lunes, octubre 03, 2016

HFS - Antonio Muñoz Molina y Andrés Trapiello


Moderados por Ignacio Garmendia, Antonio Muñoz Molina y Andrés Trapiello charlaron sobre El Quijote.
En el extranjero, El Quijote se lee traducido a un lenguaje contemporáneo, algo que los españoles no teníamos oportunidad de hacer. Siempre habíamos tenido que leer esta obra en el español de la época de Cervantes. Así que se le ocurrió a Trapiello realizar una adaptación de la obra a un español más actual, algo que le ha supuesto un trabajo inmenso y muchos quebraderos de cabeza. 


La tradición de la novela viene de Cervantes y de El Lazarillo. D. Quijote de la Mancha es un libro misterioso en el que todo tiene trasfondo. Es un libro alegre, con mucho humor. Habla de lo que le da la gana, con total libertad. Todo lo integra en el libro. Cervantes nos dice que en una novela cabe todo, sin restricciones. hay ensayo, lírica, poesía, picaresca… Muñoz Molina dice que probablemente las dos novelas cortas que se encuentran intercaladas en la novela, El curioso impertinente y El capitán cautivo, fueran añadidas después de terminado el libro. "Quizá su editor le dijo que quedaba un poco corto y a él se le ocurrió meter las dos historias para engordar el libro".


Una de las influencias más importantes de Cervantes es, sin duda, Mateo Alemán y su Guzmán de Alfarache. Pero Mateo Alemán está empeñado en reflejar que el mundo es un lugar espantoso, y está todo el rato predicando. Es un nihilista, y como todo nihilista es, en el fondo, tremendamente cínico, ya que si todo es tan horrible, para qué contarlo.
Cervantes no hace nada de eso. Cervantes da libertad a sus personajes, les deja actuar y expresarse sin intervenir para aclarar lo que está sucediendo. Lo importante es la actitud ante la realidad.


Una de las cosas más importantes de El Quijote es que, por primera vez, una novela refleja la realidad. No hay mitos ni leyendas, sino tan sólo un viaje en el que se va produciendo un cambio. D. Quijote parece estar cada vez más cuerdo y Sancho, sin embargo, cada vez más loco. A veces es Sancho quien anima a D. Quijote a embarcarse en alguna insensatez.
En la segunda parte, se hacen referencias a las opiniones que generó la primera, y se habla también del falso Quijote, refiriéndose al libro de Avellaneda. Se encuentran muchos juegos en los que la realidad y la ficción se cruzan con naturalidad. Cervantes transforma la crónica en literatura.



Deciden entonces leer unos párrafos de El Quijote, pues no hay nada mejor, en un acto sobre este libro, que escuchar las palabras del propio autor que, por cierto, arrancaron varias risas al público.
Cuando terminó el acto eran las 14:30, así que me dirigí a donde tenía aparcado el coche. La denuncia por no haber renovado el ticket estaba pisada con el limpiaparabrisas. La anulé y me marché a comer.
En Segovia suelo comer en El Hidalgo, el restaurante del hotel Condes de Castilla. Tienen menús de diferentes precios y se come bien.



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