1.- ¿Por qué escribes?
Porque me divierte, porque me arrastra,
porque me hace sentirme mejor, porque me hace sentirme peor, porque supongo que
es consecuencia directa de una determinada relación con la literatura.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Para escribir la novela me hizo
falta la disciplina de las mañanas, justo después de desayunar, hasta la hora
de comer. Los cuentos los he escrito bastante a bocajarro, entre las tardes y
las noches. Los poemas, en cualquier momento; muchos en la calle. Algo que creo
que me vendría genial: no tener absolutamente ninguna posibilidad de conectarme
a Internet mientras estoy escribiendo. Supersticiones creo que no tengo.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
¿Es pretencioso y exagerado decir
que la vida en general? O lo que yo soy capaz de abarcar de la vida en general,
que supongo será poquísimo.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Lo primero y único que de verdad
vale: leer, leer, leer. Luego, intentar ser lo más libre posible, en lo más
profundo del sentido de la palabra. Esto puede parecer una evidencia pero creo
que es tremendamente difícil en cada uno de los ámbitos que la literatura toca:
lo personal, lo público, lo técnico, lo artístico, etcétera. Después de ser
todo lo libre que uno sea capaz, dejar reposar, y luego corregir, trabajar,
mirar el texto como un texto, no como una coordenada intelectualmente íntima.
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo
tienen todo planificado desde el principio?
No, no lo tengo todo planificado.
Tengo una idea, un sitio al que quiero llegar, algo que quiero decir o
desarrollar, y va saliendo conforme avanzo, tanto en el proceso de la escritura
en sí como en el tiempo que dedico a pensar en lo que estoy escribiendo cuando
no estoy físicamente haciéndolo.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Esta pregunta es cada vez más
difícil. Me gustaría haberla contestado con diez años, o contestarla como si
los tuviera. Me gustaría decir Agatha Christie, Enid Blyton, Gianni Rodari.
Decir luego Juan Marsé, Miguel Hernández, Martín Gaite, Julio Cortázar.
Inevitable llegar a Juan Onetti, William Faulkner, Blanca Valera… Larguísimo
etcétera, no puedo elegir, es imposible. La cabecera es demasiado estrecha. El
último libro que he leído y me ha apasionado: Prohibido entrar sin pantalones, de Juan Bonilla. El que estoy
leyendo, estupefacta (en el buen sentido): El
cielo árido, Emiliano Monge.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Acabo de publicar un poemario
pequeño, una plaquette, que se llama Después de la apnea (Ediciones del 4 de
Agosto) y que resume o pincela un par de acontecimientos que han cambiado mi
vida. El 5 de septiembre sale mi primera novela, Por si se va la luz (Lumen), en la que he estado trabajando los
últimos años. En primavera empecé a escribir otra, y tengo como tozuda misión
hacer posible una logística que me permita, al menos durante unos meses, volver
a la disciplina de las mañanas de escritura.
Lara Moreno nació
en Sevilla en 1978 y creció en Huelva. Ha publicado los libros de relatos Casi
todas las tijeras (Quórum, 2004) y Cuatro veces fuego (Tropo,
2008) y los poemarios La herida costumbre (Puerta del Mar,
2008) y Después de la apnea (Ediciones del 4 de Agosto, 2013). Sus
cuentos están recogidos en numerosas antologías, entre las que se
encuentran Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento español actual (Menoscuarto,
2010) y Antología del microrrelato español. El cuarto género narrativo (Cátedra,
2012). Actualmente vive en Madrid, donde es editora free lance e
imparte talleres de escritura. En septiembre la editorial Lumen publica su
primera novela, Por si se va la luz.
*La foto es de Aroa Moreno
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