Sergei Dovlatov nació en la antigua URSS en 1941. Trabajó como periodista y, tras un periodo de enfrentamientos con las autoridades, emigró a EEUU. Al parecer, editó todos sus libros fuera de Rusia. Murió en 1990.
Dovlatov es, esencialmente, un autor de relatos. Su libro "La maleta" lo editó la editorial Metáfora, junto a otros representativos y muy interesantes autores europeos. Bohumil Hrabal, Ismail Kadare, Miljenko Jergovic, Danilo Kis o Michal Viewegh entre otros. Desgraciadamente, esta editorial no parece haber sido capaz de sobrevivir a la vorágine del mercado editorial español. Muchos de sus titulos se están saldando a precios irrisorios*.
La maleta se basa en el hecho de que cada emigrante, al abandonar Rusia, no podía llevar más de tres maletas. Esto indigna al autor. Se ve obligado a desprenderse de sus libros y de sus muebles y, finalmente, lo que decide llevarse le cabe en una sola maleta, de aglomerado, forrada en tela, atada con las cuerdas de tender la colada porque la cerradura no funciona. Y esa maleta le acompaña durante todo su viaje, sin que en ningún momento la abra. Todo esto nos lo cuenta en el prólogo, todo un ejemplo de concisión. Y nos dice que al llegar a Nueva York alquiló un piso en una buena zona y guardó la maleta en el rincón más lejano del armario empotrado. Y entonces viene el siguiente párrafo:
Transcurrieron cuatro años. Nuestra familia se reconstruyó. Mi hija se convirtió en una norteamericana adolescente. Nació mi hijo. Creció, y comenzó a hacer travesuras. En una ocasión, mi esposa, perdida la paciencia, le gritó:
—¡Métete ahora mismo en el armario!
El niño pasó unos tres minutos en el armario. Después, lo dejé salir.
—¿Te dio miedo? —le pregunté—. ¿Lloraste?
—No —respondió—. Me senté sobre la maleta.
Entonces, saqué la maleta. Y la abrí.
¿No es soberbio?
Después de esto, el autor va extrayendo los objetos que encuentra en esa maleta: un traje cruzado, una camisa de popelín, unos botines, una chaqueta de pana forrada de piel sintética, un gorro de invierno, tres pares de calcetines finlandeses de crespón, guantes de conductor y un cinturón militar de cuero. Y cada uno de estos objetos lleva emparejada una historia, un recuerdo, una pieza más que va construyendo, parcial y fragmentadamente, la vida y los recuerdos de Rusia del autor.
Su estilo huye de la nostalgia y de la retórica, utilizando el humor como elemento distanciador, pese a lo cual se percibe cierta tristeza. Narra en primera persona, con un tono no exento de sarcasmo. Es muy rápido, dinamiza el texto con diálogos endiabladamente eficaces. A veces, introduce historias dentro de la historia, disgresiones que le permiten delimitar las situaciones. Y nos presenta a personajes entrañables. Nos habla como un amigo acodado a la barra de un bar y la mirada perdida.
Acaba de publicarse otra colección de relatos de Dovlatov, "El compromiso", por Ikusager Ediciones. Lo tengo aquí, a mi lado.
* En Valencia creo que aún se pueden encontrar en la sección de ofertas de la librería "Paris-Valencia", en la calle Pelayo –no cobro comisión-.
20 comentarios:
Otro libro que me presentas. Gracias. Anotado y a buscarlo. Espero encontrarlo.
PD. A mi también me gusta Murakami.
Leí "Sputnik, mi amor" y "Tokio Blues" y me encantaron.
Quiero leer los que me faltan.
Con Tokio Blues anduve como cinco días afectada.
Pues sí que eres buen tentador, tú...
Gracias.
Claudio Bertoni, poeta chileno, es notable y creo que es más notable cuando, como dices tú y como soy yo, no eres un gran lector de poesía. Él sirve mucho para adentrarse. Lo mismo que Nicanor Parra, que creo que en España no es muy conocido, pero que son muchos los que le deben la vida a Parra, incluyendo a Bolaño.
Saludos y me alegra que te haya gustado el poema.
Nos seguimos leyendo.
Un autor que intuyo bueno. El fragmento es, desde luego, magnífico. Gracias por el descubrimiento.
¡Un saludo!
No he lo he leído. El tema me sedujo y he llamado a mis librerías favoritas de Montevideo, pero no está. Quedará esperando mi próximo viaje a España...
Como nieta de migrantes, rodeada de migrantes, amiga de tantos que han debido irse de acá, amiga de varios ex-exiliados, con un hermano que ha se ha ido ... el asunto ese de las maletas me moviliza mucho.
Recuerdo como si fuera hoy una tarde de sábado, cinco años atrás, a una de mis sobrinas de apenas seis años, con su mochila a la espalda, una enorme bolsa de papel con cajitas y rollos de pósters y arrastrando una maleta, para subirse al coche que la llevaría al aeropuerto.
Recuerdo a mi hermano y a mi cuñada, quitando a todos los CD las cajitas de plástico, colocándolos en sobrecitos de papel, llenando una maleta de música...
Recuerdo a mi cuñada llegando a casa con una enorme maleta repleta de cacerolas, platos, cubiertos, cafetera, vasos, cucharas de madera, cucharones, manteles,....y ponerlos sobre esta misma mesa para que sus cuñadas eligiéramos...Hoy mismo he preparado lentejas para la cena con su cuchara de madera.
Cada uno podía llevar solamente 2 maletas de 25 kg cada una. Eligieron tanto que llevaron casi nada. Desde entonces, en cada viaje, mis hijos y yo les hemos ido llevando parte de lo que han dejado clasificado en orden.
También recuerdo a una amiga que marchó para España en 1989. La vi alejarse detrás de las puertas de Migración, pareciendo un arbolito de Navidad...
Ya escribí demasiado!
Ojalá consiga La maleta pronto
Saludos
Algunos autores que tienen cosas interesantes que decir optan por ir directos al grano, no se entretienen en recargar la prosa, como si tuvieran urgencia por contar su historia. Los que nada tienen que decir y escriben muy bien deberían de replantearse a veces un par de asuntillos. Kafka: felicidades por seleccionar a un autor como éste, tan desgraciadamente desconocido.
Ah, y la inserción de un fragmento de la obra ( más aún éste ), doble acierto.
Kafkapro, Necesitaba pertrecharme de alguna lectura y he sucumbido a tu tentación intentando encontrar " La Maleta", pero... ya no, (en librerias Paris-Valencia), habrá que buscar en librerias de viejo como dice solodelibros.
Gracias por tus sugerencias pue no me doy por vencido.
También saldado en Metáfora, hazte si puedes con "Laúd y cicatrices", de Danilo Kis, con algunos relatos muy interesantes.
Muy buena entrada, kafka, de apellido M.S.?
Un abrazo.
Buena recomendación maestro. Tendré que apuntarlo en la lista.
Un abrazo
Las maletas siempre han sido símbolos de tantas cosas...
Yo ahora me estoy mudando y no sé qué hacer con ellas. Me faltan por todos lados y a la vez me sobra tanto...
Solodelibros, creo que son más fáciles de encontrar en tiendas donde se saldan ediciones que en las librerías de viejo.
Clarice, supongo que éste sí será difícil de encontrar, al menos en la edición que yo nombro, pero quizá haya algo de éste autor en otras editoriales que desconozco.
Portorosa, gracias a ti por tus siempre amables comentarios.
Diego, nos seguimos leyendo,en efecto.
Alvy, me alegra que te guste éste fragmento. Lo cierto es que se puede decir que compré el libro casi por éste párrafo. Lo abrí y leí esas palabras. Cuatro años en unas pocas frases. Me pareció magnífico.
Laura, un comentario como el tuyo es un lujo para este blog. Muchas gracias por compartir esos recuerdos, esos sentimientos.
Tu blog fue un importante descubrimiento para mí. Espero, de verdad, que sigas escribiendo.
Francisco, gracias por tu comentario. A mí también me gustan los escritores que van directos al grano, los que son capaces de crear un mundo con unas pocas frases, pero no hemos de olvidar que existen muy buenos libros escritos con un lenguaje, digamos, más barroco, más "literario". Claro que a veces el estilo suele ocultar una falta de ideas. Un libro en el que sólo hay estilo no me interesa. Gracias por tus palabras.
Ojo-ojo, siento escuchar eso. Cuando escribí ese dato me consta que aún quedaban al menos dos o tres ejemplares. Vaya. (Me gusta la foto que te has puesto en el perfil).
Miguel Ángel. Gracias por la recomendación. Por fortuna tengo el libro que dices. La verdad es que casi me llevé todos los que tenían de esa editorial cuando los encontré de saldo. No hay nada como salir de una librería con un par de bolsa bien llenas, deseando llegar a casa para dedicarle un sosegado espacio de tiempo a cada libro.
Jose Antonio, gracias por tu comentario. Sigo el proyecto de tu blog con gran interés. Tú eres el maestro.
Anilibis, te eché de menos, me alegra que estés de vuelta. Me parece interesante ésa sensación de que a uno le sobran cosas.
Un saludo a todos.
K.
Solodelibros, en efecto, es difícil que un comentario pueda transmitir la importancia, intensidad o dimensión de una obra, máxime si se trata de un clásico de envergadura, lo único que podemos intentar es reflejar lo que esa lectura supuso para nosotros, lo que nos impresionó. En ese sentido tus comentarios me parecen siempre sinceros.
Un saludo.
En agosto del año pasado escribí una entrada sobre los objetos que nos invaden y los quebraderos de cabeza que nos ocasionan cuando nos mudamos.
No creo que a Analibis le sea de mucha ayuda, pero sé como se siente.
Alicia, acabo de leer esa entrada. Tiene tu sello, sin duda.
Pero me llamó también la atención la titulada "Lecturas". Suscribo todo lo que dices, aunque debo admitir que a mí se me cayó de las manos "El nombre de la rosa" (mea culpa)
También hace tiempo que dejé de imponerme la obligación de terminar los libros.
¿Has leído "Como una novela"? Creo que te gustaría.
Un saludo.
Si fuera tan amable de darme la referencia ... Ayer compré dos: "Diario. Una novela" de Chuck Palahniuk, y "Curso de librería" de Fernando San Basilio a recomendacón de Solodelibros.
"Escrito en el cuerpo" estaba agotado, así que, Sfer, tendré que esperar hasta la próxima incursión.
Por favor Kafka, modérate que no doy abasto
Un saludo
Alicia:
"Como una novela", de Daniel Pennac, editorial Anagrama. tienes una reseña en el siguiente enlace:
http://www.casadellibro.com/fichas/fichabiblio/0,1094,2900000290024,00.html?codigo=2900000290024&titulo=COMO+UNA+NOVELA
Alexandrós, haré lo que pueda. Gracias por seguir ahí.
Me encanta, me encanta la historia y te aseguro que leeré el libro.
Me recordaste cuando yo recogí todas mis cosas en España para regresar a mi país. Recuerdo que dejé muchísima ropa, zapatos y otros objetos, pero sentí un fuerte dolor cuando me di cuenta de que las maletas ya estaban repletas y no me cabían todos los libros que había comprado.
Lloré muchísimo pero por suerte luego me trajeron esos libros que no pudieron viajar conmigo.
Gracias por compartir tus lecturas con nosotros.
Ro
Gracias a ti, Rosa, por dejar siempre un comentario amable en este blog.
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