1.- ¿Por qué escribes?
Como todas las vocaciones escribir
encierra un misterio, es parte de lo mucho que ignoramos de nosotros mismos.
Creo que una suma de factores me ha llevado a la literatura. Entre otros, el
gusto por la lectura, que a veces se transforma en inclinación por la
escritura, como convertir en activo lo vivido en pasivo. Disfrutar de la
familiaridad con los libros tal vez nos orienta a elegir la palabra como
instrumento artístico. El sabor de las palabras es una forma del saber. Todo lo
anterior no explica por qué uno desea ser un artista, eso es todavía más enigmático.
Creo que se resume en dos cuestiones: el deseo de expresar nuestro ser y el de
dejar una marca en el mundo o, por lo menos, en la memoria de los hombres. Una
de las tantas maneras de ilusionarse con que la muerte será menos definitiva
con nosotros.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
No tengo costumbres o
preferencias, como decía un amigo: “Mientras no tenga hambre, frío o dolor de
muelas, puedo escribir en cualquier lado”. Durante mucho tiempo, de día atendía
mi consultorio y de noche escribía. A veces puedo escribir en los 10 minutos
entre dos pacientes. Siempre tengo notas que me permiten retomar el trabajo de
inmediato.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Uno se da cuenta de qué temas lo
llaman a posteriori de haber escrito. Relee el libro y se dice: “así que esto
me preocupaba o me interesaba”. Los temas que nos convocan, insisten, se
repiten. Creo que uno de mis temas favoritos son las distopías, los fines de
mundo y la construcción de mundo nuevos. Otro tema que aparece seguido en mis
libros es el del amor. Amores excesivos, a veces mezclados con la violencia y
el sexo.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Creo que la perseverancia es
buena, darle tiempo al texto de que se manifieste, dejarlo que siga su devenir
hasta alcanzar su significado pleno. En resumen: no abortar. Mucha de la
crítica con la cual descartamos nuestros textos se debe a que no soportamos la
angustia, las dudas acerca de la calidad de lo que estamos escribiendo. Es
crítica prematura que parte de nuestras influencias y de nuestra tendencia a
seguir modas. Inevitablemente, el recorrido de lecturas va formando nuestro
aparato crítico: lo que consideramos literario, lo que aprobamos y lo que
reprobamos. El problema se presenta cuando dejamos que un censor se siente
sobre nuestro hombro y espíe lo que estamos escribiendo y, peor aún, se ponga a
opinar.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
En los cuentos muchas veces sé el
final, no siempre. Con las novelas rara vez me ocurre tenerlas muy
planificadas.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Borges, Flaubert, Joyce, Freud, Nietzsche,
Pound, Beckett, Chandler, Eliot, Hemingway, Salinger y otros.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Mi último proyecto fue un libro
de cuentos que terminé hace poco y ahora voy a retomar una novela distópica que
interrumpí hace unos meses. Lo último que publiqué fue una novela, El
desalmado, en 2011.
Carlos Chernov (Buenos Aires, 1953) es médico psicoanalista y
escritor.
Publicó los siguientes libros: Amores brutales (cuentos, Ed.
Sudamericana, 1993, Premio Quinto Centenario del Honorable Concejo Deliberante
de la ciudad de Buenos Aires), Anatomía
humana (novela, Ed. Planeta, 1993, Premio Planeta de la Argentina 1993), La conspiración china (novela, Ed.
Perfil, 1997), La pasión de María
(novela, Ed. Alfaguara, 2005), Amor
propio (cuentos, Ed . Alfaguara, 2007), El
amante imperfecto (novela, Ed. Norma, 2008, Premio La otra orilla de la
editorial Norma, 2008), El desalmado
(novela, Ed. Emecé, 2011, Premio Único de Novela Inédita de la unicipalidad de
Buenos Aires, bienio 98/99).
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