1.- ¿Por qué escribes?
No tengo una relación mágica con
la escritura, que nadie espere oírme decir que lo necesito, que no puedo vivir
sin escribir o que siento que una fuerza me obliga. Escribo porque me gusta,
porque no se me da mal y porque es mi trabajo, un trabajo casi siempre
agradable. No me siento superior por escribir, no creo que hacerlo tenga una
trascendencia especial.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Como ya he dicho, escribir es mi
trabajo. Escribo novelas, guiones, artículos y todo lo que sea necesario y,
como un oficio que es, lo hago en horario de oficina, con costumbres de oficina
y con la fecha de entrega siempre presente. Cuando era más joven, pensaba que
la escritura era un trabajo nocturno y bohemio; la experiencia y los años me
han demostrado que las mejores horas, en mi caso, son las primeras de la
mañana, casi de madrugada, y que no hay nada de bohemio, que no existen las
musas, o al menos a mí no me visitan. Todo es trabajo duro.
No tengo supersticiones o
necesidades especiales: una silla cómoda, silencio —nada de música mientras
escribo—, buena luz, un par de diccionarios a mi alcance y no demasiado caos
sobre la mesa. Me gustaría tener el mar del otro lado de la ventana, pero vivo
en Madrid, así que no lo tengo y tampoco me supone una dificultad insoslayable
a la hora de sentarme a trabajar.
A veces, sobre todo durante el
periodo de la documentación, me gusta acudir a la Biblioteca Nacional y pasar
las mañanas consultando libros.
Siempre lo hago en un teclado,
eso sí. Creo que no sería capaz de escribir una novela a mano.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
En guiones escribo lo que me
mandan, en novelas tengo más libertad. Creo que, sin haber sido consciente, sí
hay algo que une temáticamente todo lo que escribo: el mundo en crisis. No como
un concepto global, no hablo de la crisis económica, política o nuclear. Es
sólo la reacción del individuo a un entorno que no funciona: la emigración, el
anarquismo, la guerra…
Me gusta mucho el siglo XX.
Tampoco es algo que haya pensado previamente; es al mirar atrás, con dos
novelas ya publicadas, una a punto de salir en pocas semanas y alguna más en el
cajón, cuando me doy cuenta de que todas se desarrollan en ese siglo. He descubierto
que mi parte favorita del trabajo es documentarme y los del siglo XX son años
apasionantes, en los que el mundo avanza cada día y se enfrentan una y otra vez
lo que estaba con lo que viene. Es una vez más el tema de la crisis: un mundo
se acaba y otro no termina de nacer…
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
No aburrir a los lectores. Creo
que fue el mejor consejo que me dieron cuando empecé en el mundo de los guiones.
Lo tengo siempre presente, también en las novelas, haría camisetas con ese
lema: prohibido aburrir.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Me dejo llevar durante la
planificación… Soy bastante estricto con el desarrollo de la historia una vez
que empiezo a redactar la novela. Sé cuáles serán los puntos importantes y los
respeto; en lo que me permito más libertades es en los detalles. Lo explico: sé
que el chico va a conocer a la chica y en qué momento eso va a suceder, me dejo
llevar más en las circunstancias, si será en un bar, en una fiesta o corriendo
por el parque…
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Son muchos los autores a los que
admiro y a los que intento emular de alguna manera: Vargas Llosa, Eça de
Queiroz, Cela, toda la lista de grandes novelistas judíos americanos como
Bellow, Malamud y Roth…
Como cualquiera, era más
permeable a las influencias en mis años jóvenes. Mi primera novela, que nunca
se me ha ocurrido publicar, casi ni enseñar mas que a algunos amigos, era una
copia descarada de Bret Easton Ellis, uno de mis favoritos de entonces. Supongo
que, si estuviera empezando, intentaría hacer lo mismo con Martin Amis, Jeffrey
Eugenides o Richard Ford. Ahora no los copio, me limito a disfrutarlos y
aprender de ellos.
Entre los españoles actuales me
gustan Martínez de Pisón, Chirbes, Orejudo… También muchos autores jóvenes.
Creo que viene una buena época para la novela en castellano.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Tengo una novela a punto, de
hecho contesto este cuestionario en un parón de la lectura de las galeradas,
“Cartas a Palacio”. Se publicará en primavera en Plaza & Janés y está
ambientada en los años de la primera guerra mundial. Narra un hecho real poco
conocido, la creación de la Oficina Pro-Cautivos, un intento de la corona
española de ayudar a los prisioneros y los desplazados por la contienda;
probablemente la primera tentativa de ayuda humanitaria de la historia propiciada
por un estado.
Es una novela ambiciosa, quizá la
más compleja de todas las que he escrito. Lo que aseguro es que, siguiendo mis
principios, no aburrirá a nadie. Al menos es lo que intento.
JORGE DÍAZ. (Alicante, 1962). Novelista y guionista de televisión.
Ha participado en series como El don de
Alba y Hospital Central, con la
que ha conquistado los premios más importantes de la profesión.
Ha publicado dos novelas, Los números del elefante (Ed. Planeta) y
La justicia de los Errantes (Plaza
& Janés). Su tercera novela, Cartas a
Palacio, también en Plaza & Janés tiene previsto
su lanzamiento para el próximo mes de marzo.
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