jueves, enero 29, 2015

Hernán Migoya - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Para no matar ni matarme.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Tengo un método infalible, que es arrojarme a la cama durante una hora o dos, preferiblemente a la hora de la siesta: durante el duermevela acuden a mi espíritu numerosas imágenes y soluciones argumentales que acto seguido integro en la narración, levantándome como un poseso y tecleando como un psicópata.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La lucha por seguir el instinto humano más allá de las castraciones del alma que impone la sociedad.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Escribe como si ya hubieras muerto y no te importara lo que digan de ti. Escribe como si tus obras fueran tus hijos y lo único bello que serás capaz de legar a tus semejantes.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Siempre hay un motivo “musical” que acota el proceso creativo: yo suelo saber hasta dónde tengo que llegar, pero a veces se da la sorpresa, la historia se te rebela y te conduce sin pedirte permiso adonde jamás sospecharía uno mismo…

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Aquellos autores que escribieron arriesgándolo todo: por ejemplo, D.H. Lawrence, quien decidió marchar de su país, como yo por culpa de mi Todas putas, ante la animadversión e insultos que generó su clásico El amante de Lady Chatterley, para morir en México, donde nos legó otra obra maravillosa, La serpiente emplumada. Sus descendientes se niegan a devolver sus restos a Inglaterra. Hacen bien.
También me fascinan escritores como Daphne du Maurier: la fascinante autora de Rebeca y La posada de Jamaica es también creadora de ¡Adelante, Julio!, uno de los libros más salvajes que he leído nunca, probablemente un libro que no podría firmar un hombre y menos en la actualidad.
Me gusta mucho Robert E. Howard y Charles Williams, dos narradores de primera que terminaron pegándose un tiro en la boca.
En general, me apasionan los escritores que acaban mal.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
En España, lo último que publiqué fue Una, grande y zombi (Ediciones B), una radiografía de la crisis española en forma de novela apocalíptica… y de cómo los españoles siempre sobrevivimos comiéndonos los unos a los otros.
Ahora estoy ultimando mi nueva novela, El inventor de amor, un viaje por la feminidad a través de la adicción sexual, mientras disfruto la vida en mi retiro limeño, donde también escribo guiones de cine y series de cómic.

Mi web es una buena guía de mi producción creativa: www.hernanmigoya.com


Hernán Migoya (Ponferrada, 1971) es escritor, guionista de cómics, periodista y director de cine. Posee una de las carreras más originales y corrosivas del panorama artístico español.
Tras su sonado debut literario hace diez años con Todas putas, escribió la novela a todo color Observamos cómo cae Octavio, muy bien acogida por la crítica; Quítame tus sucias manos de encima, trepidante aventura inspirada en sus años vividos en el Perú; Una, grande y zombi, hilarante y terrorífica visión de la crisis española; y su segundo libro de cuentos satíricos, Putas es poco.
Como guionista de cómics, es autor de más de una veintena de álbumes y novelas gráficas de éxito. Entre otros, ha obtenido el Premio al Mejor Guión del Salón Internacional del Cómic de Barcelona, y su obra ha sido editada en Estados Unidos, Francia y Alemania. Es el único guionista español que ha publicado en las míticas revistas estadounidenses Heavy Metal y Mome. También ha sido director de la legendaria revista El Víbora.
Sus últimos títulos populares son Plagio, crónica exhaustiva sobre el secuestro real de tres días que padeció su pareja, y que pronto se adaptará al cine de la mano de María Ripoll; y la ambiciosa serie mensual Nuevas Hazañas Bélicas, actualización de los míticos tebeos de guerra en la que se ocupa de todos los guiones, realizada con los mejores dibujantes españoles del momento.
Como periodista, ha colaborado con numerosos medios de la prensa española, como El Mundo, Rock de Lux, Primera Línea, etc. También ha protagonizado hitos mediáticos: en 2010 se hizo pasar por enviado especial de TVE para un programa humorístico de la TV peruana, logrando entrevistar a muchas de las personalidades públicas de aquel país, incluido su actual presidente del Gobierno, Ollanta Humala, el rockero Pedro Suárez Vertiz o Keiko Fujimori, hija del célebre dictador.
Como director de cine, ha dirigido el filme ¡Soy un pepele!, y fue el primer profesional del sector en atreverse a denunciar públicamente las estafas cometidas por algunos productores al falible sistema de subvenciones del Ministerio de Cultura.
El inventor de amor es su nueva novela.


*La foto es de David Campos

lunes, enero 26, 2015

Emi Zanón - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Por encima de la creatividad, la inspiración, la imaginación que pueda haber en mí, y el disfrute mientras estoy en el proceso creativo en el que vivo en una realidad paralela creada en algún lugar de mi mente, está mi profundo deseo de transmitir y compartir todo lo que llevo dentro: mis valores, mis principios, mi amor a la Vida y a la naturaleza… en definitiva, mi visión del mundo. Una visión que pasa necesariamente por el valor de la trascendentalidad.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

A la hora de escribir siempre me mueve la inspiración. Y, cuando se da, escribo en mi estudio de la montaña o en el de casa mirando la sierra. La naturaleza es mi mayor fuente de inspiración. No busco las historias: me viene una idea, un nombre, una imagen y me pongo a escribir sin horas hasta que me siento agotada y ya no fluye el texto. Entonces dejo de escribir pero en mi mente sigo viviendo en esa otra realidad que sigue creciendo. Por lo demás no tengo supersticiones de ningún tipo ni manía alguna.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

El crear una literatura que sirva para mejorar la condición humana, para ampliar consciencias y desarrollar potencialidades, para que podamos construir entre todos un mundo mejor. Lo intento a través de lo que surge en el momento: bien relatos, microrrelatos, aforismos, poesía, novela, novela juvenil o artículos.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

El filósofo indio Aurobindo decía que la inspiración, la verdadera, la auténtica no es el resultado de un esfuerzo constante sino de ese rayo de luz que se filtra entre los continuos golpes de martillo. En definitiva, estar conectado con nuestra propia fuente, pues sin ese rayo de luz no hay, a mi entender, lo que se dice “voz propia”, “estilo propio”.


5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Parto del título de la obra -que contiene para mí la esencia de lo que quiero transmitir- y me dejo llevar siempre por la historia y sobre la marcha voy investigando  y va viniendo a mí todo lo que necesito por el fenómeno de la sincronicidad, lo que otros autores llaman “una suerte extraordinaria”, “una suma de casualidades”…

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Soy una persona a la que le gusta beber de todas las fuentes del saber. Así, dependiendo de las diferentes etapas de mi vida, de mi momento evolutivo, he sentido una gran atracción y me he identificado con autores tan diversos como: Platón, Fray Luis de León, Bécquer, Yogananda, Herman Hesse, Eric Fromm, Borges, Miguel Hernández, García Márquez, Marguerite Yourcernar, Woolf, Aldous Huxley…  Ya no me vienen más por el momento, jajaja… La lista es muy larga…

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Carena Editors ha lanzado este año mi nueva novela “Yámana, Tierra del Fuego” inspirada en hechos reales y en la vivencias del antropólogo y filántropo Martin Gusinde en la Tierra del Fuego a principios del siglo XX. Es una autobiografía de ficción ágil y fascinante (como dicen los lectores), llena de magia y exotismo, que integra diferentes subgéneros (ya sucedió en mi primera novela “Su último viaje” Finalista del XII Premio Fernando Lara): desde novela histórica, de ciencia y ciencia-ficción, de amor, social, filosófico/espiritual hasta testimonial, pues estas legendarias tribus están ya extinguidas.

En su esencia más profunda, “Yámana, Tierra del Fuego” es una novela que cuestiona nuestros orígenes en una hermosa llamada a la Paz y el hermanamiento. 


Emi Zanón (Buñol – Valencia) Finalista del XII Premio de Novela Fernando Lara con su primera novela Su último viaje (Araña Editorial), seleccionada para el proyecto internacional “Primitivismo Femenino” 2009/2010, nos traslada ahora, con su segunda novela, a la exótica y fascinante Tierra del Fuego, con un relato apasionante, sencillo y profundo que nos confirma, una vez más, que toda su obra literaria responde a los nuevos tiempos holísticos que abraza nuestra Humanidad. Es autora también del libro de relatos cortos para el despertar de la conciencia Metacuentos editado por Diáspora Pokhara en su 3ª edición (2004); del libro de microrrelatos Dayal, miradas al interior, 2ª edición Bubok (2010) y del libro de aforismos, reflexiones y poemas de la naturaleza y místicos La voz blanca publicado en 2012 por Cultivalibros. Todos ellos editados también en versión digital. Comunicadora de la Nueva Consciencia/Nuevo Paradigma desde 2001, colabora habitualmente en diversos medios de comunicación, bien sea a través de sus artículos o programas de radio (ha conducido cuatro ediciones del programa “Nueva Consciencia” en Radio Buñol), o impartiendo charlas y talleres y participando en mesas redondas, foros, certámenes literarios, homenajes…

Más información: www.emizanon.galeon.com y emizanonsimon.blogspot.com

jueves, enero 22, 2015

Giovanna Rivero - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Escribo porque la realidad o el mundo, así como es, está plegado. Lo que creemos ver o saber es tan epidérmico que me parece mezquino de ambas partes –desde la percepción y desde el mundo mismo- aceptar ese ofrecimiento limitado. Escribo para rasgar esos pliegues y ver qué hay ahí, miserable o glorioso.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Me gusta escribir con una taza de café cerca y rodeada de libros que amo. Si por un momento me pierdo o me entra un cierto miedo a no poder continuar, abro cualquier página y sé que allí encontraré fuerza o aliento. No les temo a las primeras líneas de la página. Siempre es posible cambiar eso. Le temo a la mitad de una escritura, cuando hay que saber tomar decisiones. Cuando estoy en la mitad de ese universo, breve o extenso, me pongo insufrible. Las relaciones humanas me cuestan, siento que me chupan energía. No son exactamente supersticiones o hábitos, sino estados de ánimo.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

El límite de la razón, creo. Hasta qué punto lo que sabemos del modo en que lo sabemos es suficiente para seguir descifrando el mundo. Creo que mi escritura se tensa en ese intento de descascarar lo que parece razonable, normal y lógico. En este sentido, cualquier “conflicto”, para decirlo narratológicamente, se presta a ese desvelamiento, pero últimamente estoy más interesada en las enfermedades mentales como temática específica.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Me gusta lo que dice Roland Barthes sobre el “grado cero de la escritura”, al afirmar que cada escritor se coloca en un lugar primigenio y primordial cada vez que mira de frente su momento histórico, y entonces tiene que encontrar un lenguaje, un código y una forma de narrar único, como si acabara de nacer. Más allá de que eso sea posible o de que uno fracase en ese intento, creo que cada vez que abro la computadora en “actitud de escritura” trato de hacerlo con esa suerte de honestidad y de monstruo nuevo. Otra cosa a la que intento no ceder es a la expectativa personal o ajena que activa una cierta ansiedad. Prefiero equivocarme y fracasar muchas veces, a “acertar” medianamente moviéndome en fórmulas o zonas de confort que ya conozco.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Depende. A veces tengo muy claro, en el caso de un cuento, qué quiero contar como hecho general, y luego durante la escritura esa primera idea puede ir transformándose. Con la novela, si bien, sé el tipo de mundo que quiero construir, los personajes, en su desarrollo, también ofrecen mutaciones que salen de esa necesaria zona de intuición y desconocimiento que uno debe mantener mientras escribe. La escritura es como la respiración durante una actividad física, podés controlarla según un plan previo hasta cierto punto, luego adquiere su propio ritmo.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Yo no soy mucho de fanatizarme por nombres; me conecto mejor con determinados libros que me han dado cobijo. Por ejemplo, los cuentos de Flannery O’Connor o Claire Keegan siempre me enseñan una forma de solucionar narrativamente un devenir cuya cotidianidad puede ser aplastante. Simona Vinci en “De Los niños nada se sabe”, Fleur Jaeggy en “Los hermosos años del castigo”, los cuentos de Larry Brown, en “Amor malo y feroz”; Claude Louis Combet en  “Hiere, zarza negra” o los cuentos de Mariana Enriquez, la prosa frenética Ariana Harwicz o los cuentos de Oscar Cerruto. Son muchos los libros que generosamente han velado mi sueño en distintas ocasiones.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Este año salió mi novela 98 segundos sin sombra (Caballo de Troya), en ella quise contar el crecimiento accidentado de una adolescente de provincia, Genoveva, en la década del ochenta, cuando el narcotráfico comenzó a trastornar lo que se esperaba de la modernidad. La voz de Genoveva es salvaje, pues lo que me interesaba era mostrar ese impacto sensible y no un juicio valórico del mundo con la experiencia de los testimonios que revisan el pasado. Quise recuperar un presente ochentero contradictorio, pues creo que en esa década ocurrió una interesante intersección entre dos sensibilidades: el pop y el apocalipsis, y Genoveva es hija de ese adulterio entre posmodernidad y milenarismo.

Por ahora, después de haber defendido la tesis del doctorado, tengo muchísimas ganas de retomar mi ritmo de escritura. Comenzaré revisando un volumen inédito de cuentos que tengo en la gaveta de pendientes.


Giovanna Rivero (Montero, Santa Cruz, Bolivia, 1972) Ha publicado los libros de cuentos: Contraluna (2005),  Sangre Dulce/ Sweet Blood (Edición bilingüe inglés-español, La Hoguera 2006), el libro de cuentos para niños  La dueña de nuestros sueños (2002), y Niñas y detectives (España, Bartleby 2009), y las novelas Las camaleonas (2001), Tukzon, historias colaterales (2008), Helena 2022: La vera crónica de un naufragio en el tiempo (Puraletra 2012) y 98 segundos sin sombra (España, Caballo de Troya 2014).
Obtuvo el Premio Nacional de Cuento otorgado por Presencia Literaria en 1993, el Premio Nacional de Literatura de Santa Cruz por su colección de cuentos Las bestias (1996), y el Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo el año 2006.
Participó del International Writing Program ofrecido por Iowa University en el semestre del otoño del 2004, y de Escritores en Residencia, como parte del programa oficial del Premio Cervantes 2009, en Alcalá de Henares. Participó en el Fét a América 2010, organizado por el Colectivo Fú en Barcelona. Se doctoró en literatura hispanoamericana en University of Florida, USA, en 2014.
Su obra ha sido incluida en numerosas antologías, entre las que figuran El futuro no es nuestro (2009), Conductas erráticas (2009), Schiffe aus feue, compilada por Michi Strausfeld (Alemania, 2010), el volumen Crónicas de oreja de vaca (España, Bartleby 2011),  Bolivia a toda costa (El Cuervo 2011) y Región, antología del cuento político latinoamericano (Interzona, 2011). El año 2011 fue seleccionada por la Feria Internacional del Libro de Guadalajara como uno de “Los 25 Secretos Mejor Guardados de América Latina”.

*La foto es de Ignacio Leonardi

lunes, enero 19, 2015

Presentación en Madrid

El día 21 de enero, miércoles, presenté mi novela Parece que cicatriza en la librería Cervantes y Compañía de Madrid, sita en la calle Manuela Malasaña, nº 23. Estuve acopañado por el escritor Miguel Ángel Zapata. Aprovecho para recomendar su última novela, Las manos, editada por Candaya: es magnífica.

Algunas fotos del evento:









Podcast del programa “Tenemos mucho cuento”, de Radio Klara, correspondiente al mes de Noviembre, donde leyeron el principio de la novela, además de interesantes relatos de Elena Casero, Juanjo Montoliu y José Luis Sandín.

En este enlace.

 


Hablamos de literatura y de ese personaje que convierte sus sueños imposibles en aquello que da sentido a su vida, alguien que se siente escritor aunque no publique, que sueña proyectos literarios que no consigue terminar.



jueves, enero 15, 2015

Marian Izaguirre - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Lo más exacto que podría decir es “por necesidad” y no mentiría. Porque necesito construir, recrear, imaginar, inventar, padecer y disfrutar con todas esas vidas paralelas que me creo, vaya usted a saber por qué…

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Me gusta escribir por las mañanas, recién levantada, con las telarañas del sueño aún pegadas a la conciencia.
Me gusta iniciar las novelas en un lugar que no sea mi casa, de vacaciones en otro país, por ejemplo.
Y no puedo continuarlas si no estoy en mi pequeña guarida doméstica. Lo sé… Lo reconozco. Somos un mar de contradicciones.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

La complejidad de la mente humana, ese sitio donde anida una cosa y su contraria. Me interesa mucho el intercambio entre generaciones, el apoyo entre personas dispares, los puntos de vista ocultos, el interior de los pliegues…

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Milan Kundera decía en los años ochenta que “las novelas deben ser fáciles de leer y difíciles de entender”. Nunca he perdido de vista este mandamiento.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Me gustan las sorpresas. Tanto, que nunca escribo una novela con el mismo devenir de las anteriores, unas empiezan por el medio, otras por el principio y alguna incluso por el final.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Van cambiando. Tengo tantos autores que han sido “favoritos” o “de cabecera” a lo largo de mi vida que creo que eso ya es un poco irrelevante. Soy tan voraz que acabo por ser completamente infiel.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

He publicado hace algo más de un mes Los pasos que nos separan, una historia ambientada en la ciudad italiana de Trieste, en los años 20, y en la Barcelona de finales de los setenta. Y preparo la edición revisada de una novela  anterior, mientras inicio una nueva. Tengo suerte con esta profesión que me permite iniciar nuevas aventuras, siempre, sin descanso. 


Marian Izaguirre nació en Bilbao y en la actualidad reside entre Madrid y Barcelona. En 1991 vio la luz su primera novela, La vida elíptica, con la que obtuvo el Premio Sésamo. Desde entonces ha publicado Para toda la vida (1991), El ópalo y la serpiente (1996), el volumen de cuentos Nadie es la patria, ni siquiera el tiempo (1999), La Bolivia (2003), El león dormido (2005) y La parte de los ángeles (2011).
En 2013 Lumen publicó La vida cuando era nuestra, una novela que ha sido traducida a siete lenguas y que tuvo una acogida entusiasta por parte del público español y de toda Europa.
Los pasos que nos separan es su novela más reciente.
  

*La foto es de Marta Calvo

lunes, enero 12, 2015

Pablo Gonz - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

En primer lugar, porque me gusta: encuentro un placer incomparable en ponerme a la espera de ese chispazo inicial que desencadena en mí la necesidad de formular una historia y trabajar sobre ella. Otra razón importante es porque la Humanidad necesita historias y yo me siento capacitado para entregárselas.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

En las épocas en que escribo –lo demás es leer, esperar y jugar al Facebook–, suelo hacerlo a mano y voy guardando las hojas manuscritas debajo de una manta “para que no se enfríen”. Al terminar mi texto, lo paso rápidamente al ordenador y me alejo de él durante algunos meses antes de ponerme a corregirlo. Corrijo mucho y siempre me guío por el sistema de leer en voz alta. Lo suelo hacer (no sé por qué) imitando el acento argentino.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Mi principal preocupación temática es la libertad. Me interesan también mucho la justicia, la locura, el poder, la amistad y la vejez.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Sólo escribir desde el entusiasmo.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

He escrito de ambas maneras pero generalmente me dejo llevar por la historia. Como suelo saber el final antes de partir, no permito que la historia convierta mi final en imposible. En cierto sentido, la dejo que exprese su fuerza pero no permito que se desmande.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Onetti, Valle-Inclán, Carpentier, Stefan Zweig, Faulkner, Tolstói y casi todos los rusos del XIX.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Lo último que he escrito es un ensayo sobre la figura del anarquista ruso Piotr Kropotkin. En este libro, que se titula El sueño del anarquista, se juntaron dos asuntos que me interesan: el propio Kropotkin, de quien me considero discípulo, y un modo de escribir ensayos que consiste en conversar con un texto; o sea, ir leyendo un libro (en este caso escogí sus Memorias de un revolucionario) y apuntar lo que dicha lectura me sugiere.


Pablo Gonz es un escritor español nacido en Sevilla (1968) y radicado en Valdivia (Chile) desde el año 2001. Hasta los tres años, vivió en São Paulo (Brasil) y a esa edad su familia se trasladó a Barcelona, donde permaneció hasta 1976. El siguiente destino fue Madrid, donde pasó la mayor parte de su infancia y su juventud, con un lapso de casi un año (1991-1992) en Múnich (Alemania). En este mismo periodo, se produjo su definitivo acercamiento a la literatura.

Tiene seis novelas publicadas: La pasión de Octubre (Premio de novela Prensa Canaria, ed. Alba, Barcelona, 1996); Experto en silencios (Premio de novela breve Fundación March Cencillo, ed. Bitzoc, Palma de Mallorca, España, 1997); Los hijos de León Armendiaguirre (ed. Planeta, Barcelona, 1998); Libertad (ed. Uqbar, Santiago de Chile, 2008); Mío (Premio Encina de Plata del Ayuntamiento de Navalmoral de la Mata, ed. Carisma, Badajoz, España, 2008) y Lavrenti y el soldado herido (ed. 20:13, Valdivia, Chile, 2014). En el año 2010 publicó (ed. 20:13, Valdivia) una colección de minificciones titulada La saliva del tigre.

miércoles, enero 07, 2015

Eduardo Ruiz Sosa - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

La escritura es la forma que conozco para enfrentarme al mundo. O para enfrentar ciertas cosas que suceden, y que para comprenderlas me resulta necesario pensarlas largamente, escribirlas, corregirlas, darles un cuerpo y reconocerlas más allá de la forma intangible que puede tener un hecho cualquiera que, una vez ocurrido, se convierte en elemento de la memoria. Quiero decir que la escritura es algo así como una corporización del pensar, del sentir, del recordar, y que me resulta necesaria para aprehender las cosas y, en determinado caso, transmitirlas. Creo que ahí reside mi necesidad de escribir.    

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Casi siempre escribo en un café. Fuera de eso no hago nada especial: escribo buena parte a mano, en cuadernos de notas, y luego voy reescribiendo en la computadora. Llevo muchos cuadernos a la vez, trato de leer tanto como escribo, no creo que a la hora de la escritura haya que dejar de leer. Sobre todo leo poesía. Cuando estaba terminando Anatomía de la memoria, hacia los capítulos finales, me encontré con un bloqueo fuerte, una serie de dudas sobre la última parte del libro y sobre la forma y el contenido de esas páginas que faltaban; entonces dejé de escribir y me dediqué a leer Pedro Páramo, la poesía completa de José Barroeta, de Antonio Gamoneda, de Gonzalo Rojas, y poco a poco el ritmo, la estructura y las ideas volvieron a fluir. Lo fundamental para mí, una vez que la historia está asentada, es mantener el ritmo de la prosa, es el ritmo lo que muchas veces me resuelve los problemas técnicos que van apareciendo. Escucho música también: muchas veces repito una y otra vez un mismo disco mientras escribo, porque encuentro que tiene una cierta relación con lo que estoy haciendo, ya sea rítmicamente o por el espíritu de la letra y la música. Por ejemplo, durante muchas páginas de Anatomía de la memoria escuché un disco acústico de Santa Sabina, y durante la corrección escuchaba a Erik Satie.   

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Principalmente, y desde hace tiempo, la memoria, la política, la violencia, la muerte. Estoy seguro de que serán los temas que siempre trataré, porque son parte primordial de mi contexto, y no puedo, ni quiero, escapar de ellos.  

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

La honestidad, ante todo. Creo que no podría escribir por diversión, por hastío, por encargo, por placer, aunque todo ello forme parte de una amalgama de emociones que van apareciendo cuando escribo. Primero está la honestidad con uno mismo, y luego la honestidad con la propia escritura, y luego con el lector, y así en adelante, porque escribir es, para mí, una forma de aproximación a los otros, y creo que esa aproximación debe ser honesta, sincera, genuina.  

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Planifico todo hasta donde me es posible, y luego dejo que la historia me vaya guiando. No puedo empezar sin un rumbo, me parece necesario establecer un camino a seguir, y es en función de ese camino que todo puede empezar a torcerse. Creo que lo primero que me resulta más indispensable es encontrar la lógica que mueve a los personajes, las formas de pensar, de actuar, de sentir, y cuando tengo eso, son ellos mismos los que se mueven a través de la trama y la modifican o la ratifican. Quiero decir que cada personaje, a mi modo de ver, debe ser congruente de principio a fin con una gama de posibilidades planteadas a partir de una forma de entender el mundo, de una forma de ser, de una lógica de pensamiento, propias y únicas, de ese personaje. Deben estar vivos, no parecer que están vivos. Así el libro tiene su propio rumbo, a partir del que yo invento.    

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

La poesía de Gonzalo Rojas, de José Barroeta, de Antonio Gamoneda, de César Vallejo, de Roberto Juarroz. Palinuro de México, de Fernando del Paso; Farabeuf, de Salvador Elizondo; Pedro Páramo, de Rulfo; El libro de la preguntas, de Edmond Jabès, toda la obra de Danilo Kis, Clarice Lispector, Djuna Barnes, John Barth, Antonio Lobo Antunes. Estos son los libros a los que más regreso, los autores que más han influido en mi forma de entender la escritura, el lenguaje, la historia.   

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Anatomía de la memoria (Candaya, 2014), es una novela que escribí con la ayuda de la Beca de Creación Literaria Han Nefkens. Aborda, desde la ficción, un movimiento estudiantil revolucionario, llamado Los Enfermos, que tuvo lugar hacia principios de los setentas en Culiacán, México. El libro comienza cuarenta años después de aquellos hechos, cuando un personaje llamado Estiarte Salomón es enviado a escribir la biografía del poeta Juan Pablo Orígenes, que participó en los movimientos de aquella época. Orígenes tiene problemas para recordar y Salomón se ve obligado, para reconstruir la historia, a recurrir a otros personajes que tuvieron que ver con ese pasado. En realidad, el libro no es un intento de rehacer los hechos verídicos del movimiento estudiantil, sino el de despertar en los personajes esa memoria y averiguar qué es lo que hacen hoy en día cuando esas emociones, esas ideas, esas formas de ver el mundo, vuelven a ellos en el momento en que la edad se les ha venido encima. Es un libro que rebusca en el presente y en el pasado, ciertamente, pero que tiene la intención de formular preguntas hacia el futuro.
Ahora estoy corrigiendo un libro de crónicas que escribí hace un par de años y estoy buscando el momento para dedicar tiempo a un proyecto que empecé hace unos siete años y del cual se desprendió, en su momento, la historia de Juan Pablo Orígenes. Aún no sé a dónde me va a llevar ese trabajo, pero ya estoy recuperándolo, poco a poco, para dedicarle el tiempo que necesite.


Eduardo Ruiz Sosa. Culiacán, Sinaloa, México, 1983. Estudió Ingeniería Industrial en el Instituto Tecnológico de Culiacán. Doctor en Historia de la Ciencia por la Universidad Autónoma de Barcelona. Ha publicado narrativa, crónica y ensayo en diversos periódicos y revistas. Textos suyos han aparecido en las antologías: A fin de cuentos, La letra en la mirada, Renovigo y Emergencias, Doce cuentos iberoamericanos. En 2007 obtuvo el Premio Nacional de Literatura Inés Arredondo con el libro La Voluntad De Marcharse (Fondo Editorial tierra Adentro, 2008). En 2012 fue ganador de la I Beca de Creación Literaria Han Nefkens, que le permitió estudiar el Máster en Creación Literaria de la Universidad Pompeu Fabra. Actualmente cursa el último año del Doctorado en Filología Española en la Universidad Autónoma de Barcelona.