La
charla entre los escritores Carrie Snyder, Tim Bowler y Sadie Jones fue en el
Campus de Santa Cruz La Real, y el siguiente acto volvía a tener lugar en el
Palacio Quintanar, así que tuve que salir un poco antes de que terminara aquel
y apresurarme a llegar al siguiente, del que me separaba una caminata
ligeramente cuesta arriba de unos diez minutos aproximadamente. Cuando llegué,
me recibió un cartel que decía "Aforo completo", pero yo tenía una
entrada, así que me dejaron pasar. Tuvieron que añadir sillas. El local era
alargado y claramente insuficiente para toda la gente que estábamos allí, el
calor era sofocante.
En
el estrado, sentados frente a frente, Rafael Roncagliolo, Embajador de Perú en
España, y su hijo, el escritor Santiago Roncagliolo. La charla estaba comenzada
y se escuchaba con dificultad. El ambiente entre ellos era de gran complicidad.
Una charla padre e hijo en la que iban desgranando recuerdos, lecturas, la
historia de su país y de sus vidas. No pude tomar notas en esta ocasión, así
que no puedo reproducir con detalle la charla. Puedo decir que se habló de religión,
de la teología de la liberación, del Papa... Dijo Santiago que cuando escucha
al Papa Francisco recuerda a los curas de su infancia. "Me temo que soy
católico", dijo. Y le sorprendió cuando llegó a Europa que la Iglesia
parecía estar obsesionada con la sexualidad. "Que yo recuerde Jesús
hablaba de los pobres, no de los heterosexuales", dijo de modo jocoso.
El primer libro que leyó Santiago fue Tiburón,
de Peter Benchley, y el segundo uno de García Márquez, por indicación de su
padre, aunque sólo tenía ocho años.
La
dimensión política de la literatura del boom es muy importante. Hasta entonces
la literatura había estado más marcada por el indigenismo, y la aparición de
esta literatura más urbana, con autores como Vargas Llosa, Alfredo Bryce o José
Ramón Ribeyro, fue algo muy significativo. No hay ninguna obra que describa la
situación de Perú en aquel momento como lo hace Conversación en la Catedral.
Siguieron
repasando obras y momentos decisivos en la historia de Perú. La situación a
mediados de los ochenta, en plena paranoia por Sendero Luminoso. Cuenta
Santiago Roncagliolo que unos amigos dispararon su cámara con flash por la noche y fueron arrestados por los militares y retenidos varios días. Visitaron sus casas, y las casas de sus amigos, y él estuvo seguro de que si
iban a su casa y veían los libros que tenía, que eran todos revolucionarios,
iba a tener un gran problema.
Los años noventa, en los que el mundo
cambió radicalmente. Cayó el muro de Berlín. En esa época los padres de
Santiago se separaron y su padre bromea diciendo que eso no tuvo nada que
ver con la caída del muro. También repasaron la época de Fujimori, en la que se
acabó con el terrorismo y supuso un cambio de modelo económico importante.
Nombraron
un libro reciente de Renato Cisneros, titulado La distancia que nos separa, una suerte de memoria sobre la
historia de la familia de este autor cuyo padre fue, precisamente, uno de los
militares más autoritarios.
Santiago
dice que libros como ese en España le parecen impensables, dada la dificultad
que parece existir en este país para revisar la memoria histórica, aunque
también hay autores que han hecho cosas en esa línea, como quizá Cercas o
Martínez de Pisón.
En
el turno de preguntas se plantea la situación de Cataluña y ambos coinciden en
que resulta muy interesante vivir en España en este momento. Santiago
Roncagliolo dice que España está viviendo grandes cambios, una especie de
segunda transición. Le parece triste la situación de Cataluña porque siente que no sólo está rompiendo con España sino también con la
comunidad latinoamericana.
Aquí
finalizó este año mi visita al Festival Hay de Segovia. Espero que les hayan
interesado estas crónicas.
1 comentario:
bien sabes tú que sí, que son bien interesantes.
Me gustan las novelas de Roncagliolo.
Hasta el año próximo, entonces.
Un abrazo
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