jueves, noviembre 10, 2016

Óscar Gual - Cuestionario básico


1.- ¿Por qué escribes?

Creo que tengo bastante más claro qué motivaciones no son las que me hacen escribir. Quiero decir que si escribo no es en ningún caso por una pulsión vital de comunicación ni porque lo necesite tanto que de lo contrario moriría de tuberculosis en un callejón sin salida. Tengo la impresión de que escribo porque es la manera de concederle libertad a mis ideas, de ver hasta dónde pueden llegar si las alimento y les doy tiempo y escenarios y amiguetes con los que crecer y gamberrear.

2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a la hora de escribir?

Digamos que soy bastante señoritingo en ese sentido. A priori, necesito tener unas cuantas horas por delante para escribir, sobre todo en proceso de creación. En revisión o corrección, cualquier rato me vale. También es cierto que en eso era más radical antes, ahora mi vida está estructurada de otro modo, tengo menos tiempo, por lo que me estoy adaptando a franjas horarias más fugaces. Por lo demás, un ordenador, café y, según la ocasión, algo de música. Ah, y en pantuflas preferiblemente.

3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?

En eso creo que mi obra habla mejor que yo de sí misma. Porque, pese a que nunca me lo he planteado así, pues las tramas de cada una de las novelas son muy distintas, hay un trasfondo común en todas ellas. Por una parte, todas ocurren en una ciudad ficticia llamada Sierpe, con lo que hay situaciones y personajes recurrentes en todas ellas. Y por otra parte, hay ciertas temáticas que, por lo que parece, me obsesionan bastante, como el tema de la identidad, de la muerte o de la percepción de la realidad. Por eso abundan los travestismos, los ciborgs, las drogas, los sueños lúcidos o las realidades alternativas en mis textos. Aunque quizá, no sé, sea todo un único tema. 

4.- ¿Algún  principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?

¡No procrastinar! Desconectar Internet si es necesario. No es algo que yo cumpla a rajatabla, más bien lo contrario, pero lo he tenido que hacer en alguna ocasión. Si estás bloqueado, sal a pasear o tomate un café o siéntate en el retrete, pero no te metas a navegar (a no ser que estés buscando algo en concreto que necesites de inmediato) porque no sabes cuánto tiempo vas a perder. Por lo demás, comodidad y si es posible, soledad.

5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo tienen todo planificado desde el principio?

Con el paso del tiempo voy planificando más, para ser más eficiente y no tener que cargarme después tantas líneas, pero me sigue gustando la sensación de libertad a la hora de atacar un texto. Sí que tengo en cuenta ciertos eventos o hitos que quiero que ocurran o que necesito para que la cosa avance, pero la idea de meterme en un sitio de donde no sé cómo voy a salir me sigue pareciendo de lo más divertido que te puede ofrecer la literatura.

6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?

Cada vez que me hacen esta pregunta, me entran unas ganas irrefrenables de llorar porque no creo que tenga un autor de cabecera (¿acaso debería?), ni siquiera un libro al que acuda recurrentemente como zona de confort o de seguridad y eso me genera una sensación de inseguridad brutal. Me interesa la ficción que introduce ciertas briznas de extrañeza en la realidad, desde Dick o Lem hasta Danielewski o Tom McCarthy.

7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.


Mi última novela trata de cómo ciertos sistemas de creencias han sustituido a las religiones en su función original de otorgarle sentido al mundo. Necesitamos creer que las cosas ocurren por algún motivo y por eso, una vez asumido que las religiones tradicionales son meras ficciones, necesitamos otras como la economía, la meritocracia o la psicología positiva. Cosas que están muy bien en teoría pero tienen el pequeño defecto de no funcionar en absoluto como nos las pintan.


Oscar Gual Domínguez (Castellón, 1976) es ingeniero informático y trabaja en la Universitat Jaume I. Ha publicado hasta la fecha las novelas Cut and Roll (DVD Ediciones, 2008), Fabulosos Monos Marinos (DVD Ediciones, 2010), Los últimos días de Roger Lobus (Aristas Martínez, 2015), así como El Corazón de Julia: una historia de zombis y cantautores (Morsa, 2011), escrita a cuatro manos con Robert Juan-Cantavella. Sus cuentos y ensayos han aparecido en numerosas revistas. También en antologías, como Odio Barcelona (Melusina, 2008), No tendrás casa en la puta vida (Melusina, 2009), Mi madre es un pez (Libros del Silencio, 2011), Black Pulp Box (Aristas Martínez, 2012) o El Quijote a través del Espejo (Eda Libros, 2016). Mantiene una columna de opinión semanal en el diario Levante.

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