1.- ¿Por qué escribes?
Escribo para saldar cuentas con mi
pasado y explorar mis preocupaciones actuales. Escribo para dar valor a las
experiencias dolorosas convirtiéndolas en creación estética.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
Escribo directamente en el
ordenador y, en contra de lo que considero deseable, reviso mucho a medida que
escribo. No dejo correr un borrador en bruto porque, si bien eso me permite
tener la historia delante de mí desde el principio, disfruto menos el proceso
de escribir. Prefiero silencio absoluto, sin distracciones ni música de fondo
siquiera.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Me interesa indagar en las
flaquezas de los personajes: en la mentira, en la cobardía, en la falta de
compromiso, en la melancolía, en la desorientación vital… No tanto para
criticarlo, sino para explorar a fondo mis zonas más oscuras y mezquinas, las
que procuro refrenar y mantener a raya en la vida real. Intento que el lector
empatice con las debilidades de los protagonistas, más allá de que luego sea
indulgente o los condene.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Hay que conseguir un equilibrio
entre lo que a ti te interesa como autor y el modo en que lo presentas para que
también resulte atractivo al lector. Si uno se traiciona a sí mismo o descuida
al lector, el libro no tendrá éxito o será un fracaso interior aunque triunfe
puertas afuera.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
A veces parto de un tono
narrativo, más o menos poético o violento, y a veces parto de un tema. Luego me
formo una idea del inicio del relato o la novela y pienso hacia dónde quiero
que vaya, pero sin concretar mucho, pues planificar en exceso me bloquea.
Prefiero lanzarme y luego revisar, pulir, recortar, sembrar o reforzar
indicios.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Tengo una deuda literaria
evidente con Ignacio Ferrando, tanto por sus enseñanzas como, especialmente, por
sus primeros libros de relatos, Ceremonias
de interior y Sicilia, invierno.
Carlos Castán, Mario Benedetti o Milan Kundera también son centrales en mi
formación. Y leo mucho sobre psicología y psicoterapia: Viktor Frankl (El hombre en busca de sentido) o Irvin
D. Yalom (La cura Schopenhauer) no
son en mi opinión los mejores literatos, pero sus textos, literarios o no, me
conmueven profundamente y tocan esa parte íntima que me gustaría tocar en los
lectores.
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Ahora mismo estoy mandando a
concurso una novela titulada Los
designios y tratando de dar visibilidad a la colección de relatos Estado de excepción, publicada en la
editorial Talentura, que de momento se ha colado entre los finalistas del
premio Setenil. Es un libro de diez relatos que abordan los temas antes
mencionados, muy trabajados desde el punto de vista formal y con una gran
tensión narrativa.
David Gallego Barbeyto (Madrid, 1974) estudió en la Universidad
Pontificia de Comillas, donde se licenció en Traducción e Interpretación. Ha
trabajado como traductor en Babel 2000, HARLEQUIN Ibérica y Amnistía
Internacional. Aficionado a escribir e interpretar monólogos humorísticos,
ejerce como revisor de estilo para introducir humor en discursos y
presentaciones.
También es miembro de la
Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA), donde redacta recomendaciones
lingüísticas para promover el buen uso del español en los medios de
comunicación. Cada martes, colabora con Radio Marca en el espacio A diario para resolver dudas
relacionadas con el lenguaje del deporte.
Desde hace doce años imparte
clases de escritura creativa y relato en la Escuela de Escritores. En su Máster
de Narrativa, imparte la asignatura de Gramática y Estilo.
Estado de excepción
es su primer libro de relatos.
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