fresán, moderados por Karina Sainz Borgo, titulada "Una literatura para el fin del mundo". Allí me encontré con David Pérez Vega, autor del blog "La ciudad sin cines", una persona con cuyos quebraderos de cabeza sobre los libros no leídos me siento muy identificado.
Sergio del Molino dijo que siempre que uno se pone a escribir, en algún momento plantea un fin del mundo. Dar rienda suelta a los rencores es muy atractivo. Fresán afirmó incluso que algunos se hacen escritores para poder hablar sobre el fin del mundo, incluso citó a Vonnegut, que decía que uno no podía sentirse escritor de verdad hasta que no había destruido el mundo al menos una vez.
Todo es una sucesión de caos, de azares y de idioteces profundas. Resulta ingenuo creer en conspiraciones.




La entrevista al fotógrafo Alberto García-Alix por el periodista Manuel Jabois fue realmente interesante. García-Alix comenzó confesando que no le apetecía estar allí, que prefería irse con sus amigos en moto y que, de hecho, en cuanto acabara el acto, al que se había comprometido y tenía que cumplir, saldría de allí a toda prisa. Dijo que se había hecho fotógrafo porque después de una mala bajada de ácido pensó que tenía que hacer algo de provecho con su vida. De alguna manera mirar por la cámara le independiza. Descubrió un mundo nuevo. Fue autodidacta. Se apuntó a un curso de fotografía pero no le gustaba lo que le enseñaban. Colocaban a una modelo y dos focos y los alumnos iban pasando y todos hacían la misma foto, le parecía humillante y luego cometió el error de ir "puesto" a clase y le dio una vomitona. Después de eso ya no volvió. La fotografía es un ejercicio de búsqueda, coger la cámara requiere una predisposición, te obliga a mirar, la cámara fragmenta el espacio y ese fragmento ha de tener misterio y tensión. Muchas veces las mejores imágenes se consiguen cuando se logra atrapar la voz interior. Fue una charla sincera, interesante, en la que habló de las drogas, de su idea de la fotografía, y contó las circunstancias en las que había realizado algunas de sus fotos más icónicas.



Los escritores Elvira Navarro, Daniel Gascón e Isaac Rosa charlaron con Inés Martín Rodrigo sobre si la realidad termina por imponerse a la ficción o son las novelas las que intervienen en la conciencia cívica. Cuando hay tantas mentiras y tanta distorsión ¿puede la literatura reconstruir nuestro sentido de la verdad? ¿Ha superado la realidad a la ficción? Y, en ese caso, ¿la ficción tiene que retratarla o debe permanecer al margen? Elvira Navarro empezó poniendo en tela de juicio el concepto de realidad. La ficción siempre establece una diferencia con la realidad reelaborada que nos ofrecen los periódicos. Daniel Gascón habla de que la realidad siempre es interpretable pero la gente se empeña en escuchar sólo las versiones de los hechos que coinciden con su forma de pensar. La realidad puede ser retratada de muchas formas distintas y en esto es eficaz la ficción. Isaac Rosa, por su parte, piensa que la literatura debe intervenir en la conciencia de la sociedad y ayudar a construir un relato. Buena parte de nuestra realidad está formada por ficciones, no sólo literarias sino también cinematográficas, televisivas. Hay mucho de ficción en el relato político, en el económico o en el periodístico. En general, necesitamos contarnos el mundo para entendernos, y ahí es donde entra la novela.  





La charla de Bernardo Atxaga y Eduardo Madina, moderada por Javier Gómez Santander, estuvo cargada de actualidad y de emoción. Se habló de la situación en Cataluña. Decía Atxaga que la situación política termina por intoxicar todo, domina todas las conversaciones, y eso termina por ser asfixiante. La lectura fue una de las cosas que les sirvió de balsa de salvamento en medio de esa aridez. Madina dijo tener la sensación de que Cataluña estaba entrando en una realidad oscura y dura de la que, con mucho esfuerzo, Euskadi había conseguido salir. Dijo que en su opinión la izquierda se estaba equivocando al entrar en un debate sobre cuántas naciones somos, olvidando que la nación son los derechos colectivos, los derechos de los trabajadores, los sociales o las libertades públicas. Le gustaría un debate menos nacionalizado, más libre, más racional y menos romántico.




Carlos Marzal y Luis Landero, moderados por Vanesa Rodríguez, hablaron sobre memoria y literatura. Una charla que comenzó con una reivindicación sobre la escasa presencia de mujeres, de escritoras, en el Festival. Landero dijo que solía distinguir entre narradores nómadas y narradores sedentarios. Los nómadas corren riesgos en cada obra y los sedentarios los que vuelven una y otra vez al mismo asunto. Y  piensa que para unos la literatura es más memoria que para otros. Decía Flaubert que para un escritor resulta fundamental encontrar su mundo propio. Carlos Marzal dijo que prácticamente todo termina por encajar en la memoria, incluso llegó a afirmar que para él literatura y memoria eran casi sinónimos. El concepto de memoria de muchos escritores es el de memoria activa, en la que el escritor interviene para modificarla, para recrearla.


Manuel Vicent y Raúl del Pozo charlaron con Antonio Lucas, director de esta edición del Festival, sobre periodismo, sobre sus experiencias, sus recuerdos del Café Gijón. Raúl del Pozo alabó el periodismo como un oficio deslumbrante, gracias al cual ha conocido a presidentes, a gángsters, a escritores y le ha permitido viajar por todo el mundo. Para él un artículo es contar una historia en un breve espacio. El columnismo es un género literario de gran tradición en España. Por desgracia, el periodismo en papel, tal como lo conocemos, se está agotando. Todas las novelas de la generación del 98 están escritas primero en los periódicos. Contó Manuel Vicent que estuvo de cronista parlamentario, en la época de la transición, en el momento en que entraron en el Parlamento Santiago Carrillo, Dolores Ibárruri o Rafael Alberti. Dijo que Juan María Bandrés, de Euskadiko Ezkerra, se sentaba al principio muy cerca de Blas Piñar, en el Grupo Mixto, y que tenía que pasar por delante de él para llegar a su escaño y, al principio, éste apenas le dejaba espacio para pasar pero, con el paso del tiempo, terminó levantándose cada vez que Bandrés pasaba. La convivencia y el diálogo liman las tensiones. También contó que, según se dice, Gil Robles e Indalecio Prieto no se saludaron nunca durante la República, ni siquiera al cruzarse por los pasillos, y se dice que si alguna vez hubieran tomado café juntos, no habría habido guerra civil.




El siguiente acto al que quise asistir era una charla entre Arcadi Espada, Juan Soto Ivars y David Gistau bajo el título "Levantar columnas". Se trataba de debatir sobre si existe un exceso de información en los medios de comunicación. Arcadi Espada no se presentó por estar enfermo y David Gistau y Soto Ivars improvisaron mano a mano una charla amena, divertida y muy interesante sobre el periodismo en general y las redes sociales en particular.





Por último, asistí brevemente a la entrevista que Borja Hermoso le hizo a Carlos Boyero, el conocido crítico de cine, que habló en un tono desenfadado sobre su vida y su visión sobre el cine.