1.- ¿Por qué escribes?
Hay varios motivos, y su importancia
ha variado a lo largo de los años. Por momentos ha servido para sentirme
querido: escribir y que otras personas te lean te hace sentir bien; pero esa
fase de coquetería está en retroceso. A veces, ha tenido algo de servicio a la
sociedad: las ideas rondan sueltas por ahí, y se recombinan en la cabeza de la
gente; algunos las plasmamos escribiendo, otros de otras formas. A través de mi
obra creía poder legar belleza a los demás, aunque casi lo he descartado por
presuntuoso. Hoy por hoy prima que, si no escribo, me remuerde la conciencia.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Entre semana, escribo antes de ir
a dormir. En fin de semana, por la tarde. El primer borrador lo vomito
compulsivamente. Luego paso meses preguntándome qué narices quería decir,
rescribiendo y restructurando.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
El conflicto del artista y el
artesano, la identidad, la metaliteratura, las relaciones paterno-filiales y de
pareja, la locura, lo endeble de la percepción…
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Todo vale. No hay ninguna fórmula
superior. Muy tímidamente me atrevería a recomendar no ceñirse a un solo
estilo, sino cultivar dos o tres; pero esto es más por el reto que supone para
el escritor que por la calidad del resultado.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Solo escribo ideas sobre las que
tengo claro principio, medio y final, pero eso no significa que lo sepa todo de
antemano. Por ejemplo, es fácil que desconozca el contenido del discurso que
quiero hilar, qué longitud debe tener cada parte, si será necesario añadir
subtramas, o incluso cuál será la voz narrativa adecuada.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
En general, mis relatos beben de
la narrativa gótica (El horla, El corazón delator, El retrato de Dorian Gray…), el relato fantástico surrealista (por
ejemplo, La nariz de Gogol o El zapallo que se hizo cosmos, de
Macedonio Fernández), el narrador no fiable (Lolita de Nabokov, El asesino
dentro de mí de Jim Thompson…), la corriente del existencialismo y afines
(ahí ya hablaríamos de Camus, Céline o Malraux, incluso Hemingway)… Algunos
relatos deben mucho a obras que tratan sobre el conflicto del artista y el
artesano (Narciso y Golmundo, El artista torturado) y sobre metaliteratura
(La historia interminable, cómo no,
siendo de la generación que soy; o una rareza como La bestia debe morir, de Nicholas Blake). También tengo cariño al
formato de superventas, normalmente modélico a la hora de estructurar la trama
(El nombre de la rosa, El perfume…).
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Ediciones Contrabando acaba de
publicarme Arrepentimientos, incisiones,
pigmentos e incógnitas. Una compilación de cinco relatos sobre pintores y
diarios. Busco un equilibrio entre ofrecer evasión, originalidad y suspense y
pedir segundas lecturas. Mi idea básica es atraer a partir de las premisas. Un
marchante de arte descubre un cuadro de un pintor importante, cuya hija impide
que ningún verificador lo autentifique, por temor a revelar un secreto
familiar. Una alfombrilla aterroriza a una directora de exportaciones,
impidiéndole salir de casa. Un pintor artesanal descubre que, cuanto más
maltrata a su novia, más geniales son los cuadros que ella pinta. Un experto en
metateoría se encuentra con que sus diarios están siendo reescritos a ojos
vista por otra persona. Un pintor de tres al cuarto advierte cuánta energía
puede absorber de su aprendiz esquizofrénico, hasta que este empieza a seguir
sus enseñanzas. Estas son las premisas del libro, corto, un caramelito. Espero
que llegue al lector.
Ximo Azagra (Valencia, 1974). Científico del Consejo Superior de
Investigaciones Científicas. Publica en revistas sobre Estudios de Ciencia y
Tecnología. Ha escrito tres relatos premiados y varios más finalistas de
certámenes literarios. Siete han sido publicados en antologías colectivas. Arrepentimientos, incisiones, pigmentos e
incógnitas (Ediciones Contrabando, 2015) es su primera compilación
individual. Ha dirigido el documental Paseantes
y los cortometrajes Segunda mano, Ven esta noche y Un talento innato, seleccionados en festivales.
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