1.- ¿Por qué escribes?
Bueno, por supuesto antes que escritor
he sido lector durante muchos años. Muchos. Soy fan de la novela desde que
tenía seis o siete años. Y, claro, el que lee mucho termina por inventar sus
propias historias. A mí, además, me pasó que llegué a tener la sensación de que
nadie estaba contando las historias que yo quería leer. O que nadie las contaba
como yo las hubiera contado. A lo mejor suena un poco pretencioso pero es así.
Luego surgió Tim Powers, el autor americano de fantasía y ciencia ficción. Toda
la culpa de todo es suya. Con él, como diría Piqué, empezó todo. Luego, claro,
uno va evolucionando y se va “profesionalizando”. Sin embargo sigo escribiendo
las historias que a mí me gustaría leer y haciéndolo, además, como a mí me
gustaría que se contasen. Lo que es mucho.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Yo escribo a mano, con una pluma Waterman y tinta azul.
Además no escribo en casa sino en los bares (Murcia es una ciudad llena de
terrazas y con un clima espectacular). Además tengo la peculiaridad de que solo
“funciono” desde las ocho de la mañana hasta aproximadamente las doce del
mediodía. Si estoy en mitad de una novela, escribo todos los días. Pase lo que
pase. Hay algunas otras pero esas son las esenciales.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
En general hay en mí un gusto por
determinados ámbitos de la realidad. Se podrá decir que tengo un punto macabro,
incluso obsceno. Sin embargo no se puede decir que eso sean “temas”, sino más
bien una actitud ante la novela y la creación. Digamos que mi interés es el
“descarnamiento” de los personajes, el tomarlos y quitarles todas las caretas
con las que se adornan, el llegar hasta aquello que son cuando creen que nadie
los mira, cuando están a solas con sus propios demonios. Sin embargo también he
de decir que eso ha sido “hasta ahora”, porque las futuras novelas, las cosas
que se van lentamente montando en la cabeza, van un poco por otros lados…
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Mi obsesión es el tono y la voz.
El ritmo. En realidad la mayor parte del tiempo que paso escribiendo lo paso
merodeando en torno a esas cuestiones. Me he dado cuenta, también, de que me he
convertido en un buscador obsesivo de la perfección, lo que tal vez me
perjudique. ¿En qué se traduce todo eso? En reescribir y luego volver a
reescribir. Digamos que el consejo que me doy cada vez es que la primera
versión va a la papelera directamente y que la segunda también.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Depende. Cada historia es
distinta. A veces es necesario saber muchas de las cosas que van a pasar y
otras veces no. Yo, en general, prefiero no saber demasiado y dejar que los
personajes vayan a su aire. Digamos que sé el principio y sé (más o menos) el
final. Y que sé unas cuantas cosas que “deberían” pasar por en medio. Lo bueno
de esto es que la historia suele ir formándose ella sola y mejorando muy mucho
lo que uno había pensado que debía ser.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Leo mucho. Demasiado. Cada época
me da por una cosa. Quien más me ha influido (Tim Powers aparte) es Borges. Con
él se aprende que no es cierto que existan límites en cuanto al estilo o las
historias que se puedan contar. Algo similar se podría decir de Faulkner. Si
tengo que consultar algo me voy a Juan Rulfo o a Carpentier (que son opuestos
en cuanto a estilo). Si tengo que simplemente leer leeré a Margaret Atwood, a
Irene Nemirovski, a Rudyard Kipling, a Agota Kristof, a Ismail Kadaré, a Ramiro
Pinilla, a Mo-Yan, a Naguib Mahfuz, a Bolaño, a Cormac McCarthy o a Lampedusa.
Y, últimamente, a Foster Wallace.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
En septiembre fue editada mi
última novela, en Tusquets, de nombre “Entre los vivos”. Andamos ya en otra
cosa. Digamos que mis tres novelas editadas hasta la fecha han sido algo así
como una trilogía. La trilogía de “los tipos raros que hacen cosas raras en el
transcurso de la noche”. Y ahora hay como unas ganas de cambio. De pronto todo
va a ser luz. La luz de un sol despiadado y calcinante. Luz a todas horas y por
todas partes. Y hasta aquí puedo leer…
Ginés Sánchez. Nací en Murcia en noviembre de 1967. Estudié Derecho
y ejercí durante unos buenos años como abogado en mi ciudad. Después llegaron
aires de cambio, algo así como un cansancio de vida ordenada y de necesidad de
espacios abiertos. Fueron entonces los viajes. Sicilia, Edimburgo, Dublin,
Costa Rica, Roma, La
Habana. Mil amigos hechos y un buen número de profesiones, a
cual más dispar. He vivido en la selva y he matado, a machete, serpientes
venenosas. He sido repartidor de periódicos por las calles de Dublín. Después
llegaron los libros y Tusquets. “Lobisón”, en 2012, por el que fui elegido
Nuevo Talento FNAC; “Los gatos pardos”, en 2013, que se alzó con el IX Premio
Tusquets Editores de Novela, y, ya en 2015, “Entre los vivos”, que es la más
reciente.
*La
foto es de Enrique Martínez Bueso
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