jueves, septiembre 22, 2016

Valeria Correa Fiz - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Escribir es mi modo de pensar y de entender mis obsesiones. Sé que algo me duele o preocupa verdaderamente cuando lo escribo; en este sentido, me siento muy identificada con la frase de Marguerite Duras: escribir es aullar sin ruido.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Lamentablemente no tengo una rutina; tampoco ninguna manía o superstición. Escribo cuando puedo en la computadora. Apunto ideas en el móvil y también en los márgenes de los libros: no sé leer sin un lápiz, siento que no estoy leyendo bien. Pero sucede que la mayoría de las veces no tengo en cuenta esas anotaciones dispersas.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

Como dice el famoso proverbio latino: Hombre soy; nada humano me es ajeno. Pero, bajando un poco más a lo concreto, mi primer libro ha sido estructurado a partir de una pregunta que me hago desde que comencé a estudiar en la Facultad de Derecho: ¿la “mala conducta” –la ética o socialmente reprochable y también aquella que nos parece inhumana– es un recurso a la naturaleza, es un desvío, el resultado de una zoología errada, o es simplemente una ruptura del código ético-normativo (que varía de época en época y es diferente según los lugares geográficos) con el que nos regulamos a nosotros mismos? La otra pregunta que me obsesiona tiene que ver con saber qué es verdaderamente lo que nos hace diferentes como especie, en qué consiste la condición humana.

4.- ¿Algún principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

Mi lema es: corrige, corrige, corrige. Estoy de acuerdo con Borges cuando decía que el concepto de texto definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio.

5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?

Lo más importante para mí es dar con el tono y con el ritmo de la historia. Antes de dar con ellos no puedo escribir, siento que lo que cuento no fluye, que no funciona.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Como dice Rigoletto, soy una donna mobile, una mujer voluble, y mis libros de cabecera van cambiando, según los estados de ánimos, las épocas, etc. Me interesan los autores que son capaces de ejercer cierta violencia sobre el lenguaje; me importa también el ritmo de los textos que son capaces de provocar cierta expectación, que suscitan un cierto anhelar. Pero lo que más me interesa son las imágenes. Condensadas en una frase o desarrolladas en cien páginas, la imagen somete a unidad la pluralidad de lo real; la imagen es capaz también de expresar lo que el lenguaje, por naturaleza, parece incapaz de decir: lo contradictorio, lo opuesto. Entiendo la imagen en un sentido muy amplio. Los personajes pueden funcionar como una imagen también. Tomemos, por ejemplo, el caso de Edipo, un personaje que bascula entre la libertad y el destino. La imagen es, a mi modo de ver, el recurso que nos permite retratar al hombre más cabalmente.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.

Acabo de publicar mi primer libro con la editorial Páginas de Espuma. Se titula La condición animal y es un conjunto de doce cuentos, divididos en cuatro bloques de tres relatos cada uno, titulados respectivamente «Tierra», «Aire», «Fuego» y «Agua». Cada uno de los cuentos busca sacudir, conmover, doler al lector con historias de cierta turbulencia moral, física y emocional, acerca del ángulo oscuro del ser humano.

Baile del Sol publicará mi poemario El álbum oscuro (Finalista del Premio Manuel del Cabral) el año próximo.  


Valeria Correa Fiz nació y creció en Rosario (Argentina), a orillas del río Paraná. Aunque hace más de diez años que vive en el extranjero (siempre en ciudades que empiezan rigurosamente con la letra eme: Miami, Milán, Madrid), todavía conserva el humor turbio y sedicioso que le legaron las aguas del río.

Es autora del libro de relatos La condición animal (Páginas de Espuma, 2016) y del poemario El álbum oscuro (Finalista del Premio Manuel del Cabral).

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