lunes, noviembre 23, 2015

Festival Eñe 2015


El viernes 20 y el sábado 21 de Noviembre se celebró la séptima edición del Festival Eñe en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.


Cuando llegué sabía que la charla con Juan Goytisolo ya había comenzado, lo que no me esperaba es que me mandaran al anfiteatro porque la sala esta al completo. Conseguí acomodarme y disfrutar de la entrevista que le estaba realizando el periodista y poeta Antonio Lucas. Goytisolo estuvo censurado dieciséis años en España y dijo que ahora existe otro tipo de censura, la censura comercial. Con un evidente sentido del humor, contó que cuando le declaran persona non-grata sabe que tiene razón y, sin embargo, se siente muy inseguro cuando le dan premios. Respecto a los refugiados, es evidente la falta de coordinación política en Europa. Vive en Marruecos y recordó que sin la colaboración de este país España estaría como Italia o Grecia. También dijo que creerá en el tribunal de La Haya cuando el trío de las Azores comparezca por el desastre de Iraq y sus mentiras, lo que provocó el aplauso de los asistentes. Sobre el independentismo dijo que no se le ve un acuerdo próximo, y recordó que Luis Buñuel decía que "La patria es la madre de todos los vicios". Se declaró antinacionalista de todo tipo, sólo acepta la nacionalidad cervantina. Sobre la clasificación de prosa poética dijo que cuando algo se denomina prosa poética, suele ser cursi y deleznable, así que, si acaso, escribe prosa y poesía a la vez. Habló de algunos de sus libros, como La Chanca, Makbara o Cuaderno de Sarajevo. Sobre éste último contó que visitó Sarajevo gracias a Susan Sontag, y fue una experiencia impresionante. Goytisolo, nacido en 1931, demostró su lucidez y recibió una cariñosa ovación por parte de los asistentes al acto.



Baltasar Garzón y Ernesto Ekaizer tenían previsto hablar sobre el género negro como denuncia de la realidad social, pero los últimos acontecimientos en París, los atentados y el consiguiente estado de excepción, y bombardeo al territorio sirio, protagonizaron la charla. Se aceptan las restricciones de la violencia pero no se profundiza en el problema: hay que investigar a quién beneficia esa violencia, quién la financia. Baltasar Garzón dijo que hay medios para luchar contra estas situaciones sin saltarse el control judicial o ciertas libertades. Es necesaria la cooperación entre los países y entre los pueblos, refiriéndose concretamente al pueblo kurdo. Detrás del Estado Islámico existe un entramado de financiación, de comercio de armas, de petróleo, a través de mecanismos interpuestos que hay que denunciar. Combatimos los efectos pero no la raíz del problema. Todo el mundo se pone de acuerdo para bombardear un país pero no son capaces de consensuar una definición internacional del terrorismo, por ejemplo. También hay que abordar el trasfondo religioso de esta situación, no puede negarse. Arabia Saudí, país amigo, acaba de condenar a muerte al poeta Ashraf Fayadh, por renunciar a la fe islámica. Respecto a la diferencia en el tratamiento que la prensa da a estos atentados en relación a otros sucedidos en Beirut, Malí o Turquía, coincidieron en que nos acostumbramos a la violencia cuando no nos afecta directamente.



El escritor Juan José Millás conversó con Esteban Beltrán, director de la sección española de Amnistía Internacional sobre "las palabras del Poder y el poder de las palabras". Fue muy interesante. Los tópicos se fabrican con palabras y hay definiciones que, a fuerza de repetirse, terminamos aceptando sin llegar a analizarlas. Esto ocurre en todos los países. En Colombia denominan "actores armados" a los guerrilleros y al secuestro lo llaman "pesca milagrosa". EE.UU. desarrolló en 2001 todo un lenguaje alrededor del combate al terrorismo. Los detenidos en Guantánamo pasaron a llamarse "presos de alto valor", los prisioneros de guerra eran "enemigos no combatientes" y la tortura una "presión física moderada". Dijeron que la pobreza está secuestrada por los economistas, que diferencian entre "pobre coyuntural", por lo visto alguien que tuvo mala suerte, y el "pobre estructural", el pobre de sistema. Hablan también de "necesidades no alimentarias". Y los que llamamos "países en vías de desarrollo" son, ni más ni menos, países pobres. Millás habla de su obra de teatro Lengua madre, en la que plantea que el orden de las palabras no debería ser alfabético sino que debería decidirlo el mercado, algo que ahora suena cada vez menos surrealista. Repasaron otros eufemismos más recientes, como llamar a los recortes económicos "reformas estructurales necesarias" o al desahucio "procedimiento de ejecución hipotecaria". Una buena conclusión de este acto fue que "hay que estar en guardia para que no te la cuelen".



Entre medias, tuve tiempo de colarme algunos minutos en la charla que tuvieron Laura Revuelta, Pedro Crenes, María Teresa Cárdenas y Laszlo Erdelyi sobre el intercambio cultural entre España y América Latina, en el que se reivindicaba el importante papel que desarrollan las pequeñas editoriales en este sentido.


El sábado, Sergio Vila-Sanjuán, Fernando González "Gonzo" e Ignacio Elguero charlaron sobre el periodismo cultural. Resulta bastante evidente que los espacios culturales no tienen cabida en los medios de comunicación. Vila-Sanjuán dijo que el periodismo cultural debe combinar profundidad y amenidad. Son importantes el estilo, la forma y la extensión. Frente a las formas fragmentadas, señala que una de las publicaciones que mejor ha resistido la crisis ha sido "The New Yorker", algunos de cuyos reportajes llegan a ocupar las treinta páginas. También se debatió sobre qué se considera cultura y el posible elitismo de los espacios denominados culturales. ¿Tiene, por ejemplo, cabida el entretenimiento popular como el best-seller o la música ligera en un programa de este tipo o, al revés, tiene la cultura cabida en programas generalistas?


La entrega de premios del concurso Cosecha Eñe 2015 volvió a celebrarse en el marco de este festival. Tan sólo el año pasado, justo cuando yo fui uno de los finalistas, el acto cambió de fecha y de ubicación. La ganadora en esta edición ha sido la escritora boliviana Giovanna Rivero que participó en un debate sobre el cuento con dos de las finalistas de este año: Sonia San Román y Emily Roberts. Las tres, moderadas por Elena Medel, hablaron sobre sus respectivos relatos y sobre sus procesos de escritura.


Oscar Hahn y Chus Visor moderados por Antonio Lucas hablaron de poesía, tanto del libro de Hahn, Los espejos comunicantes, ganador del premio Loewe de poesía 2014, como de la comunicación entre poetas de uno y otro lado del Atlántico. Visor ha llegado a editar doscientos autores latinoamericanos como Gelman, Benedetti, Pacheco, etc. Hahn, por su parte, situó el origen de su poesía en la lectura de los poetas españoles del siglo XV, como Garcilaso, Góngora o Quevedo.


Carmen Boullosa y Raquel Robles conversaron sobre literatura latinoamericana actual, sobre el motivo de contar una historia. Se cuentan cuentos porque se intenta dar sentido al horror inmediato. Se habló del papel del arte ante la tragedia, del testimonio directo y personal y de convertir la realidad en ficción. En Argentina se había planteado este debate ante la publicación del libro de Julián López Una muchacha muy bella, que trata el tema de los desaparecidos aunque él no es hijo de desaparecidos.


Julio Llamazares y José Luis Cuerda, moderados por Juan Cruz, mantuvieron una distendida y divertida conversación en torno a sus proyectos, a sus intereses en común, plagada de anécdotas y recuerdos. Antes de que la película Total recibiera la Mención especial del jurado y la prensa en el festival de Montecarlo, un crítico español escribió un artículo titulado "Total, nada".


Manuel Vicent, El Roto y Ángel S. Harguindey, que hablaron sobre periodismo y literatura.


Almudena Grandes y Gabriela Ybarra mantuvieron un diálogo sobre la memoria personal y colectiva en sus obras. Recordar duele, pero es necesario.


Marta Sanz, Jorge Sánchez Cabezudo y Alberto Sánchez Cabezudo, protagonizaron un acto en homenaje al recientemente desaparecido escritor Rafael Chirbes. Marta Sanz compartió los recuerdos de sus conversaciones con Chirbes desde que lo conoció, siendo ella alumna de la Escuela de Letras. Por su parte, Jorge y Alberto Sánchez Cabezudo, que fueron quienes adaptaron la obra Crematorio para la televisión, comentaron las dificultades a las que se enfrentaron debido a la densidad de la prosa del escritor valenciano. Primero tuvieron que dibujar la trama principal, comprimir la obra, y luego, sin embargo, se vieron obligados a crear personajes que no estaban en la novela con el fin de poder reproducir con forma de diálogo lo que Chirbes escribe como monólogos interiores. Fue un acto muy ameno en el que la figura del escritor independiente y comprometido con su oficio que fue Rafael Chirbes tuvo un protagonismo absoluto.


También hubo muchos más actos, talleres exprés como el que dio Lola Larumbe bajo el título "Cómo ser librera en el Apocalipsis", lecturas poéticas a cargo de Leire Bilbao, César Scappa, Ana Curra, Ada Salas, etc. pero resulta imposible acudir a todo.


1 comentario:

Loli Pérez dijo...

Gracias por la crónica tan detallada Miguel, este año que más he podido asistir.
Este año el festival han estado Millás y Vicent todo un lujo.

Abrazos