viernes, febrero 01, 2008

Desesperación

En una habitación de hospital está una niña de siete años que necesita urgentemente un trasplante de pulmones. Los médicos no le dan esperanza de vida; según ellos, hace tres días que debería haber muerto, a pesar de lo cual la niña sobrevive, merced a unas desmesuradas ganas de vivir. Su trasplante tiene la máxima prioridad, lo que quiere decir que en cuanto se disponga de los pulmones de un niño, en cualquier lugar del mundo, los mandarán urgentemente a este hospital. Junto a la cama están los padres de la niña, sentados en un pequeño sofá-cama. Están destrozados, apenas duermen, observando los tubos que mantienen viva a su hija y el monitor que certifica que todavía resiste. Entonces, sin pensarlo, la madre dice: Es increíble. No me digas que en los cinco días que llevamos aquí no se ha muerto ningún niño en ningún lugar del mundo.

17 comentarios:

Pepe Cervera dijo...

Esa es la crueldad que albergamos, Miguel, y normalmente nos sale sin pensar.

Por cierto, ¿conoces "El asilo del libro" en Valencia, o la página de "iberlibro.com"? Por si acaso ahí te va un enlace, por lo de Bobbie Ann Mason. No sé si te servirá de algo.
Un abrazo.

http://www.iberlibro.com/servlet/BookDetailsPL?bi=762095902&tab=1&searchurl=an%3Dbobbie%2Bann%2Bmason%26n%3D200000228%26sortby%3D3%26tn%3Dshiloh%26x%3D40%26y%3D15

Anónimo dijo...

Estoy seguro que esta madre, y por el hecho de ser madre nunca pudo pensar lo que quizá pareció que pensaba, recuerdo cuando yo estaba en el lecho de muerte esperando unos pulmones tambien le dije al médico...es triste que para salvarme a mi tenga que morir una persona...a lo que él me contesto..no eso no es así,te salve a tí o no ,esa persona ya falleció, tu si vives será por la inmensa generosidad del donante o de la familia de esa persona que ha querido donar sus órganos y que desea que tú u otro luche para salir adelante... y así lo hice... luché
www.airetxp.org

Laura Diaz dijo...

Se me ocurre, mi estimado Kafkapro, que más allá que tal como comenta pocop, en el asunto de los transplantes de órganos se requiere de la generosidad de quién en vida donara su cuerpo o de los familiares que le sobreviven, tu relato va más allá del específico tema de los transplantes de órganos.

Aunque el egoismo no está específicamente incluido en los siete pecados capitales, podría incuirse en el tercero: codicia/avaricia. No sólo en situaciones límites los padres(como en este caso) pueden llegar a desear la muerte de otro niño para que el propio viva, sino que en la vida cotidiana y en las circunstancias mas simples y comunes, hay personas que desean que al otro le vaya mal para hacerse de "algo" de ese otro. La lista va desde objetos materiales (herencias), pasando por personas (parejas) hasta puestos de trabajo...

Hay quién dice que no se puede comparar el comportamiento en situaciones extremas que en la vida cotidiana. Tal vez sea cierto. Pero también es verdad que las situaciones extremas son relativas pues cada persona puede sentir así instancias que para otra persona no lo son porque todos somos diferentes. Incluso, hay seres humanos que enfrentados a, quizás la situación más límite como es la de la posibilidad inminente de perder su vida, salva la de los demás, o no habla bajo tortura; o, frente al hambre no roba ni mata...En fin, los ejemplos son muchos.

A nuestro alrededor hemos visto mil instancias en las que las personas actúan como si no tuvieses ni un solo valor moral. O porque no los tuvieron nunca, o porque provienen de culturas diferentes, o porque la ocasión hace al ladrón, o porque por algo se han enumerado los siete pecados capitales.

No importa acá si son capitales o no esos pecados, o si quien los comete jamás tendrá vida eterna o lo que dictamen los jueces o las religiones. Lo que si hay que rescatar que en situaciones cotidianes o límites, hay quienes venden hasta a su madre, o hijo, y quienes en las mismas circunstancias siguen siendo generosos y buenas personas (como lo escribió Machado).

Vaya uno a saber qué sería de la humanidad si todos fuésemos buenas personas siempre. La vida no sería tan dolorosa y las historia de los pueblos no se escribiría con sangre.

Pero no somos todos buenos, ni lo somos siempre. Esa es la condición humana.

Me has dejado pensando, como siempre.

Saludos.

Elena dijo...

Siempre he creído que la donación de órganos debería ser considerado un deber, de buenos ciudadanos, de buenas personas, de seres humanos que somos. España es uno de los países que más destaca en ese sentido. Pero hay que seguir luchando en este sentido. Llegará un día en que no habrá que preguntar a los familiares del fallecido: todos seremos donantes.

Un saludo

Portobello dijo...

Corto pero contundente. Aun nos cuesta quitarnos la separación de cuerpo y espíritu, por mucha religión que se cueza en el mundo. Muy interesante tu minirelato.

El Doctor dijo...

Difícil arte es el cuento ultracorto y tu lo manejas con soltura y precisión.
Miguel ¿conoces la gran obra del escritor americano Fredric Brown?Te lo pregunto porque tengo todas sus extraordinarias obras y siempre que hablo de él nadie lo conoce;una lástima.
Un cordial saludo.

Alexandrós dijo...

Espero que sólo sea otro magnífico relato.
Un abrazo

Clarice Baricco dijo...

Uff demasiado fuerte...como es tu costumbre en tus relatos cortos.
Provocador.
Así quiero escribir, como tú.

Abrazos.

Anabel Rodríguez dijo...

Tan humano, tan real, que duele.
Saludos

Miguel Sanfeliu dijo...

Pepe, tienes razón, en todos anida un grado de crueldad. Gracias por el enlace.

Pocop, cuando alguien expone un texto, se produce que el texto deja de pertenecer a quien lo escribió y pasa a ser de quien lo lee. Este microrrelato me lo inspiró un hecho real que ocurrió hace algunos años. En aquel caso, la niña murió sin que llegaran a tiempo los anhelados pulmones. Es evidente que las palabras de tu médico son muy sensatas y ciertas. Es una pena que no todo el mundo tenga esa generosidad, de lo contrario, supongo que las listas de espera serían más cortas.
Enhorabuena por el éxito de tu operación y por tu capacidad de lucha.

Laura, desde luego que lo que yo quería plantear era precisamente un dilema moral al que darle vueltas, como has hecho tú en tu comentario. En un caso como el que planteo, ¿podría alguien culpar a una madre por tener semejante pensamiento? ¿No entraría dentro de lo humano?
Y estoy de acuerdo con lo que dices. Yo pienso que una misma persona puede ser héroe y villano en circunstancias distintas. "No somos todos buenos, ni lo somos siempre. Esa es la condición humana". Desde luego.

Elena, pues ojalá se produzca el cambio cultural necesario para que todo el mundo sea declarado donante por obligación, ya que eso significaría salvar vidas.

Blanca, es cierto, se trata de algo cultural conseguir separar cuerpo y espíritu. Pero en este caso creo que el concepto "espíritu" iría más allá de la religión. No se quiere que se toque el cuerpo de quien ha muerto porque se considera una especie de deshonra, de falta de respeto, de ultraje.

Amigo Machuca, sí que conozco a Fredric Brown: es un autor al que leí bastante. Yo tengo un libro de ediciones Roca titulado "Paradoja perdida" que tiene un impagable prólogo escrito por su mujer. Sus relatos son adictivos.

Alexandrós, sí, es otro relato, pero con base real. Obviamente, no en la crueldad del pensamiento que asocio a la madre, pero sí en la situación. Me temo que, entonces, quien tuvo ese pensamiento fui yo, así que lo escribí para quitármelo de la cabeza.

Clarice, supongo que es cierto que mis relatos tienden a fijarse en situaciones duras, y creo que en el fondo pretenden plantear conflictos morales. La dureza, despojada de adornos, no deja de ser una técnica de distanciamiento, creo yo. Y gracias por el piropo, me alegra que te haya gustado.

Anab, sí duele, es cierto. Pienso que es uno de los motivos por los que uno escribe, para descargar lo que le preocupa o le duele.

Un abrazo y gracias por los comentarios.

LA CASA ENCENDIDA dijo...

Impresionante. Me ha costado reponerme antes de hacer este comentario. Las personas podemos ser increibles, cuando nos toca, ¡que forma de reaccionar tenemos!, me sorprendo cada día. Por eso me enojo cuando escucho: "Eso no lo haré yo"
Saludos

JOSÉ ROMERO dijo...

Como siempre, excelente relato. El tema de la donación de organos es muy vigente en mi cortometraje, por cierto. ( espero pronto ponerlo you tube) Saludos

Recaredo Veredas dijo...

Buen microrrelato. Profundamente humano. Culpar a la madre sería injusto. Cualquiera podríamos pronunciar esas palabras. Saludos.

Miguel Sanfeliu dijo...

Casa Encendida, yo creo que en la mayoría de los casos no sabemos cómo vamos a reaccionar ante determinadas circunstancias.

José Romero, espero que me avises en cuanto esté el cortometraje en youtube. Tengo muchas ganas de verlo.

Recaredo, completamente de acuerdo. Por cierto, acabo de comprarme tu libro "Cómo escribir un relato y publicarlo". Me gustan mucho este tipo de manuales.

Un abrazo y gracias por los comentarios.

Rosa Silverio dijo...

Hola, Miguel.
Leí tu relato hace días pero no había tenido tiempo de comentar hasta hoy. Déjame comentarte que me gustó muchísimo, mucho mucho, y creo, incluso, que está mejor logrado que el anterior relato breve que publicaste acá.

Para ser tan corto consigues imprimirle mucha fuerza y plantearnos un dilema moral complejo y profundo.

Un abrazo.

Miguel Sanfeliu dijo...

Rosa, muchas gracias. Me alegra que te haya gustado.
Un abrazo.

Francisco Ortiz dijo...

Y en esas palabras finales hay crueldad, hay deseo de muerte. Un relato ambiguo, que se presta a varias lecturas. Un relato marca de la casa. Por el que te felicito.