Impresionante charla de dos
reporteros de guerra, moderada por Aurelio Martín. Hay gran expectación en San
Juan de los Caballeros, la sala está abarrotada.
Gervasio Sánchez cuenta que de
niño, en vez de chucherías, compraba periódicos. Dice que el periodismo es algo
muy importante, no sólo en zonas de guerra, también para contar lo que puede
estar ocurriendo al lado de nuestra casa. Por eso será periodista todos los
días de su vida, hasta los cien años, aunque tiene previsto, en realidad, vivir
ciento tres, bromea.
Lo difícil es superar las
consecuencias de una guerra. La guerra es donde el ser humano se comporta de
forma más brutal, donde personas normales se convierten en asesinos.
Marc Marginedas, que acaba de ganar
el “Premi Nacional de Comunicació”, estuvo secuestrado en Siria durante cerca
de seis meses. Fue liberado en Marzo de este año. Insiste en que hay que ser
muy responsable con la información cuando está en juego la vida de otras
personas, por eso no quiere comentar las circunstancias que se dan en Siria en
este momento. No le parece bien que un periodista se convierta en protagonista
de la noticia. Además, advierte que la información puede estar sirviendo a los
propósitos de los terroristas, por eso cree que es importante tratar de evitar
lo que denomina el circo mediático. Los secuestros y ejecuciones son actos de
propaganda. Han ocurrido y seguirán ocurriendo. El gran beneficiado de que no
haya periodistas es el régimen sirio.
En el mundo hay unos veinte
conflictos abiertos, pero la atención pública sólo se fija en uno cada vez.
Siria ha tapado a Gaza, pero eso no significa que allí se hayan resuelto las
cosas. Es necesario que los periodistas se especialicen en una zona, sólo de
esa forma puede explicarse un conflicto con conocimiento de causa, sabiendo qué
es lo que ocurre incluso cuando el foco mediático no está enfocando. Sin
embargo, un periodista especializado en guerras, en general, no en una zona
concreta, no puede profundizar en las causas de los conflictos porque serán
cada vez diferentes. Hay que tener en cuenta que tanto o más importante que una
guerra lo es la posguerra.
La conversación adquirió entonces
un tono crítico con los grupos de influencia que determinan el trabajo de los
periodistas. Las empresas establecen relaciones con gobiernos de dudosa
legalidad y, llegado el momento, se envían periodistas que no comprometan y que
hagan las preguntas que hay que hacer.
Hablan también del tratamiento
mediático que se ha dado a la reciente muerte de Emilio Botín, algo que han
calificado de bochornoso. Absolutamente nadie ha hecho mención, siquiera de
pasada, a los muchos puntos oscuros de su biografía, como fondos en paraísos
fiscales, los bonos basura, la compra de armas o la influencia del banco de
Santander como accionista de muchos grupos mediáticos. No se trata de algo
partidista. Se ha denunciar la actuación informativa con el PP en Irak, pero
también con el PSOE en Afganistán. Los acontecimientos deben ser independientes
de las creencias políticas de cada cual, y así deberían contarse.
Hay una crisis en el periodismo,
pero más que una crisis económica es una crisis de identidad. Cuando se
invierte más dinero, más publicidad, aparece mayor censura. Así se explica que
todo el mundo guardara pleitesía a personajes como Blesa o Pujol, y no sólo
periodistas, sino escritores, profesores, economistas, etc. Ha habido empresas
que han utilizado los EREs para despedir a quienes tenían en sus “listas
negras”.
Por último, respecto al ejercicio
de la labor informativa en internet, creen que el todo gratuito es el suicidio
del periodismo.
1 comentario:
Esta charla debió de ser interesantísima. Me hubiera gustado escucharla.
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