Última charla. También tiene
lugar en la capilla del museo Esteban Vicente. Ni siquiera tengo que devolver
los auriculares que he utilizado en la charla anterior, la de Etgar Keret, para
escuchar la traducción. En esta ocasión tengo mucho interés en escuchar a Péter
Esterházy, escritor húngaro que se dio a conocer en nuestro país, de la mano de
la editorial Alfaguara, con el libro Pequeña
pornografía húngara, allá por 1992. Desde entonces, muchos de sus libros se
han traducido al español: Una mujer, El libro de Hrabal, su obra maestra Armonía celestial, o la más reciente Sin arte, publicada por Acantilado en
2010. He intentado encontrar libros suyos pero no es tarea fácil, esperaba que
aquí hubiera alguno a la venta, aprovechando la presencia del autor, pero no
tenían ninguno.
La charla no se centra en la obra
de Esterházy. Más bien, el aspecto que se destaca de él es que es nieto del
último primer ministro del Imperio Austro-Húngaro y el acto se trata de una
conversación con el nieto del último emperador, S. A. el Príncipe Georg Von
Habsburg, moderada por el profesor emérito de la Fletcher School de Tufs
Univertity y miembro del Advisory Board de IE University y de la Academia de
Ciencias de Hungría, Arpad Von Lazar. La charla se desarrolla en alemán y se
centra en el centenario de la Primera Guerra Mundial.
Esterházy dijo, con humor, que su
alemán era fluidamente malo y que, por lo tanto, no diría todo lo que piensa
sino que se limitaría a pensar todo lo que era capaz de expresar en alemán.
La importancia de la Primera
Guerra Mundial. La primera guerra total. Antes de esa guerra podíamos entender
el mundo, después ya no. La muerte de dos personas cercanas la sentimos, pero
la muerte de doscientas mil no la podemos comprender, quizá intelectualmente
sí, pero desde luego no emocionalmente.
Si no se hubiera producido el
atentado de Sarajevo, tal vez la guerra habría llegado un poco más tarde, pero
habría llegado igualmente, porque no es una guerra que aparece de repente, es
el resultado de algo que se ha ido gestando a lo largo de muchos años de
conflictos. Se señala el Nacionalismo como la causa principal de la guerra.
“Existe un odio histórico, más arraigado de lo que parece”. Citan el libro de
Christopher Clark: Sonámbulos, Cómo
Europa fue a la guerra en 1914.
Así que una charla interesante,
desde luego, pero en la que no se habló del autor húngaro. Tan sólo se refirió
a su obra al hablar del idioma, de lo determinante que resultaba hablar un
idioma minoritario como el húngaro, con el que llega a unos catorce millones de
personas, y no todas leen sus libros, algo que no entiende. Por este motivo,
piensa que un húngaro entiende mejor lo que es sentirse extraño, extranjero.
Plantea que en Hungría, el segundo idioma era el alemán y ahora es el inglés, y
esto le parece un problema porque, en cierta medida, les aleja de sus vecinos.
Aquí terminó mi aventura en el
Hay Festival de este año. Ojalá el próximo año pueda asistir de nuevo.
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