miércoles, marzo 27, 2013

Andreu Martín - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?
Como cuento en mi libro CÓMO ESCRIBO -de una forma mucho más desarrollada-, antes de aprender a leer y escribir, ya jugaba a contar historias. Cuando aprendí, jugaba a hacer novelas. Me atrevería a decir que es innato en mí.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
Lo que predomina en mí a la hora de escribir es tener una buena historia que contar y contarla bien. Para ello, tengo por COSTUMBRE elaborar perfectamente cada detalle de la historia antes de ponerme a escribirla; PREFIERO las historias policíacas —porque son positivistas, analíticas, críticas con la sociedad que me rodea— y ambientadas en la ciudad donde vivo porque es la que conozco; no creo tener SUPERSTICIONES, a menos que abominar de la improvisación lo sea; y no sé si se considerará una MANÍA escribir en los autobuses, pero lo hago.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Ya he hablado del tema policíaco. El juego del enigma me parece fascinante, y, como trasfondo, continúo muy interesado en todos los aspectos de Jeckyll y Hyde.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
La novela es una máscara que nos ponemos los autores para fingir que aquello que decimos nosotros lo dicen unos personajes que no tienen nada que ver con nosotros. Y cuanto más transparente sea la máscara, menos sinceros seremos.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?
Como ya he dicho, no puedo ponerme a escribir sin conocer la historia, cómo empezó, qué personajes son importantes y cuáles no, dónde estaba el centro de interés y, sobre todo, cómo termina. Odio a las personas que empiezan a contar un chiste y luego no lo saben acabar. No entiendo qué significa «dejarse llevar por la historia» si no existe historia previamente.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
No tengo autores o libros de cabecera.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Lo penúltimo que escribí, CABARET POMPEYA, nació, creció y se editó como obra definitiva, lo que siempre necesité escribir, una obra muy personal, sincera, apasionada, en la que estaba tan implicado que casi era un estriptís. Lo último que he publicado, SOCIEDAD NEGRA, es un análisis de la globalización vista desde el punto de vista del delito. Cómo la delincuencia forjada en otros  países y a partir de otras necesidades llega a nuestro país (o a cualquier otro) y revoluciona la sociedad. Escrita desde la indignación, es una novela violenta y sarcástica.
Actualmente, estoy escribiendo una novela juvenil para contarles la destrucción de Barcelona en 1714 a cargo del ejército borbónico.




Andreu Martín (Barcelona, 1949) estudió psicología en la Universitat de Barcelona. Entre 1971 y 1979, trabajó como guionista de cómic para la desaparecida editorial Bruguera y colaboró en revistas catalanas, castellanas y francesas como Destino, Cambio 16, Tiempo, El jueves, Gimlet, Comix Internacional, Metropol, Totem i Cimoc. De esta etapa destaca el popular personaje Sam Balluga.
En 1979 decidió escribir su primera novela Aprende y calla, iniciando el largo camino de novelas de género negro que han caracterizado al autor. Entre las novelas policíacas destaca Prótesis que ganó el premio Círculo del Crimen 1980, El hombre de la navaja que obtuvo el Premio Hammet 1989 y Si es no es con el Deutsche Krimi Preis Internacional 1992, entre otros. También ha obtenido el Premio Ateneo de Sevilla en el 2000, con la novela Bellísimas personas; el premio La sonrisa vertical en 2001, con Espera, ponte así; y en 2004 ganó —junto a Jaume Ribera— el Premio Brigada 21 a la mejor novela del año escrita en catalán, con Amb els morts no s'hi juga. En el año 2011 se le concedió el premio Carvalho en el marco de BCNegra y también el Sant Joan Unnim por la novela Cabaret Pompeia, ambientada en la Barcelona de la primera mitad del siglo XX.
En el campo de la literatura juvenil, Andreu Martín también tiene una larga trayectoria. Con el escritor Jaume Ribera ha escrito la saga del detective Flanagan, que ya tiene doce títulos y varios premios, entre ellos el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil en 1989 a la primera novela de la serie: No pidas sardinas fuera de temporada. En 2002 ganó el II Premio Alandar de Narrativa Juvenil de la editorial Edelvives, con El diablo en el juego de rol. Ha escrito en solitario para jóvenes y niños libros como Vampiro a mi pesar, Pulpos en un garaje o El amigo Malaspina. Además, Martín ha escrito guiones para cine y televisión y obras de teatro. En 1990 debutó como director de cine con Sauna. Sus obras han sido traducidas al alemán, al francés, al italiano, al portugués y al holandés y también al vasco y al bable.
Su última novela, que está teniendo mucho éxito de crítica y público, es Sociedad Negra, editada este mismo año por RBA.

lunes, marzo 25, 2013

Guillermo Busutil - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?

Porque si no me lo hago encima. También para explorar las sombras del mundo, los ángulos muertos de la realidad, las preguntas que me persiguen. Y escribo porque es una apasionante aventura solitaria en la que disfruto y que me permite ser muchos otros e incluso descubrirme a  mi mismo.

 2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Me gusta darle vueltas en la cabeza a la historia, jugar con sus vacíos, sus aristas, su volumen. Cuando tengo claro los contraluces, las atmósferas, el tono, empiezo a escribir a mano, rodeado de lápices y las moleskines donde anoto impresiones, veneros, dibujos. Y de fondo me acompaña una música, intento que tenga que ver con el lenguaje que quiero explorar.

 3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Además de los temas comunes como las emociones, la identidad, la muerte, los límites morales, me interesa mucho indagar los deslizamientos entre la realidad y la ficción, entre lo posible y el extrañamiento. Y por supuesto las inquietudes de la época que vivo.

  4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Nunca olvido que la escritura requiere conocimiento, mucho respeto y humildad. Para mi es muy importante responder a las exigencias de la escritura, intentar estar a la altura, ser autocrítico, no tener miedo a romper, a desechar, a volver a empezar. Cada libro debe ser un reto, una aventura apasionante pero que también entrañe dificultad, riesgo, miedos, pasión.

  5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Como dije al principio, me gusta trazar un rumbo en el mapa. Marcar el recorrido y las  posibilidades. Pero luego, igual que el viajero, me dejo llevar, seducir, contar, sabiendo que en el bolsillo guardo una brújula y que tengo muy claro cual es el horizonte al que he decidido llegar.

 6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Tengo muchos padres, tíos y tutores literarios. Podría hablar de Homero,  Zane Grey,  Stevenson, Poe, Baudelaire, Kafka, Onetti,  Cortázar, Borges, Nabokov, Kawabata, Virgnia Woolf, Talese, de Charlie Parker, de Anita O´Day, Sinatra, Leonard Cohen, de la pintura de Veermer, de Goya, de Ingres, de la fotografía de Dorothy Lange o de Avedon, del cine de Ford, de Murnau o Renoir, de arquitectos, de dibujantes de cómic. Pero igualmente han sido importantes y lo son mi abuelo, un cabrero de mi infancia, la gente con la que me relaciono, las víctimas anónimas a las que he robado una expresión, una manera de mover las manos, de caminar por una calle...

 7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Después de Vidas prometidas, donde experimenté con una mirada crítica, poética y seca sobre la realidad en la que latía la crisis, el desencanto generacional, la relación entre vida, literatura y publicidad, y que, al parecer ha abierto una senda por la que después han transitado y transitan otras voces, llevo meses peleado con una estructura diferente, con otro magma interior, con otra manera emocional de enfrentarme al mundo y al lenguaje.




Guillermo Busutil (Granada 1961) es escritor y periodista. Ha publicado los libros de relatos Vidas Prometidas (premio Andalucia de la Crítica 2012 y finalista del Premio Setenil al mejor libro de relatos 2011). Moleskine (2009), Nada sabe tan bien como la boca del verano (2005), Drugstore (2003); Marron Glacé (1999); Individuos S.A. (1999); Confesiones de un criminal (1988) y Los laberintos Invisibles (1986).
También forma parte de diversas antologías como Pequeñas Resistencias, Macondo boca arriba, Lo que cuentan los cuentos, Cuentos al Sur, Relato Español Actual, Narrativa Española Contemporánea, Cuentos policíacos: Tinta y Pólvora, y Brèves. Anthologie nouvelles d´Espagne entre otras.
Desde 2007 dirige la revista Mercurio de la Fundación José Manuel Lara.

viernes, marzo 22, 2013

Ernesto Baltar - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?

No lo sé. Me recuerdo escribiendo desde pequeño, mucho más que leyendo. Después ya descubrí la lectura, tantos libros que leer, y claro, dejé de escribir durante bastante tiempo: era mucho más interesante y divertido leer que escribir.
Si volví a escribir creo que fue sobre todo para no olvidar lo que veía, lo que me pasaba (tengo mala memoria), y para aclararme un poco lo que pensaba de las cosas. Cuando escribo ficción me gusta también la sensación de inventar historias, aunque tengo que mejorar mucho en esto. 

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
No tengo. Con un boli y un cuaderno me llega, en cualquier sitio. Normalmente escribo en casa, a la hora que sea, en el ordenador.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Creo que todo se resume en un solo tema: el tiempo (el paso del tiempo, la fugacidad de las cosas, la caducidad de la vida, la memoria, la muerte, cómo atrapar los instantes sin que se nos escapen…).

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
En serio: “Quien sabe sentir sabe decir” (Cervantes). No tan en serio: “Un libro debe construirse como un reloj y venderse como un salchichón” (Oliverio Girondo).

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?
Como he escrito poca ficción no sabría decirte. En general lo hago al revés: primero me dejo llevar y después planifico, hago de editor de mí mismo y veo cómo se puede sacar un libro de ahí. 

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Son muchos y van cambiando, como en una rotación de banquillo, aunque siempre juegan de titulares los filósofos griegos. También son habituales Nietzsche y Walter Benjamin. En lo literario hay tres autores a los que me siento especialmente cercano, no sé por qué: Gesualdo Bufalino, Natalia Ginzburg y José Gutiérrez Solana. No tienen nada que ver entre ellos.
Por mencionar algunos autores que me gustan de distintas épocas: Séneca, Pascal, Spinoza, Leopardi, Schopenhauer, Unamuno, Kafka, Pessoa, Gómez de la Serna, Borges, Cunqueiro, Beckett, Cioran, Cheever, Sebald, DeLillo, Coetzee... Quizá si me preguntases mañana te diría otros.
Libros de cabecera se me ocurren ahora mismo estos: los Diálogos de Platón, la Metafísica de Aristóteles, las Confesiones de San Agustín, los Ensayos de Montaigne, los Aforismos de Lichtenberg, The Life of Samuel Johnson (sólo en inglés)… Del siglo veinte, el Diario de Jules Renard, las memorias de Baroja, los dietarios de Josep Pla, el diccionario de filosofía de Ferrater Mora, los Relatos autobiográficos de Thomas Bernhard, el Manual del distraído de Alejandro Rossi… Actuales españoles, El geco de Rafael Sánchez Ferlosio, La regla del juego de José Luis Pardo, el Salón de pasos perdidos de Andrés Trapiello, los Vagabundeos literarios de Juan Bonilla...

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Estoy escribiendo un libro de relatos y tengo casi terminado un libro muy raro titulado Ars abstracta, al que sólo le encuentro sentido en las noches de insomnio: consiste en una recopilación de fotos que he hecho de paredes de distintas ciudades (sobre todo Roma y Cuenca) que parecen cuadros abstractos: un Pollock, un Tàpies, un Millares, un Barceló... Estoy terminando de escribir los textos que acompañarían a las imágenes. Si hay por ahí algún editor interesado (quizá recién salido del manicomio de Mondragón), le ruego se ponga en contacto conmigo. Es un libro extraño pero (creo) muy bonito. Definitivamente, tengo que dormir más.  
También podría escribir un best-seller. Todo es ponerse.




Ernesto Baltar (1977) nació en Valencia pero vive en Madrid desde los dos años. Licenciado en Filosofía y en Teoría de la Literatura por la Universidad Complutense de Madrid, ha trabajado como profesor de filosofía, editor y traductor freelance. Actualmente es editor. Ha publicado artículos sobre literatura y pensamiento en revistas especializadas, así como relatos de ficción. Ha participado en los volúmenes colectivos Camarote 503. 16 historias desde el Bremen (2009) y El pensador vagabundo. Estudios sobre Walter Benjamin (Eutelequia, 2011). Ha publicado Ciudades en fragmento (Impronta, 2012), VII Premio Internacional de Literatura de Viajes Ciudad de Benicàssim. Colabora en revistas como Clarín. Revista de Nueva Literatura, A Parte Rei. Revista de Filosofía, NarrativasJot Down.

miércoles, marzo 20, 2013

Ángel Olgoso - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?

Quizá para elaborar al gusto de uno mismo -y en las proporciones adecuadas- ese antídoto contra el veneno de la realidad que es la ficción. Para tener un asidero, sentir que la vida no ha sido, después de todo, una cáscara vacía. Tal vez escribo porque pienso, con Wallace Stevens, que el mundo imaginado es el bien definitivo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Sigo escribiendo a mano, repujando cada palabra y cada historia lentamente, por desgracia sólo los fines de semana. No necesito rosas amarillas, beber bourbon o encender un cigarrillo egipcio. Sólo el alfabeto, la sintaxis y una paciencia infinita. Pero, por encima de todo, para levantar trabajosamente pequeñas construcciones imaginativas en prosa necesito silencio y mucho tiempo por delante (algo que la disciplina salarial y la ausencia de vecinos mudos dificultan), una vida recogida que no me deje por entero en manos de las circunstancias.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Si Walter Pater tenía razón al definir el Romanticismo como la suma de la extrañeza y la belleza, entonces soy un rendido epígono del Romanticismo. Cultivo por tanto una literatura de fabulaciones oscuras; me atrae esa realidad paralela que, de manera distorsionada como una sombra, acompaña a la realidad visible; me interesa hacer posible lo imposible, librar al lector de la menesterosa cárcel de lo cotidiano, mostrarle otras perspectivas, otras dimensiones, inquietarlo, hacerle perder el suelo de las certezas bajo los pies, convertir en sustancia estética los misterios de la existencia.      

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Está por ejemplo la divisa patafísica (me esfuerzo de buena gana en pensar cosas en las que pienso que los demás no pensarán). También la idea de Merino (la literatura debe hacer la crónica de la extrañeza) y la confesión de Gómez de la Serna (nada de lo que he escrito está escrito sin toda la premeditación, con mucho tiempo por delante, con una balanza de platero ante mí y en ella echando todas las palabras).

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

En los relatos -que deben ser milimétricos, quintaesenciados- supone un suicidio dejarse llevar por la historia. Con los primeros libros planificaba menos los textos (era la poderosa excitación del descubrimiento del mundo, del apremio respecto a la vida imaginaria, de la creación caudalosa y libre), pero poco a poco aprendí a plegarme por completo a sus necesidades, a aunar la precisión y belleza del lenguaje con la singularidad de la historia. Sin embargo, y aunque después de más de tres décadas escribiendo relatos me guío ya casi exclusivamente por el instinto, a veces, en muy contadas ocasiones -como en El síndrome de Lugrís del libro Las frutas de la luna- la narración crece y se desborda. Quiero creer que de forma justificada, ya que acabé necesitando treinta páginas para que el descenso a la locura del personaje resultara verosímil.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Para no elaborar una lista interminable, nombro sólo dos debilidades: la del mágico y delicioso universo de Álvaro Cunqueiro y la de esa cumbre estilística de la humanidad que son las Memorias de ultratumba de Chateaubriand.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Menoscuarto acaba de publicar Las frutas de la luna, libro de relatos en el que trabajé durante tres años con voluntad de orfebre.
Hace unos meses la editorial italiana Siska Editore publicó, en formato de ebook multimedia, una selección de relatos breves titulada Racconti abissali. Y este verano está previsto que, en la colección Vagamundos de la editorial Traspiés, se publique exento Almanaque de asombros, un relato de principios de los noventa iluminado con dibujos de Claudio Sánchez Viveros.
Mientras tanto, he acabado el siguiente libro de relatos, Breviario negro: cuarenta textos que probablemente serán ilustrados por el artista argentino Santiago Caruso.




Ángel Olgoso (Cúllar Vega, Granada, 1961) ha publicado los libros de relatos Los días subterráneos, La hélice entre los sargazos, Nubes de piedra, Granada año 2039 y otros relatos, Cuentos de otro mundo, Los demonios del lugar (Libro del Año 2007 según La Clave y Literaturas.com, y finalista del XIV Premio Andalucía de la Crítica), Astrolabio, La máquina de languidecer (Premio Sintagma 2009), Los líquenes del sueño. Relatos 1980-1995 (finalista del XVII Premio Andalucía de la crítica) y Las frutas de la luna.
Ha obtenido numerosos premios, entre los que destacan el de la Feria del Libro de Almería, el "Gruta de las Maravillas" de la Fundación Juan Ramón Jiménez, el Caja España de Libros de Cuentos y el Clarín de relatos convocado por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Relatos suyos se han incluido en más de treinta antologías del género, como “Pequeñas resistencias” (Páginas de Espuma), “Grandes  minicuentos fantásticos” (Alfaguara), “Ciempiés” (Montesinos), “Cuento vivo de Andalucía” (Univ. de Guadalajara, México), “Perturbaciones. Antología del relato fantástico español actual” (Salto de Página), “Por favor, sea breve 2” (Páginas de Espuma), “Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual” (Menoscuarto), “Cincuenta cuentos breves: una antología comentada” (Cátedra) o “Antología del microrrelato español. 1906-2011” (Cátedra).
Es, además, fundador del Institutum Pataphysicum Granatensis y miembro de la Amateur Mendicant Society de estudios holmesianos. Ha sido traducido al inglés,  alemán e italiano.

lunes, marzo 18, 2013

Angelina Lamelas - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?

Me di cuenta muy pronto de que escribía mejor que mis compañeras de curso. Me jaleaba la profesora y las niñas me aplaudían cuando leía una redacción en clase. Leí por placer y para enriquecer mi léxico. Amaba las palabras, las pensaba, las sentía. “Seré escritora”, me dije. Estudié Periodismo y pronto empecé a pubicar artículos en “YA” y para la Agencia LOGOS. También cuentos y poemas.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Prefiero escribir por la noche. Tiendo a ser noctámbula. Me pueden dar las tres o las cuatro de la madrugada, si estoy en racha. Escribo con pilot y en papel muy satinado. Que todo esté a favor entre el pensamiento y el papel. Luego lo paso al ordenador y corrijo bastante, aunque dé la impresión de un estilo fluido. Esa impresión también está trabajada. Solo cuando escribo cuentos para niños (tengo seis libros infantiles) soy capaz de escribir directamente en el ordenador.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Las relaciones humanas, la influencia de la familia, la verdad de los sentimientos, la infancia recreada con autenticidad, el paso del tiempo, las sorpresas de la vida.

4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Transmitir convicción y no aburrir.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Planifico sin exageraciones, y si la historia me lleva por un camino inesperado, cambio de rumbo algunas veces. La voz narradora puede tener razones poderosas. Aunque eso ocurre más en las novelas; el cuento se suele ver de golpe.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Chejov, Medardo Fraile, Cortázar, Carson Mc Cullers, Bryce Echenique, Borges. Leo mucho cuento. La última novela que leí ha sido la de José María Merino, El río del Edén. Es un prodigio cómo el autor hace de la Naturaleza un personaje riquísimo, cautivador, entre otros aciertos. También tengo en la mesilla A media página de Medardo Fraile. Es la excelencia de unos artículos magistrales: cultos, amenos, sugerentes, brillantes.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Estoy trabajando en una recopilación de mis artículos periodísticos. Yo digo que son “carne de relato”, parientes de los cuentos. Lo he titulado Lo que vivimos y los escribí a lo largo de cincuenta años, basados en sucesos o situaciones que me movieron a comentarlos con los lectores. Por allí andan la emigración, Santander en la memoria, encuentros con personajes que pasaron por la Península de La Magdalena, recuerdos de Argentina y México…, y el mar, que sale al encuentro como una presencia constante en mi vida.



Angelina Lamelas Olaran (Santander, 1935), escritora y periodista, considerada una de las mejores cuentistas literarias españolas. Ha ganado importantes premios literarios, como la Hucha de Oro (ex aequo con el escritor Medardo Fraile), el Clarín de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, UNED de Narraciones Breves o Alfonso Martínez-Mena de Cuentos. Es autora de los libros El cachorro y otros cuentos (La Isla de los Ratones, 1972), Un sombrero en el zaguán y otros relatos (Institución Cultural de Cantabria, 1991), A dos manos, con José Antonio Fúster (Huerga y Fierro Editores, 2003), Cuentos de la vida casi entera (Ediciones Palabra, 2009), así como de libros de narativa infantil y libros de poesía.

viernes, marzo 15, 2013

Miguel A. Zapata - Cuestionario básico




1.- ¿Por qué escribes?
   
Hay algo de automatismo en las respuestas que los escritores solemos dar a preguntas como ésta que planteas, Miguel, quizá por la complejidad del asunto, por esa naturaleza casi ontológica que tiene. Respondemos con gesto interesante, grave: “porque me permite comprenderme a mí mismo”, “por una necesidad imperiosa de comunicarme”, y todos los etcéteras consabidos. Me iré un poco por la tangente, entonces: uno no escribe; la escritura (también la lectura) lo va haciendo a uno a golpe de revelaciones, pequeñas victorias sobre el papel y sonoras derrotas ante el mismo enemigo. A mí me gusta pensar que el escritor es una consecuencia de lo que está obligado a escribir.

 2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
         
Soy anárquico. De hecho, apenas escribo, si por ello entendemos una rutina, un horario o una aplicación intensiva, casi de opositor a notarías o registrador de la propiedad. No me da miedo el folio (o la pantalla) en blanco porque sólo me pongo a la tarea cuando tengo muy claro lo que quiero entintar. Una vez estoy ante el teclado, necesito que suene la música que mejor conviene a la historia que tengo entre manos, sin preferencias concretas: ayer el “Spem in alium” de Tallis, hoy Herbie Hancock y mañana tal vez Nirvana o la furia nórdica de In flames. Siempre, también, un té con leche y dos cucharadas de azúcar que se dejarán caer hasta el fondo, aburridas de no encontrar mi boca. Y un montón de pequeñas hojas manuscritas y molesquines de caligrafía imposible de los que aprovecharé no más que un 10% pero que me dan la impresión de andamiaje y compañía, de no estar tan solo en mi estudio. Y orillándome como un perrillo faldero, también siempre, esa sensación que te decía antes de no escribir nunca, de dispersarme tanto y ser tan intermitente como un telégrafo tartamudeando metáforas de tarde en tarde.

 3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

No lo tengo muy claro. Debo remitirme a relecturas de mi propia obra o a lo que los otros me dicen acerca de lo que escribo. Quizá en más cuentos de los que hubiera pensado y en la novela que acabo de terminar hay una fijación por la disfuncionalidad emocional, la familia como invención y la muerte como forma de epifanía, de verdad. En mis microrrelatos hay también un interés por provocar a la lógica y esperar que ésta reaccione violentamente para desenmascarar yo sus lamentables trucos anestésicos.

 4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Si tienes que contar hasta diez (u once) para empezar la primera frase de una obra nueva, no la escribas jamás, abandónala.
No escribas nunca en aras de la novedad: sufrirás como un cochinillo ensartado cuando fracases.
(Por supuesto, nadie tiene por qué seguir estos principios, incluso puede trasmutarlos en afirmaciones y convertirlos igualmente en dogmas)

 5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

A pachas. Planificación exhaustiva del caos, podría decir. No sé si funciona, pero es lo que me hace dichoso como escritor.

 6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Depende de la memoria del momento, de lo que esté escribiendo o de mi estado de ánimo. La memoria es selectiva, traicionera y amnésica. Ahora, a botepronto, te digo tipos y tipas que tienen su propio altar: Gómez de la Serna, Lorca, Ayala, Ramos Sucre, Danilo Kîs, Bohumil Hrabal, Mrozek, Orkeny, Rabelais, Virginia Woolf, Pierre Michon, Bruno Schulz, Jean Cocteau, John Fante, Kenneth Bernard, Juan Emar, Pablo Palacio, Felisberto Hernández, Raymond Queneau, Georges Perec, Robert Walser, Capote, Gombrowicz.
Si me preguntas más tarde, te digo otras dos docenas y quizá repita (o no) alguno de los anteriores.  

 7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

He terminado un libro de microrrelatos y una novela que se han llevado el último trienio de mi vida (literaria). Han pasado ya casi dos años desde la publicación de mi último libro de cuentos, “Esquina inferior del cuadro”, y tengo mono de anaquel y valoraciones lectoras.




Miguel A. Zapata (Granada, 1974) es escritor y profesor de Geografía e Historia en la Comunidad de Madrid. Ha publicado dos libros de cuentos: Ternuras interrumpidas –fabulario casi naïf (Ediciones de Nuevos Autores, Madrid, 2003) y Esquina inferior del cuadro, (Menoscuarto, Palencia, 2011); y dos libros de microrrelatos: Baúl de prodigios (Traspiés, Granada, 2007) y Revelaciones y Magias (Traspiés, Granada, 2009). 
Sus cuentos han sido premiados en diversos certámenes literarios a nivel nacional e internacional (Villa de Iniesta, Memorial Domingo García, Eugenio Carbajal, Melpómene, Miguel Cabrera…), así como incluidos en destacadas antologías del género (Ficción Sur –antología de relatistas andaluces-, Perturbaciones –antología del relato fantástico español actual-, Por favor sea breve 2, Velas al viento, Más por menos –antología de microrrelatos hispánicos actuales-, Mar de pirañas, Antología del microrrelato español -1906-2011-) a cargo de prestigiosas editoriales del género (Menoscuarto, Salto de Página, Páginas de Espuma, Sial, Cátedra…). Su último libro ha sido finalista del Premio Setenil 2012 al mejor libro de cuentos publicado en España.

miércoles, marzo 13, 2013

Carolina Molina - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?

Escribo por necesidad. Comencé sin darme cuenta, a los doce años. Pocos días han pasado desde entonces sin que escriba. Necesito comunicarme, expresar. Para mí no hay droga mejor que escribir, realmente me siento feliz cuando lo hago.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

No tengo muchas manías. Escribo casi siempre en el mismo lugar, con la luz y la mesa a la altura adecuada para proteger las cervicales. Prefiero escribir por la tarde o por la noche, aunque no depende de mí, sino del momento en que la familia me permita hacerlo. Por obligación me rodeo de libros para ir tomando datos y por adicción, siempre bebo un té rojo con leche. Una taza detrás de otra, por la noche me habré tomado unas doce.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Busco lo original, lo que no se haya tocado antes. Cualquier tema puede ser bueno, aunque he centrado casi toda mi obra en la historia de Granada no me cierro a otras posibilidades. Me gusta la novela histórica pero me siento cómoda con otros géneros. Me gusta hacer cosas nuevas y sentir que aprendo y avanzo.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Intento tener todo controlado, fechas, escenas…una estructura previa a cada escrito me ayuda a ordenar las ideas. Luego cada día antes de acostarme pienso en la escena que seguirá. Leo a autores de la época que trato en mis novelas o del género concreto que voy a tratar en el futuro porque tiendo a contagiarme de los estilos y no quiero interferencias de épocas diferentes. Es decir, que si escribo una historia del siglo XIX solo leo autores del XIX. También veo mucho cine. Me ayuda a imaginar escenas, los movimientos de los personajes. Siempre escribo con una idea fija en la cabeza.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Lo planifico todo muy bien antes. En la novela histórica es imprescindible. Un año antes de empezar a escribir la novela ya tengo hecha mi estructura histórica. Guiándome por ella salen los personajes, que en la medida en que escribes son totalmente libres de nacer, vivir o morir, según el momento. Suelo conocer el principio y el fin de la novela antes de empezarla. Con los otros géneros soy muy intuitiva y lo único que repito y me funciona es corregir, corregir y corregir. Hay cuentos o ensayos que he venido modificando desde hace más de diez años y no consigo estar contenta de su resultado.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Ahora estoy centrada en el siglo XIX y he descubierto autores y libros que me han impactado agradablemente. Los libros que he repasado durante los últimos años son La edad de la inocencia de Edith Wharton y El gatopardo de Lampedusa. Pero por encima de todos los autores que me han acompañado a lo largo de mi vida literaria, como Federico García Lorca, tengo que reconocer que Benito Pérez Galdós ha sido el que más me ha influido. Con él me divierto y aprendo. Y en estos momentos es mi objetivo.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

En la actualidad finalizo la trilogía granadina de Los Cid. La comencé con Guardianes de la Alhambra, que continuó con Noches en Bib-Rambla, publicada el pasado año y mi intención es acabar con una tercera novela, con título provisional Memorias de Max, el romántico. Las tres novelas se centran en los cambios sufridos en la ciudad de Granada a lo largo del siglo XIX. Podría decirse que es la trilogía que narra la destrucción del patrimonio histórico y artístico de esta ciudad. Como es lógico todo ello está aderezado con historias humanas, la vida de una saga familiar, que es la de los Cid. En Memorias de Max me adentro en los primeros periodistas profesionales y en los escritores más destacados del momento. Ha sido muy divertido incluir en estas páginas a Benito Pérez Galdós, Valle-Inclán, Valera o a Angel Ganivet.



Carolina Molina. Desde muy niña empieza a escribir y gana premios y accésit en distintos concursos literarios. Después de estudiar Periodismo en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid se dedica, durante algún tiempo, al teatro y crea un grupo de teatro independiente junto a varios amigos. Ha tocado varios géneros literarios: La novela fantástica hasta el año 2000 dedicándose a los extensos volúmenes de El Reino de los Asturcones, ambientada en las raíces y folklore asturianos. Pero será a partir de 1995, cuando toma contacto con Granada y empieza a vincularse con la ciudad, fruto de ese encuentro es su primera novela histórica La luna sobre la Sabika (Entrelíneas Editores. Madrid. 2003), que tuvo buena acogida. Su segunda novela histórica, Mayrit entre dos murallas, ambientada en los orígenes musulmanes de Madrid (2004) ha resultado ser una novela de culto, original y comprometida. En 2006 publica con Roca Editorial su tercera novela Sueños del Albayzin, que la consagra como novelista y la une, definitivamente, a Granada. Colabora en distintas revistas de la ciudad, como El Legado Andalusí, una sociedad mediterránea y, algo más recientemente, la revista literaria EntreRíos o Garnata. Su línea de investigación se centra en la Granada romana (Ilíberis) y los cambios experimentados en el patrimonio artístico granadino durante el siglo XIX. Ha conferenciado sobre la cultura andalusí en bibliotecas de distintas partes de España y fue invitada por el Instituto Cervantes de Utrecht (Holanda) para hablar del legado de al-Andalus. Sus últimas novelas, Las vidas de Iliberri y Guardianes de la Alhambra empiezan la trilogía de su personaje, Max Cid. En la actualidad coordina la sección del periódico digital El Heraldo del Henares "Erase un cuento" y dirige la colección de narrativa de la editorial granadina Zumaya. Ha coordinado el monográfico dedicado al relato breve Los que cuentan de la revista EntreRíos (2011). En la actualidad se centra en el género de la novela histórica y el cuento. En 2012 publica la segunda parte de Guardianes de la Alhambra, cuyo título es Noches en Bib-Rambla (Rocaeditorial, 2012) 


domingo, marzo 10, 2013

Medardo Fraile ha fallecido


Se ha ido uno de los grandes escritores españoles.

Medardo Fraile era miembro fundacional de la generación de los 50, junto a escritores de la talla de Ignacio Aldecoa, Alfonso Sastre, Francisco García Pavón, Sánchez Ferlosio, Fernández Santos o Carmen Martín Gaite, entre otros. Medardo Fraile era uno de los mejores autores de relatos que hemos tenido en España. Pertenecía a ese tipo de escritores que se preocupan del personaje por encima de todo. Su estilo era directo, limpio, eficaz, capaz de desplegar todos los matices de la historia. Muchos de sus relatos son dignos de figurar en una antología que los hermanara con El collar de Guy de Maupassant, El capote de Gógol, La dama del perrito de Chéjov, o con cuentos de Hemingway, de Raymond Carver, de John Cheever. Ahí están, para demostrarlo, El álbum, Las equivocaciones, A la luz cambian las cosas, El coche, La trampa, Yo no soy un ovambo, Señor Otaola, Ciencias, Un alma sensible, La cajera, y tantos otros. Historias de gente que busca su lugar en el mundo. 
Cuando le pregunté hace muy poco tiempo, como parte de ese cuestionario básico que voy publicando estos días, cuáles eran sus preocupaciones temáticas dijo: “Todo lo que nos concierne en la Tierra a los humanos. Lo extraterrestre, me suele importar poco y, en general, me aburre”.
Tenía un extraordinario sentido del humor. Era capaz de detectar el aspecto irónico de situaciones que a otros pasarían desapercibidas.


En Más de cien cuentos en busca de autor, artículo recogido en el libro Documento Nacional (Huerga y Fierro, 1997) habla de su concepción de la escritura: "En mis cuentos no hay héroes sino antihéroes (...) Son seres comunes, de los que vemos a diario pasar si nos sentamos en la terraza de un café. La gente no es tan corriente como parece..."
La más completa edición de sus cuentos es la recogida bajo el título Escritura y verdad (Páginas de espuma, 2004), en edición de Ángel Zapata.
Acababa de terminar un relato titulado Sycamore Gardens, que iba a formar parte de un nuevo libro ya muy avanzado, cuando la muerte le sorprendió durmiendo en su casa de Glasgow, donde residía desde 1964.

Yo solía enviarle lo que iba publicando y él siempre me dirigía palabras de ánimo y elogio. "España ha tenido escritores porque los escritores se han empeñado en que los tenga, a costa de entusiasmos y sacrificios de toda índole". Era un hombre de gran generosidad. En una ocasión me propuso ser uno de los presentadores de su libro Antes del futuro imperfecto. Acepté, pero tuve tantos nervios por la responsabilidad que aquello me suponía que estuve corrigiendo el texto hasta pocos minutos antes de empezar el acto. De modo que me presenté con una hojas llenas de tachones y un ligero temblor en la voz que me hizo arrancar con más velocidad de la necesaria, motivo por el cual me llegó un susurro de Medardo apuntando: “Más despacio, más despacio”.
Medardo Fraile nació en 1925, iba a cumplir ochenta y ocho años este miércoles, 13 de marzo. Hace apenas un mes estuvo en el Instituto Cervantes de Estocolmo, hablando de su novela Laberinto de fortuna (Menoscuarto, 2012). Era un hombre de gran vitalidad, de extraordinaria agudeza, de mirada cálida, a quien siempre sentí muy cercano.

viernes, marzo 08, 2013

Raúl Ariza - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

¿Por qué no sé cantar? Ni idea. Solo sé que de vez en cuando me resulta necesario hacerlo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Necesito tranquilidad, pero tampoco tanta; a veces algo de música o el ruido de la calle me ayudan a concentrarme.
Prefiero las mañanas a las tardes o las noches, tiempos más proclives para otros esparcimientos. También prefiero robarle horas a mi rutina laboral que utilizar el tiempo libre que me regala el fin de semana.
No empiezo un cuadernillo hasta que no termino el anterior.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La vida. El drama humano del día a día. Las pequeñas miserias y las pequeñas alegrías.
El hombre tiende a la exageración, a la conquista de logros faraónicos como el de alcanzar la felicidad. Sin embargo, para su definición es necesario atender a la suma de esos detalles que le pasan desapercibidos, obstinado como está en aquellos menesteres. Mi obsesión, por tanto, sería la de traicionarle aireando sus imperfecciones, sus miedos e incluso los pequeños motivos de alegría a los que no les presta ni la más mínima atención.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

El lector es siempre más inteligente que el autor y no requiere de mayores explicaciones para entender, de ahí que la concisión suela ser el mejor método de transmisión con el que contamos. Lo que se pueda decir con tres palabras, no necesita cuatro.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

De los primeros. Incluso en relatos brevísimos soy incapaz de adivinar el desenlace -de haberlo- cuando comienzo a escribir. A veces no sé ni qué quiero contar. Me siento frente al cuaderno o el teclado y escribo, convirtiéndome en el primer sorprendido por lo que va saliendo.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?


Heminway, Borges, Chejov, Shepard,... Hubo un tiempo en el que le fui muy fiel a Capote; otro en el que me fascinó Alphons Daudet, y otro lejano en el que solo quería ser un personaje de R. L. Stevenson. En este presente, estoy empeñado en convertir en mis autores favoritos a alguno de los maravillosos escritores a los que he tenido oportunidad de conocer en persona: Olgoso, Casero, Ortiz, Herrezuelo, Espada, Sanfelíu o Rosana Alonso. 
En cuanto a ese libro de cabecera al que siempre vuelvo: Las ciudades invisibles, de Italo Calvino.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

En abril de 2012 salió mi último libro de relatos, La suave piel de la anaconda. En la actualidad estoy escribiendo relatos para algunos colectivos en los que participo, acumulo cuentos para lo que espero sea un nuevo libro en 2014, y juego con la posibilidad de terminar mi primera novela.




Raúl Ariza Pallarés. (Benicàssim. Castellón, 1968). Es abogado de profesión. Autor del libro Elefantiasis (Editores Policarbonados, 2010), cuyos relatos llegaron a traducirse al alemán, y del libro La suave piel de la anaconda (Talentura Libros, 2012). Ha colaborado también con revistas literarias y jurídicas, y ha publicado relatos, artículos y crónicas que van desde la crítica literaria hasta la cinematográfica, tanto en periódicos de ámbito provincial como en distintas revistas digitales. Recientemente, algunos de sus relatos han sido incluidos en el libro colectivo Los intachables (Editorial Hipalage, 2012) y en distintas antologías del cuento español, como la de la prestigiosa Revista Literaria Entreríos y la de la colección Noctambulario. Gran aficionado al cine clásico, su otra gran pasión junto con la literatura, es el autor del blog El alma difusa, en el que durante los últimos años ha venido presentando su particular colección de relatos, cosechando un éxito de visitas y comentarios sin precedentes.

miércoles, marzo 06, 2013

Pablo Martín Sánchez - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?
Esa es la segunda pregunta más antipática que se le puede hacer a un escritor. Yo escribo para no tener que responder a la primera: por qué no escribo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
Ropa cómoda, mesa ordenada y un botellín de agua a mano. Y para cada libro, una cita pegada en la pared: la del primero rezaba «La escritura no es una gracia: es escritor el que quiere serlo (Roland Barthes)»; la del segundo decía «Cualquier tonto puede escribir una novela, pero para venderla es necesario ser un auténtico genio (J. G. Ballard)».

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
No me preocupan los temas, sino la manera de enfocarlos.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
El que le dio Juan Rulfo a Eduardo Galeano: que se escribe con la otra punta del lápiz, la que tiene la goma de borrar.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?
De los que lo planifico todo desde el principio para poderme dejar llevar por la historia.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Demasiados para anotarlos todos. Pero sin duda estarían Perec, Queneau, Koltés, Cortázar, Borges, Bolaño, Calvino, Mrozek, Vila-Matas o Quim Monzó. Siento que no haya ninguna escritora en la lista. La culpa es mía y me preocupa.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Lo último que he publicado es una novela titulada El anarquista que se llamaba como yo (Acantilado, 2012), basada en la figura de Pablo Martín Sánchez, un anarquista que participó en 1924 en un intento revolucionario contra la dictadura de Primo de Rivera. Mientras la escribía no dejaba de recordar la frase de Ballard que tenía pegada en la pared y, para darme ánimos, me decía: «Estás en la fase del tonto, estás en la fase del tonto». Ahora me toca sacar el genio que todos llevamos dentro.




Pablo Martín Sánchez (cerca de Reus, 1977) es licenciado en Arte Dramático por el Institut del Teatre de Barcelona, máster en Humanidades por la Universidad Carlos III de Madrid y doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la Universidad de Granada. En el sector editorial ha trabajado como lector, corrector, traductor y librero. Como creador, ha recibido diversos premios de relato corto, ha publicado el libro de cuentos Fricciones (E.D.A. Libros, 2011) y acaba de ver la luz su primera novela, El anarquista que se llamaba como yo (Acantilado, 2012). Es miembro del Collège de ’Pataphysique y del Altíssimo Instituto de Estudios Pataphysicos de La Candelaria.

La foto es de Pere Rovira

lunes, marzo 04, 2013

María Zaragoza - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?
Empecé a escribir cuando era pequeña para tener las historias que me hubiese gustado leer. Luego, cada vez más, me doy cuenta de que escribo sobre la identidad y sobre las cosas que me cuesta trabajo entender. Supongo que me ayuda a comprender el mundo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
No tengo demasiadas, porque desde siempre me he acostumbrado a escribir con ruido, ya que mi familia tiene un restaurante y cuando era pequeña escribía allí. Así que puedo escribir casi bajo cualquier circunstancia. Me gusta escribir con música, con cocacola y si tengo que hacerlo a mano, en folios de colores, pero no es fundamental. Cuando acabo una novela, antes de empezar a corregirla siempre lo celebro, eso sí.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Creo que hay escritores que empiezan por la temática y llegan después a la historia y autores que tienen la historia y cuando van desarrollando la temática aparecen los temas y las obsesiones. Yo pertenezco al segundo grupo y por lo tanto no empiezo por la preocupación temática, aunque sí reconozco que la busqueda del “yo”, el autoconcepto, los diferentes puntos de vista sobre un mismo hecho, la naturaleza de la pasión y de la crueldad, la identidad y las pulsiones incontenibles son temas recurrentes en todas mis obras.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
Apenas releo hasta que no he decidido el final. Soy muy perfeccionista y si releyese más a menudo de lo que lo hago, vería todos los errores, la imperfecciones y los descuidos y me dedicaría a pulir tanto párrafo a párrafo, que no avanzaría y perdería el ritmo de la historia. Como me resulta importante el ritmo a la hora de escribir, prefiero pensar que todo tiene arreglo a posteriori y corregir todo de golpe al acabar. Eso sí, una vez acabada nunca estoy satisfecha y no paro de corregir hasta que no está publicada. Puedo dejarla durante meses, pero si un día decido releer, siempre encontraré algún detalle que podría estar mejor.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?
¿No se puede ser una mezcla de las dos cosas? Soy una falsa planificadora, porque no empiezo hasta que no tengo toda la historia en la cabeza, pero una vez comienzo, soy muy flexible, porque entiendo que al avanzar los personajes cobran vida propia y siguen su propia coherencia, lo que en la mayoría de los casos desvía mis planes iniciales y transforma la idea inicial.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Tengo muchos y muy variados. Julio Cortázar, Marguerite Duras, Nabokov, Victor Hugo, Óscar Wilde, Günter Grass, Sylvia Plath. Aunque creo que el libro que más veces he leído en mi vida es la Odisea de Homero.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Mi última novela publicada se llama Los alemanes se vuelan la cabeza por amor, cuyo interminable título es una alusión al fondo último del libro: los pequeños actos diarios que tienen consecuencias imprevisibles (el tweet que desató la primavera árabe, los niños saltando los tejados por haber visto Superman, los adolescentes alemanes pegándose un tiro después de haber sido rechazados por una mujer emulando al Werther de Goethe). Hablando de la realidad más directa y actual a través de un lugar ficticio, “la Plaza” (metáfora de las redes sociales de internet donde nos encontramos), este libro es un punto de encuentro con las formas de relacionarse que ha desarrollado el ser humano, con la necesidad que tenemos de comunicarnos y de ser comprendidos, con el miedo a quedarnos aislados y solos. 




María Zaragoza (Madrid 1982). Es autora del libro de relatos Ensayos obre un personaje incompleto (TAU 2000), de las novelas Realidades de humo (Belacqva, La otra Orilla, 2007), Tiempos gemelos (Belacqva, La otra Orilla, 2008), Dicen que estás muerta (XV premio Ateneo joven de Sevilla, Algaida 2010) y Los alemanes se vuelan la cabeza por amor (LVIII premio de novela Ateneo ciudad de Valladolid, Algaida 2012), así como de la novela gráfica Cuna de cuervos (Parramón 2009) junto al dibujante Didac Pla y la novela corta Constanza Barbazul (Sigueleyendo, colección Bichos, 2011). Participa en Panfleto calidoscopio y es becaria de la tercera promoción (2004-2005) de la Fundación Antonio Gala para jóvenes creadores. 

viernes, marzo 01, 2013

Francisco Ortiz - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?
   Porque creo en la pureza de ciertas ideas, de ciertas personas, de cierto tipo de sociedad, y no me importa parecer utópico e ingenuo. Y para apoyar eso que llamábamos la verdad, eso que ya ni los medios de comunicación ni la literatura eminentemente evasiva y bestsellera que nos rodea quieren ya decir, empeñados  como están en la servidumbre a la voz y los mandatos del amo de turno y en el mantenimiento de la buena opinión de la clientela y de eso que llaman el mercado. También, por supuesto, porque tuve la suerte de leer cuando tenía veintitantos años a autores como Dostoievski, Ross Macdonald, Raymond Chandler, Alberto Moravia y Heinrich Böll. Y después a otros como Patricia Highsmith, Juan Marsé, Juan García Hortelano y Jesús Fernández Santos.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
  Prefiero que sea temprano, con la cabeza despejada, sin noticias dentro que vengan del nuevo día y me distraigan y me emboten. Con música clásica o con un silencio reparador.  A mano siempre.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
   La violencia y sus motivos. La relación de pareja, el encuentro con el otro. La amistad herida. La familia y su poder de destrucción.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
    Admira a tus clásicos, pero no quieras ser como ellos.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?
    Parto de ciertos alumbramientos principalmente surgidos con la luz de la aurora, fogonazos que se convierten en ideas y en personajes que les dan vida. Tengo hitos en el camino, pero nunca camino sabiendo todo lo que ocurrirá: para eso, preferiría quedarme en casa.    

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
       Ya he mencionado antes a algunos autores.  Pero añado: Dostoievski es el autor al que más admiro y al que leo con mayor interés. Crimen y castigo, Humillados y ofendidos, Los endemoniados, Los hermanos Karamázov son libros que le recomendaría a cualquiera, lector habitual  u ocasional, amante o detractor de la novela, porque hablan de lo esencial del ser humano con tanto acierto, humor bien matizado y profundidad auténtica que nadie puede salir de la lectura de esos libros sin solidarizarse, sin empatizar. Y creo que El largo adiós y alguna de Ross Macdonald y alguna de Patricia Highsmith y alguna de Juan Marsé nos hablan tanto y tan bien de la amistad, los desencuentros familiares, la bondad y la maldad inherentes al hombre que a quienes nos siguen preocupando nuestros semejantes de manera activa nos pueden valer tanto como a los creyentes sus libros sagrados.  

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
   Sigo trabajando sin prisa hasta estar convencido de acabar un texto con el que merezca la pena pensar de nuevo en publicar. Hace muchos años soñaba con escribir y publicar veinte novelas, pero el tiempo me ha enseñado a no hacer planes a largo plazo (también algunos fracasos).  Supongo que a algunos las experiencias les amplían su temática y sus intereses. A mí, en cambio, siento que se me han reducido, pero no lo lamento:  me conformaría con decir dos o tres cosas no muy equivocadas y con escribir sobre algún personaje que no desapareciera de inmediato, como humo, apenas los lectores cierren mis libros.




Francisco Ortiz ha publicado la novela Ultima noche en Granada (Mira Editores, 2009) y el libro de relatos Almería 66 (Instituto de Estudios Almerienses, 2011). Es autor de los blogs Novela negra y cine negro y En la aurora.