1.- ¿Por qué escribes?
No lo sabría decir con exactitud,
sólo sé que lo necesito, que es una necesidad incluso física. Es lo que siempre
he querido hacer, pero sigo sin haber averiguado por qué.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Mis mejores horas son las de la mañana. Tengo la
costumbre de escribir a mano y con lápiz por eso puedo trabajar en cualquier
lugar donde tenga una mesa y suficiente espacio. Mis lugares preferidos son mi
estudio y los cafés, mientras no haya una música demasiado fuerte. No me suelen
molestar las voces, aunque he descubierto que hay algunas formas de hablar que
me irritan tanto que tengo que salir del local si esas personas se me sientan
demasiado cerca. Esa sería mi manía. Supersticiones no tengo. Pero sí un
pequeño ritual: cuando el lápiz que he usado ya es demasiado corto para seguir
escribiendo con él, lo jubilo con honores. Lo pego junto a sus compañeros
retirados en un cuadro.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Un tema recurrente es el de la
identidad, qué la constituye, hasta qué punto la construye el propio individuo
y cuánto viene determinado por la percepción ajena. Al vivir en el extranjero,
puedo observar el poder conformador que tienen los estereotipos y los
prejuicios en las relaciones humanas. En mis novelas negras también se
encuentra como denominador común la reflexión acerca de qué lleva a la gente a
matar. A la gente común, las historias de asesinos que son enfermos anómalos no
me suelen interesar.
4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de
escribir?
Hacerlo todos los días. No haber
escrito nada me hace muy infeliz.
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Lo planifico y después me dejo
llevar por la historia. A
este respecto tengo una personalidad escindida: me gustaría ser una buena
planificadora, pero a la que empiezo a escribir el plan, me entusiasmo con una
escena y empiezo a escribirla. Además, muchas ideas vienen al escribir no “en
seco”. Es como si el cerebro se activara de otro modo gracias al movimiento de
las manos.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Son tantos que no podría
enumerarlos sin quedarme insatisfecha. No querría darte la lata después
diciendo cada dos días “Olvidé a XX. ¿Podemos añadirlo?”
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Mi última obra publicada es Don de lenguas (Siruela 2013), una
novela negra ambientada en la Barcelona de 1952, que he escrito a cuatro manos
con Sabine Hofmann. De esta novela, que reúne elementos de la novela histórica
y de la policiaca, se ha dicho que es un “thriller filológico”, una descripción
que nos enorgullece porque, además de la investigación de unos crímenes en una
época apasionante y poco tratada de la historia de España, en Don de lenguas hay una reivindicación de
la importancia del conocimiento lingüístico y literario, que son esenciales en
la resolución de la historia.
Actualmente estoy terminando otra
novela, no de género, pero no me gusta contar mucho de los proyectos no
concluidos porque temo perder la tensión creativa.
Ha publicado El pintor de Flandes (2006), una novela histórica ambientada en el
Madrid del siglo XVII e inspirada en el cuadro “La degollación de San Juan
Bautista” atribuido a Bartholomäus Strobel, que se
encuentra en el Museo del Prado.
Con Entre dos aguas (2007) inició la saga protagonizada por la
comisaria hispano-alemana Cornelia Weber-Tejedor, cuya acción tiene lugar en
Fráncfort. La segunda novela de la
serie Con anuncio fue publicada en 2009. La
tercera, En caída libre, apareció en
febrero de 2011. La serie ha sido traducida al alemán, con una gran acogida por
parte del público.
Ha publicado también La detective miope (2010) y la novela
por entregas Miss Fifty (2012).
Su última obra es Don de lenguas (2013),
escrita en colaboración con Sabine Hofmann, que será publicada también en
alemán, inglés, italiano, francés y turco.