lunes, septiembre 23, 2013

Ignacio Ferrando - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Es raro, pero escribiendo tengo la sensación de vivir más intensamente. La cultura (y la escritura no es sino una vertiente) me ayuda a afrontar el día a día, a no tener, estrictamente, esa realidad que nos presentan, embrutecedora y terrible, saturada de mediocridad. También es mi terreno personal de denuncia (no solo política, sino intelectual y social). Sé que mis textos llegan donde llegan, pero estoy convencido de que mis lectores agradecen los interrogantes que les lanzo. Escribir también me ayuda a pensar, a ordenar mis opiniones, a conocerme.Y creo que también escribo, ya en clave irónica y para restar hierro al asunto, porque soy el cuarto de siete hermanos y mi cumpleaños cae en día de Reyes. Es decir, que nunca he sido príncipe destronado y nunca he tenido un cumpleaños como tal (el día en que a mí me regalaban, también le regalaban al resto). Como diría algún freudiano desquiciado, desde entonces he tratado de sacar la cabeza por encima del mundo. Pero vamos, esto solo lo supongo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Pues pocas, la verdad. No soy supersticioso, ni tengo manías, ni nada de eso. Quizá sí necesito un lugar de trabajo estable, es decir, que sea siempre el mismo. Muy silencioso. A ser posible con luz artificial. Es decir que tenga las condiciones óptimas para estar concentrado.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Al principio, como escritor, me veía capacitado para asaltar cualquier tema, para afrontarlo con completa libertad. Pero hoy sé que no es así. Que vuelvo, una y otra vez,  al mismo interrogante. Quiénes somos y quiénes fingimos ser. Y que esta dualidad identitaria se nutre de lo que nosotros decimos ser y de lo que los otros dicen que somos. Todos habitamos en ese terreno intermedio y el proceso de averiguar cuán cerca de uno u otro podemos llegar a estar es muy interesante (explica, por ejemplo, el genocidio alemán o, en un terreno más individual, como un padre de familia modélico puede convertirse en un despiadado violador si se le toca en los resortes adecuados…). En mis últimos trabajos, también han tomado mucha fuerza los factores tecnológicos. Por ejemplo, cómo opera el factor anonimato en las relaciones interpersonales, cómo se define la obscenidad digital, hacia dónde ha evolucionado el narcisismo, la exposición emocional en las redes sociales, la orfandad del individuo arrebatado de la realidad tangible... En realidad, todos estos temas han sido tratados, pero evolucionamos y, por tanto, también evoluciona el modo en que el individuo afronta estos conflictos. Y a mí me sigue interesando profundizar en las miserias humanas y ver qué formas adopta para desenmascararla. También me interesan, muchas veces, casi siempre supeditados a lo anterior, las relaciones personales, la culpabilidad, la denuncia de conceptos inexistentes como felicidad, normalidad…

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No soy bueno para los consejos. Pero imagino que lo mejor que le puedo decir a alguien que tiene dudas sobre lo que va a escribir, es que vaya a por aquello que le motive, que le apasione, que ponga su estilo al servicio de sus máximas posibilidad y que se olvide de las modas y lo que los otros quieren que hagas. Que se respete a sí mismo como autor. Los lectores no son idiotas. Se dan cuenta de estas cosas. Además, fracasar haciéndolo lo mejor que uno sabe hacerlo, casi sabe bien. Fracasar haciendo lo que los otros quieren que hagas, no tan bien. Y llegar a la meta haciéndolo lo mejor que tú lo sabes hacer es el único sentido, creo yo, de todo esto.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Generalmente suelo tener un porcentaje de la historia en la cabeza. Desde un punto de vista conceptual, suelo ser bastante ambicioso. Una historia debe plantear un interrogante (o varios) para que interese al lector. Esto, en mi opinión, requiere un cierto grado de prevaricación. De hecho, algunos de mis relatos se maceran durante años sin que yo llegue a escribirlas. Viven conmigo y solo salen, podríamos decir, cuando el nivel de certeza ofrece ciertas garantías. Entonces surgen con bastante fluidez (casi siempre) y el proceso es casi mágico. Otras veces simplemente tengo la imagen de comienzo y dejo que sea la escritura y los personajes las que me vayan revelando la verdad de los personajes. Pero reconozco que cuando practico este tipo de escritura suelo buscar otros resultados mucho más caprichosos.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

En realidad van mutando dependiendo de la época de mi vida. Soy un lector bastante irregular. Canibal. Pero reconozco que suelo regresar constantemente a ciertos autores como Becket, Antunes, Berger, Berhard, Nooteboom, Joseph Roth, Robert Walser, Kafka, Duras, Vila-Matas, Kundera, autores a los que admiro terriblemente por ser dueños de una voz y una personalidad propias.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Mi último libro se titula “La piel de los extraños” y fue editado por Menoscuarto a finales del año pasado. Estoy muy orgulloso de ese libro y tanto el editor como yo estamos contentos de los resultados. Creo que es un libro maduro. Después de ese proyecto he terminado una novela muy personal, que trata los temas de los que antes hablaba, y que anda dando vueltas por los editores sin que ninguno, al momento, tenga la valentía de editarla. Pero todo se andará…


Ignacio Ferrando (Trubia, Asturias, 1972) es escritor e ingeniero. Profesor en la EUATM de la Universidad Politécnica de Madrid y coordinador del Máster de Narrativa de la Escuela de Escritores, donde también imparte talleres de relato y lectura crítica.
En 2011 obtuvo el Premio Ojo Crítico de RNE y el Premio Ciudad de Irún por su primera novela Un centímetro de mar (Alberdania, 2011). Sin embargo, es en la narrativa breve donde ha logrado mayor reconocimiento. Con tan solo dos libros de relatos: Ceremonias de interior (Castalia, 2006; premio Tiflos de relato) ySicilia, invierno (JdeJ, 2009) ha obtenido los más reconocidos galardones. Destacan el Premio Internacional Juan Rulfo, el premio Gabriel Aresti, el NH Mario Vargas Llosa, el premio de narrativa de la UNED, el Hucha de Oro o el Ciudad de San Sebastián, entre otros. 
Su trabajo ha sido incluído en varias antologías y libros colectivos. Destacan: Siglo XXI. Los nuevos nombres del cuento actual(Menoscuarto, 2010), Perturbaciones (Salto de página, 2009) y Un nudo en la garganta (Trama editorial, 2009). Algunos de sus relatos han sido traducidos al inglés y al alemán.
En septiembre de 2012, se publicó su tercer libro de relatos La piel de los extraños (Menoscuarto, 2012)


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