viernes, febrero 01, 2013

Medardo Fraile - Cuestionario básico



1.- ¿Por qué escribes?

Habrá que preguntárselo al Altísimo.
No quiero extenderme pero, a los 8 años había leído ya El Criticón, de Gracián y algunos poemas de Antonio Machado (que, a los 10 años, fue mi profesor de Francés en primero de bachillerato). Un día escribí un poemilla sobre un pájaro “precioso” (los pájaros me han interesado toda la vida, hasta hoy mismo, y ellos bien lo saben cada mañana). Y en el colegio, le conté al maestro en verso lo que había hecho en unas vacaciones, que había que escribir en prosa. He escrito siempre y, a los 17 años, publicaba ya –y cobraba- las colaboraciones que me pedían en una revista.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Prefiero escribir por la tarde, en paz y con tiempo de sobra. En la mesa tiene que haber papeles y libros rodeándome; si en la mesa hubiera solo papel para escribir y un bolígrafo, me sentiría perdido. A mi derecha, hay siempre más de 30 bolígrafos negros y azules, pero también verdes y rojos, esperando su hora, y escribo siempre a mano en mitades de A4. Corrijo escribiendo, luego lo paso al ordenador y lo corrijo de nuevo, vuelvo a pasarlo al ordenador ya corregido y lo corrijo otra vez (cada vez menos), hasta que me parece incorregible.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Todo lo que nos concierne en la Tierra a los humanos. Lo extraterrestre, me suele importar poco y, en general, me aburre.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No dejar ni una palabra que no te convenza, aunque buscar otra te quite el sueño. Recordar que lo que tú escribes va a ir firmado con tu nombre.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Básicamente sé lo que voy a escribir pero, al escribirlo, no tengo ningún inconveniente en que la historia me guíe la mano, siempre que no se empeñe en divagar o contarme otra cosa.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Mis libros de cabecera ahora son los que voy leyendo de momento: la formidable biografía de Jerusalén, de Simon Sebag Montefiore, Rubicón, de Tom Holland, y un estupendo libro de Enrique Lafuente Ferrari, De Trajano a Picasso, editado en 1962.


7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Los libros que he publicado este año son A media página y la reedición de mi única novela, Laberinto de fortuna, y lo último que he escrito (lo terminé ayer) es un cuento titulado Sycamore Gardens, que formará parte de un nuevo libro de relatos, muy avanzado ya.





Medardo Fraile (Madrid, 1925)  pertenece al grupo de escritores denominado Generación del Medio Siglo, que incluye otros nombres esenciales de las letras hispanas del último siglo (Aldecoa, Martín Gaite, Matute, Sánchez Ferlosio...). Además de colaborar en infinidad de diarios y revistas, dentro y fuera de España, desde 1954 ha publicado cerca de cuarenta libros de diversos géneros, sobre todo de relatos, como Cuentos con algún amor (1954), A la luz cambian las cosas (1959), Cuentos de verdad (1964), Descubridor de nada y otros cuentos (1970), Ejemplario (1979), Contrasombras (1998), Los ladrones del paraíso (1999), Años de aprendizaje (2001), y Antes del futuro imperfecto (2010). También ha escrito teatro, fue autor y fundador de Arte Nuevo, primer teatro de ensayo de la posguerra. Su obra El hermano ha sido representada, radiada, televisada y publicada varias veces. En 2009 aparecieron sus memorias, tituladas El cuento de siempre acabar (Pre-Textos, 2009).  Su novela Autobiografía (1986) acaba de ser reeditada con el titulo Laberinto de fortuna (Menoscuarto, 2012). Es autor de estudios literarios, ensayo y artículos periodísticos, recogidos en libros como Samuel Ros (1904-1945): hacia una generación sin crítica (1972), La penúltima Inglaterra (1973), Entre paréntesis (1988), La familia irreal inglesa (1993), Documento Nacional (1997), La letra con sangre: estudios literarios (2001), Entradas de cine (2008) y A media página (2012). Ha merecido importantes galardones, entre los que sobresale el Premio Nacional de la Crítica (1964) pero también ha sido Premio Sésamo (1956), Premio de La Estafeta Literaria (1970) y Hucha de Oro (1971). Entre los muchos reconocimientos que ha recibido, ha sido condecorado en varias ocasiones, la última con la Encomienda de Número de la Real Orden de Isabel la Católica.
Ochenta cuentos suyos han aparecido en antologías propias o colectivas en dieciocho países de Europa, Asia, África, Estados Unidos e Hispanoamérica. La más completa edición de sus cuentos completos se publicó con el título Escritura y verdad (Páginas de espuma, 2004), en edición de Ángel Zapata. Vive en Escocia y es catedrático emérito de la Universidad de Strathclyde (Glasgow). 

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Miguel. Admiro a Medardo, me gusta leerle y aprender con él.

Un beso

Elysa dijo...

Como te he dicho por FB estoy leyendo ahora Cuentos de verdad de Catedra y opino como Elena se aprende a leerlos.


Besitos

Raúl dijo...

Palabras del maestro.

Pd.- Es la foto que le hiciste el día que lo saludamos en la Feria, ¿verdad?

Carolina Molina dijo...

Medardo es una persona muy especial y un escritor que se ha ganado estar en nuestras bibliotecas para siempre.

Kina Fernández dijo...

Hace ya unos cuantos años tuve el privilegio de asistir al taller de relato que impartía junto a José Mª Merino en la Mdez. Pelayo de Santander. Lo vi lleno de humanidad y sabiduría de vida, con un humor bastante británico, como es lógico, y muy personal a la vez.

Ya me enteré de que, por fin, se había reeditado su novela, y me alegro por él porque era una espinita que tenía.

Loli Pérez dijo...

Miguel he topado con tu blog y es una maravilla poder leer estas entrevistas, tanto a los consagrados como a los que aún van abriéndose camino.
Veo que mi gran amiga Elysa ya te sigue.

Abrazos

Anónimo dijo...

Medardo era un gran cuentista. Uno de los grandes. Lo dijo Monterroso. Y además era un hombre bueno.

¡Medardo for ever!

Anónimo dijo...

Perdón, no he dicho mi nombre (soy la persona que ha puesto el texto anterior) Soy Inés Mendoza