Diez años de vida para un blog es
un tiempo más que respetable, más teniendo en cuenta que las redes sociales
tomaron el relevo hace tiempo. Terminó la era dorada de los blogs y muchos se
quedaron en suspenso, abandonados a su suerte. También a mí estuvo a punto de
ocurrirme lo mismo al ver que los amigos, los lectores, el entusiasmo, se iban
enfriando sin remedio. Ya en septiembre de 2012 dediqué una entrada a este
asunto titulada "¿Se
mueren los blogs?".
Esta aventura comenzó el 13 de
mayo de 2006 con un saludo a las 4 de la tarde. Unas horas después publique la
reseña del libro de Hanif Kureishi Mi
oído en su corazón. Por aquel entonces me escondía detrás de un
pseudónimo: Kafkaprocesado, al que añadí a modo de explicación "escritor
casi inédito", puesto que había publicado algún texto en revistas y libros
colectivos. También escribí sobre
el anonimato en su día. Pero el pseudónimo no parecía ocultarme del todo.
Me sorprendía (y me sigue sorprendiendo) que algunas personas sacaran
conclusiones sobre mí tan sólo por lo que iba publicando, conclusiones
acertadas, como si me conocieran personalmente. Incluso convertían mi
pseudónimo (serio e imponente, pensaba yo) en un diminutivo cariñoso e
inofensivo: Kafkapro.
Comenté libros como La
soledad del corredor de fondo, Los
girasoles ciegos, Impostores,
El
hombre en busca de sentido, La
maleta, El
año del pensamiento mágico, El lector
o Johnny cogió su fusil, entre otros
muchos. Y películas como Olvídate
de mí, En
la habitación, Lejos
del cielo, Caché, Tiburón,
Taxi
driver… Hable sobre autores que me interesaban, como Kjell
Askildsen, Ken Kesey,
Medardo
Fraile, John
Varley, Lovecraft,
Salinger,
Kafka,
etc. También dudas, reflexiones, sobre el oficio, la necesidad, de escribir y
de leer: El
escritor y su familia, Lecturas,
Adicción,
Adicción
2, sobre las Novelas
de quiosco, la
fugacidad de las cosas, sobre publicar
tarde, Vida
o literatura, escritores
premonitorios, sobre la
ironía o el humor
negro, la
crítica en los blogs, los
talleres literarios, sobre el premio
pulitzer de fotografía de 1994, el
hombre de hielo o sobre Lenny
Bruce. Escribí sobre temas de actualidad, sobre alguna opinión que me
pareció poco acertada respecto
al fenómeno de los blogs, sobre tantas cosas.
También escribí sobre el
reencuentro con un tío mío que estuvo desaparecido treinta y dos años.
Me lancé a publicar algunos de
mis relatos, como Remordimiento
o Una
manía, e incluso algún intento de poema.
Echo la vista atrás y siento cierta
nostalgia de esos días.
A los dos meses de iniciado el
blog ya sentí la necesidad de dedicar una entrada a todos esos nuevos amigos
con los que intercambiaba visitas y opiniones, amigos que sentía cercanos
aunque no los hubiera visto nunca. Amigos
que merecieron otra entrada unos años más tarde, constatando que el fenómeno de
los blogs seguía vigente y con fuerza.
A finales de agosto, poco más de
tres meses después de iniciada esta aventura, decidí que había llegado el
momento de deshacerme del pseudónimo y firmar con mi nombre. El post titulado kafkaprocesado
fue un streaptease en toda regla.
Ese mismo año, 2006, falleció mi
madre. Escribí un pequeño texto que titulé Creer
en algo, y que sigue siendo una de las entradas con más visitas, lo que
evidencia que los seres humanos seguimos buscando el consuelo de algo que nos
explique, que nos dé un sentido.
Casi desde un primer momento, de
un modo más o menos instintivo, publiqué en el blog unas entradas que se han
convertido en algo así como secciones fijas sobre determinados acontecimientos:
La
Feria del Libro de Madrid, El
Hay Festival de Segovia, el Festival
Eñe y la fiesta de Las Fallas.
Son entradas en las que ha ganado protagonismo el reportaje fotográfico, ya que
desde un principio me ha impactado la posibilidad de este espacio para abrir
una ventana a la que puede asomarse gente desde el otro lado del mundo.
También aquí he ido dejando
constancia de la publicación de mis libros, con la correspondiente euforia y la
crónica de las presentaciones de cada uno de ellos. Tres libros de relatos: Anónimos
(Traspiés, 2009 – Col. Vagamundos), Los
pequeños placeres (Paréntesis, 2011) y Gente
que nunca existió (E.d.a.
libros, 2012). Y la novela Parece
que cicatriza (Talentura, 2014), de la que estoy especialmente
satisfecho, pues en ella hablo de la lucha por un sueño, del fracaso, de la
rutina, y de muchas otras cosas.
Este blog, "Cierta
distancia", toma su nombre de un artículo que escribí en su día para la
revista Clarín y que, junto a otros artículos, conforman un libro inédito
titulado del mismo modo. El blog es lo más próximo que nunca he estado a llevar
un diario, es mi cuaderno de notas, mi proyecto más personal, probablemente.
Este blog, como tal, apareció dos
veces en la prensa: una en la revista
Quimera, en el número 289 (diciembre de 2007) y otra en El
cultural del periódico El Mundo (enero 2014), en esta segunda ocasión con
motivo de los cuestionarios literarios que voy planteando a distintos
escritores, un proyecto que inicié con timidez en enero de 2013, sin tener muy
claro hasta dónde llegaría, y que pronto alcanzará la cantidad de 300
cuestionarios publicados. 300, cuando tenía mis dudas sobre si sería capaz de
llegar a 100.
Lo cierto es que los
cuestionarios han mantenido vivo este espacio. Ha sido una forma de seguir
adelante, abriendo ahora el tema literario, que ha sido siempre sobre el que ha
girado el contenido de este proyecto, a otras voces, a escritores que se
enfrentan a la literatura desde posiciones distintas, muy distintas a veces.
Desde un principio quise que aquí tuviera cabida todo tipo de autores, tanto
conocidos como desconocidos, editados en importantes editoriales o
autopublicados, novelas literarias o de evasión, hombres y mujeres, españoles o
hispanoamericanos, cuanto más puntos de vista y más heterogéneos mejor.
Debo confesar que estoy muy
satisfecho con el resultado. Visto en conjunto, se trata de un auténtico manual
sobre el hecho de escribir, con útiles consejos, curiosos rituales y profundas
reflexiones. Y una forma de descubrir a gente muy interesante.
No sé si podré mantener el ritmo,
pero desde luego no tengo intención de detenerme.
Aunque sienta deseos de tirar la
toalla, momentos de desánimo, aunque a veces tenga el impulso de cerrar todas
las ventanas virtuales y encerrarme en mi rincón, rodeado de mis libros,
consolado por mis escritos, quiero seguir adelante, necesito seguir adelante.
Gracias a todos los que pasáis
por aquí.
7 comentarios:
¡Felicidades, amigo! Es cierto que nuevas tendencias han hecho envejecer el mundo de los blogs. Esas tendencias son más rápidas, más insulsas donde ya no hay que escribir, es decir, elaborar un texto. Basta con poner una fotografía cuando te estás comiendo unas porras con chocolate y en un segundo todo el mundo le está dando a esa imagen de una mano con el pulgar alzado. Los wasaps (me parece que se escribe así), son inmediatos, contundentes. Otros viejos amigos abandonaron sus blogs como barcos a la deriva y todavía siguen allí, en el ancho mar de los Sargazos que es la red. Algunos no dicen nada y simplemente se van; otros se excusan por falta de tiempo, cansancio o, lo más coherente, por haberse dado cuenta que matarse para escribir en un blog es de lo más absurdo porque no te conduce a nada. Blogs buenísimos sin un solo comentario en toda su existencia. Blogs pésimos, ridículos, con más de cien comentarios al día. El comentario, ¿es necesario? Pues claro, sirve para "compartir", para animar, para relacionarse culturalmente, cosa que no se da en nuestra vida cotidiana. ¿Cómo le vas a ir a tu jefe hablando de Faulkner? También para conocerse en persona. Pero voy a un asunto importante, amigo Miguel. También nosotros somos un poco responsables. ¡Yo me cuento como el primero! Ya no nos comentamos los que seguimos todavía en este extraño mundo digital, además de conocernos durante tanto y tanto tiempo, los unos y los otros, ¿por qué? A veces se escribe un post aludiendo el malestar que pueda estar pasando el autor de dicho espacio y nadie acude en su ayuda. Ayuda: un pequeño comentario dando ánimos, no sé. Los que escribimos todavía por aquí nos sentimos un poco como náufragos en una isla rodeada de una inmensa desidia provocada por nosotros mismos. Esto, creo, que es lo que acabará con el mundo de los blogs de una manera definitiva. Al fin y al cabo, volveremos a nuestro lugar de origen: a nuestro estudio rodeado de libros y de soledad y al maravilloso sonido del teclear de la máquina electrónica. No está nada mal, la verdad.
Un fuerte abrazo.
Pues espero que sigas aquí. A mí me gustan los blogs y parece que van quedando los de personas a las que le gusta extenderse en la palabra y no en el hola y adios de las redes.
El mío es un cajón de sastre y un homenaje a mi madre que fue modista. Me gusta visitarte, ver qué opinan otros sobre el hecho de escribir, comparar sus opiniones, etc.
Enhorabuena y gracias.
Mis felicitaciones por una trayectoria tan larga y redonda. Soy un asiduo de tu blog, me ha proporcionado lecturas muy agradables. Si algo me parece destacable en tus críticas es tu forma sosegada de ver las cosas. Has construido un espacio donde aprender en calma. Sigue en la brecha todo el tiempo que puedas porque estás haciendo literatura. Muchos ánimos.
Enhorabuena. Añoro la época dorada de los blogs y admiro y agradezco el esfuerzo de los que sobreviven a pesar de FB y Twitter. He usado este blog como referencia en muchas ocasiones. La sección de entrevistas, especialmente la pregunta "¿Por qué escribes?"
Amigo Francisco, tienes razón, todos somos un poco responsables de lo que ocurre con los blogs. Los comentarios no sé si son necesarios, ni si son la medida de la supervivencia o no del medio. Como medio de comunicación el blog ha sido sustituido por las redes sociales. Yo creo que sobrevive si ofrece algo diferente, algo a mitad de camino entre la inmediatez de la red social y la reflexión de una publicación, por ejemplo. Gracias a los blogs nos hemos conocido, incluso personalmente, pero creo que la naturaleza del blog es más divulgativa que de relación. El tuyo se está convirtiendo en un completo catálogo cinematográfico especialmente, y también literario. Puedes estar más que satisfecho del trabajo realizado, y eso es al final lo importante, supongo. Un fuerte abrazo, amigo.
Isabel, muchas gracias. Mantener un blog es un trabajo duro, así que mi enhorabuena también a ti por seguir en la brecha.
Pedro, Elf, muchas gracias por vuestras palabras.
Es cierto que el Blog no pasa por su mejor momento. Pero creo que es un formato que hay que mantener. Su contenido es menos perecedero que cualquier publicación en las Redes, donde la información se solapa una con otra. Démosle otra oportunidad, otra edad dorada, ojalá.
Un saludo.
Gracias por la larga travesía, Miguel. Y por el análisis de lo que somos, tanto escritores como lectores. Merece la pena seguirte. Un gran abrazo,
Gonzalo
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