sábado, septiembre 30, 2017

Hay Festival Segovia 2017

Un año más se celebró el Hay Festival de Segovia. Contaré brevemente los actos a los que acudí, por no faltar a mi cita, aunque debo reconocer que percibo cierto desgaste. Creo que faltan propuestas nuevas, que algunos invitados ya han repetido varias veces, tal vez demasiadas, y que falta más presencia de escritores internacionales. La oficina de entradas del Festival ha sido trasladado a un edificio próximo a la iglesia de San Martín. La mayor parte de los actos siguen ubicándose en la IE University, campus de Santa Cruz La Real, por lo que la dispersión es mayor y a veces llegar de un acto a otro a tiempo resulta complicado. También se echa en falta un papel más relevante de las librerías de la ciudad. Recuerdo que un año hubo una pequeña Feria del Libro montada en la plaza Mayor, ¿por qué desapareció esta interesante iniciativa?


Llegué a la charla de Ana Gavín con el escritor Antonio Muñoz Molina. El autor habló de las ciudades en las que ha residido y del modo en que percibimos esos lugares. Uno debe entrenarse cuando visita una ciudad y aprender a observarla, a fijarse en lo que la define. Dijo que iba a instalarse con su mujer en Lisboa, que era una ciudad que todavía conservaba su esencia y que respetaba la historia de sus rincones, de sus comercios. En Madrid ha habido un afán por modernizarlo todo, por transformar la ciudad con urgencia. También habló de sus inicios como escritor, de su primer viaje a Madrid siendo un muchacho y lo que le costó adaptarse.


Uno de los actos que más esperaba era la charla de Jeanette Winterson. pensé que iba a ser una conversación con Peter Florence sobre sus influencias literarias, pero la escritora se plantó en medio del escenario, sola, de pie, y pronunció un discurso de cuarenta y cinco minutos sobre Shakespeare, sobre "Cuento de invierno" y su nueva versión en los escenarios, sobre el amor, sobre su juventud, sobre la época que vivió en un coche. Sin guión, sin ningún apoyo, como si lo llevara aprendido de memoria. Me pareció fascinante.


En el Palacio Quintanar se celebrara una charla con los escritores Juana Adcock y Manuel Astur, ambos elegidos como dos de las "Diez Nuevas Voces de Europa" por Literature Across Frontiers. La charla la moderaba la escritora Marifé Santiago y se centró en la obra de los dos autores, principalmente en su poesía. Hubo también lectura de algunos de sus textos. Me hubiera gustado que comentaran cómo estaban viviendo la experiencia de formar parte de esas Nuevas Voces, pero no entraron en esa cuestión. Tuve que irme un poco antes de que finalizara para poder llegar al acto siguiente.


La charla de Javier Marías estaba llena, no cabe duda de que es un autor que interesa a la gente. Su discurso es ameno y se centró en su último libro, "Berta Isla". Se podría decir que fue una presentación de libro en formato gigante. Habló también de su método de trabajo, de su manía por seguir escribiendo a máquina, de los borradores de sus novelas…


Uno de los puntos fuertes del festival este año era la presencia de Richard Ford. Creo que había levantado gran expectación, pero el acto se suspendió cuando el autor norteamericano decidió no viajar a España después de los atentados de este verano en Las Ramblas de Barcelona. Así que, en su lugar, fui a ver la charla con Fernando Aramburu y es posible que saliera ganando porque fue realmente interesante. Aramburu se mostró cercano, sencillo y contó con sinceridad todo lo que le estaba suponiendo el éxito de su novela "Patria", de la que desveló algunas claves.


Por último pude ver al fin el interesante documental "Vida y ficción", realizado por José Ovejero y Edurne Portela, en el que varios autores hablan de cómo entienden la escritura, entre otros Marta Sanz, Hipólito G. Navarro, Antonio Orejudo, Sara Mesa, Luisge Martín, etc.

En fin, el año que viene más. O no.

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