1.- ¿Por qué escribes?
Pues me temo que no voy a ser demasiado
original. Escribo porque me hace feliz, me lo paso en grande creando historias
y personajes. Pero más feliz me hace saber que la gente se entretiene con lo
que escribo. Poder arrancarles una sonrisa o un par de lágrimas.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
No tengo manías o supersticiones;
eso sí, el busto de Víctor Hugo tiene que estar a mi lado viendo lo que escribo
con su rostro severo. Lo cierto es que puedo escribir bajo cualquier circunstancia,
incluso con la tele puesta.
Más que manía, tengo el hábito de
buscarle banda sonora a lo que escribo. Me ayuda mucho, y el tema elegido no
tiene por qué tener que ver con la trama o el género de la novela en cuestión.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
No las tengo. ¿Para qué?, me
limitaría. Me gusta cualquier temática, siempre y cuando haya encontrado una
buena historia que contar en ella. El único género que no he abordado hasta
ahora es el de la ciencia ficción. Aun no se me ha ocurrido una historia digna
para un género tan fascinante. Tampoco busco una temática determinada. Por
ejemplo, como estamos en crisis pues hago una novela que se desarrolle en esa
crisis. No trabajo así. La historia surge, me golpea en el corazón, la medito
un tiempo. Si pasada una semana me sigue pareciendo buena idea, la convierto en
novela y es entonces cuando me doy cuenta de que tiene que ver con una temática
u otra. No busco lanzar un mensaje. Si lo tuviera, este debería ser sutil, que
se deduzca de la historia. Nunca busco
situar al lector en un mensaje o ponerlo de mi parte. Mi última novela se me
ocurrió viendo “Una cara con ángel”, de Stanley Donen. Pasada una semana me
puse a escribirla y solo entonces me di cuenta de que podía tratar la inmensa
hipocresía que ejercemos los adultos en casi todo, pero no lo tuve como
intención inicial, no me dije “voy a escribir sobre la hipocresía de los
adultos”.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Mi sistema no admite concesiones:
escribir todos los días una página, a ser posible a la misma hora e incluso sin
inspiración. Soy tan estricto que los días en que podría escribir más de una
página no lo hago. Es disciplina, más que nada, y la cumplo a rajatabla cuando
estoy con una novela. A mí me funciona. Además, con un trabajo tan absorbente
como el de la docencia no podría hacerlo de otro modo.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Lo único que tengo planificado es
el principio y el final. Lo demás ya irá surgiendo, pero necesito saber de
dónde salgo y a dónde quiero llegar. De otro modo, no puedo.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Oscar Wilde ocupa el lugar de
honor. Lo leo y releo a menudo y doy la lata a mis alumnos con él cada vez que
tengo oportunidad.
Victor Hugo, Proust, Galdós, Dickens, Poe, Verne…
La verdad es que estoy muy anclado en el siglo XIX, con la excepción de
Vargas Llosa y Marsé.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
En diciembre terminé mi último
manuscrito, Albertine, una pequeña
historia de amor, que ya estoy enviando a las editoriales. Me he sentido
muy cómodo escribiendo una tragicomedia romántica, aunque, todo hay que
decirlo, mi concepto de lo romántico está lejos del concepto actual. Lo más
duro fue, sin duda, prescindir de los clichés del género, o al menos de los más
habituales.
Ahora mismo descanso un poco,
aunque no dejo de escribir relatos cortos para mi blog y el Facebook, lo cual
me genera más disciplina todavía. En breve comenzaré a escribir de nuevo,
supongo que la tercer entrega de La
extraordinaria historia de Juan Barreto.
Carlos Roncero, (Santa Cruz de Tenerife, 1970). Es
profesor de instituto impartiendo las materias de Historia de España e Historia
del Arte. A pesar que su mayor pasión es el cine y ha escrito varios
guiones cinematográficos, siempre se
ha sentido atraído por la ficción literaria. Es autor de las novelas Clara dice,
Los trenes perdidos y Mis ojos llenos de ti.
1 comentario:
Grande la hipocresía de algunos adultos, sí.
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