Sigmund Freud dijo que el humor comprende tantas especies como sentimientos emotivos ahorrados en favor del placer humorístico. Y añadía: "Así, los ilustradores y dibujantes del Simplizissimus han llevado hasta un punto insospechable el arte de extraer humor de lo horrible, cruel o repugnante". Y esta puede ser una buena definición del humor negro: el arte de extraer humor de lo horrible, cruel o repugnante.
El humor negro se caracteriza por transformar en gracioso lo que, por norma, es serio. Es una técnica de distanciamiento hacia aquello que nos daña. Sus armas son la sátira, la ironía, la paradoja... por lo cual resulta especialmente eficaz para denunciar atrocidades a las que, por diversas circunstancias, no se les presta atención.
El humor negro viene definido por el objeto de su aplicación, esto es, cuando recae sobre temas como la muerte, la violencia, la crueldad, el salvajismo, lo obsceno, los asesinatos, las violaciones, la explotación, la pobreza, el racismo, la religión, etc. etc. Y por el tono de su enunciado. Puede darse el caso de que el tema tratado sea más o menos banal, pero el comentario esté cargado de violencia, de fuerza desmesurada.
Su forma suele ser políticamente incorrecta, corrosiva, burlona. Provocar la risa centrándose en algo atroz deja al descubierto aquellas características del ser humano que nos horroriza admitir, como la crueldad, la indiferencia, el sadismo... Así que, por lo general, después de la risa se producirá, necesariamente, una reflexión.
En estos tiempos de información masiva, nos enteramos de todas las catástrofes, tragedias, dramas que suceden en el mundo, lo cual resulta tan abrumador que, sencillamente, levantamos un muro y nos aislamos del sufrimiento insoportable que todo eso nos puede ocasionar. El humor negro resulta especialmente eficaz para atravesar ese muro y llegar a tocarnos la fibra sensible.
Dice Antonio Tabucci: el humor negro es una forma tangencial, burlona, de enfrentar el miedo, es como reinventar el revés de una situación desesperada, una manera de subvertir la realidad.
Veamos algunos ejemplos:
Thomas De Quincey, en "Del asesinato considerado como una de las Bellas Artes":
"Si uno empieza por permitirse un asesinato, pronto no le da importancia a robar, del robo pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente. Una vez que empieza uno a deslizarse cuesta abajo ya no sabe dónde podrá detenerse. La ruina de muchos comenzó con un pequeño asesinato al que no dieron importancia en su momento".
Jonathan Swift, escribió "Una modesta proposición para evitar que los hijos de los pobres de Irlanda sean una carga para sus padres o su país, y para hacerlos útiles al público":
"Me ha asegurado un joven americano muy entendido que conozco en Londres, que un tierno niño saludable y bien criado constituye, al año de edad, el alimento más delicioso, nutritivo y sano, ya sea estofado, asado, al horno o hervido; y yo no dudo que servirá igualmente en un fricasé o en un guisado".
Sigmund Freud, en su libro "El chiste y su relación con lo inconsciente", cuenta la siguiente historia:
"«¿Qué día es hoy?» pregunta un condenado a muerte a quien conducen a la horca. «Lunes». «¡Vaya; buen principio de semana!»"
En EEUU se produjeron varios sucesos relacionados con chicos que llevaban armas al colegio y disparaban contra sus compañeros. En la prensa se publicó el siguiente chiste: Familia americana desayunando sus cereales. Entra su hijo, armado hasta los dientes. "¿Dónde vas, hijo?", pregunta la madre, alarmada. "Me voy voluntario a la guerra de Yugoslavia", responde el chico. "Qué susto", suspira la madre, "creí que te ibas al instituto".
Y termino con una viñeta gráfica.
5 comentarios:
Muy bueno!
Recién aterrizada, te leo...pero no me da el tiempo para desarrollar mi comentario (perdón).
Ya lo haré
El humor negro, en mi opinión, es un mecanismo de supervivencia, de enfrentarnos a aquello que nos provoca temor: la muerte, la enfermedad, la soledad ...
Ese distanciamiento hacia lo que tememos nos ayuda a enfrentarnos a ello y, además, crea unos vínculos con los demás.
Creo que es sano, porque nos hace reirnos también de nosotros mismos, aunque lo normal es que el objeto de nuestra sonrisa sea más bien la desgracia de otro. Pero de alguna manera sabemos que también es nuestra desgracia. No estamos a salvo.
Hola Laura, me alegra que llegaras bien.
Alicia, totalmente de acuerdo con lo que dices. El humor negro nos ayuda a afrontar lo que tememos, los tabúes y lo que nos horroriza. Es un arma.
Un saludo.
De dónde tomaste la cita de Tabucchi? si se puede saber.
Si no recuerdo mal la saqué de una entrevista que publicaron en un dominical, pero no anoté la referencia, lo siento. No obstante, lo buscaré. Saludos.
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