Jessie
Burton es una escritora inglesa cuya primera novela, La casa de las miniaturas, la ha lanzado a la fama. Tiene una
sonrisa muy simpática, gesticula mucho y se muestra muy natural. Parece llevar
con bastante naturalidad que su libro vendiera más de 500.000 ejemplares en su
país, fuera libro del año en 2014 y se publique en más de treinta países. A
esta actriz que se ganaba la vida como secretaria de dirección le ha cambiado
la vida.
Hasta
ahora escribir era, para ella, una afición, nada especial. Lo que más apreciaba
de la escritura era su libertad, no depender de nadie era lo que le fascinaba. En
2008 empezó un proyecto, pero lo abandonó. Luego visitó Amsterdam, y en el Rijksmuseum
vio una casa de muñecas que le impactó. En el siglo XVII las mujeres gastaban
mucho dinero en esas casas en miniatura. En ese momento una historia comenzó a
tomar forma en su cabeza. La iba escribiendo cuando podía, incluso en el
trabajo. Bromea diciendo que a veces temía confundirse y mandar algún párrafo
en uno de los correos electrónicos.
El
libro está ambientado en 1686 y narra la historia de Nella, una joven de
diecisiete años que se traslada a vivir a la casa de su marido, un próspero
comerciante llamado Johannes Brandt que, como regalo de bodas, le da una casa
de muñecas que es una réplica exacta de la mansión, en la que conviven también la
hermana soltera de Brandt y unos fieles sirvientes.
Cuando
la gente se refiere a su protagonista como una mujer fuerte, la autora se da
cuenta de que se refieren a algo inusual. Ella piensa que la mujer puede
enfrentarse a cualquier situación, por muchos obstáculos que encuentre. Y le
pareció que si ambientaba su historia en el pasado, esos obstáculos resultarían
aún más evidentes.
Ella
se ha definido en alguna ocasión como feminista y Marian Hens, que es quien la
está entrevistando, le pregunta cómo ve el feminismo una londinense de treinta
y tres años. Y ella dice que hay varias formas de feminismo. Ella se considera
una mujer afortunada, ha podido tener diversidad a su alrededor y conocer a
personas que no han tenido tantas oportunidades para igualar el terreno. No
piensa que el feminismo tenga que ser una acción dirigida a imitar lo que hacen
los hombres.
Algunas
de las críticas que se le han hecho a la novela se basan en afirmar que la
protagonista se comporta más como una adolescente del siglo XXI que del siglo
XVII. Se asume que antes no existían las mismas voces porque no era fácil
oírlas. Ella cree que se trata de preocupaciones universales. No cree que
interiormente no existiera esa forma de pensar, otra cosa es lo que podía
expresarse en el exterior.
Acaba
de entregar el manuscrito de su segunda novela, ambientada también en un
periodo histórico, aunque mucho más reciente: la guerra civil española. Ella ha
vivido en el sur de España, en Chiclana. Es una enamorada de España, del arte
español. En este libro quería hablar de lo que pasa en un pueblo donde viejas
rencillas se desentierran, la gente se siente amenazada, es decir, de lo que le
pasa a la gente de a pie, más que del conflicto como algo más grande.
Le
preguntan si el género histórico va a marcar su escritura. Dice que a ella lo
que le gusta es que uno sienta una evasión pura, la lectura como escapismo. En
ese sentido sí tiene interés por la historia, como evasión, como exploración. Pero
lo más importante es la trama. No pretende dar lecciones de historia, con
datos, hechos relevantes, etcétera. Pero sí hay que investigar sobre las
costumbres, qué comían, cómo vestían, ese tipo de cosas.
Ella
escribe con desesperanza. Siempre hay una frustración entre lo que uno imagina
y lo que plasma en el papel. Cree que fue Dorothy Parker quien dijo: "Odio
escribir, pero adoro haber escrito". Se siente identificada con eso.
Su
primer libro ha tenido mucho éxito. Le dicen que ha tenido mucha suerte. Y sí,
es cierto, pero también es verdad que cuesta mucho trabajo tener suerte. La casa de las miniaturas la escribió
cinco veces. Llevaba seis años escribiendo antes de que le publicaran.
Por
último, dice que ha grabado el audiolibro de La casa de las miniaturas para tener la oportunidad de representar
a todos los personajes, ya que le encanta su profesión de actriz.
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