1.- ¿Por qué escribes?
No lo sé. Me
recuerdo escribiendo desde pequeño, mucho más que leyendo. Después ya descubrí
la lectura, tantos libros que leer, y claro, dejé de escribir durante bastante tiempo:
era mucho más interesante y divertido leer que escribir.
Si volví a
escribir creo que fue sobre todo para no olvidar lo que veía, lo que me pasaba
(tengo mala memoria), y para aclararme un poco lo que pensaba de las cosas.
Cuando escribo ficción me gusta también la sensación de inventar historias,
aunque tengo que mejorar mucho en esto.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres,
preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?
No tengo. Con
un boli y un cuaderno me llega, en cualquier sitio. Normalmente escribo en
casa, a la hora que sea, en el ordenador.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus
preocupaciones temáticas?
Creo que todo
se resume en un solo tema: el tiempo (el paso del tiempo, la fugacidad de las
cosas, la caducidad de la vida, la memoria, la muerte, cómo atrapar los
instantes sin que se nos escapen…).
4.- ¿Algún
principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
En serio: “Quien
sabe sentir sabe decir” (Cervantes). No tan en serio: “Un libro debe
construirse como un reloj y venderse como un salchichón” (Oliverio Girondo).
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la
historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?
Como he
escrito poca ficción no sabría decirte. En general lo hago al revés: primero me
dejo llevar y después planifico, hago de editor de mí mismo y veo cómo se puede
sacar un libro de ahí.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de
cabecera?
Son muchos y
van cambiando, como en una rotación de banquillo, aunque siempre juegan de
titulares los filósofos griegos. También son habituales Nietzsche y Walter
Benjamin. En lo literario hay tres autores a los que me siento especialmente
cercano, no sé por qué: Gesualdo Bufalino, Natalia Ginzburg y José Gutiérrez Solana. No
tienen nada que ver entre ellos.
Por mencionar
algunos autores que me gustan de distintas épocas: Séneca, Pascal, Spinoza,
Leopardi, Schopenhauer, Unamuno, Kafka, Pessoa, Gómez de la Serna, Borges,
Cunqueiro, Beckett, Cioran, Cheever, Sebald, DeLillo, Coetzee... Quizá si me
preguntases mañana te diría otros.
Libros de
cabecera se me ocurren ahora mismo estos: los Diálogos de Platón, la Metafísica
de Aristóteles, las Confesiones de
San Agustín, los Ensayos de Montaigne,
los Aforismos de Lichtenberg, The Life
of Samuel Johnson (sólo en inglés)… Del siglo veinte, el Diario de Jules Renard, las memorias de
Baroja, los dietarios de Josep Pla, el diccionario de filosofía de Ferrater
Mora, los Relatos autobiográficos de
Thomas Bernhard, el Manual del distraído
de Alejandro Rossi… Actuales españoles, El
geco de Rafael Sánchez Ferlosio, La
regla del juego de José Luis Pardo, el Salón
de pasos perdidos de Andrés Trapiello, los Vagabundeos literarios de Juan Bonilla...
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último
proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o
estés escribiendo.
Estoy
escribiendo un libro de relatos y tengo casi terminado un libro muy raro
titulado Ars abstracta, al que sólo
le encuentro sentido en las noches de insomnio: consiste en una recopilación de
fotos que he hecho de paredes de distintas ciudades (sobre todo Roma y Cuenca)
que parecen cuadros abstractos: un Pollock, un Tàpies, un Millares, un
Barceló... Estoy terminando de escribir los textos que acompañarían a las
imágenes. Si hay por ahí algún editor interesado (quizá recién salido del
manicomio de Mondragón), le ruego se ponga en contacto conmigo. Es un libro
extraño pero (creo) muy bonito. Definitivamente, tengo que dormir más.
También
podría escribir un best-seller. Todo
es ponerse.
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