lunes, noviembre 07, 2016

Festival Eñe 2016

Este fin de semana se celebró el Festival Eñe, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Este año ha sido la escritora Marta Sanz la encargada de dirigirlo.
Yo llegué el viernes por la noche a Madrid, bajo una lluvia intensa y molesta que me desanimó a acercarme, así que mi visita se ciñó al sábado.


Sábado 5 de Noviembre. Lluvioso. Llegué sobre las 12:30 horas. En la sala chill-out los escritores de grafiti Jeosm, Sins y Deno charlaban moderados por Karina Sainz Borgo sobre su forma de relacionar texto e imagen.


A las 13:00 comenzaba en el Teatro Rojas Clemente el triálogo entre Cristina Fallarás, Peio H. Riaño y Gabriela Wiener titulado "Cultura, pornografía y prostitución". La conversación se centró exclusivamente en la pornografía, planteando si la consumen más las mujeres que los hombres, si existe un sentimiento de culpa ante el consumo de pornografía, si es posible que esa industria evolucione, que elabore un discurso político que la transforme y la haga evolucionar. Desde el principio, cuando Cristina Fallarás se dirigió a algunas personas del público para preguntarles si consumían pornografía y con qué asiduidad, el asunto se presentó con una intención provocadora y desinhibida.
Sobre este asunto recomiendo este enlace.


Antes de que abrieran de nuevo al público por la tarde, me acerqué a ver la exposición de fotografías de Robert Capa titulada "Capa en color". Pueden hacerse una idea visitando este enlace. 

A las 18:30 comenzó la charla que más me interesaba en principio, a cargo de Sara Mesa, Óscar Esquivias y Jordi Nopca: "Sobre el cuento". Resultó muy interesante. Se habló de que el cuento exige un lector más formado, y sin embargo sigue siendo considerado el hermano pequeño de la novela. Se habló de la homogeneidad de los libros de relatos, de su dificultad ante las editoriales, de que aún hoy en día hay gente que cuando escucha que uno escribe cuentos pregunta: "¿para niños?" Óscar Esquivias actuaba de moderador y estuvo natural y ameno. Sara Mesa mostró un discurso con el que me sentí muy de acuerdo. Jordi Nopca, por su parte, comenzó confesando que estaba muy nervioso pero terminó soltándose y exhibiendo un sentido del humor muy particular. 


Al finalizar, cada uno recomendó un libro de cuentos. 
Sara Mesa: Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez.


Óscar Esquivias: Familias de cereal, de Tomás Sánchez Bellocchio.


Jordi Nopca: Estrómboli, de Jon Bilbao, aunque aprovechó para recomendar también Siete casas vacías, de Samanta Schweblin y los cuentos de Etgar Keret.


El siguiente acto al que acudí fue el diálogo entre Benjamín Prado y Jesús Ruiz Mantilla sobre "¿Nobel a Dylan sí o Nobel a Dylan no?" Un asunto que me interesa, como saben los que se acercan a este blog. Esperaba un debate en el que se confrontasen los argumentos a favor y en contra, pero lo cierto es que los dos escritores parecieron estar de acuerdo desde el principio. Tan sólo se planteó si era un buen cantante o no. Benjamín Prado dijo que había escrito cinco mil páginas de poemas de una calidad indiscutible, y señaló que Rulfo es considerado uno de los escritores más grandes con tan sólo dos libros: "nadie se habría escandalizado si le hubieran dado en su momento el premio Nobel a Juan Rulfo". Y este comentario no tuvo réplica. Me pareció que faltaba polémica.


Acudí a la conferencia a cargo de Constantino Bértolo titulada: "Los libros que me hicieron daño" y me encontré con una sala abarrotada de gente. Bértolo leyó un texto en el que un personaje imaginario confesaba la relación de lecturas que le habían llevado a enfermar de literatura. De un modo ameno y no exento de humor repasó libros como Robinson Crusoe, Crimen y castigo, El buen soldado o El gran gatsby, en una especie de biografía en la que la evolución de la personalidad va directamente ligada a las lecturas de cada momento.
En esta conferencia pude reconocer entre el público a Luis Magrinyà y a Rodrigo Muñoz Avia. También tuve oportunidad de saludar a Nere Basabe y a David Pérez Vega. Y me hizo mucha ilusión encontrar allí a Marian Torrejón. 




Al salir, encontré que en la sala chill-out estaban leyendo poemas los escritores Erika Martínez, Carlos Salem y Alejandro Simón Partal.


No me daba tiempo para más. Había llegado el momento de regresar. No obstante, me asomé unos minutos para ver la charla titulada "Poemas a los que me hubiera gustado poner música y músicas que se merecen un poema, una canción". Los cantantes y compositores Christina Rosenvinge  y David Villanueva charlaban sobre esto con los escritores Carlos Zanón y Miqui Otero y el crítico Fran G. Matute.


Cuando salí del edificio del Bellas Artes ya no llovía en Madrid. Las calles estaban llenas de gente y en mi cabeza se iba formando este texto.


2 comentarios:

Juan Carlos dijo...

Después de leer tu entrada siento una gran pena por no haber podido asistir a los actos de los que hablas. Estuve fuera de Madrid. Qué interesante me parece la opinión sobre Dylan, aunque si estaban de acuerdo...; lo de enfermar de literatura ya es lugar común. Y qué envidia me das por la cantidad de gente que pudiste ver y saludar. A ver si el próximo año tengo oportunidad de asistir.
Un abrazo

David Pérez Vega dijo...

Hola Miguel:

A mí también me gustó poder saludarte el sábado.
La verdad es que leyendo tu crónica me doy cuenta de que tenía que haber ido antes y haber estado en más charlas.

Yo estuve, además de en la de Bértolo, en la de Pilar Adón, Juan Francisco Ferré y Andrés Ibáñez sobre "Malditos y fantasmas en la literatura". Se fueron bastante por las ramas, pero estuvo muy bien escucharles.

Un abrazo.
David Pérez Vega