El
sábado 20 de Octubre visité el Festival Eñe, que se celebró ese fin de semana
en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, como todos los años. Un encuentro
literario que me resulta muy estimulante y que, en esta ocasión, tenía la
entrada gratuita.
El
primer acto al que acudí fue uno titulado "¿Dónde están las
lesbianas?". Participaban las escritoras Pilar Bellver e Isabel Franc y la
editora y librera Mili Hernández, moderadas por la escritora Gema Nieto, que
acaba de publicar en Dos Bigotes la novela Haz
memoria. Hablaron sobre las dificultades que ha tenido que vencer la literatura
lésbica, los prejuicios a los que se ha enfrentado, y lo difícil que sigue
siendo aún que la literatura de temática LGTBI se haga visible.
En
el teatro Fernando de Rojas, Marcos Giralt Torrente y Pablo Simonetti,
moderados por Carmen Gallardo, hablaban sobre la familia en un debate que
respondía al título de "La familia como catástrofe". Intentaron
definir la familia, acotarla, aunque parece que el concepto conseguía resultar
esquivo. La familia contiene el mundo, pero también puede ser opresiva. Se
suele hablar de la familia tradicional, la que responde a la idea del
estereotipo ideológico de derechas, sin tener en cuenta que puede haber
múltiples modelos de familia. En la familia, los miembros suelen adoptar un
rol, por lo que no hay que confundir conducta con identidad.
En
el tiempo de la comida aproveché para recorrer la Gran Vía, ahora levantada por
obras que la hacen incómoda, aunque consiga conservar su atractivo.
La Casa del Libro está en reformas y el edificio presenta un aspecto casi fantasmal.
Me acerqué a la Librería Cervantes y Cía, en la calle Pez, nº 27, y compré el último libro de Kureishi.
La
tarde la empecé acudiendo a la tertulia que sobre los barrios mantuvieron los
escritores Sergio del Molino, Pablo Gutiérrez y Javier Pérez Andújar. Se habló
del barrio como un territorio hostil del que, sin embargo, se sentía añoranza.
Se habló de la pobreza, de la precariedad de la vida, de lo lejano que les
parecía que pudiera existir gente con piscina o biblioteca en sus casas. Al
final, Pérez Andújar se adueñó de la tertulia. Dijo que el escritor siempre
habla por sí mismo, que no tiene que dar voz a los más desfavorecidos, no tiene
que ser el portavoz de nadie. A continuación, dijo que si pasaba las tardes de
domingo viendo la serie "Colombo", ya estaba claro que no pertenecía
a una clase social que pudiera permitirse ir de excursión o pasar el fin de
semana en una segunda vivienda. "Colombo", por cierto, era una serie
magnífica cuyas virtudes fueron desgranadas por el escritor con el
apasionamiento propio de un fan.
Almudena
Grandes (a quien le acaban de conceder el Premio Nacional de Narrativa por su
obra Los pacientes del doctor García)
e Ignacio Martínez de Pisón hablaron sobre literatura histórica, moderados por
Aroa Moreno. La dificultad de recrear ciertos acontecimientos, de elegir
detalles para su descripción, dar vida y voz a testigos de grandes hechos, pero
colocando el foco en los personajes y no en las gestas, fueron algunas de las
cosas que se debatieron. Se habló de cómo ha cambiado el proceso de
documentación gracias a internet. Y se afirmó que no es novela histórica la que
trata asuntos que todavía influyen en el presente.
Los
escritores Jorge Eduardo Benavides, Fernanda Trías, Evelio Rosero y Renato
Cisneros conversaron sobre las dificultades de ser escritor en América Latina.
A
la escritora Gioconda Belli se le concedió el II Premio Eñe por toda su
trayectoria literaria, motivo por el cual mantuvo un interesante diálogo con Jesús
Ruiz Mantilla.
Gabriela
Ybarra y Juan José Millás, moderados por la periodista Montserrat Domínguez,
hablaron de las dificultades de la primera persona a la hora de narrar una
historia, del punto de vista, de la dificultad de decidir dónde se coloca el
foco de la narración, desde dónde se va a contar. Hay primeras personas que
suenan frías y objetivas mientras que una tercera persona puede llegar a
identificarse con el personaje principal.
Álvaro
Colomer y Lea Vélez hablaron sobre el mundillo literario, el uso de las redes
sociales por parte de los escritores.
En
el denominado Salón de Columnas se dieron cita las escritoras Edurne Portela,
Mónica Ojeda y Sara Mesa para reivindicar su derecho a tratar temas escabrosos,
duros, violentos o crueles sin que se las mire de forma rara o con
desconfianza.
Respetando
a las mujeres que escriben lo que suele identificarse como literatura femenina (novela
romántica especialmente), una autora puede tratar temas incómodos con la misma
solvencia que un autor.
Por
último, llegué al final del debate entre Lara Moreno y Octavio Salazar,
moderados por María Tena, sobre literatura moral y literatura inmoral, o más
bien, sobre si la literatura debe plantearse ciertas líneas rojas que no
debería franquear. Se preguntaron, por ejemplo, si era lícito convertir a una
persona real en un personaje de ficción.
Hubo
más charlas a las que me hubiera gustado acudir, pero la coincidencia en los
horarios lo hizo imposible. Así y todo fue un día intenso y muy interesante.
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