También encontré una secuela, en la que aparecen otros centros y gente que ha superado la enfermedad.
Os deseo unas Felices Fiestas y un Feliz Año Nuevo.
También es destacable la publicación, en la editorial Menoscuarto, de “Llenad la tierra”, libro de relatos del escritor Juan Carlos Márquez.
La publicación de “Un general confederado de Big Sur”, de Richard Brautigan, por Blackie Books, es otro acontemiento editorial a tener en cuenta. Los libros de Brautigan resultan siempre sorprendentes y divertidos y este título estaba inédito en nuestro país.
También está a punto de aparecer un libro ilustrado de microrrelatos sobre perversiones eróticas, editado en la colección Vagamundos de la editorial Traspiés, y titulado “Perversiones. Breve catálogo de parafilias ilustradas”. La lista completa de autores e ilustradores es la siguiente: Andrés Portillo, Rafael Linero, Raúlo Cáceres, Ángel Olgoso, Antonio Dafos, Isabel González González, Manuel Moyano, Quim Pérez, Jorge Fornés, Vicente Muñoz Álvarez, Hugo Rg [pobreartista], Joaquín Torres, U! a.k.a Uriel A. Durán, Ginés Cutillas, Miguel Sanfeliu, Fusa Díaz, Cristina de Cos, Fco. Javier Pérez, Pablo E. Soto, Hugo García, Marina Guiu, David González, Pablo Gallo, Carlos Vitale, Manuel Rebollar, Ana Ayuso Verde, Isabelle López, Francisco Naranjo, Alejandro Santos, Rubén Little Nemo, Marina Baizán, Hilario J. Rodríguez, Elvis Gato, Juan Jacinto Muñoz Rengel, José Ángel Barrueco, Isabel Wagemann, David Guirao, Joan Ripollès Iranzo, El Bute, Eva Díaz Riobello, Salvador Moreno Valencia, Popá, Elías Moro, Martín Pardo, Carlos Manzano, Kikus, Nacho Cagiga, Felisa Moreno Ortega, Andrés Neumam, Juan Gonzalo Lerma, Manu Espada, Joaquín López, M. A. Cáliz, Pepe Cervera, Rita Vicencio, María Simó, José Ángel Cilleruelo, José Abad, Amanda Manara, Miguel Ángel Zapata, Federico Villalobos, José Cruz Cabrerizo, Esteban Gutiérrez Gómez, Oscar Esquivias, Pablo Ruiz, Carola Aikin, Raul Brasca.
Y esta entrega tiene que finalizar con la recomendación de los cuentos completos de Ana María Matute, merecidísimo Premio Cervantes de este año, editados por Destino con el título “La puerta de la luna”.
Y el lunes, 29 de Noviembre, en Madrid, a las 19:00 horas, en la librería Rafael Alberti, de la que guardo un especial recuerdo y que se encuentra en la calle Tutor, nº 57, José Manuel Benítez Ariza presentará su nuevo libro "Vida nueva" (Ed. Paréntesis), acompañado por D. Luis Mateo Díez.
Rodrigo Fresán, en la Sala María Zambrano, habló de la película “La cosa” y de la literatura argentina en un discurso inteligente y ameno que terminaba afirmando que la literatura argentina era una especie de enigma de otro mundo. También mostró su desacuerdo con las clasificaciones, para pedir más atención al contenido y menos al continente.
Más tarde, en esa misma sala, charlaron Patricio Pron y Marcos Giralt Torrente sobre cómo fracasar completamente como escritor. Una charla informal y distendida en las que nombraron supuestas causas que pueden hacer que un escritor fracase, como la publicación prematura, hacer cosas ridículas, leer demasiado a los contemporáneos o no leerlos en absoluto, imitar a los autores que se admira cuando se trata de autores inimitables, la carrera de los concursos, llevar “vida de escritor” en lugar de escribir, el éxito, la vida familiar, las drogas... En general, una conversación divertida que hizo reír al auditorio en más de una ocasión.
María Tena habló de los talleres literarios y dijo que no se puede enseñar a ser escritor, pero sí se puede enseñar a escribir. Los talleres tienen ventajas indiscutibles: Te sientes menos solo, te ayudan a creer en ti, a identificar las herramientas de tu trabajo, siempre hay algo que aprender. Por supuesto, recalcó que el mejor taller es la lectura y recomendó copiar los trucos de los buenos escritores.
Una de sus conclusiones finales fue que no se puede contar la realidad en una novela, hay que deformarla. La realidad suele ser demasiado increíble como para que funcione literariamente.
Juan Bonilla habló sobre las ambiciones literarias desmedidas, empezando por la ambición esencial de los poetas de la modernidad: cambiar la vida. Panero opina que hay que escribir para desenmascarar a Dios. También hay autores que pretenden escribir para enamorar, para que les quieran. Gottfried Benn decía que “un poema es poca cosa si no es capaz de devolver a las tabernas a quienes se han jurado no probar una gota más de alcohol”. Y Maiakovski, en quien se centró la mayor parte de la charla, llegó a afirmar que la Revolución Rusa había sido una consecuencia directa de la lectura de sus poemas.
Al día siguiente, comienzo la jornada escuchando a Care Santos y Javier Reverte departiendo sobre la literatura de viajes. Viajar es huir de la rutina, dicen. Para poder escribir sobre un lugar es preciso haber olido sus calles y escuchado sus sonidos. Viajar es una experiencia sensorial, aunque internet nos pueda dar tanta información como para poder conocer casi cualquier lugar. Reverte dice haber experimentado nostalgia de lo que no se conoce. Care Santos habla de los territorios que se sueñan leyendo. Leer es vivir imaginariamente.
Ver a Mauricio Wiesenthal es toda una experiencia. Habla con mucha vehemencia, como si estuviera enfadado. La frontera es el motor, dice. Muchas aventuras se pierden por la inacción. Hay que mirar a las estrellas. Advierte que la cultura es muy frágil. Sin fe no se puede crear: fe en la vida, en los valores humanos. La fe es intentar buscar, intentar luchar. Piensa en el escritor como autoridad moral, no le interesa el escritor como payaso, como entretenimiento. No se entretiene con la literatura. La literatura es algo sagrado.
Dice que ha hecho su camino de un modo heterodoxo, solitario, y siempre terminó chocando con sus afines: es su destino.
Félix Romeo y Javier Tomeo mantuvieron una charla amigable y distendida, en la que contaron anécdotas y dieron muestras de la gran complicidad que hay entre ellos. En un momento dado le preguntaron a Tomeo cuántos libros había escrito y dijo que eso lo sabía mejor Félix Romeo que él mismo.
Se rememoró la relación de Tomeo con Dalí y contó algunas anécdotas. “Era un hombre con un marketing muy estudiado”.
Elvira Navarro habló sobre la ficción y las ciudades. Apoyó su charla con diversas fotografías. Dijo que, en general, cuando se escribe, el sentido se manifiesta después, pero una conferencia te obliga a buscar el sentido a priori, analizar la propia obra. Su escritura es urbana, pero los centros de las ciudades están sobreexplotados, mitificados. Sólo en la periferia pueden los personajes moverse con libertad. Es en la periferia donde se ubica la literatura.
La charla entre Juan Cruz y Manuel Rivas comenzó con un homenaje al director Jorge García Berlanga, cuyo fallecimiento se acababa de conocer.
La charla giró en torno a recuerdos de Manuel Rivas, que contó algunas anécdotas de su infancia con el detalle de los buenos oradores y mantuvo al auditorio expectante y divertido con sus historias. Cruz le dijo: “El estupor es la raíz de tu obra”. Rivas manifestó que no entiende por qué el hombre quiere dominar al hombre.
Gabriela Wiener y Jaime Rodríguez realizaron una performance audiovisual titulada “Dímelo delante de ella”. Extractos de las conversaciones de una pareja en torno a la literatura y sus experiencias.
Vicente Luis Mora centró su charla en Google como punto de partida creativo. Google es un sistema de ordenación del conocimiento que se impone a nivel mundial y artistas de diversos ámbitos lo están utilizando para crear arte. Nombró proyectos como “God’s Eye View” del colectivo The Glue Society, “Googleramas”, de Joan Fontcuberta, y otros autores como Jon Rafman (“The nine eyes of Google Street View”), Bill Guffey (“Google Street View Paintings”), Charles Cumming o Jennifer Grucza.
Santiago Roncagliolo y Bruno Galindo hablaron sobre los avances de la robótica. Comentaron experimentos que daban grima o, cuanto menos, una comprensible preocupación, como robots capaces de realizar el trabajo de una enfermera o de vigilar a los niños de una guardería.
El último acto al que acudí fue la charla entre Robert Juan-Cantavella y Juan Gallardo Muñoz, es decir, Curtis Garland, autor de referencia de novelas “de kiosco” que ha cultivado todos los géneros posibles: ciencia ficción, detectives, oeste, novelas bélicas e incluso eróticas. Cuando Juan-Cantavella le dice que ha escrito unas 2000 novelas, él sonríe y puntualiza: unas pocas más. Tiene ochenta años y ha pasado más de sesenta escribiendo. A los quince años ya firmaba una columna de crítica de cine y la firmaba con el pseudónimo “Juan Viñas”. Reconoce que el cine ha sido una de sus más importantes fuentes de inspiración.
Curtis Garland mantuvo la sonrisa durante toda la charla. Habló de sus inicios. Al principio escribía poco, dijo, una novela al mes. Luego llegó a escribir hasta siete. A veces la novela la escribía en un día y el resto lo dedicaba a descansar. Y, además, tiene novelas en el cajón. Una de ellas se publicará el año que viene en la editorial Morsa. Precisamente la que más le gustaba a su mujer, dice.
También habló de las condiciones de trabajo. En los años setenta le pagaban dos mil pesetas por novela, la mitad en el momento de la publicación y la otra mitad al mes siguiente. Los derechos eran de la editorial hasta que cambió la ley y el copyright pasó a ser del autor. Además se obligó a la editorial a declarar la tirada de los libros, con lo que sus ingresos aumentaron considerablemente. Los autores no se conocían entre sí y la editorial imponía que el final debía ser obligatoriamente un final feliz.
Respecto a la censura afirmó no haber tenido excesivos problemas. Se preocupaban sobre todo por lo relacionado con el sexo. La política, en general, no era problema puesto que sus historias se ubicaban bien en el extranjero o bien en el espacio exterior. Sin embargo, una la tituló “Matad al presidente” y la censura no la pasó. Esperó tres meses y volvió a presentar la misma novela con el titulo cambiado: “Magnicidio”, y entonces fue aprobada.
Una charla entrañable muy bien llevada por Juan-Cantavella, a quien se le notaba la admiración por el octogenario escritor.
En este festival también se celebró la gala de entrega del Premio Cosecha Eñe 2010. Y muchos más actos a los que no pude acudir, no sólo por carecer del don de la ubicuidad, sino por una evidente cuestión de resistencia física. En cualquier caso un evento de indudable interés.
He encontrado información de otros actos en este otro blog.
También se presentaron libros. “La caída del Imperio Galáctico”, entregas I y II, de Carlos Saiz Cidoncha, un autor pionero de la ciencia ficción española, autor de la mítica saga de los Aznar, que escribió con el seudónimo de George H. White.
Santiago Exímeno presentó su libro “¿Quién es el cruciforme?”, editado por BuBok.
Ismael Martínez Biurrun presentó “Mujer agarrada a un cuervo”, editado por Salto de Página.
Hubo mesas redondas. En una se debatió sobre “La decadencia de la ciencia ficción y el ascenso de la fantasía”. En ella se habló de cómo la ciencia ficción se estaba integrando poco a poco en la literatura general, y nombraron ejemplos como “La carretera”, de Cormac McCarthy, o las novelas de José Carlos Somoza, o “Nunca me abandones”, de Kazuo Ishiguro... Mientras que la fantasía se mantenía como género independiente, de ahí que pudiera parecer que la ciencia ficción se encontraba en una etapa de decadencia cuando, precisamente, era todo lo contrario.
Se debatió sobre el libro electrónico, pero no con fatalismo, sino como algo inevitable que podía traer interesantes ventajas, como la de una lectura enriquecida con hipervínculos, música, fotografías, etc. La posibilidad de que se adquirieran muchos más libros, con la seguridad de que aquellos que fueran más interesantes se editarían también en papel. Lo importante es que se lea, no el soporte en que esto se haga. No obstante, las descargas de libros no funcionaban aún como sería deseable y esto tenía que perfeccionarse.
El último día fui a una conferencia a cargo del ilustrador Paco Roca. Admito que mi idea inicial era escucharlo un momento y luego acudir a otra sala, con la intención de apurar mis últimos minutos en la Hispacón. Sin embargo, la charla de Paco Roca me fascinó. Hizo un repaso de su trayectoria, de sus trabajos, con el apoyo de una presentación audiovisual que él iba comentando con una naturalidad y una honestidad que resultaban absolutamente cautivadoras. Tras unos minutos escuchándole, no tuve la menor duda de que estaba ante un verdadero genio. Un artista con mayúsculas. Su cómic “Arrugas”, que precisamente estoy leyendo en este momento y es absolutamente genial, ganó el Premio Nacional del Cómic 2008.
Aquí les dejo un extracto del texto que leí en dicha presentación:
Medardo Fraile es un nombre de referencia en el género del cuento y no somos pocos quienes seguimos sus pasos esperando, tal vez, que se “nos pegue algo” de su buen hacer. Sus relatos se encuentran en toda antología que se precie de rigurosa. Y la publicación de un nuevo libro suyo, este “Antes del Futuro Imperfecto”, es todo un acontecimiento. Es un libro que se recibe con entusiasmo por quienes seguimos la obra de Medardo Fraile y que seguro servirá para que quien todavía no lo haya leído descubra a un autor indispensable.
“Antes del futuro imperfecto”, nos da la oportunidad de sumergirnos en el mundo de Medardo Fraile, de encontrarnos con sus personajes, con sus historias llenas de ingenio en las que, a fin de cuentas, habla de todos nosotros. Historias, las de la primera parte, que transcurren en el medio académico, del colegio a la Universidad, pasando por el Instituto, con sus profesores entrañables o excéntricos, como aquel que se toma un cuba libre en clase mientras habla con vehemencia del desastre del 98, o el que decide dictar un texto suyo y se siente acabado cuando los alumnos lo borran de la pizarra sin piedad y sin prestarle la menor atención, o esa joven profesora de Latín a la que sus alumnos escuchan con miradas lánguidas y enamoradas. Y niños que, ante la pregunta “¿Qué año es este que acaba de empezar?" son capaces de responder: “El año nuevo”. Historias entrañables que nos trasladan a nuestra propia infancia y son capaces de despertar detalles que creíamos olvidados. Pizarras, tizas, mapas y libros que nos llevan al momento en que uno ha de tomar decisiones fundamentales.
Los relatos de la segunda parte, que no en balde se abren con la historia de ese sillón cuya función más importante es, precisamente, la de hacer soñar al protagonista, nos hablan de gente frágil, de deseos y discretos avatares, las pequeñas aventuras que acontecen en la vida corriente y diaria, porque la gente, a poca atención que se le preste, no es tan corriente como pueda parecer. Con un tono más experimental, encontramos, entre otros, a una cantante de ópera, a un peluquero, a un chorizo... Todos ellos analizados con la sencillez y profundidad que caracterizan a su autor. Hay aquí muestras evidentes del sentido del humor de Medardo e, incluso, reflexiones sobre el lenguaje, la lectura y el arte de escribir.
“Antes del futuro imperfecto” es un libro en el que no paran de suceder cosas, un libro que se lee con una sonrisa en el rostro y que debe degustarse despacio, con la convicción de que no existe mayor placer que aquel que experimentamos tras la lectura de un buen cuento. En sus páginas encontramos el mundo de Medardo Fraile, o mejor dicho, nuestro mundo bajo la mirada de Medardo Fraile, una mirada que capta la esencia de una situación, el alma de esa gente que protagoniza sus historias, y lo hace con algo que siempre se ha resaltado en sus cuentos: con humanidad.
Carmen Martín Gaite le dijo a Medardo Fraile en una ocasión que era imposible escribir mejor de lo que lo hacía él. Este libro es una prueba más de que ella tenía razón.
Así que me iré para allá y luego me iré al Festival Hay de Segovia, como todos los años. Aunque esta vez sólo estaré el sábado, entre otras cosas porque el programa de esta edición me resulta menos atractivo que en otras ocasiones.
En principio, acudiré a cinco actos:
1- Periodismo, mujeres y guerras
2- Blanca Berasategui en conversación con María Dueñas
3- Antonio Lobo Antunes en conversación con Claudio López Lamadrid
4- Gyorgy Konrad en conversación con Adan Kovacsics
5- Juan Cruz en conversación con Manuel Vicent
Ya iré contando.