1.- ¿Por qué escribes?
Porque no lo puedo evitar.
Porque, cuando era pequeña, en mi familia la escritura y en general las
actividades culturales conservaban ese prestigio que poco a poco van perdiendo
en una sociedad donde exhibir impúdicamente la propia ignorancia se considera
un valor. Porque es la mejor manera de comunicarme con los otros y de
intervenir, modestamente, en el espacio público. Porque veo muchas cosas que no
me gustan, otras que no entiendo, y yo escribo de lo que me duele, para tratar
de comprender, de aprender y de compartir con los demás.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
No tengo absolutamente ninguna.
Puedo escribir sin que haya un silencio absoluto. Me da igual la mañana que la tarde. A mano o con
ordenador. En casa o fuera de ella. Triste o alegre. Todos estos detalles me
dan lo mismo si tengo necesidad de contar algo, de expresar una idea o estoy
comprometida con un proyecto literario. Tal vez, la única condición
indispensable para la escritura, al menos en mi caso, sea la disciplina. La
continuidad y la línea del tiempo. El hábito de escribir en sí mismo.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
La perversidad de ciertas relaciones
afectivas, las palabras y conceptos que se rellenan con significados espurios
que nos hacen infelices, por ejemplo, el amor. Los tabúes. La inquietud social
y política. La posibilidad de que el ámbito íntimo sea una reproducción a
pequeña escala de las violencias sistémicas. La familia. Las mujeres.
El cuerpo. La conciencia del escritor respecto al conflicto que vive con su
propio campo literario. La fantasía de la propia libertad. Y el lenguaje, como
acción intrépida y constante asunto de una literatura cuya dimensión
metaliteraria no es explícita.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
La persistencia, la
perseverancia, el rigor, la humildad, la conciencia de que la escritura es un
oficio en el que nunca se deja de aprender, el respeto a los lectores. Y la
convicción de que cada historia ha de encontrar su propio lenguaje sin que el
supuesto estilo de un autor, entendido como marca, se imponga a las exigencias
de eso que se quiere contar y que, en el campo de la literatura, solo se puede
contar de una forma específica, porque la forma es también el contenido del
poema, la novela o el relato.
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Cuando escribo novela, me gusta
partir de una planificación sólida. Tener muy claro qué es lo que quiero contar
y desde qué mirada o miradas, voz o
voces lo voy a hacer. Sin embargo, a partir de ahí, pueden cambiar muchas cosas
porque la escritura es, para mí, un proceso de descubrimiento y lo que se va
aprendiendo mientras se escribe, lo que no se sabía de antemano, se proyecta en
la narración.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
No creo tener libros de cabecera,
nunca aprendo citas de memoria, soy literariamente poco fetichista y a veces no
sé escribir correctamente los apellidos de autores que me gustan mucho. Mis
preferencias literarias son muy convencionales y bastante heterogéneas: Homero,
Virgilio, El caballero Zifar, Tirant Lo Blanch, Cervantes, Sade, Choderlos de
Laclos, Monk Lewis, Barbey D´Aurevilly, Poe, Galdós, Gogol, Dostoievski, Zola,
las hermanas Brönte, Henry James, Zweig, Ford Madox Ford, Agatha Christie, Hammett,
Colette, Marguerite Duras, Nabokov, Max Frisch, Rulfo, Onetti, Levrero,
Patricia Highsmith, Kurt Vonnegut, Coetzee, las jarchas, Baudelaire, Emily
Dickinson, García Lorca, César Vallejo, Adrienne Rich… ¡Qué sé yo!
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
En mayo voy a publicar otra
novela con la
editorial Anagrama. No pertenece a la serie del detective
Arturo Zarco. Se titula Daniela Astor y
la caja negra y yo creo que es una indagación sobre cómo se vincula la
realidad con sus representaciones. Con sus bellas imágenes. Está ambientada en
la época de la Transición española y sus protagonistas son las actrices del
destape –Susana Estrada, Amparo Muñoz, Sandra Mozarowski, María José Cantudo,
etc.- y una niña, deslumbrada por este estereotipo femenino, que mantiene una
relación, a la vez violenta y amorosa, con su madre. Como casi todas las niñas.
8 comentarios:
Va a quedar una serie de lo más interesante, sí.
Interesante propuesta Miguel. Me gusta descubrir autores desconocidos para mi y va a ser una buena manera de hacerlo
Gracias por el regalo
D.
Perseverancia, rigor, humildad, aprendizaje permanente... No puedo estar más de acuerdo con Marta (a quien le deseó lo mejor para esa "Daniela Astor y la caja negra")
Empiezas muy bien, y con una buena escritora.
Creo que esta serie va a resultar muy interesante. Me ha gustado mucho el punto de vista de Marta.
Enhorabuena, Miguel.
Tomo nota de algunos títulos de Marta. Me ha gustado conocer como escribe.
Besitos
Excelente idea Miguel. Felicidades
Gracias por tu hospitalidad, Miguel. Un fuerte abrazo.
marta s.
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