Recientemente he podido ver interesantes iniciativas para resaltar buenos libros.
Miguel Ángel Muñoz, en su blog, “El síndrome Chéjov”, proponía una votación para elegir los mejores libros de relatos de los últimos veinticinco años (1982-2007).
Los ganadores fueron:
Catedral, de Raymond Carver
Llamadas telefónicas, de Roberto Bolaño
La velocidad de los jardines, de Eloy Tizón
Francisco Ortiz, por su parte, en su blog “Novela Negra y Cine Negro”, propuso buscar la mejor novela negra publicada. Los títulos más votados fueron los siguientes:
El sueño eterno, de Raymond Chandler
Los mares del sur, de Manuel Vázquez Montalbán
El blog de crítica literaria “La tormenta en un vaso”, coordinado por Care Santos, también ha elegido, en este caso, los mejores libros de 2006:
Premio Tormenta al mejor libro publicado en castellano en 2006
Miguel Ángel Muñoz, en su blog, “El síndrome Chéjov”, proponía una votación para elegir los mejores libros de relatos de los últimos veinticinco años (1982-2007).
Los ganadores fueron:
Catedral, de Raymond Carver
Llamadas telefónicas, de Roberto Bolaño
La velocidad de los jardines, de Eloy Tizón
Francisco Ortiz, por su parte, en su blog “Novela Negra y Cine Negro”, propuso buscar la mejor novela negra publicada. Los títulos más votados fueron los siguientes:
El sueño eterno, de Raymond Chandler
Los mares del sur, de Manuel Vázquez Montalbán
El blog de crítica literaria “La tormenta en un vaso”, coordinado por Care Santos, también ha elegido, en este caso, los mejores libros de 2006:
Premio Tormenta al mejor libro publicado en castellano en 2006
Parpadeos, Eloy Tizón.
Anagrama, Barcelona, 2006.
Premio Tormenta al mejor libro traducido al castellano en 2006
Me acuerdo, Georges Perec.
Traducción y prólogo de Yolanda Morató.
Berenice, Córdoba, 2006.
Bueno, llegado aquí, lo primero que uno debe hacer es felicitar a Eloy Tizón, ganador de dos de las tres votaciones. Supongo que la de Francisco Ortiz no la ha ganado porque Eloy no escribe novela negra, que si no también.
Y dicho todo esto, uno se pregunta qué sentido tienen las listas, qué finalidad. Creo que resulta imposible establecer un ranking entre libros, porque muchas cosas no son comparables y mucho menos medibles. Cuando uno hace una votación de este tipo, la hace en un momento concreto, consciente de que cinco minutos más tarde su votación sería otra. Nuestras preferencias cambian constantemente. Uno puede establecer una lista de libros importantes para él, e incluso esta lista va cambiando con el tiempo.
¿Se puede elegir el mejor libro de una forma objetiva e incuestionable? Yo creo que no. Todos hemos leído críticas desfavorables, emitidas por gente de respetable criterio, que luego han sido obras maestras.
Ahora bien, el hecho de que muchas personas coincidan en señalar la calidad de un determinado libro o autor es algo muy importante: se trata de la mejor publicidad a la que se puede aspirar.
Pero, por encima del resultado, el valor de estas votaciones que he comentado estuvo en el desfile de libros. Títulos que uno ya no recordaba y que son de nuevo aireados, despertando el interés. Este me parece el mayor aliciente del juego de las listas: la recuperación de títulos que corren el riesgo de ser olvidados.
Y dicho todo esto, uno se pregunta qué sentido tienen las listas, qué finalidad. Creo que resulta imposible establecer un ranking entre libros, porque muchas cosas no son comparables y mucho menos medibles. Cuando uno hace una votación de este tipo, la hace en un momento concreto, consciente de que cinco minutos más tarde su votación sería otra. Nuestras preferencias cambian constantemente. Uno puede establecer una lista de libros importantes para él, e incluso esta lista va cambiando con el tiempo.
¿Se puede elegir el mejor libro de una forma objetiva e incuestionable? Yo creo que no. Todos hemos leído críticas desfavorables, emitidas por gente de respetable criterio, que luego han sido obras maestras.
Ahora bien, el hecho de que muchas personas coincidan en señalar la calidad de un determinado libro o autor es algo muy importante: se trata de la mejor publicidad a la que se puede aspirar.
Pero, por encima del resultado, el valor de estas votaciones que he comentado estuvo en el desfile de libros. Títulos que uno ya no recordaba y que son de nuevo aireados, despertando el interés. Este me parece el mayor aliciente del juego de las listas: la recuperación de títulos que corren el riesgo de ser olvidados.