jueves, mayo 19, 2016

Eloy M. Cebrián - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Yo creo que dentro de cada buen lector hay un escritor en potencia. Yo soy lector desde muy pequeño, y siempre sentí el deseo de pasar algún día “a la acción” (un escritor norteamericano, buen amigo mío, llama a esta sensación “the itch”, es decir, “el picor” o “el cosquilleo”). En cierto momento de mi vida, cuando rondaba los 30 años, encontré que disponía de tiempo para intentarlo. Tuve la suerte de publicar mi primera novela, y una vez se ha saboreado lo que es ver un libro tuyo en las librerías y a disposición de los lectores, ya es muy difícil dejarlo.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

La verdad es que no tengo manías especiales. Lo único que necesito es un poco de silencio y tranquilidad (aunque tampoco necesito aislarme en medio de un páramo). Escribo siempre con el ordenador, pero me gusta corregir a mano sobre una copia impresa. Tengo una serie de “lectores de confianza” a quienes les pido una primera impresión, y casi siempre aprovecho sus opiniones para la versión final.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

El azar, el fracaso, el miedo, el deseo, la soledad, la enfermedad, las relaciones familiares, la locura, la ambición desatada, la codicia… Todo ello desde una perspectiva tragicómica. Una imagen recurrente en mis novelas y relatos es la del túnel. Soy buen discípulo de Sábato.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Quien aspire a ser escrito no deber tener miedo de convertirse primero en imitador. Otro consejo es nunca dejar de ser un lector compulsivo. Un escritor debe de ser un buen observador, casi un espía, y reparar siempre en los detalles. Los detalles le dan brillo y sustancia a la narrativa.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Depende del tipo de libro que esté escribiendo. He practicado ambos modos de escritura, aunque en general creo que funciona mejor el segundo.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Paul Auster, John Irving, Ian McEwan, Raymond Carver, Ray Bradbury, A. M. Homes, Stephen King… Entre los autores que han escrito en castellano, Borges, siempre Borges.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Mi último libro, recién publicado, es una pequeña novela de terror titulada El juego de los muertos. Se trata de una historia de fantasmas cuyas protagonistas son dos gemelas de nueve años.
La novela se basa en una anécdota que una amiga me contó hace años. Me dijo que, de niñas, ella y su hermana jugaban a adivinar quiénes de las personas retratadas en un viejo álbum habían muerto ya. La idea me pareció escalofriante y perfecta para un relato de fantasmas y apariciones, y además poseía esa "otra vuelta de tuerca" de la que hablaba Henry James, pues los protagonistas eran niños. Hace muchos años escribí un relato con ella. Pero las ideas poderosas no se dan por vencidas tan fácilmente, y ahora se convierte en arranque de una novela de terror que tenía pendiente, con lo que completa su recorrido.
Entiendo que la novela de género fantástico es un vehículo perfecto para hablar de cosas muy reales, pues enfrenta a los protagonistas a situaciones incomprensibles, irracionales, que es exactamente lo que ocurre en la vida. Hay varios temas centrales dentro de El juego de los muertos. El primero es el de los secretos familiares, esas historias oscuras o vergonzosas que todas las familias ocultan en el baúl de los trapos sucios, pero que antes o después terminan por aflorar. Otro aspecto central es el del miedo, no tanto el miedo a la propia muerte (que todos sentimos, aunque de una forma indirecta o teórica) sino el miedo a la enfermedad y la posible muerte de un ser querido, en especial de un hijo. Creo que no existe terror mayor que el de ver enfermar a nuestros hijos, y así he querido plasmarlo en esta historia. Con la particularidad de que la enfermedad, en este caso, no es del cuerpo, sino de la mente, con lo que trato de adentrarme en ese campo tan poco conocido que es el de los trastornos mentales.
Otra cuestión que se trata en la novela es la de la práctica del espiritismo, que hoy en día quizás ha quedado relegada a la prensa sensacionalista y los programas de ocultismo. Sin embargo, en tiempos fue una práctica común, incluso entre la burguesía y las clases más acomodadas. No en vano ofrecía una alternativa "racional" a la religión tradicional, y una posibilidad de comunicarse de nuevo con los seres queridos que nos habían dejado. En mi propia familia existe una tradición de médiums de cuyo testimonio me he valido en la novela


Eloy M. Cebrián (Albacete, 1963) es licenciado en Filología Inglesa y profesor en un instituto de su ciudad natal. Su actividad literaria abarca la narrativa juvenil y la novela para adultos. Para los jóvenes ha escrito Bajo la fría luz de octubre (Premio Jaén 2003), Memorias de Bucéfalo y Operación Beowulf. En cuanto a su producción para adultos, cabe destacar El fotógrafo que hacía belenes (VII Premio Francisco Umbral) y Los fantasmas de Edimburgo (finalista de los premios Fernando Lara y Herralde). Ha recibido también importantes galardones como autor de relatos breves. Muchos de esos cuentos se han recogido en las colecciones Las luciérnagas y Comunión. Es, además, colaborador habitual en prensa y traductor literario ocasional, y desde hace una década codirige la revista de creación El Problema de Yorick.

Más información en http://www.eloymcebrian.com
Contacto: eloymcebrian@gmail.com


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