viernes, octubre 18, 2013

Nicolás Melini - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Creo que por vanidad. Pero también porque es un reto con el mundo. Es la única forma de profundizar y aprehender algo, aunque sea un pequeño fragmento de la realidad o nuestra historia particular. Creo que si no lo hiciera me quedaría en la superficie de todo y sería insoportable. De ese reto con la realidad surge mi escritura.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

No soy maniático ni supersticioso. Puedo escribir en casi cualquier parte, a solas o rodeado de gente. Lo he hecho en aeropuertos y en aviones, por ejemplo. Muchas veces recurro a un cuaderno. Creo que el 50% de lo que he escrito lo he escrito a mano. El procesador de textos te permite “editar” al mismo tiempo que escribes. Escribir puede ser tedioso si vuelves atrás continuamente. A menudo necesito la fluidez de la escritura a mano, aunque luego tengo serios problemas para entender mi propia letra. Eso me permite reescribir cuando lo paso al ordenador (a menudo continúo allí, porque también es tedioso picar el texto, aunque sea reescribiendo) y dejar la edición para el final. Tengo la costumbre de bajar a escribir en alguna cafetería agradable en la que sentirme acompañado, me gustan las que tienen grandes ventanales a través de los que ver pasar a la gente. De vez en cuando, inevitablemente, levanto la vista de lo que escribo. Me gusta mirar a todo el mundo. La gente, eso es lo que más nos interesa a todos. Escribir es bastante agotador, a partir de 2 horas me cuesta mucho, siento que ya no soy productivo. Divido el día en 2 o 3 sesiones de 2 horas (dependiendo de las circunstancias del día) de tal manera que puedo descansar; a veces, incluso, dormir una pequeña siesta de un cuarto de hora, es lo mejor para poder continuar. De todos modos, no soy muy productivo. Soy disperso. Y culpógeno, suele suceder que, hasta que no me reprocho, no arranco.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

He tenido que escribir mucho y, sobre todo, dejar pasar mucho tiempo, para darme cuenta de que en lo que escribo puede haber algunas constantes: el trastorno emocional. A veces la locura. La violencia, desde la más explícita hasta la más sutil y psicológica. Mis personajes suelen estar empantanados. El mundo como ciénaga. El amor. El deseo. El sexo. El daño moral. La culpa. La precariedad. Lo perverso. Lo viejo y lo nuevo. Lo rápido y lo lento. También hay metaliteratura y auto ficción. Eso por ahora.

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

No.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Ni una cosa ni la otra. No soy bueno planificando. Ni me interesa planificar. Pero normalmente aguardo el tiempo que haga falta hasta que siento que tengo la emoción y el conocimiento de lo que tengo entre manos. Necesito sentir que adentro tengo todo, incluso mucho más de lo que necesitaré y utilizaré. No me gusta escribir con la tirantez de ir justo de conocimientos sobre los instantes y las personas que estoy relatando. Aguardo mucho, espero mucho.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Son bastantes ya, y voy sumando. Ahora estoy mirando en Philip Roth, Coetzee, Naipaul, Foster Wallace…

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Pulsión del amigo, mi último libro de cuentos. El cuento es el género que más me ha costado. Antes llegué a estar satisfecho con mis poemas y mis novelas que con mis cuentos. Y en estos momentos no soy capaz de pensar en otro género. En Pulsión del amigo creo que he conseguido un conjunto que me define bien, el libro crece con cada uno de los cuentos, va a más; se trata de cuentos muy diferentes entre sí, por procedimientos y por temas, por personajes y por voces narradoras. Si tenía algún cuento que hiciera ‘familia’ con otro, elegía uno de los dos y dejaba el otro fuera. Ahí he publicado mi primer cuento sobre africanos. El libro se sitúa, creo que con naturalidad, en un lugar indefinido entre Madrid y Canarias, algo que era lógico cuando lo escribí. Ahí también está mi primer cuento carabanchelero. Los libros de cuentos son literatura fragmentaria: puedes conseguir que el conjunto esté cargado de sentido.      


Nicolás Melini (Santa Cruz de la Palma, 1969) ha publicado las novelas El futbolista asesino (2000) y La sangre, la luz, el violencelo (2005), los volúmenes de cuentos Historia sin cariño de Remedios Quiero Besarte(1999), Cuaderno de mis mayores (2002) y Pulsión del amigo (2010) y los libros de poemas Cuadros de Hopper (2002), Adonde marchaba (2004) y Los chinos (2012). Autor de los cortometrajes de ficción Mirar es un pecado e Hijo y del corto documental Bucarest 2005, fue colaborador en los diálogos adicionales de La balsa de piedra, largometraje de George Sluizer basado en la novela homónima de José Saramago, y coguionista del exitoso La raya, cortometraje de Andrés Koppel. Ejerció la crítica cinematográfica en el periódico La Tribuna de Canarias y en las revistas La Fábrica, Cinerama y Cuadernos del Ateneo, trabajo recogido en 2007 en su libro De cine (Cine español, norteamericano, francés y otros). Entre 2007 y 2009 editó el blog/revista La Mancha, un espacio para la narrativa en español, junto con los novelistas Juan Carlos Méndez Guédez, Ernesto Pérez Zuñiga y Juan Carlos Chirinos. Es el escritor español más joven incluido en el libro La narrativa española de hoy (2000-2010) La imagen en el texto I. Edición de Natalie Noyaret (Luminaires, Passages interculturels, Francia, 2011).

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