lunes, mayo 12, 2014

José Eduardo Tornay - Cuestionario básico


1.¿Por qué escribes?

Estamos construyendo, sobre el mundo natural, un mundo paralelo cada vez más complejo que, si no lo fastidiamos, acabará posibilitando transcender nuestras limitaciones físicas, temporales. Lo hemos hecho intercambiando discursos, gracias a las palabras. Hace mucho tiempo concluí que las palabras nos constituyen, que son nuestra esencia.  Para relacionarme con ese mundo simbólico, el único que habito, necesito los relatos, no me basta la información. Crecí pegado a las faldas de mujeres fabulosas contadoras de historias y decidí emularlas, poniendo por escrito mis propios relatos. Ahora eso se ha convertido en una forma de afirmación personal.

2.-¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Me gusta escribir por la mañana, sin obligaciones pendientes, con música de fondo, sin interrupciones. Esas condiciones raramente se dan, por no decir nunca. En cambio, puedo escribir en cualquier circunstancia, muy particularmente viendo la tele, programas infantiles, de cotilleo o de miserias humanas de sobremesa, que es ya lo último.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Me atrae mucho el tema de la expulsión, que no sé si agotaron John Cheever y John Updike. Me interesaba el doble, pero ha sido ya tan desarrollado, por Borges o por Justo Navarro, que me conformé con la copia y el simulacro (pero también lo han explorado Houellebeq o Juan Francisco Ferré). También, las realidades paralelas y un toque de humor, como en Stanislaw Lem y George Saunders -o en Hipólito G. Navarro-, la vida rodeada de acomodamiento y trivialidad, sabiendo que es mentira y la convención nos exige disimular, como en Truman Capote, Vladimir Nabokov y Juan José Millás. Si el mundo-pastiche es un punto de partida, la desconfianza tiene que ser el instrumento para abordarlo (pero ya Don Delillo, William Gaddis o Belén Gopegui la han llevado hasta el extremo).
Un poco de pureza por fin, saber que es posible la luz entre tantos focos turbios.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

La originalidad es el único camino. Como decía Roberto Arlt, no tendría dificultad en citar a numerosa gente que escribe bien y a quienes únicamente leen correctos miembros de sus familias.
No sé si para enfrentarme a mis debilidades me digo siempre que nadie escribe como yo y, sobre todo, que nadie puede escribir el libro que yo escriba -una obviedad-.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Lo ideal sería tener un punto de partida y otro de llegada claros antes de empezar e ir buscando un sendero. Lo más habitual, en cambio, es tener un par de imágenes que se echan a rodar por una pendiente y nadie sabe si quedarán atrapadas en una oquedad o recorrerán largas distancias.

6.¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

No, de cabecera no. Los tuve en mi juventud, pensé que siempre me acompañarían, pero a día de hoy veo bastante claro que no volveré a leerlos. Me han interesado mucho un centenar de autores, lo sé porque unos libros suyos me han llevado a otros.
De todos modos, la mayoría de los escritores interesantes que nos llegan acabaron y acaban convertidos en profesionales de la escritura: desarrollan su obra, cultivan su estilo, crean mundos coherentes. Eso es una virtud, pero tiene sus desventajas, pierden la frescura con el tiempo. Hay, en cambio, miles de escritores de los que no tenemos noticia, porque no publicaron buena parte de sus libros, o porque no los acabaron, y que, en cambio, tuvieron la fortuna de no desviarse de sus proyectos, aunque tampoco los concluyeran. A algunos de estos llegamos, como un sediento que saca agua con un cubo de un pozo cuyo fondo no se ve: Fernando Pessoa, Franz Kafka, Miguel Espinosa, Juan Luís Romero Peche, al que pocos han leído.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Desde que se publicó “Los dueños del ritmo”, salvo algunos relatos y artículos de crítica o de opinión que han salido en publicaciones y libros colectivos he tenido un parón. No ha sido un parón experiencial, porque he tenido que vivir situaciones muy intensas, de todo tipo, casi todas al final ambientadas en hospitales.

De todos modos sigo acumulando relatos para un próximo libro y hay algunos otros asuntos. Cada día que pasa queda un día menos para su publicación, eso es seguro. 


José Eduardo Tornay nació en Algeciras, en 1968. Sus primeros textos aparecieron en prensa, a sus 17 años. Al terminar sus estudios universitarios empezó a publicar relatos, entrevistas y artículos de opinión en periódicos y revistas (Sin Embargo, Zut, Eñe, Almoraima, El rapto de Europa, El Toro Celeste,..).
Ha publicado los libros A la sombra de los bloques (FMC), Los observatorios (Eda) y Los dueños del ritmo (La Fábrica).
Ha participado en los libros colectivos Café Negro (FPC), Ficción Sur, antología de relatistas andaluces (Traspiés), Atmósferas (Muchocuento),  La familia del aire (Páginas de Espuma) y SeXupone (Cultura Levadura).

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