1.- ¿Por qué escribes?
La escritura es una vocación más
que un oficio, y con ella se establece un principio contractual que, si te
descuidas, abarca todas las facetas de la vida. A veces, disfruto haciéndolo;
otras me pregunto si la felicidad –única aspiración que vale la pena-, no se
encuentra en otro lugar. Mi relación con la escritura trata de ser una vía de
conocimiento, pero también de placer. Inevitablemente, hay un componente de
pelea, al fin y al cabo me propongo no repetir fórmulas que ya conozco y llegar
hasta el límite de mis capacidades.
2.- ¿Cuáles son tus costumbres, preferencias, supersticiones o manías a
la hora de escribir?
No tengo muchas rarezas. Escribo
siempre en ordenador y a causa de ello mi caligrafía podría pertenecer a un
médico borracho. Puedo escribir a solas, en mi cuarto de trabajo, emparedado de
libros, o hacerlo con el sonido del televisor y un coro de niños hiperactivos
alrededor de la mesa. Todo depende del esfuerzo de concentración que exija el
texto. En ocasiones, necesito música; en otras un silencio de cripta. En todos
los casos, el tiempo pasa a una gran velocidad.
3.- ¿Cuáles dirías que son tus preocupaciones temáticas?
Sé mejor qué temas no me atraen
como escritor, aunque puedan hacerlo como lector. La temática de mis libros es
algo que se me escapa porque muchas veces proceden de esos baúles donde
escondemos nuestros demonios más fieles. Mi presbicia no me permite ver con
claridad los temas, deben ser otros, con la vista perfecta, quienes sepan verlos.
De todas formas, si analizamos la literatura occidental, los temas fundamentales
pueden contarse con los dedos de una mano.
4.- ¿Algún principio o consejo
que tengas muy presente a la hora de escribir?
Hago propósitos para tener en
cuenta algún principio, pero me siento a escribir y los olvido todos. Los
consejos, como las teorías, en general sólo sirven para la obra del escritor
que las enuncia.
5.- ¿Eres de los que se deja llevar por la historia o de los que lo
tienen todo planificado desde el principio?
Suelo echarme al monte sin mapa,
pero con brújula, y con ello asumo muchos riesgos, porque el mapa de la
narración y sus límites los descubro tras muchas relecturas y correcciones. Si
preparo un plan, ya tengo escrita la novela en la cabeza, y en consecuencia no siento
la necesidad de escribirla. El momento más arriesgado y excitante es aquél en
el que la escritura te arrastra sin saber hacia dónde te lleva. Simplemente,
escribes. La clave está en encontrar después el camino de vuelta y que el mapa
se complete.
6.- ¿Cuáles son tus autores o libros de cabecera?
Todos los volúmenes que me
rodean, incluidos ensayistas, filósofos e historiadores. Como lector soy
omnívoro, aunque tras los naufragios regreso a los grandes. Por citar alguno:
Juan Carlos Onetti, Philip Roth, Julio Ramón Ribeyro, Juan Marsé…
7.- ¿Podrías hablarnos de tu último proyecto? Bien lo último que hayas
publicado o lo último que hayas escrito o estés escribiendo.
Escribo todas las semanas una
columna de opinión, y esa disciplina me place. Es un respiro que me permito
entre capítulo y capítulo de una novela con la que ya llevo tiempo trabajando.
A veces, ciertos proyectos acaban convirtiéndose en una cuestión personal, en
un intercambio de caricias y golpes. La escritura también está emparentada con
echarte un pulso con ella. Mi último libro publicado fue un diario, Piel roja, que es el hermano mellizo del
libro que lo precedió, Diario del hombre
pálido, ambos publicados por Demipage, en 2010 y 2012,
respectivamente.
Juan Gracia Armendáriz (Pamplona, 1965) es doctor en Ciencias de la
Información. Es autor del poemario Como
si al otro lado latiera y de los libros de microrelatos Noticias de la frontera (1994, Premio
Jaén de Relatos) y Cuentos del jíbaro
(2008), ambos recogidos en diversas antologías del género. El libro de relatos Queridos desconocidos (1998), le valió
el Premio a la Creación literaria de la Institución Príncipe de Viana y fue finalista
en el Premio Hoteles NH, entre otros premios. Es autor de la novela Cazadores (2001), publicada en la
colección Francisco Ynduráin. Es coautor del libro de semblanzas literarias Gente de libro (2005). En 2008 recibió
el Premio Tiflos de Novela por La línea
Plimsoll, publicada por Castalia y traducida al inglés. Diario del hombre pálido y Piel roja son sus últimas entregas. Fue
cronista de sucesos en el diario El Mundo y durante más de quince años ejerció
la docencia en la Universidad Complutense. Colabora en distintos medios y es
columnista de Diario de Navarra.
1 comentario:
Estimado amigo hace poco leí un articulo en la redacción "El Pais" de fecha 15 de 2008, sobre "terapéutica literaria". El año pasado presente mi libro "Repuesta científica a la tendencia suicida del escritor y poeta" en Cartagena de Indias. Colombia. Un colega que leyó ese articulo me aconsejó que lo buscara, felizmente lo encontre. Amigo ¿eres tu el de ese artíco?
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