miércoles, julio 05, 2006

Tragedia en Valencia

La ciudad se llenó de sirenas. Bomberos, ambulancias, policías... Se cortaron calles. Se instauró el caos. No sabíamos qué sucedía, pero sabíamos que algo había pasado, algo grave.
La psicosis te hace pensar en un atentado, lo primero.
Luego empiezas a saber. Accidente en el metro. Un descarrilamiento... Y se habla de muertos. Al menos cinco... ocho... más tarde, veinte... treinta y dos... hasta llegar a cuarenta y uno. 41. Una cifra.
Hasta que llegan los detalles.
Con los detalles llega el horror.
Los malditos detalles...
Saber que había niños.
Saber que el primer vagón volcó y la gente cayó a la vía a través de los cristales de las ventanillas.
Saber que la inercia y el empuje de los vagones traseros seccionaron y aplastaron cuerpos.
Ver a un hombre decir que tiene restos humanos pegados a su cuerpo.
Saber que quedaron a oscuras y que sólo se oían gritos y gemidos de dolor.
Ver a un superviviente en el tanatorio, como si no quisiese separarse de aquellos muertos, como si se hubiese convertido en uno de sus familiares.
Precisamente ayer estuve en ese tanatorio, por la muerte de la madre de mi cuñado.
La ciudad amaneció más silenciosa.
Parecía que todo era como el resto de los días, pero sabíamos que no era así.

10 comentarios:

El Miope Muñoz dijo...

Una horrible tragedia y lo siento porqué le haya sido cercana.

Clarice Baricco dijo...

Las tragedias internas no son nada a estas tragedias humanas.

Solidariamente te abrazo...

Alexandrós dijo...

Lo siento K. Un abrazo muy fuerte

- dijo...

A veces es mejor no conocer los detalles. Por puro egoísmo.

Un abrazo, amigo. Aún sigo por aquí.

sfer dijo...

Un abrazo. Y ánimo.

Silvia dijo...

Pocas cosas se pueden decir ante una tragedia así. A veces, la vida te asesta golpes duros difíciles de olvidar y más cuando mueren inocentes.
Mi mas sentido pésame para el pueblo valenciano y mi abrazo grande.
Besos

Juan Jacinto Muñoz Rengel dijo...

Tu prosa limpia y tu proximidad al dolor me han hecho acercarme más a los valencianos que estos días viven el horror.

Recuerdo que precisamente fue un "detalle" del 11M lo que finalmente logró romperme por dentro: la voz de una chica joven, desde el amasijo de hierros, dejando un mensaje de gemidos en el contestador de su novio (evidentemente me imaginé a la mía dejándomelo a mí).

Leyéndote se me ha venido a la cabeza el inquietante poema "Miedo", de Raymond Carver:
http://www.geocities.com/versoados/webpoemas/r.carver.htm

Miguel Sanfeliu dijo...

Gracias a todos.
El detalle que yo recuerdo del 11M es la fila de cadáveres con sus teléfonos sonando.

Laura Diaz dijo...

Otro abrazo.

La imagen del 11M que escribiste yo no puedo sacármela de la cabeza.

Rosa Silverio dijo...

Sentí mucho lo de Valencia porque he estado allí y me encanta la ciudad. También porque uno se cansa de las tragedias. Este mundo necesita más belleza, más alegría.

Un abrazo solidario.