1.- ¿Por qué escribes?
Por amor a la confusión. Unas veces
para resetear la madeja cerebral.
Otras por vicio y hábito. Y otras para tocar los huevos. Depende del estado de
ánimo. Lo que no escribo es por dinero, es algo que jamás se ha dado. Si
quisiera hacerlo tomaría un género de moda y haría algo bien digerible que se
vendiera a miles. O que fracasara a miles. Arriesgaría para ganar dinero. Pero
me da repelús. Prefiero mantenerme en el equilibrio de la nada. Soy muy
perezoso, y no hago nada que me aburra. Si no me divierte, no escribo.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
No tengo. Mi escritura se da a
borbotones y en determinados periodos. Puedo estar meses sin escribir y luego
no parar durante semanas. Es algo automático, no premeditado. No tengo un gato
en mi regazo, ni escribo de culo a la pared este, ni entono mantras. El ser del
extrarradio te hace ser poco dado a esas cuestiones de escritor “sensible”; con
tener un ordenador y una silla ya basta. Si hay ruido, me pongo música. Si no
lo hay, también.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
La memoria, el azar, la
identidad. También la divergencia. Lo surreal. Y el juego (no la broma o la
humorada, aunque sí a veces). La realidad entremezclada en lo fantástico, pero
sin que existan diferencias entre esos conceptos. Todo es parte del mismo
plano. Un plano que suele convertirse en un objeto con aristas.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Pregúntate siempre el porqué. Es
un principio que aplico a la corrección. Como mi escritura no suele estar
encorsetada a un guión rígido requiere que tras el primer borrador cada línea
lleve esa pregunta: el motivo de la acción de cada personaje o de la descripción, preguntarme
para comprobar si existe una cierta coherencia en el discurso. Ello no
significa que el texto tenga que tener esa coherencia radical de escritor
realista. No. Dentro de la confusión todo es posible, todo es válido.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Tengo los elementos más básicos:
quién es el personaje principal, cómo correrá la trama (esquematizado) y un
posible final. Pero son pequeñas notas que apenan ocupan dos páginas (si
hablamos de novela; el cuento es un par o tres de líneas). Con esos elementos
comienzo a construir. Estoy más interesado por alcanzar el tono desde el
principio que por el desarrollo; afinar la voz. Procurar el tono apropiado para
eso que estoy escribiendo. No siempre es el mismo: hay que conseguir el que te
exija cada historia. Una vez alcanzado la historia fluye, se construye sola.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Algunos autores de cabecera
serían Kafka, Arrabal, Vila-Matas, Jarry, Bernhard, Beckett, Cortázar, Coetzee,
Perucho, Bradbury, Walser, Hesse, Piñera, Lovecraft, Martín-Santos, Vian, Perec,
Bolaño… Más aún, por supuesto. Pero en ningún momento mis gustos se sitúan en un
lugar determinado. Sí que es cierto que los centroeuropeos, o los Patafísicos,
surrealistas, pánicos y “raros” son
mayoría, pero la ciencia-ficción o el terror también son el pan de cada día en
mi cabecera.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Lengua de orangután. Una novela con ilustraciones de Susana Pozo publicada
hace nada en la editorial Base y que parte del nombramiento de un orangután
como miembro de la Real Academia. Un orangután que es crítico literario y que
fue consecuencia de un experimento franquista para regalar al régimen nazi,
pero que les salió rana. ¡Más bien mono sabio! Desde el juego construyo un
artefacto y un personaje (Helmut Otto) que espero que dé muchas alegrías y
muchos disgustos. Los disgustos a los malos, claro.
Iván Humanes (España, 1976). Ha publicado los libros de relatos La memoria del laberinto (CyH, 2005) y
Los caníbales (Libros del
Innombrable, 2011) con el que fue finalista del premio Setenil al mejor libro
de relatos publicados en España, la novela La
emboscada (Inéditor, 2010), y en coautoría los volúmenes Malditos: la biblioteca olvidada
(Grafein, 2006) y 101 coños (Grafein,
2008). Recientemente ha publicado la novela Lengua
de orangután (Ed. Base, 2015). Premio de relato Ciudad de Jerez, El
Fungible o el MADTerror Festival 2014, entre otros. Guionista del largometraje Vestigis. Forma parte del consejo de
redacción de Quimera. Revista de
literatura.
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