1.- ¿Por qué escribes?
Básicamente
por necesidad. Tanto de expresarme como sobre todo de liberarme e intentar
comprender los mecanismos más profundos de nuestro comportamiento como
individuos y en sociedad. Y también de intentar entender algo de entre todo
este absurdo que es la vida. La literatura es la mejor manera de plantear estas
cuestiones, aunque no se halle respuesta; por lo que para mí escribir es a la
vez un exorcismo y una búsqueda.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias,
supersticiones o manías a la hora de
escribir?
Tengo pocas,
la verdad. No soy una escritora de rutinas, que sólo escriba siguiendo una
pauta y un horario determinado cada día. Procuro hacerlo cuando me siento más
predispuesta. Eso sí, no soporto las interrupciones, es lo que más me irrita.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones
temáticas?
La memoria es
una de mis principales obsesiones. Cómo el yo se construye a partir de la
memoria, del pasado que determina nuestro presente. También, más que el tema,
que puede ser mínimo o anecdótico, me preocupa la forma, ya que en esencia lo
que hace que determinadas obras sean literatura es básicamente la forma. En
realidad las grandes obras literarias, como Madame
Bovary o Crimen y castigo, pueden
resumirse en pocas palabras, pero lo importante en ellas no es la trama, ese
vulgar «de qué va», sino cómo está relatada. Roland Barthes lo expresó
magistralmente: «Creer que el novelista tiene “algo que decir” y que es
entonces cuando busca una forma de decirlo es la más grave de las
equivocaciones. Porque es precisamente esta forma la que constituye su empresa
como escritor, una empresa más oscura que cualquier otra, y que más tarde será
el contenido real y definitivo del libro».
4.- ¿Algún
principio o consejo que tengas muy presente a la hora de escribir?
Desde hace
años tengo en la cabeza esta idea de Sábato, por la que me he guiado siempre: «Que
no seas capaz, como me dices, de escribir sobre cualquier tema es un buen
indicio, no un motivo de desaliento. No creas en los que escriben sobre
cualquier cosa. Las obsesiones tienen sus raíces muy profundas, y cuanto más
profundas menos numerosas son. Y la más profunda de todas es quizá la más
oscura pero la también la única y todopoderosa raíz de las demás, la que
reaparece a lo largo de todas las obras de un creador verdadero: porque no te
estoy hablando de los fabricantes de historias, de los fecundos fabricantes de
folletines o de best-sellers a
medida, esas prostitutas del arte. Ellos sí pueden elegir el tema. Cuando se
escribe en serio, es al revés: es el tema el que lo elige a uno. Y no debes
escribir una sola línea que no sea sobre la obsesión que te acosa, que te
persigue desde las más oscuras regiones, a veces durante años. Y no te
preocupes por lo que te puedan decir los astutos, los que se pasan de
inteligentes: que siempre escribes sobre lo mismo. ¡Claro que sí! Es lo que
hicieron Van Gogh y Kafka y todos los que deben importar, los severos (pero
cariñosos) padres que cuidan de tu alma».
5.- ¿Eres de las que se deja llevar por la historia
o de las que lo tienen todo planificado desde el principio?
Un escritor
serio ha de tenerlo todo bien atado y planificado desde el principio. Desconfío
de los que prefieren «dejarse llevar por la historia», me parece que es
concederle una importancia a la improvisación que no ha de tener cabida en la
literatura.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
William
Faulkner, Virginia Woolf y Dostoievski. La Santísima Trinidad. Y como
arcángeles, Nabokov, Lawrence Durrell, Carver, Eliot, Emily Dickinson,
Cortázar, Ray Bradbury, Thomas Wolfe, Tennessee Williams, Tom Spanbauer, Foster
Wallace, Jeanette Winterson...
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien
lo último que hayas publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Me gusta
definir La pertenencia, mi primera
novela, como una deuda, un tributo y un homenaje. No sólo a mi búsqueda y a los
libros que me han marcado, también (y sobre todo) a quiénes somos, al viaje que
emprendemos para averiguar a dónde pertenecemos y al orgullo de descubrirlo.
A lo siguiente
que tengo entre manos quiero imprimirle un tinte más reivindicativo pero vuelvo
a ahondar en la temática de la memoria como esencia del yo: lo que somos es lo
que vivimos y lo que recordamos, pero también lo que decidimos olvidar. Creo
que ésa es a menudo la distinción entre los cobardes y los valientes.
Gema Nieto (Madrid,
1981) estudió Filología Hispánica y Teoría de la Literatura en la Universidad
Complutense. Actualmente es editora y colabora en programas de radio y en
revistas culturales. La pertenencia,
publicada por Caballo de Troya en febrero de 2016, es su primera novela.
6 comentarios:
No conocía a esta autora, pero la entrevista me despierta interés. Comparto su opinión en la importancia de "el como". Y le deseo éxito en su próximo proyecto que me parece muy profundo.
Muy interesante, la leeré. Gracias por darla a conocer. La cita de Sábato es genial.
He pedido el libro en Amazon y me llega mañana, qué pasada
Si la autora considera que este libro es en pago de una deuda pasada, que la tenga por pagada. Realmente me sorprende su honestidad: "Es el tema el que lo elige a uno". Inexcusablemente. Gracias, saludos.
Hola:
Todo lo que me ha sucedido hasta el momento con Gema Nieto es fruto del azaroso (¡y fantástico por ello!) mundo de los blogs. Yo hice en mi blog, hará cosa de dos o tres meses, una reseña elogiosa de la novela "El comensal" de Gabriela Ybarra. En los comentarios que me hicieron a la misma apareció uno firmado por una tal Paula que tras alabar mi página se enfadaba porque para ella Gabriela Ybarra nada tenía que hacer al lado de Gema Nieto, autora a quien yo no había oído nombrar y menos aún su libro "La pertenencia". Pero Paula consiguió excitar mi curiosidad sobre autora y obra, la cual acabo de leer con gusto y satisafacción. La reseñaré próximamente en mi blog y buscando información sobre ella he llegado hasta tu blog.
Quiero decirte que me parece que has construído un blog magnífico y, si no te parece mal, voy a añadirte a mi lista de blogs siguiéndote a través de Blogger.
Un abrazo
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