El Premio Nobel de Literatura de este año ha
sido para Bob Dylan.
No para el cantante Bob Dylan, sino para el
poeta Bob Dylan, aunque sin su música dudo que nadie conociera la poesía de sus
letras.
Después del momento de sorpresa vienen las
reacciones. Primero incredulidad, luego aceptación y, por último, alegría en unos
casos e indignación en otros. Hay todo tipo de reacciones. Y discrepar con
alguno de los bandos supone entablar una discusión que, en muchos casos, puede
llegar a ser acalorada. He leído en redes sociales comentarios que empiezan
insultando a los que defienden alguna de las posturas. Los que están a favor
califican a los otros de casposos, de defensores de una idea rígida y
mastodóntica de la cultura; los que están en contra llaman analfabetos a los
primeros. En fin.
Parece que cuestionar que el Premio Nobel de
Literatura sea lo más acertado para reconocer la importancia y genialidad de Bob
Dylan significa ser inculto o elitista o purista o directamente ignorante. Pero
yo creo que a la literatura también le viene bien un poco de rebeldía contra
las sacrosantas instituciones que nos dicen qué es lo que debemos valorar en
cada momento. Creo que defender la individualidad, el criterio personal, con respeto
y razonamiento, es defender la literatura, tal como yo la concibo, al menos.
Diré que soy fan de Bob Dylan, desde siempre.
Una de las pocas veces que he ido a un concierto ha sido para verle a él. Y
estoy de acuerdo en que es un poeta excelente.
¿Pero Premio Nobel de Literatura? ¿Por delante
de los nombres que más sonaban como candidatos o incluso de otros que no
aparecían en estas listas pero eran igualmente meritorios? Pues la verdad es
que no me parece acertado. Y con esto no me estoy rasgando las vestiduras ni
mucho menos, ni me juego la vida, ni pierdo horas de sueño, ni nada de nada,
que conste. Estoy bien, sólo estoy dando una opinión.
Si el premio literario tiene alguna utilidad es
la de distinguir la obra de escritores que de ese modo alcanzan el
reconocimiento a nivel mundial, y esto beneficia a las librerías, las ayuda a
vender libros, algo que difícilmente podrán hacer en este caso. Me parece que hay otras formas de premiar la figura de Bob
Dylan, y de hecho ya ha recibido infinidad de reconocimientos. No habrá mucha
gente en el mundo que no lo conozca. Pienso que hay otros escritores, poetas,
ensayistas, novelistas, cuentistas, filósofos, que, al menos en mi opinión, se
ajustarían más a lo que creo que debe significar el Premio Nobel de Literatura, pero empiezo a pensar que el problema es mío: debo tener un
concepto de este galardón demasiado elevado.
Si de lo que se trata es de popularizar la
cultura, rebelarse contra lo canónico, y todas esas explicaciones (cogidas un
poco por los pelos) que se están dando, me gustaría saber qué pasaría si se lo
hubieran dado a alguien como Stephen King, por ejemplo. Un autor que escribe
literatura, que tiene una obra extensa, que ha conmovido (más bien
aterrorizado) a mucha gente y, además, ha influido en más escritores de los que
son capaces de admitirlo. Supongo que muchos se estarían rasgando las
vestiduras. No todo vale con tal de defender la literatura y que se hable de
ella.
Tal vez se trata de incluir a la música, por su
influencia, dentro del apartado de la poesía, en la categoría de literatura,
algo que también ocurrirá con el cómic y con el cine. Porque también el cine es
literatura. Entonces, ¿Merecería un buen guión de cine el Nobel de
Literatura? Pues miren, yo creo que no. Exactamente lo mismo que pienso
respecto a Dylan. Es mi opinión. Como también me chirrían otros nombres entre
los que han obtenido el galardón.
Quizá ha llegado el momento de que se creen otros premios
Nobel que incluyan la música, los cómics, el cine, la pintura, los videojuegos
(¿para cuándo un Premio Nobel de Literatura para el creador de un videojuego?),
etc. Y que no sea la literatura un cajón de sastre. Sí, todo es literatura al
fin y al cabo, ya lo sé, pero sabemos de qué estamos hablando al hablar de
literatura, al menos tal como se ha ido explicando en los libros de texto y tal
como ha sido reconocida por este premio a lo largo de la historia, en el que,
al margen de algunos casos, encontramos nombres indiscutibles como Faulkner, Beckett,
Hemingway, Sartre, Heinrich Böll, Albert Camus, García Márquez, Wole Soyinka, Cela,
Toni Morrison, Kenzaburo Oé, Wislawa Szymborska, José Saramago, Doris Lessing,
Herta Müller, Mario Vargas Llosa, Alice Munro, Patrick Modiano...
Yo, insisto, no tengo problema en admitir que
Bob Dylan es un buen poeta, como Patti Smith o Leonard Cohen (éste además
lorquiano), pero hablamos del Premio Nobel de Literatura, del Premio Nobel de
Literatura. Entre los posibles candidatos que sonaban para
este año estaban Philip Roth, Ismail Kadare, Joyce Carol Oates, Peter Handke,
Amos Oz, Ko Un, John Banville, Antonio Lobo Antunes, Juan Marsé, Javier Marias
o Claudio Magris, por citar algunos.
Siempre se ha lamentado que fundamentales
escritores como Proust, Nabokov, Borges, Cortázar, Tolstoi, Zola o Benito Pérez
Galdós, por nombrar unos pocos, no lo hubieran recibido.
En fin, es todo lo que quería decir.
No obstante, tanto con este Nobel como sin
él, está claro que Bob Dylan es y será una de las figuras claves del siglo XX.
Así que les dejo con dos videos:
"The times they are a-changing",
una de mis canciones favoritas, en la que dice Vamos, escritores y críticos/ que profetizáis con vuestras plumas/ mantened
los ojos abiertos/ la oportunidad no se repetirá./Y no habléis demasiado pronto,/ porque la ruleta todavía está girando./ Y nadie puede puede decír quien es el designado./ Porque el ahora perdedor,/ será el que gane después./ Porque los tiempos están cambiando.
Parece que ya en los años sesenta se olía
algo.
Y "Things have changed", una canción que no conocía pero cuyo título combina muy bien con el anterior.
2 comentarios:
Totalmente de acuerdo.
Pienso igual que tú, aunque no habría sabido expresarlo con palabras tan claramente.
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