1.- ¿Por qué escribes?
Esa es la segunda pregunta más
antipática que se le puede hacer a un escritor. Yo escribo para no tener que
responder a la primera: por qué no escribo.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Ropa cómoda, mesa ordenada y un
botellín de agua a mano. Y para cada libro, una cita pegada en la pared: la del
primero rezaba «La escritura no es una gracia: es escritor el que quiere serlo
(Roland Barthes)»; la del segundo decía «Cualquier tonto puede escribir una
novela, pero para venderla es necesario ser un auténtico genio (J. G.
Ballard)».
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
No me preocupan los temas, sino
la manera de enfocarlos.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
El que le dio Juan Rulfo a
Eduardo Galeano: que se escribe con la otra punta del lápiz, la que tiene la
goma de borrar.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
De los que lo planifico todo
desde el principio para poderme dejar llevar por la historia.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Demasiados para anotarlos todos.
Pero sin duda estarían Perec, Queneau, Koltés, Cortázar, Borges, Bolaño,
Calvino, Mrozek, Vila-Matas o Quim Monzó. Siento que no haya ninguna escritora
en la lista. La
culpa es mía y me preocupa.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Lo último que he publicado es una
novela titulada El anarquista que se
llamaba como yo (Acantilado, 2012), basada en la figura de Pablo Martín
Sánchez, un anarquista que participó en 1924 en un intento revolucionario
contra la dictadura de Primo de Rivera. Mientras la escribía no dejaba de
recordar la frase de Ballard que tenía pegada en la pared y, para darme ánimos,
me decía: «Estás en la fase del tonto, estás en la fase del tonto». Ahora me
toca sacar el genio que todos llevamos dentro.
Pablo Martín Sánchez (cerca de Reus, 1977) es licenciado en Arte
Dramático por el Institut del Teatre de Barcelona, máster en Humanidades por la Universidad Carlos III
de Madrid y doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada por la
Universidad de Granada. En el sector editorial ha trabajado como lector,
corrector, traductor y librero. Como creador, ha recibido diversos premios de
relato corto, ha publicado el libro de cuentos Fricciones (E.D.A.
Libros, 2011) y acaba de ver la luz su primera novela, El anarquista
que se llamaba como yo (Acantilado, 2012). Es miembro del
Collège de ’Pataphysique y del Altíssimo Instituto de Estudios Pataphysicos de
La Candelaria.
La foto es de Pere Rovira
4 comentarios:
Sobrado... Demasiado sobrado.
Ganado estoy para la causa literaria de quien maneja tan lúcidamente el arte de la respuesta precisa. (Por cierto: le propongo a bote pronto un nombre de mujer: Ana María Matute)
¿Sobrado? Bueno, un poco excesivo con las citas, pecadillos de juventud. Pero en todo caso, ágil y brillante. Eso va a ser la envidia, anónimo. Ya te digo...
Pablo Martín Sánchez, a quien tuve la suerte de conocer personalmente el año pasado, es un escritor de gran talento y de una cercanía entrañable. Sus libros son muy recomendables y no deberían dejar pasar su lectura. Un saludo.
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