martes, julio 11, 2006

Sobre el anonimato

Existen una serie de reglas en el mundo de los blogs. Reglas que es fácil saltarse.
Desde hace unos días, me pregunto por qué se suele utilizar un pseudónimo.

En primer lugar, se me ocurre que iniciar una aventura en internet es una especie de acto exhibicionista que provoca, en cierta medida, desconocimiento, precaución y miedo; porque uno no sabe muy bien dónde se está metiendo. Saber que te pueden leer desde cualquier parte del planeta produce cierta sensación de vértigo. Internet es un terreno inmenso y desconocido y, al asomarnos a él, lo hacemos con cuidado, metiendo la punta del pie para ver si nos quemamos o no. No sabes quién está al otro lado. Oyes hablar de psicópatas, de pervertidos, de delincuentes en la red, y procuras andarte con cuidado, como si avanzasemos de noche por un callejón oscuro. No sabes si algo de lo que escribas podrá molestar a alguien. No sabes si despertarás las iras de un exaltado. No sabes si lo que vas a escribir gustará o no. Así que el pseudónimo te permite mantener la puerta abierta por si hay que salir corriendo. Te sientes inseguro.
Por otra parte, el pseudónimo te ofrece varias cosas que resultan atractivas: desinhibirte y ser otro. Puedes adoptar la personalidad que más te guste, puedes convertirte en aquello que la realidad siempre te negó, y te sientes con la libertad de no tener que guardar las formas o mantener una imagen. Todo eso te permite avanzar con aplomo, porque de pronto te acabas de convertir en el héroe de tu propia aventura.

Sin embargo, llega un momento en que las inseguridades empiezan a desaparecer. Y te empiezas a sentir a gusto en tu nuevo espacio. Además, puede que tengas la suerte de sentirte arropado por un grupo de gente que te visita y te deja comentarios amables e inteligentes. Algunas de esas personas, más valientes, firman en sus blogs con sus nombre auténticos. Entonces, es posible que sientas el deseo de compartir algo más con ellos, mostrarte tal cual eres. De hecho, empiezas a apuntar detalles personales, con cuentagotas, pero que son un claro ejemplo de que empiezas a bajar la guardia.

29 comentarios:

Alicia Liddell dijo...

El nombre nos lo imponen. El pseudónimo lo elegimos.

Dejando al margen el manto anónimo que supone, el pseudónimo nos dota de atributos que el nombre evita.

La elección del pseudónimo permite demostrar nuestra admiración por un personaje; la identificación con otro ... incluso aversión.

Un pseudónimo de alguna manera nos define, aunque sea de forma sutil y en ocasiones errónea.

Demos un vistazo a los pseudónimos que le frecuentan: Asmadeus (concomitaciones demoníacas) Alexandrós (heróicas)Analibis (a mi me suena a egipcio o así)usted mismo, Kafkaprocesado, que es un tributo de admiración.

¿Qué más da el pseudónimo? Nadie me conocería mejor por mi nombre y apellido.

Alicia Liddell dijo...

¡Olvidé Malambruno!!!!

Pero sólo fue un instante, como puede comprobarse por la hora de los dos post.

Me niego a pensar que es un gigante cruel. Más bien creo que es un gigante bromista.

malambruno dijo...

Kafka, tus reflexiones tan atinadas como siempre. Pero el tema me parece tan interesante que no sé si necesitaré un post o por lo menos un poco de tiempo para expresar mis ideas con algo de claridad.
Y Alicia... ¡Ay!
Menos mal que luego me has llamado gigante bromista. Halagadora definición que no sé si merezco. La duda que siempre he tenido -ya manifestada en alguna ocasión- es si soy un gigante o un molino.

Clarice Baricco dijo...

Estoy de acuerdo en todo lo que has escrito.

Yo admiro a los pocos atrevidos que desde el principio se mostraron.

Quiero compartirte que entre tantos escritores que admiro, opté recordar y agradecer a un buen amigo que me dio a conocer a Clarice Lispector y Alessandro Baricco.

Obvio que también me enamoré de las letras de éstos.

Empecé a jugar y a fabricar nombres y me gustó la combinación de Clarice Baricco.

Pero la realidad es que fue mi miedo lo que me hizo esconderme bajo un seudónimo.

Y todo porque yo nunca había escrito publicamente, por eso era el miedo de nombrar mi propio nombre.

También la realidad es que cada escrito lo hago con el corazón de mi cuerpo, por lo tanto, es mi esencia.

Y quiero sentirme una Clarice, y así huya hacia adentro, sigo siendo la misma, aquella que tiene un nombre real.

Empezó mi etapa de tirar el miedo.

Ahora sé que los que les gusta mi alfabeto de viento, se quedarán conmigo.
Ahora sé que esos pocos, no se decepcionarán de mi cuando sepan que me visto con un seudónimo.

En lo personal a mi no me ha interesado si usan o no, un seudónimo, lo que me importa es que me aporten, que me enseñen, como tú lo has hecho.

Mi querido Kafka...¿será que ya nos llegó el momento del destape?

Recibe mi aprecio con y sin seudónimo.

Laura Diaz dijo...

Estimado Kafkapro:

Usted siempre con post tan interesantes y que dan lugar a animadas y profundas discusiones!

Tal vez sea el tiempo de algunos del destape, y si así fuera, adelante.

En lo personal, ni loca. Solamente un puñado de conocidos saben de esta aventura mía. Mi realidad es muy cruel, me rodean seres macabros que me hacen la vida imposible en mi profesión, he llegado a temer por mi vida. No es broma y menos aún paranoia (varias carpetas de pruebas se acumulan en el estudio de mi abogado y los originales en cajones de mi mesa de trabajo). Si hubiese sido un poco paranoica,quizás hubiese previsto esto que me viene sucediendo desde hace varios años.

Por eso, mi anonimato es la más saludable manera que tengo para expresarme casi libremente, y no tener que escapar definitivamente de este pedazo de tierra con 3millones de habitantes.

Ya ves, muchas razones pueden llevarnos a camuflarnos.

Laura Díaz (La amante de Bolzano)es casi todo lo libre que desearía ser ésta, su servidora.


Saludos!

Miguel Sanfeliu dijo...

Alicia, está claro que la persona va más allá del nombre. El pseudónimo como juego o tributo es una opción que puede definirnos en ciertos aspectos, los que queremos resaltar, probablemente. Y, en ese sentido, es una máscara.

Malambruno, tome usted el tiempo que necesite. Le espero.

Clarice, veo que compartimos la misma inquietud. Da la impresión de que también ha pensado en esto, por eso haces la pregunta en plural: ¿Nos ha llegado el momento del destape? Tal vez.

Laura, tus palabras me han dejado un poco anonadado. No tenía ni idea de que la situación fuera tan terrible. El pseudónimo como arma para sobrevivir. En este caso no es una opción, es evidente.
Cuidate mucho.

Miguel Ángel Muñoz dijo...

A veces nuestro nombre puede ser el más rocambolesco seudónimo, porque todos no somos más que la suma de nuestras ocultaciones.
Preguntémosle a Pessoa.

Laura Diaz dijo...

Kafkapro, lo bueno del anonimato es que se sepa nada (o poco) de algunas cosas. Mi profesión nada tiene que ver con escribir. Nada. Por eso este espacio,mi blog, los blogs, son mi tierra de libertad.

Siempre dije que algún día contaría la historia (mucho antes de iniciar esta aventura en la que me estimuló mucho un hermano). Pero ese día aún no llegó. Si no llegara a hacerlo yo, lo harán mis buenos amigos.

Hay veces que elegimos caminos que jamás imaginamos podían conducirnos a jaulas de leones.

Saludos

Portarosa dijo...

De acuerdo en todo.

Pero en ocasiones no es que no quieras que tus desconocidos lectores lleguen a saber quién eres, sino que lo que tratas de evitar es que algún conocido no bienvenido llegue por casualidad hasta tu blog y acceda así a tus ideas, a tus sentimientos, a tu tiempo libre, a tu intimidad.

Un abrazo.

Alicia Liddell dijo...

Portorosa tiene muchísima razón. Imagínese si el calzonazos que tengo al otro lado de la puerta leyera por azar uno de mis comentarios. Sería cadáver.

sfer dijo...

Por provocar, por mostrar o por todo lo contrario, por esconder, por homenajear, por dar rienda suelta a la imaginación o por falta de la misma, por fingir o por mostrarse tal y como es, tal y como nos ven, tal y como nos vemos, tal y como nos gustaría ser, tal y como fuimos... tantos razones como personas, que al fin y al cabo, tras un nombre+apellido o un pseudónimo, es lo que hay.

Miguel Sanfeliu dijo...

Laura, espero de verdad que encuentres aquello que vas buscando.

Portorosa, sí señor, es una opción que no había incluido y que también es importante.
¿Cómo va el bebé?

Alicia, déjale leer algo, seguro que te sorprende.

Sfer, gracias por el comentario humanista. A fin de cuentas, esto es un acto de comunicación de un grupo de personas con intereses comunes.

Portarosa dijo...

Ahora mismo he tenido que acunarlo un poco, porque no se dormía. Pero me encanta acunarlo.

Un abrazo.

Shiba dijo...

Hola Kafka... te devuelvo mi vista a mi blog, y de paso aprovecho para leer tu última entrada... la verdad es que el pseudónimo (en mi caso no se diferencia mucho de mi nombre original) forma parte de una identidad suplente, de una máscara si quieres; en Internet de algún modo puedes casi elegir cómo quieres ser, y de ahí escribir, publicar, los pseudónimos, la imagen de perfil...

Se crean mundos paralelos al tuyo, con gente que no conoces en persona...

Magda Díaz Morales dijo...

Muy cierto lo que dices. En esto de los blogs es el tiempo el que nos va dando conocimiento de muchas cosas sobre el tema. Al inicio, al menos a mi me sucedió, ignoraba absolutamente todo sobre blogs, y no es facil ir aprendiendo.

Creo que lo esencial es hacer lo que uno desea, es como nuestra casa.

Muchos saludos.

Anónimo dijo...

Ah, y otra cosa que considero muy importante en el tema de los blogs: la ética bloguera, el respeto a los demás blogs, recordar que es la casa de otro, que tiene sus invitados (sus enlaces) y nos permite entrar a todos los que queramos, enlazados o no, para disfrutar de su compañia y respetar todo lo que ahi hallamos, y gozar de su belleza.

Clara dijo...

¿Sabes que me gusta mucho esto que dices del pseudónimo? No me había parado yo a pensarlo...
Por cierto: ¿sabes que eres la primera persona que deja un mensaje en mi bloc en castellano? Esto desde diciembre de 2005. A mi también me gustará leerte.

Rosa Silverio dijo...

Cuando abrí el blog lo hice con mi nombre pero en principio sentí cierto temor porque sabía que podía exponerme demasiado y me podían hacer daño.

Poco a poco fui sintiéndome cómoda, confiada, y un grupo de amigos (y otros blogueros) comenzaron a visitarme y a darme su respaldo.

También me han provocado algunos dolores de cabeza los comentarios anónimos, no de blogueros con seudónimo, sino de gente que no se identifica y te deja una nota grosera, por lo general de índole sexual.

Hace poco me dejaron en un post sobre la muerte de mi padre una nota breve de contenido sexual que al parecer pertenece al mismo anónimo que ya me ha molestado varias veces con lo mismo.

Son esas las cosas que hacen que uno se comporta con cierta aprensión.

Pese a ello, me encanta y me alegra que los blogs sirvan para que personas tímidas o a las que les interesa por algún motivo proteger su identidad, pueden tener un espacio en la red al que hacen suyo y desde el que comparten lo que piensan y sueñan.

Tengo una amiga muy querida que personalmente es tímida e introvertida, pero el blog le permite conectar con la gente, sacar de su interior aquello que piensa y que no logra manifestar con palabras. Además, ella escribe poesía pero al ser tan tímida le cuesta compartir su trabajo con los demás, pero desde que tiene el blog puede poner allí sus trabajos, sin sentir la presión y el terror que se experimenta cuando se publica en papel.

Por otro lado, debemos recordar que antes de los blogs, mucho antes de esta revolución tecnológica, ya un gran número de escritores habían publicado su obra escudándose detrás de un seudónimo, pero eso no cambia el valor de su obra, que a fin de cuentas, es la que cuenta pues la vida del autor puede ser muy interesante pero si su obra es basura, entonces todo lo que escriba sólo servirá como referencia biográfica.

Yo secundo lo que dice Magda y creo que cada persona debe hacer aquello con lo que se sienta cómoda y libre.

Cariños,

Ro

Rosa Silverio dijo...

Se me olvidó comentar que me gustó mucho el último señalamiento de Magda sobre la ética bloguera. Yo pienso que lo que escribimos en nuestro blog y en el de los demás, dice mucho de nuestra integridad, responsabilidad y respeto hacia nosotros mismos y hacia los demás.

Miguel Sanfeliu dijo...

Miguel Ángel, el ejemplo de Pessoa es muy interesante y oportuno, desde luego.

Portorosa, es usted un padrazo.

Hola Lucinda, gracias por la visita.

Solodelibros, me da la impresión de que hablas en referencia a un asunto privado al decir que quizá por accidente.

Magda, totalmente de acuerdo. Cada uno tiene que hacer lo que desea. Pero a veces te preguntas si con ello no te estarás metiendo en algún lío. Por otra parte, el asunto de la ética bloguera es muy importante, quizá un tema para una nueva entrada. El respeto y la cortesía me parecen fundamentales.

Clara, gracias por la visita.

Rosa, al principio de iniciar este blog recibí unos cuantos comentarios del Señor Anónimo denigrando e insultando lo que yo había hecho. Fue un inicio que me dejó un poco aplastado, por decirlo de alguna forma. Pero, como esto de los blogs se va aprendiendo poco a poco, eso me estimuló a aprender a eliminar los comentarios insultantes y no tuve reparos en limpiar el sitio y dejarlo como si nada hubiera pasado. (O casi, porque conservé uno de ellos). No me disgustan las opiniones desfavorables, las tengo que asumir, pero sí las que faltan al respeto, esas no merecen ninguna consideración.

un saludo a todos.

Anónimo dijo...

Sobre la heteronimia.
No sé quien soy, qué alma tengo.
Cuando hablo con sinceridad, no sé con qué sinceridad hablo. Soy variadamente otro que un yo que no sé si existe (si es esos otros).
Siento creencias que no tengo. Me arroban ansias que repudio. Mi perpétua atención sobre mí perpetuamente me denuncia traiciones del alma a un carácter que quizás no tenga, ni ella cree que tengo.
Me siento múltiple. Soy como un cuarto con innumerables espejos fantásticos que dislocan reflejos falsos, una única anterior realidad que no está en ninguno y está en todos. Como el panteísta se siente árbol, y hasta su flor, yo me siento varios seres. Me siento vivir vidas ajenas, en mí, incompletamente, como si mi ser participase de todos los hombres, incompletamente en cada uno, mediante una suma de no-yos sintetizados en un yo postizo.
!Sé plural como el universo!

Rosa Silverio dijo...

Kafkaprocesado:

Algunos comentarios anónimos, en especial en inglés, son basura que traen enlaces que si entras a ellos te descargan virus que te estropean el ordenador.

¿Cómo escogen a sus víctimas? De manera aleatoria y en especial aquellos blogs en los que el registro es sencillo y puede hacerse de manera automática.

Por eso te recomiendo que contemples la posibilidad de activar la opción que te da Blogger de la Verificación de la Palabra. Así todo el que te quiere dejar un comentario, aunque sea anónimo, tiene que escribir seis caracteres que le saldrán. De esta manera se evitan esos comentarios basura.

En principio me pareció una pesadez, pero luego vi todos los beneficios.

Miguel Sanfeliu dijo...

Muchísimas gracias, Rosa.
Ya me explicó lo de la verificación de la palabra Sfer, pero lo cierto es que no lo había hecho porque no entendía su utilidad.
Sobre los comentarios que dices, hay algunos de esos al principio de este blog (no entré en el enlace que ofrecen, menos mal). Los borraré de inmediato.
Activo la palabra ya mismo.
Eres muy amable.

Francisco Ortiz dijo...

Yo creo que sólo eres anónimo en lo que se refiere al nombre. Me explico. En el ritmo de tus escritos, en las palabras que eliges, en la longitud de las frases, en los temas que eliges para las entradas estás tú. Si tantos te escribimos un día como hoy es porque de alguna manera te conocemos y apreciamos lo que haces. Los que estamos casados a veces nos quedamos mirando a nuestra pareja y durante un segundo es como si no la conociéramos, pero no dudamos de ella. Hay otros conocimientos que nos llegan de forma diferente, misteriosa incluso. Con ella es amor y con gente como tú y como otros que escribís en vuestros blogs es empatía, prefacio de la amistad.

Sir Alsen Bert dijo...

En el segundo párrafo no estoy de acuerdo contigo. Lo cibernético y lo real tienden a fundirse sin que te des cuenta y con el tiempo, ese nick inventado se convierte en copia de su creador, sibilinamente, pacientemente, suculentamente.

Es difícil crear un esquizofrénico de la nada.

Saludos.

Anónimo dijo...

yo creo que para ser anonimo uno tiene que tener " posibles ". Por ejemplo: cuando me toque la bonoloto me hare anonimato

Miguel Sanfeliu dijo...

Francisco y Alsen, en cierto modo vuestros comentarios vienen a ser complementarios, comparten la misma idea, que me parece muy acertada. El pseudónimo es sólo una marca, pero desde luego soy yo en todo lo que escribo.
Supongo que podría crear una personalidad distinta y escribir un blog con ideas provocadoras, anécdotas falsas, vivencias ajenas... en ese caso me convertiría en un personaje. Sin embargo, es probable que, aún así, terminase apareciendo mi verdadero yo.
Sea como fuere, lo único cierto es que soy yo en este blog.
Un saludo.

Yosua, deja de hacer el tonto hombre.

: ) dijo...

Exacto , yo por ejem . Mi nombre no es este ! Motivo !! Ya lo dijiste ... la libertad de ser uno mismo sin que sepan quien eres !!!
Me gustó !!

Tana dijo...

Pues... yo quería mi rinconcito para soñar, para que soñaran conmigo, o incluso para que me dieran un tironcito y me pusieran los pies en la tierra de vez en cuando. Lo malo de saberse leído por conocidos es que... el miedo a herirles hace que tengas que contenerte a la hora de escribir. Muy poca gente de mi entorno sabe que tengo el blog y de lo poco que compartí esta aventura, me he arrepentido en un par de ocasiones. En cambio ¡qué ingénua! no me oculté bajo un nick. De Tatiana la gente se suele quedar con "Tati" para acortarlo simplemente, y nunca me gustó. Cuando una de mis tías me "rebautizó" con el cariñoso "Tana" -allá por mis doce años- me sentí realmente identificada. Sí, Tana soy yo.
Un besote, Kafkaprocesado :)