martes, noviembre 29, 2011

Mapa desplegable del laberinto


Mapa desplegable del laberinto es el título del nuevo libro del escritor valenciano Alberto Torres Blandina. Debo admitir que oí hablar de este autor a raiz de leer en la prensa que se le había otorgado en París el Premio Europa a la mejor novela extranjera publicada en 2010 por su libro Cosas que nunca ocurrirían en Tokio. Me pareció sorprendente e indignante a la vez. Torres Blandina reconocía que su último libro, este Mapa desplegable del laberinto, se había publicado antes en Francia que en nuestro país. No termino de entender por qué ocurren estas cosas.

Alberto Torres Blandina es un autor joven con una carrera meritoria. Cosas que nunca ocurrirían en Tokio ganó también el premio Las Dos Orillas 2007. Niños rociando gatos con gasolina fue finalista del Premio de Novela Café Gijón en 2008. Y Hotel Postmoderno, una novela experimental escrita con Carolina Otero, Maxi Villarroya y Sergio Velasco, fue finalista del premio Azorín 2008. También ha publicado una novela infantil y es cantante del grupo musical Niñamala. Sus dos últimos libros han sido editados por Siruela.

Mapa desplegable del laberinto es una historia de amor, narrada a tres voces, tres personajes cuya conexión se irá definiendo, de modo fragmentado, a lo largo de la novela. Jaime, dueño de una tienda de fotografía, que guarda copia de las fotos de sus clientes, especialmente aquellas en las que éstos aparecen desnudos, que sueña con esas otras vidas que apenas vislumbra en imágenes sueltas, y que se siente misteriosamente atraído por una mujer que ve en un andén del metro. Alberto, aparente triunfador y mujeriego, que lleva a revelar las fotos de sus amantes a la tienda de Jaime, y que de pronto parece vivir su historia de amor definitiva. Y Elisa, el tercer eje del triángulo, la mujer que es víctima de una violación y cuya vida se desmorona. La relación entre estos tres personajes se entrelaza gradualmente.

Con una estructura fragmentada, al estilo de autores como González Iñárritu, Torres Blandina va componiendo su puzzle, sabiendo desde el principio dónde se dirige y conduciendo la historia con precisión. Su estilo es ágil, sin retóricas ni artificios. Y el libro nos atrapa desde las primeras páginas y se deja leer de tirón, con interés, que no es poco.


Extracto:

Sus razones no las sé. Cuando le preguntaba, inventaba historias, sin ningún pudor. Historias a veces descabelladas que no pretendían engañarme, ya que se contradecían. Mentiras que improvisaba o que tal vez había escuchado a otras personas, donde el protagonista era demasiado joven o demasiado viejo o incluso una mujer. Una vez le pregunté:

—¿Has dejado mucho atrás?

Comenzó a acariciarme el hombro.

—Perdí todo lo que tenía hace mucho. Durante años viví en la calle, ayudando a aparcar coches para sobrevivir. Un invierno morí de frío.

jueves, noviembre 24, 2011

La enfermedad del lado izquierdo


Esteban Gutiérrez Gómez es un escritor interesado principalmente en el género del relato. Imparte talleres literarios sobre el cuento y es asesor literario de la revista Al otro lado. Por otra parte, ha publicado tres novelas, El laberinto de Noé, El colibrí blanco, y ésta La enfermedad del lado izquierdo.

El protagonista de esta historia se enfrenta al desmoronamiento de su vida. Su mujer le denuncia por maltrato psicológico, apenas tiene contacto con sus hijos, su trabajo, pese a ser ascendido, carece de todo aliciente, el vacío que rodea su existencia amenaza con tragarlo y se manifiesta como una extraña enfermedad: Se le empieza a paralizar el lado izquierdo, el lado del cuerpo donde se aloja el corazón, órgano relacionado con la humanidad y la bondad. Comprende que debe huir de todo aquello que le agarrota, debe buscar su propia libertad, reconciliarse consigo mismo. Y esto lo hace en una casa en la sierra de Guadarrama, al pie de los Siete Picos, identificando el campo, la naturaleza, con lo más puro del ser humano. A partir de este momento, su vida comienza a reorganizarse y descubre nuevos significados respecto a la amistad y el amor.

En una historia de este tipo uno corre muchos riesgos, pero el autor los sortea gracias a la voz narradora, la voz del protagonista que, con dosis de humor, huye del tono solemne en que podría incurrir. Aún así, cierta influencia new age guía el recorrido vital del protagonista, esa huida capaz de reconciliarnos con nosotros mismos y alejarnos del encorsetamiento que nos impone una sociedad en la que uno parece que no puede detenerse ni a tomar aire, pues corre el riesgo de quedar rezagado.

El libro está narrado con un estilo dinámico, muy ágil, y se estructura en capítulos cortos enumerados de forma creciente hasta la mitad, y luego decreciente. Se lee de un tirón, con interés, y es de esos libros que se quedan dentro y nos invitan a reflexionar sobre las propias ataduras, sobre lo inamovible de ciertos convencionalismos.

Extracto:

Ella dijo, días después de la boda, que iba a tener dos hijos: uno en diciembre del año siguiente y otro, casi seguido, catorce meses después. Me quedé helado. Nunca habíamos hablado de ello. También dijo que se acabó fumar en la habitación (yo por entonces era un vicioso del tabaco), poner los pies con los zapatos de calle sobre las alfombras, tomar cañas con los amigos después del trabajo y, lo más importante, practicar sexo entre semana. Me mostró un calendario pintarrajeado en el que quedaban señalados los coitos anuales a los que tenía derecho, once en total. Siguió dictando reglas que tenía perfectamente escritas en un cuaderno de hule azul, y yo pensaba en qué era lo que había pasado, en que aquella mujer no era la misma que se sofocaba cada tarde en la parte de atrás del seiscientos susurrando placeres asquerosos en mis oídos. Fue entonces cuando decidí dejar de hablar.

lunes, noviembre 21, 2011

Nuevas reseñas

Blanca Vázquez ha publicado una reseña de "Los pequeños placeres" en "La República Cultural".

Pueden leerla aquí.

María García-Lliberós firmaba la reseña que apareció el viernes, 18 de Noviembre, en el suplemento Posdata del diario Levante EMV.
Dicha reseña la ha publicado en su blog "Crónica de lecturas".

Pueden leerla aquí.

Y también apareció el libro en el número de Noviembre de la revista gratuita "Mercurio".

viernes, noviembre 18, 2011

Esquina inferior del cuadro


Miguel Ángel Zapata va consolidando, paso a paso, una obra centrada en el cuento. Sus dos primeros libros eran de microrrelatos y en ellos se percibía con claridad tanto las preferencias temáticas de este escritor como su preocupación por el estilo: “Baúl de prodigios” y “Revelaciones y magias”, ambos editados por Traspiés. Ahora, la editorial Menoscuarto presenta “Esquina inferior del cuadro”, libro de relatos dividido en tres partes que refleja, de modo contundente, el oficio y capacidad de su autor.

Zapata da al lenguaje un protagonismo evidente, una retórica poética cuyo eco nos sumerge en ese mundo que parece encontrarse entre lo cotidiano y las pesadillas. Es necesario dejarse llevar por la musicalidad de la prosa, empaparse con la atmósfera densa y asfixiante, para adentrarse en ese mundo un tanto desolado, frío y apartado del cotidiano devenir, como ajeno a su tiempo.

Recuerdos de infancia en una casa aislada, con un primo más bien perverso, una relación de pareja marcada por la lectura de unos libros, protagonizados por una heroína de tebeo que acabará aniquilándoles, un monstruo encerrado en un trastero, el esperpéntico paseo en tanque de un anciano trasnochado o la patética espera de un diluvio imaginario. Asesinos de apariencia inofensiva, secretos encerrados en anodinos personajes, soledades anónimas donde se ocultan miserias y mezquindades. Un mundo en el que las historias de terror se ocultan en los rincones mas insospechados de una sociedad que envuelve todo lo que la conforma en una aparente normalidad. No es extraño que la televisión, ojo artificial que se empeña en colarse en los resquicios de las miserias humanas, aparezca en varios de estos textos.

Un libro que exige un esfuerzo por parte del lector, le propone entrar en su juego y, a cambio, lo sumerge en un mundo de sombras, de historias escondidas, de terrores y desencuentros, en una realidad deforme e inasible que pretende evitar nuestra mirada.


Extractos:

Ahora, sí, ahora es precisa una pausa, un cambio, una reconversión, devolver mis rasgos ayer perfectísimos a la feliz tertulia con los espejos de antes del accidente, a la idealidad que reclaman aplausos y focos, rota mi cara atravesando como martillo de piel el cristal de la luna delantera, amasijo veloz de sangre, dermis, gasolina quemada y rampante cavallino quebrando mis huesos, haciendo de Apolo una grotesca broma. Ahora que demando arquitecturas de la carne, inédito tabique nasal, costuras, implantes, rellenos, piezas dentales a esta boca de precoz anciano brutalmente desposeído, reconstrucciones desde el horror que nadie quiere mirar ya.


...

Apostarme en la ventana, desplegar mi tarea cósmica de observador más allá, más acá de todo, cuando la noche vierte su argot de tinieblas: los sonidos demasiado humanos, los ruidos bestiales, los susurros de las cosas abiertas en pulpa a la oscuridad. Sencillo perfil de los rostros y las voces del universo que se dibujan y hablan. Yo, astrónomo con zapatillas de paño, permito a mis pupilas su danza lenta en torno al mundo.

miércoles, noviembre 16, 2011

lunes, noviembre 14, 2011

Festival Eñe 2011

Se celebró la tercera edición del Festival Eñe.

Fernando Marías y Javier Olivares charlaron sobre El silencio se mueve y sobre Joaquín Pertierra, personaje de ficción que se convierte en alguien real de un modo irremediable.


Esther Tusquets contestó con desenfado las preguntas que algunos lectores habían enviado a través de la web de la revista.


Manuel Rivas y César Morán ofrecieron un espectáculo de música y poesía.


Teresa Solana dió una conferencia express sobre la novela negra.


Se dieron a conocer los nombres del ganador y los finalistas del concurso cosecha eñe 2011. Javier Calvo fue el ganador, con el relato "Nínive". Los finalistas fueron: Cristina Gálvez, Guillermo Saccomano, Martín Corredoira, Rafael Ventura, Diego Zarini, Mario Marín González, Carme García Parra, Jesús Zomeño y Rafael de la Fuente.


Jorge Volpi habló de las novelas como si se estuviera refiriendo a un virus que contamina lo que se pone a su alcance.


Luis Magrinyá leyó un texto a medio camino entre la ficción y la reflexión, con Harry Potter como protagonista.


Màrius Serra, Éric Beaumatin y Pablo Martín hablaron del Oulipo, la teoría de la contrainte, Perec y Quenau, en una charla francamente amena cuyo entusiasmo se contagió a todos los que estábamos escuchando.


Y, por supuesto, hubo mucho más. Me perdí eventos interesantes, pero uno no puede llegar a todas partes. El año que viene, más.
Por cierto, Ana María Matute sufrió una caída al finalizar la charla en la que participaba y, aunque al parecer no fue grave, espero que se recupere rápidamente.

jueves, noviembre 10, 2011

Gominolas para los patos


Hugo Izarra es una de esas personas que no pueden parar quietas un momento. Se embarca sin dudarlo en mil batallas, a pecho descubierto. Coordina y edita una de las más interesantes revistas culturales que uno puede encontrar en este momento, Standdart, escribe relatos y poemas que pueden leerse en su blog, Ruinas incompletas, y, por supuesto, se implica en proyectos solidarios como el que lleva a cabo SBQ solidario, a través de Luis Felipe Comendador: La publicación de textos, donados por sus autores, para destinar lo recaudado a causas humanitarias de diversa índole.
El primer título de esta colección es Gominolas para los patos, con ilustraciones de Matt Sesow. Los poemas de Izarra transmiten hastío, son contundentes como un puñetazo en la mesa, y nada escapa a su ira contra el mundo. La influencia de la narrativa norteamericana es innegable, de la agresividad de Bukowski a los desoladores cuadros de Hopper. La poesía de Izarra escarba en la soledad, en el amor, en la crueldad de una sociedad que aliena al individuo y pretende asfixiarlo. No exento de humor, la lectura de este libro nos sumerge en la visión descreída, ácida y con un punto justo de cinismo, de un mundo imperfecto e implacable contra el que lo único que podemos hacer es gritar, hasta que se hinche la vena del cuello y se nos quiebre la voz.
Les dejo una muestra:

CONSUMIR ANTES DE (VER FECHA)

La felicidad es un bien perecedero,
como la fruta y la leche, como las hortalizas,
como los refrescos con gas, como los zumos.
Perseveramos en negarlo, a pesar de todo.

La felicidad es efímera. Es delicada.
Luce espléndida en el carro de la compra,
en las bolsas relucientes del mercado,
dentro de su envoltorio de plástico.

Pero lleva una fecha de caducidad
tatuada en el dorso, e ignorarla sólo
lleva a provocar fatales accidentes,
evitables y ridículos, como el amor.


CHELSEA HOTEL NO. 3
A Leonard Cohen, que no lo leerá

Janis frunció el ceño
cuando vio mi cicatriz.

¿Qué ocurre?, pregunté;
¿Es que ya no te gustan
los hombres con heridas?

No me gustan las historias
que se repiten, dijo ella.

Y apoyó su espalda
en la ventana y miró
hacia otra parte.


Ahora acaba de salir el segundo titulo de la colección, Música para atravesar los túneles, igualmente con poemas de Hugo Izarra, prólogo de Montxo Armendáriz y fotografías de Miguel Núñez, editado, por supuesto, por Luis Felipe Comendador y el sello SBQ Solidario.
De este nuevo libro dice Izarra:
“Música para atravesar los túneles” no es un libro alegre, todo lo contrario, pero tampoco es un pastiche sentimental. Habla de distintas escalas de soledad, enfermedad y muerte, de ausencias y desencuentros, abandonado ya el victimismo insufrible de las primeras cositas que perpetraba cuando era más joven y tenía más pelo y menos panza que ahora. Se puede leer, creo yo, sin necesidad de cortarse las muñecas al acabar.

Los libros pueden pedirse a felipe@lfediciones.com, al módico precio de diez euros (envío incluido) y la enorme satisfacción de estar contribuyendo a una buena causa.


domingo, noviembre 06, 2011

Reseña de Elena Casero y entrevista de Antonia Romero

Reseña de "los pequeños placeres" en el blog "Ad-Libitum", de la escritora Elena Casero.
Pueden leerla aquí.


Y Antonia Romero ha tenido la gentileza de inaugurar una nueva sección en su blog, "Mientras esperas...", entrevistándome.


viernes, noviembre 04, 2011