En el libro “La novela popular en España” (Ediciones Robel, Madrid, 2000) encontramos un interesante artículo firmado por Francisco González Ledesma titulado “El martirio fue una fiesta”, en el que nos ofrece una breve semblanza del dibujante Manuel Vázquez: Dudo que Manuel Vázquez haya dejado un buen recuerdo, en especial entre sus acreedores. Sería ofender su memoria decir que algún día pagó puntualmente una deuda. Era el terror de caseros, restauradores, zapateros y, en especial, sastres. Como siempre vistió a crédito, los sastres hacían cola ante la editorial dispuestos a desnudarle en la calle, pero Vázquez los esquivaba una y otra vez. Francisco González Ledesma conoce bien la redacción Bruguera pues durante muchos años trabajó en ella escribiendo novelas de género bajo el seudónimo de Silver Kane. En el artículo mencionado, termina diciendo lo siguiente: Y sin embargo ese hombre pudo haber sido multimillonario. Nadie dibujaba mejor ni tan rápido como él, nadie tenía tanta inspiración, nadie era tan simpático. Pero el éxito de Vázquez se debía a que era de verdad como sus personajes, todos bohemios, realquilados, fugitivos, viviendo siempre al filo de la navaja. Vázquez creaba a partir de ellos su propia vida, y por eso sus páginas eran tan auténticas.
La vida de aquellos creadores, aquellos artistas, trabajando en condiciones realmente duras, contrarreloj, mal pagados y sometidos a cláusulas abusivas, merece un acto de reivindicación, y a ello ha contribuido el director Oscar Aibar con su película “El gran Vázquez”, una semblanza, basada más en el lado anecdótico, en la leyenda, en la comicidad y picaresca inherente al personaje que en la indudable tragedia que se esconde detrás de estos episodios, pero que reproduce con fidelidad no pocos aspectos de una época evidentemente difícil.
Manuel Vázquez fue uno de los dibujantes más ingeniosos y de mayor talento de la industria del tebeo en España. Fue el creador de personajes inolvidables como “Las hermanas Gilda”, “Anacleto, Agente Secreto”, “La familia Cebolleta” o, su insólito alter-ego, “El tío Vázquez”. En el film se narran algunos de los episodios de su vida, centrándose especialmente en su relación con los acreedores y en la picaresca que aplicaba a la vida diaria. Se narran anécdotas conocidas, resaltando el lado cómico del asunto, caricaturizando al personaje que, en cierto modo, llega a convertirse en un personaje de cómic, como los que él mismo dibujaba. La película resulta interesante y se ve con agrado. La estética visual está muy conseguida, y sorprenden las escenas en las que cobran vida los propios personajes de sus historietas. Los actores están perfectos en sus interpretaciones, destacando por supuesto Santiago Segura, a quien el personaje parece venirle como un guante, y los escenarios reflejan muy bien la época de los años sesenta y consiguen transmitir el ambiente en el que transcurrían las aventuras que se publicaban en revistas como DDT o Pulgarcito. El director, Oscar Aibar, llegó a conocer personalmente a Vázquez cuando trabajaba como dibujante para una revista underground, y también ha contado con la colaboración de familiares. De hecho, el médico que asiste a la esposa en el parto, es el hijo real de Manuel Vázquez. En resumen, si tienen oportunidad de ver esta película, pasarán un buen rato y disfrutarán exactamente de lo que ofrece, una historia divertida y amena con un epílogo redondo.
6 comentarios:
Todo un personaje, como en las creaciones de sus viñetas.
Saludos
Tengo muchas ganas de verla. De inicio me planteé serias reticencias(jamás he albergado mucha esperanzas en los biopics, pero he leído tanto bueno sobre ella, que las ganas han despertado.
Abrazos.
pd.- Un error intrascendente. Si no he leído mal, llamas a Segura "Antonio" y no "Santiago".
Gracias Raúl. Es la segunda vez que tengo este tipo de lapsus. Me lo tendré que mirar. Corregido de inmediato y mis disculpas.
Un abrazo
un personaje pintoresco sin duda alguna por lo que mencionas. Suena como una película sin pretensiones pero que vale la pena verla. saludos
No la he visto. Voy a buscarla. Pero me suena el personaje.
Abrazos cinéfilos.
Crecí leyendo esos tebeos, son parte de mi memoria, inolvidables. Solo lamento que en el cine se opta tantas veces por lo superficial, lo gracioso, y se deje de lado la posibilidad de profundizar.
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