1.- ¿Por qué escribes?
Supongo que escribo porque, para
empezar, de pequeña tuve junto a mí a grandes narradores orales que me cebaron
con sus historias y me inocularon para siempre el vicio de leer, que es un modo
de ser otra persona y hacer saltar en pedazos nuestros límites personales y
espacio temporales. En cuanto a escribir, supongo que es mi modo de tratar de
entender algo, aunque sea remotamente, en medio de todo este absurdo galimatías.
Mientras vivimos, todo sucede demasiado rápido y la mayor parte del tiempo te
sientes perfectamente idiota. Por escrito, en cambio, puedes ser mucho más
inteligente que en la vida. Sí ,
en cierto modo escribo para desquitarme de mi burricie, de mi ineptitud para
vivir. Y para ensanchar mis límites.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Últimamente he desarrollado un
método muy eficaz contra el bloqueo creativo. Antes de ponerme a escribir, me
largo a dar un paseo a grandes zancadas, no importa dónde. Será porque caminar
activa la circulación sanguínea; el caso es que, pasado un rato de veloz
caminata, empiezo a “escribirme encima”. Es el momento de regresar y encerrarse
en casa frente al ordenador. En cuanto a las manías, en los últimos tiempos he
luchado por combatirlas y ahora mismo, si es necesario, incluso puedo hacer
algo tan asquerosamente antiestético como escribir… ¡con bolígrafo! Y donde
sea. En cuanto a la hora, de más joven escribía preferiblemente de noche y
ahora mi mejor momento es la mañana.
El azar, la amistad, el carácter
esencialmente tragicómico de la realidad, las relaciones materno filiales.
No te cortes: pásate siempre
diecisiete pueblos. Si sólo te pasas dos pueblos, te quedarás corto.
La verdad es que trabajo de las
dos maneras. En general los cuentos aparecen, como venidos de la nada, en plan
meteorito avasallador, y se me imponen. Es una sensación bastante mágica, desde
luego. Aunque también hay cuentos ―los menos― que persigo afanosamente y
planifico, nunca tanto como cuando escribo novela. Con la novela sí necesito
planificar, apoyarme en una escaleta más o menos desarrollada que luego va
cambiando según avanzo. Digamos que planificar es una manera de proteger el
proyecto. Sin una idea clara antes de ponernos a escribir, es tan fácil
fracasar…
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Desde siempre me han tirado mucho
los anglosajones. Entre los cuentistas, mis favoritos son Scott Fitzgerald,
Dorothy Parker, Saki, Cheever y Maupassant. Entre los novelistas, adoro al gran
Nabokov. Y a Stefan Zweig; su novela La embriaguez de la metamorfosis me dejó
deslumbrada, boquiabierta, patas arriba. La recomiendo clamorosamente a quien
no la conozca. Pero
mi última gran pasión es Richard Yates: me vuelve loca y me mata de envidia esa
extraordinaria ausencia de retórica y artificio en cualquier obra suya. Aunque
quizá la obra que más veces he releído a lo largo de mi vida es Mi familia y
otros animales, de Gerald Durrell.
Mi último libro publicado es Media docena de robos y un par de mentiras,
un libro impío e indecente donde se incita al plagio y al saqueo literario.
Tras algunos escarceos con el
mundo del cine y el teatro, en 1986 gana la VIII edición del premio de narrativa
erótica La sonrisa vertical, con su libro de relatos Ligeros libertinajes sabáticos. Desde entonces ha publicado varios
libros de relatos: Felicidades Conyugales
(Tusquets editores, 1989), Soplando al
viento (Tusquets editores, 1995), Amigos
y fantasmas (Tusquets, 2004, premio Mario Vargas Llosa al mejor libro de
relatos publicado en 2004) y Media docena
de robos y un par de mentiras (Alfaguara, 2009). Ha publicado también dos
novelas, Sangre (Tusquets, 2000), El vecino de abajo (Alfaguara, 2007) y
un ensayo juguetón y humorístico, Sólo
dime dónde lo hacemos (Temas de Hoy, 1991). Además es autora de diversas
obras de teatro y de varias adaptaciones, entre ellas XXX, versión de La filosofía en el tocador (Marqués de
Sade), de la Fura dels Baus y Las Amistades
Peligrosas, de Christopher Hampton.
Sus crónicas para el suplemento
Catalunya de El País fueron reunidas en el volumen Titúlate tú (De Bolsillo, 2002). Actualmente colabora en la revista
alemana Ecos de España y Latinoamérica (Spotlight Verlag) e imparte clases de
narrativa en la Escuela de Escritura del Ateneu Barcelonès.
2 comentarios:
Una escritora brillante.Todavía recuerdo ese cuento titulado Dos socios inolvidables o El erotismo de la lógica,donde Sherlock Holmes y el Dr. Watso son amantes,y,con sexo explícito.Memorable.
Abrazos para ambos
Tuve la suerte de hacer un taller con ella en El Corte Inglés de Sabadell. Excelente, en todos los sentidos.
http://espiralesdetinta.blogspot.com.es/
Publicar un comentario