sábado, junio 28, 2008

Jeep

Un día llaman a tu puerta y te dicen que se tienen que llevar a tu hijo porque lo van a convertir en un hombre, y no puedes retenerlo argumentando la fuerza del amor familiar porque lo que pretenden es que luche por su Patria, que es algo mucho más grande e importante; y les da igual lo que argumentes, no le piden que crea en nada, sólo que esté dispuesto a dar su vida por la Patria, no quieren su devoción, quieren que muera por la Patria, así de simple, y para eso van a convertirlo en alguien capaz de cumplir las órdenes más absurdas sin pestañear, como descargar un camión empezando por el fondo, sin pensar en lo ridículo que puede ser descargar un camión empezando por el fondo, él debe ser capaz de obedecer cosas de este tipo respondiendo con energía un ¡sí, señor!, que resulta tanto más estúpido cuanto más ridícula es la orden recibida, y tal vez un día te llegue una carta diciendo lo sentimos mucho, su hijo no estaba preparado para conducir un jeep, pero lo pusimos a conducir un jeep, así que se ha estrellado y se ha matado y ha destrozado el jeep, y lees la carta una y otra vez, intentando encontrarle un sentido, pero eres incapaz de encontrarle un sentido a todo aquello, así que lo único que te queda es arrugar la carta y llorar por él, maldiciendo ese sistema que te ha arrancado a tu hijo sin que hayas podido negarte, porque te dan un fusil y te dicen que mueras por la Patria y tú no tienes más remedio que ir y morir, es así de simple, y nadie puede impedirlo, nadie puede decir nada en contra, así que uno se queda hundido de impotencia mientras despide a su hijo y le dice, al menos, que tenga cuidado, aún sabiendo que no se puede tener cuidado en medio de una emboscada, pero se lo dices de todas formas, aunque no se te ocurrió decirle que tuviera cuidado al conducir, no pensaste en que podía ser peligroso conducir un jeep.


13 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha gustado la rapidez con la que se ha escrito el relato y con la que se lee. Así como las ideas se le vendrían todas de golpe cuando se lo llevaron. Y cuando leyó la carta.

Un saludo.

Clarice Baricco dijo...

Otra vez llegador.
El dibujo me gustò mucho.
Talento combinado.

Abrazos.

Anónimo dijo...

Hola Miguel.
Me he fijado que tienes una foto de Kafka en tu blog. Sé que le admiras mucho. A mi también me gusta mucho. Me gustaría que publicaras un post sobre lo que significa Kafka para ti, porque tienes esta foto, qué és lo que has leído de él, etc... Todo lo que Kafka evoca para ti. Por qué elegiste el pseudònimo de Kafkaprocesado. Puede que ya lo hayas explicado todo eso en algun post, y que yo me lo haya perdido. En tal caso te agradeceria el link.
Bueno, estaré impaciente por leerlo.
Un saludo

ignatus dijo...

Me uno a las felicitaciones por el relato ("unirme a algo" es la forma que tengo de dar mi opinión sin el riesgo de cagarla intentando decir algo nuevo)

Un saludo.

Elena Casero dijo...

Se lee perfectamente la impotencia y la incomprensión ante el hecho.
Lo que menos se te ocurre decirle a tu hijo es que conduzca bien ...
Yo también me uno ...

El Doctor dijo...

Es un círculo que no se detiene.Dijo Oscar Wilde que la Patria es el último refugio de los depravados.
Gran relato para unos tiempos oscuros.

Un fuerte abrazo.

JOSÉ ROMERO dijo...

Este relato, en los tiempos que nos ocupan, nos recuerda lo absurdo de la guerra, o incluso de los ejercicios militares. Es típico de las escuelas militares que manden a los hijos para que se vuelvan hombrecitos. Cuando el ejemplo de hombre se da en el hogar con el padre. Saludos

Anónimo dijo...

Real, Tristemente real.
Ines

Rosa Silverio dijo...

No te imaginas cuánto me ha gustado este relato, Miguel. No te lo imaginas.

Me ha llegado mucho y es tan real, tan humano...

Es corto pero tiene mucha intensidad.

Felicitaciones.

Elena dijo...

Es triste que un relato así nos resulte tan familiar. Es triste que "por la Patria" se obligue a la gente a jugarse la vida. Es triste que unos padres vean morir a un hijo por tamaña estupidez. Es triste e increíble, desde mi punto de vista.
Pero está ocurriendo, diariamente, en muchos lugares del mundo. Lo has reflejado magistralmente en tu relato, Miguel. Gracias.

Te deseo un feliz e inspirado verano.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Tanto el dibujo como el texto impactantes, dolorosamente cierto.
Muy bueno

Miguel Sanfeliu dijo...

Muchas gracias por los comentarios. Me alegra que os haya gustado la historia. De verdad, aprecio mucho todas vuestras opiniones.

Clara, es cierto que no he contado en un post mi relación con Kafka. Tendré que hacerlo. Tomo nota.

Abrazos.

Francisco Ortiz dijo...

No me ha gustado tanto como otros, aunque tu mundo personal e insustituible late también en él, en esa extrañeza por ciertas arbitrariedades de la vida, por el horror cotidiano. El estilo me gusta, me parece muy favorecedor y muy subyugante.