domingo, junio 11, 2006
Regreso de la Feria
Fin de la aventura. Hasta el próximo año. Se acaba la Feria del Libro.
Hizo calor, había polvo, mucha, mucha gente, y al final, sin darte cuenta, se te va un pastón en la máquina de las bebidas.
Nada más entrar, los primeros stands pertenecen a Organismos Oficiales. Las grandes editoriales han sido situadas, este año, al final del todo. Entro por la puerta de O’Donnell, por supuesto. En el lado izquierdo encuentro una impresionante exposición de fotografías de distintos lugares del planeta vistos desde el aire. Me impresionan todas. Una de ellas es de las Torres Gemelas y pienso que así debieron verla los terroristas antes de estrellarse contra ellas.
Me detengo en el stand de "Editoriales Independientes Argentinas" y encuentro un libro que andaba buscando: "Literatura y otros cuentos", de Martín Rejtman (ya contaré en otro post el por qué de mi interés por este libro). Me preguntan si conozco al autor. Les digo que sí. ¿Por sus películas? No, contesto, tengo una novela suya. ¿Rapado? Sí. Hace un gesto de satisfacción y me dice que es la novela que más le gusta de Rejtman. Los dependientes de este stand son muy enrollados. El año pasado, uno de ellos me recomendó los cuentos de Daniel Moyano, que yo no conocía, y fue todo un descubrimiento.
Sigo adelante. Al final, he venido solo. Mi amigo ha sufrido un esguince.
Mucho libro de ficción histórica, es lo que está más de moda. No me interesa especialmente. Ni siquiera he leído aún "El Código Da Vinci". No por pose, es sólo que no encontré el momento.
Veo a Carlos Fonseca firmando "Rosario dinamitera" y, un poco más adelante, la propia Rosario firmando también el mismo libro. Uno en cada caseta.
Unos carteles sobre una campaña de lectura: LEA – READ, con fotos de Enrique Iglesias con un libro, Antonio Banderas con un libro y Salma Hayek con un libro. Estupefacción. "Apoya a las bibliotecas de América", se lee en letra pequeña.
Mucho autor que no conozco. Libros de lo más extraño. Uno que se titula "Hablemos de su próstata". Ya hay que tener ganas de comprar un libro así y, encima, querer que te lo firmen.
Antonio Gala firma un libro de poemas, pero ya no tiene largas colas como hace unos años, apenas un par de personas, al menos cuando yo paso por delante de él. Lo mismo le ocurre a Sánchez Dragó. También está Carmen Posadas junto a Carlos Marzal y Carme Riera. Parece que sólo firma ella. La montura de sus gafas hace juego con su pulsera. Un poco más adelante veo a Rosa Montero y a Josefina Aldecoa. También, por supuesto, Julia Navarro. Y Jesús Ruiz Mantilla, firmando su libro "Gordo". Los altavoces no suenan continuamente y, cuando lo hacen, me doy cuenta de que equivocan un par de nombres. No está Vargas Llosa, ni Javier Cercas, ni Eduardo Lago... Ni siquiera Francisco Ibáñez. Empiezo a sentirme un poco decepcionado. Me digo que no vuelvo el último fin de semana de la Feria, que es mejor venir el primero o el segundo. Veo entonces a Luisa Castro y a Benjamín Prado y, de pronto, una figura que me llama poderosamente la atención: Leopoldo María Panero. Parece imposible. Escucho a alguien que pasa por mi lado diciendo: lo han debido sacar del psiquiátrico para que venga a firmar. Me acerco a él y compro dos libros. Me los firma y dice algo que no comprendo. Parece que no está muy centrado. Se vuelve hacia el librero y le recita una especie de poema y se ríe. Me mira mientras se ríe y yo le sonrío y me marcho con los libros.
El Pabellón del Ayuntamiento de Madrid se encuentra cerrado porque hay goteras, según explican, pero en la entrada se puede coger un libro titulado "Documenta Madrid 06", y es una pequeña joya. Biofilmografías, reseñas de cortos, una retrospectiva de Werner Herzog, un pequeño homenaje a Joaquín Jordá, eso visto por encima...
A mediodía me voy a la Gran Vía y como una hamburguesa y me meto en un cine. No tengo muy claro qué película ir a ver. Me gustaría ver "Factotum", pero ni siquiera sé con certeza si ya la han estrenado. Veo entonces el rostro de Sean Penn y no lo pienso más: "El asesinato de Richard Nixon". Intentaré comentarla en otro post.
Por la tarde hay todavía más gente en el Retiro. A partir de una determinada hora, empiezan a aparecer personas portando banderas de España. Vienen de la manifestación contra la negociación del gobierno con ETA. Vienen también a mirar libros, supongo.
Por supuesto, el stand con mayor afluencia de personas esperando a que les firmasen un libro era aquel en el que se encontraba Andreu Buenafuente. Gracias a un guardia de seguridad se puede seguir avanzando. Veo a Francisco J. Satué. Y más adelante otra aglomeración de gente: Iker Jimenez y Carmen Porter. Claro. El poder de la televisión.
En el stand de Páginas de Espuma se encuentra el propio editor vendiendo sus libros. Aprovecho que hay poca gente y le pido un catálogo. Pese a que me han advertido que en la Feria no es un buen momento para hablar de enseñar tu trabajo a nadie, me lanzo y le pregunto si puedo mandarle un libro a la dirección que aparece en el folleto. Me explica que no publican novelas y le digo que ya lo sé, que se trata de un libro de relatos. "Llámame primero por teléfono y hablamos". Me despido. No puedo evitar sentirme un poco estúpido. En fin.
Mientras avanzas por la Feria, mucha gente se dedica a repartir propaganda. Yo la cojo toda. Y ahora mismo tengo ante mí un folleto que anuncia una escuela de chino. "Esto lo entienden 1.300 millones de personas". Dentro hay unas pocas palabras traducidas y me entero de que "mi fan" significa "arroz" y "huan yin" significa "bienvenido".
Por último, veo a Julio Llamazares y compro su libro "Escenas de cine mudo". Me lo firma y se muestra muy amable.
Dicen que ésta ha sido la Feria que ha presentado un mayor balance de ventas. Pues en mi caso ha sido la Feria en la que menos dinero me he gastado.
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9 comentarios:
¡Vaya! ¡Si son los mismos del año pasado! No hay mucha renovación en las firmas de la Feria del Libro. Son como el turrón en Navidad. A nadie le gusta, pero siempre acabamos con 10 pastillas que no sabemos qué hacer con ellas.
Me alegro que lo haya pasado razonablemente bien y haya sido provechosa su visita, pero, por favor, NO COMA HAMBURGUESAS.
Cada uno cuenta la Feria según le va, ¿no?
Dejé de ir hace unos tres o cuatro años. Demasiada gente, demasiados empujones, un exceso. Prefiero las librerías, las revistas especializadas, los suplementos, las presentaciones de autores que leo y admiro. En fin, otra feria...
Me muero de envidia! Suelo andar por España en la época de la Feria del Libro, pero este año el destino me llevó al otro lado del Atlántico.
En lo personal, la disfruto siempre,aunque me ensucie con tierra los pies calzados con sandalias, aunque la gente me ahogue, y aunque tenga que recorrer kilómetros porque siempre me pierdo buscando los stands que me interesan.
En relación con las hamburguesas, me sorprendió que hayas comido semejante bomba de chatarra. Pero en fin, nadie es perfecto.
PD.Coloqué más fotografías de la casa de Faulkner en Oxford, Mississippi. Cuando regrese a casa, agregaré las de la casa en New Orleans donde escribió la primera novela ( Soldiers’ Pay, 1926).
Debe de ser inquietante encontrarse cara a cara con Panero. En todos los sentidos.
La feria del libro es una auténtica tentación para el bolsillo.Encontrar una selección de Valdemar,Siruela,El acantilado o Visor ante los ojos es una delicia bibliófila difícl de resistir.
Estoy convencido de que somos un país que lee poco pero con una labor editorial encomiable:a las editoriales que he nombrado se pueden añadir Hyperión,Losada,Huerga y Fierro,etc.
La lista podría alargarse hasta las 20-25 editoriales con un sello de buen gusto y calidad en la edición.
Acabo de descubrir tu blog.Me gusta mucho.Me encanta la cita de Faulkner que utilizaste en un post..
Un abrazo y buena suerte.
Magnífica crónica, aunque no diré que pasaría por algunos stands encantado (los que cita Norrin más arriba) la verdad es que tu crónica me parece muy muy muy veraz con esa descripción de una feria del libro nada lectora.
¡Un saludo!
Me permito añadir a ese listado de editoriales Minúscula y El Funambulista ... Aunque dudo que, dada su pequeña dimensión, estuvieran en la feria.
Lengua de Trapo tampoco está mal.
Alicia, tanto las editoriales que nombras tú como las que nombra Norrin Radd son indiscutiblemente de gran calidad. Yo añadiría a esa lista "Libros del Asteroide" y "Páginas de espuma". Pero también es indiscutible la calidad de Alba, Tusquets, Anagrama, Alfaguara... (Anagrama acaba de publicar ahora un titulo de Knut Hamsun nada menos).
Lector en la Sombra, yo no podría vivir sin librerías, y los suplementos y las revistas especializadas ya las tengo amontonadas en el suelo (he de poner orden un día de estos).
Laura, bienvenida. Gracias por las fotos.
Portorosa, encontrarse con Panero cara a cara es muy inquietante, en efecto. Se te corta la respiración.
Alvy, pienso que una Feria del Libro siempre es lectora, pese a la parafernalia con que se adorne.
Un saludo a todos.
Y en cuanto a lo de las hamburguesas... en fin, hay cosas que no pueden justificarse.
No te sientas raro por querer darle el libro a un editor nunca, compañero. Piensa que no le importunas: es su oficio y vive de publicar a gente como tú o como yo también. No desistas: sólo sale adelante lo que uno defiende con convicción. Espero leerte pronto en papel.
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