Recuerdo que leí la reseña de un libro titulado “Gloriosos fracasos”, de Paul Collins, y el reseñista (que me perdone, pero no recuerdo ahora su nombre) decía que le había recomendado la lectura de ese libro Félix Romeo, un hombre que lo leía absolutamente todo.
Compré más de un libro recomendado por el propio Félix Romeo. “Fui hija de supervivientes del holocausto”, por ejemplo. Y leía con interés sus textos en el ABC cultural, textos en los que dejaba bien patente su voracidad lectora, su curiosidad sin límites, su entusiasmo contagioso cuando encontraba un buen libro.
Yo no le conocía personalmente. Tengo aquí ahora mismo sus tres libros: “Dibujos animados”, “Discotheque” y “Amarillo”, un libro intenso sobre el suicidio de su amigo Chusé Izuel. También tengo el libro del propio Chusé Izuel, “Todo sigue tranquilo”, editado póstumamente por Ediciones Libertarias, gracias al empeño de Bizén Ibarra y Félix Romeo, sus amigos.
Vi a Félix Romeo en varias ocasiones: En el Festival Hay de Segovia presentando a Mario Vargas Llosa o charlando con David Trueba o con Javier Cercas o con Jesús Ferrero y Edgardo Cozarinsky. La última vez que le vi fue en el Festival Eñe del año pasado, charlando con gran complicidad y admiración mutuos con el escritor Javier Tomeo. Cuando le preguntaron a Tomeo cuántos libros había escrito contestó: “Eso lo sabe mejor Félix que yo”.
La noticia de su muerte sorprende como un mazazo. Tenía 43 años y ha muerto de un infarto, una muerte repentina, inesperada.
Quienes seguimos de un modo u otro esta especie de droga que es la literatura sentimos que hemos perdido una voz importante.
Dicen que ha dejado un libro inédito.
4 comentarios:
Este es, entonces, el joven escritor cuya muerte me comentó esta mañana, por teléfono, mi madre, siempre atenta a las noticias literarias y supongo que algo inquieta por mis hábitos menos saludables. No he leído nada de él. Tal vez, dentro de la tragedia, ésta sea la ocasión para acercarme a sus libros.
Acá en el Hay Festival Xalapa lo recordaron varios en sus charlas.
Lindo que tú lo recuerdes y nos lo compartas.
Abrazos.
No lo conocía, pero me consta que teníamos contactos -e incluso amigos- comunes. Descanse en paz.
Leí Amarillo, me impresionó.
Una pena su muerte
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